[Escenario] El Salvador Nocturno

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Alexander Weiss
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[Escenario] El Salvador Nocturno

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Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:15

Imagen LOS VAMPIROS DE EL SALVADOR

El siguiente suplemento está ambientado en torno a 2023, durante el gobierno del presidente Nayib Bukele

Por Magus [email protected]

Frente al vicio y el crimen, el estado no debe tener más que una actitud, y es la guerra.
-Alberto Masferrer


EL PULGARCITO DE AMÉRICA
La República de El Salvador (en náhuat, Kuskatan) es un país de América Central situado en el litoral del Océano Pacífico. Aunque es uno de los países más pequeños del continente americano, también es uno de los más densamente poblados. Habitado en sus orígenes por el pueblo nahua, fue colonizado por los españoles, y alcanzó su independencia durante los turbulentos conflictos del siglo XIX. Sin embargo, la independencia trajo una serie de nuevos conflictos políticos, que culminaron en una cruenta guerra civil a finales del siglo XX, que dio lugar a una paz mediatizada por la corrupción y el populismo.
Los vampiros acudieron al territorio de El Salvador hace mucho tiempo, bebiendo la sangre de los pueblos del lugar, actuando como carroñeros y enfrentándose entre sí. Los conflictos tras la independencia se reflejaron en las batallas entre facciones y sectas, especialmente entre la Camarilla y el Sabbat. Aprovechando los enfrentamientos internos entre sus enemigos, la Camarilla consiguió establecer un dominio unificado sobre el conjunto del país, pero los Vástagos se confiaron demasiado y el Sabbat hizo estallar sus esfuerzos, creando una nueva realidad fragmentada asociada al vicio y el crimen.
Sin embargo, los excesos de los Cainitas fueron generando un creciente descontento. Entre las sombras otros poderes aguardaban, pero la caída del Sabbat no llegó de la mano de otros no muertos, sino de los mortales. A principios del siglo XXI la Segunda Inquisición golpeó de forma inesperada, contando con gran apoyo de la población salvadoreña. Por primera vez los Cainitas sintieron un auténtico terror, y fueron barridos en un temporal que sin saberlo habían creado ellos mismos.
Ahora la sociedad de la Estirpe en El Salvador se encuentra en ruinas, pero la guerra no ha terminado. Entre los escombros surgen oportunistas y carroñeros dispuestos a aprovechar el vacío de poder entre los no muertos, aunque deben medir sus pasos con mucho cuidado. Sobre el país se ha impuesto una tensa tregua, con ocasionales brotes de violencia, pero los vampiros más pragmáticos son conscientes de que por mucho que alardeen de su poder, sus cimientos son muy frágiles, y podrían caer en cualquier momento. Sueñan intranquilos, temiendo el momento en que los cazadores ataquen sus refugios.
Sin embargo, no son capaces de huir de su maldición. Deben competir entre sí, como perros tirando de un mismo hueso, simplemente para evitar que nadie más se alce sobre ellos.
Y con la llegada de la Gehenna, las hebras de la telaraña que atrapa a los Cainitas siguen agitándose con más intensidad que nunca.

IDIOMAS
El español es la lengua oficial de El Salvador y de uso más extendido en el país, en su variante salvadoreña conocida como caliche, que introduce varios giros y jergas dialectales según las distintas zonas.
La lengua indígena más extendida es el náhuat huasteca, estrechamente emparentado con el náhuatl de México. El pipil o cuzcatlec del oeste del Salvador es bastante similar, aunque todavía mantiene bastantes diferencias con el náhuatl.
En el este de El Salvador existen comunidades que hablaban lenca, supuestamente originario de Sudamérica. Aunque actualmente la lengua se considera extinta, todavía se conservan algunos registros y términos.
En el norte de El Salvador se habla kekchi, una lengua de la familia maya. El cacaopera, también de origen maya, actualmente se considera extinto.
En las escuelas de El Salvador se enseña inglés desde hace más de cincuenta años, y el francés también se estudia ampliamente en el país, a menudo como segunda lengua después del inglés. Las corrientes migratorias también han dejado comunidades que hablan otros idiomas, como chino, coreano, árabe y turco.

LA CAMARILLA
Según los Vástagos de la Camarilla, la existencia de El Salvador se debe a los manejos y manipulaciones de la secta. Durante el siglo XIX, y como producto de las guerras contra el Sabbat, un grupo de Vástagos, financiados por un Directorio del clan Ventrue de origen británico, apoyaron a los independentistas salvadoreños para separar el territorio de la influencia de la Capitanía General de Guatemala, controlada por los Cainitas del Sabbat.
Después de varias guerras y enfrentamientos, estos Vástagos conseguirían unificar los dominios vampíricos de El Salvador bajo la dirección de la capital, creando un dominio próspero. Los clanes Toreador y Ventrue se convertirían en los más numerosos entre la Estirpe salvadoreña.
Pero durante el siglo XX, las rencillas entre facciones y el regreso de sus antiguos enemigos desde Guatemala, acabaron con los esfuerzos de la Camarilla. En una purga rápida muchos Vástagos fueron destruidos o expulsados del Salvador y los conflictos se ocultaron bajo el estallido de la guerra civil.
En la década de 1990 varios agentes del clan Tremere contribuyeron a desestabilizar el poder del Sabbat salvadoreño, con el objetivo a largo plazo de apoderarse del país. Sin embargo, sus planes fueron detenidos de forma brusca con el surgimiento repentino de la Segunda Inquisición.
Actualmente, la Camarilla salvadoreña sólo mantiene un dominio estable en San Miguel, la capital oriental del país, aunque también dispone de agentes y diplomáticos en otros dominios. Los Vástagos actúan con mucha cautela, habiendo sufrido los ataques de los inquisidores y Anarquistas, concentrándose en su supervivencia mientras buscan ayuda externa.

