JOSÉ ANTONIO BLANCO
TRASFONDO: En la vida hay dos tipos de personas: los que aprovechan las oportunidades, y los que no. José Antonio Blanco pertenece al primer grupo. Nacido en uno de los barrios de la ciudad de Caracas, conocido como el Guarataro, joven vivió una infancia difícil, llena de privaciones, sinsabores, pero cargadas de oportunidades.
Hijo del medio en un hogar disfuncional y monoparental, José tuvo que aprender a ser astuto, a estar siempre atento, para sobrellevar los malos tratos de sus hermanos mayores —y los eventuales amantes de su madre—, pero también para cuidar de sus hermanos más pequeños.
Y si la situación en casa no pintaba bien, pues la calle no era diferente. La única gran diferencia entre uno y otro escenario, es que en la calle nadie lo conocía. Allí la capacidad de atención de José, su lengua de plata y mente ágil eran armas que supo explotar para desplumar a cualquier que se pusiera a su alcance, los favoritos de José eran aquellos que se creían más astutos que él.
Con esa mentalidad el joven fue creciendo en su barrio, haciendo contactos tantos en los bajos fondos, como los altos. José crearía una red de aliados y favores que le granjearían un poder efectivo. El era capaz de convencer y engatusar al traficante de droga y al policía corrupto, sacando así una ventaja sustancial de la ingenuidad de ambos.
José habría vivido toda su vida en ese plan de no haber sido por una serie de eventos que la torcieron. El primero fue ese extraño invento de la Revolución Bolivariana: los Consejos Comunales y los jefes de calle. Este invento le granjeo la oportunidad de incursionar en la política. Con lo cual, a la larga tuvo control efectivo de varios sectores de su barrio. José era capaz de influir tanto en la parte “clara y decente de la sociedad” y también en la oscura.
Este último punto lo llevaría encontrarse con el otro evento que torció su vida durante unos buenos años… o mejor dicho durante una buena cantidad de noches: José descubrió que el poder tenía un límite. Había algo detrás del poder, una fuerza moviendo los hilos. Unos depredadores más grandes, viejos y astutos que él. Unas criaturas ante las cuales tuvo que, muy a su pesar, doblegarse.
Y así la cosa, pasaron varios años. José gobernaba su calle, su consejo comunal y sus cotas de poder iban en aumento. Existía una gran posibilidad de fuese candidato a concejal de allí el cielo sería el límite, tal vez no Alcalde de Caracas, pero si se portaba bien en el futuro podría ser diputado suplente a la Asamblea Nacional.
Allí estaba el detalle, si se portaba bien… aquello molestaba mucho a José Antonio quien sentía que le tenían la correa corta. Cuando estaba a punto de aceptar su destino algo ocurrió…
Un nuevo adversario llegó a la ciudad, una fuerza que se movía en las sombras con rapidez y fuerza, hombres armados, efectivos inteligentes, crueles y despiadados. Tenían un discurso radical, extremo y religioso. Olían a revolución, pero no querían subvertir el poder mortal. No, ellos luchaban contra una mancha mayor, una fuerza que solo anhelaba la destrucción para la comunidad. En toda esta jeringonza y celo, José vio una oportunidad.
De esta forma, el hombre se volvió un operativo de la Segunda Inquisición. Apoyando y apoyándose en una facción evangélica radical, sumamente efectiva, la cual estaba dispuesta a cooperar con él.
Ayudar a estas fuerzas a través de la política, abriéndole espacios en las comunidades, moviendo peones y fichas a plenas luz del día, frente a la cara del poder oculto tras el poder, de los Cuerpos Nulos como estos efectivos los llamaban.
Es un hombre joven de aproximadamente unos treinta y tantos años de edad, cabello negro salpicado con canas en las sienes, de piel bronceada, de rostro ameno, viste siempre con ropas cómodas para “patear calle”, lleva una guayabera roja o cualquier prenda roja que haga alusión al proceso revolucionario.
FUNCIÓN: Operativo social
Personaje creado por @WilliamDarkgates