EL SABBAT
Los Cainitas del Sabbat llegaron con los primeros conquistadores europeos en el siglo XVI. Al principio hubo una tentativa de alianza con los vampiros nativos, pero el conflicto terminó siendo inevitable. Los Cainitas sufrieron graves pérdidas, pero con la llegada de refuerzos consiguieron finalmente asentar su dominio. Un grupo de vampiros del clan Lasombra asentó su influencia en la colonia de forma implacable, pero en el proceso provocaron la animadversión de otras facciones de la Espada de Caín.
El estallido de la Primera Guerra Civil del Sabbat coincidió con las guerras por la independencia. Los Lasombra fueron atacados por otros linajes, hasta entonces marginados del poder, pero que habían prosperado entre la población mestiza e indígena hasta convertirse en una presencia importante. La guerra entre ambas facciones debilitó al conjunto del Sabbat, y esta situación fue aprovechada por la Camarilla para apartar a sus enemigos del poder.
Durante el siglo XX, los Cainitas comenzaron a planificar la recuperación del dominio. Procedentes de la vecina Guatemala, varias manadas nómadas comenzaron a hostigar a los Vástagos, los espías se infiltraron entre las filas de la Camarilla y cuando estalló la guerra civil salvadoreña a finales del siglo XX, el Sabbat decidió que había llegado el momento. El país fue rápidamente conquistado, y fue nombrado un Obispo de El Salvador del clan Tzimisce, en gran parte dependiente del Sabbat guatemalteco, que había dirigido la conquista.
Una vez situados en el poder, los Cainitas salvadoreños comenzaron a crear nuevos dominios, influyendo en las maras y bandas armadas, que utilizaron para aterrorizar y someter a la población. El Obispo de El Salvador dejó en gran parte hacer a sus subordinados, aunque su autoridad quedó en parte debilitada en el proceso.
En el siglo XXI la Segunda Inquisición intervino en El Salvador tras haber vinculado a los no muertos con la violencia que afectaba al país. El Sabbat, debilitado por los tumultos de las Noches de la Gehenna, se encontraba enfrentado con lo que consideraba una nueva facción de vampiros, por lo que fueron sorprendidos por los inquisidores, que con ayuda de las autoridades mortales, desarticularon y persiguieron a las maras salvadoreñas. Muchos Cainitas fueron capturados y destruidos, y los escasos supervivientes optaron por huir para sobrevivir, o se unieron a otras facciones en busca de protección.

LOS ANARQUISTAS
El Movimiento Anarquista remonta su presencia a varios Autarkis que llegaron al territorio de El Salvador en el siglo XIX, pero que cayeron en las batallas entre la Camarilla y el Sabbat. Sin embargo, desde comienzos del siglo XX, una coterie del clan Gangrel de origen indígena, se convirtió en la principal oposición a la Camarilla en la sociedad de la Estirpe. Hubo al menos dos revueltas que fueron sofocadas con sangre, pero que contribuyeron a distraer la atención de sus enemigos. Cuando el Sabbat invadió El Salvador a finales del siglo XX, los Anarquistas fueron barridos por completo del país.
Sin embargo, la reciente caída del Sabbat creó un vacío de poder que pronto fue aprovechadp por una nueva facción, un grupo de vampiros sin clan, que reclamó varias de las ciudades salvadoreñas como su dominio, resistiendo con éxito los intentos del Sabbat y de la Camarilla por hacerse con el poder. Estos Caitiff y Sangre Débiles, nominalmente aliados con el Movimiento Anarquista, en la actualidad constituyen la principal facción vampírica en el país. Se han adaptado bien al nuevo orden político, y aunque también han sufrido ataques de los inquisidores, han aprendido a ocultarse de ellos, utilizando la tecnología moderna y el ingenio en su provecho.
De hecho, la presencia de esta facción, que rechaza la importancia de los clanes, constituye motivo de preocupación, y no sólo entre la Camarilla.

LOS LEGADOS AHOGADOS
Aunque existen vampiros salvadoreños que creen que el vampirismo llegó a América con los europeos, lo cierto es que antes del descubrimiento del continente americano existían linajes extendidos entre los pueblos precolombinos, y que evolucionaron en su aislamiento, desarrollando sus propias costumbres y rasgos. Quienes conocen la existencia de estos linajes a menudo hablan de proles nativas de Gangrel y Nosferatu, pero la realidad es que los llamados Legados Ahogados posiblemente sólo guarden un parecido superficial con los clanes conocidos. Sólo ellos conocen las leyendas sobre sus orígenes, y con el paso del tiempo muchos de sus mitos han cambiado o se han perdido.
Cuando los Cainitas del Sabbat llegaron al territorio del El Salvador con los conquistadores españoles, se encontraron con un linaje llamado Tlacique entre los nativos. Al principio hubo contactos entre ellos, pero la violencia de la conquista acabó con cualquier acuerdo potencial. Las manadas del Sabbat invadieron la zona, destruyendo o expulsando a los vampiros nativos a rincones apartados.
Estos vampiros sobrevivieron en las selvas, y especialmente en la zona de la vecina Honduras, contemplando cómo “sus” pueblos eran sometidos y surgía un nuevo orden. Protegidos por el poder de sus dioses templaron su odio, y poco a poco comenzaron a regresar. Algunos avivaron las llamas de la guerra civil del Sabbat, esperando destruir a sus enemigos, y se infiltraron en el nuevo orden de la Camarilla. Poco a poco ocuparon territorios de los que habían sido expulsados.
En las últimas décadas comenzaron a regresar, pero también fueron afectados por la llegada de la Gehenna, y los ataques de los inquisidores. Aún así, han obtenido suficiente fuerza para controlar algunos territorios en El Salvador, especialmente en la frontera con Honduras.
Aunque no son aliados, recientemente los Tlacique han establecido algunas relaciones con los Anarquistas salvadoreños, aunque sólo sea para fijar las fronteras de sus dominios. Comparten con ellos su animadversión al Sabbat, contribuyendo a perseguir y destruir a los escasos Cainitas que quedan en el país.

EL INCONNU
Antes de la llegada de los europeos los Legados Ahogados recuerdan que sus ancianos eran dioses que recibían tributos de sangre. Nombres como Tezcatlipoca, Huitzilopochtli, Tlaloc y otros todavía resuenan en mitos y leyendas, y para muchos no muertos son los orgullosos nombres de sus ancestros. Por supuesto, a ninguno se le ocurriría pensar que hubo un tiempo en que no eran dioses, sino que usurparon su identidad para obtener esclavos y sangre.
La conquista europea acabó con esta época de dioses. Las divinidades cayeron ante el fuego de los mortales o bajo los colmillos de otros vampiros, ansiosos de robar su poder. Sólo unos pocos sobrevivieron en el olvido, abandonando los orgullosos templos precolombinos, y refugiándose en las selvas.
Sólo recientemente estos dioses surgieron de su retiro, despertando de su sueño. En Honduras los Legados Ahogados se hicieron con el poder con la ayuda de dos ancianos misteriosos, que comenzaron a atacar los dominios del Sabbat, y expulsaron a los vampiros europeos. Se cree que uno de ellos era un ancestro de los Tlacique, mientras que otro era de un linaje desconocido, con el poder de resucitar los cadáveres de los muertos.
Pero con la llegada de la Gehenna estos dos dioses han desaparecido. Algunos creen que acudieron a la Llamada que ha atraído a tantos antiguos, mientras que otros creen que partieron para despertar a sus hermanos y preparar el regreso de los antiguos dioses. En fin, también hay quienes creen que nunca se han ido, sino que han salido de su retiro en la selvas centroamericanas para caminar y observar con sus propios ojos el nuevo mundo en el que han despertado, preparándose para reclamar el poder que antaño fue suyo.

CLANES VAMPÍRICOS
Banu Haqim: Aunque en ocasiones algún miembro del Clan de los Asesinos fue contratado por los vampiros salvadoreños para utilizar sus servicios como guardaespaldas o cuchillo a sueldo, la presencia del clan ha sido testimonial en el país. Recientemente, tras la unión de los Banu Haqim a la Camarilla, algunos Vástagos de la secta han pensado en utilizar sus servicios para establecer su presencia en El Salvador. Los Asesinos no ven con malos ojos la posibilidad de acudir al país y quizás establecer una base de poder.
Brujah: El Clan Brujah ha estado presente en El Salvador desde hace siglos, tanto entre la Camarilla como en el Sabbat. Sin embargo, los choques en la secta, los ataques de los inquisidores y los tumultos producidos por la llegada de la Gehenna, han diezmado sus filas. Existen unos pocos Brujah entre los Anarquistas salvadoreños, y muchos de ellos se muestran muy críticos con los líderes del Movimiento, considerando que ellos se encuentran mejor preparados para dirigirlo, por lo que recientemente se han producido algunos conflictos entre los Brujah y algunos Anarquistas sin clan.
Gangrel: Los Gangrel salvadoreños siempre han permanecido al margen de la Estirpe del país, a menudo en posiciones inferiores entre las sectas, y poniendo los cimientos del Movimiento Anarquista, al oponerse a la marginación y abusos sobre la población indígena. Más a menudo se dedicaban a sus asuntos de forma independiente, prestando una lealtad nominal a otros Vástagos y Cainitas. Sin embargo, en las últimas décadas han comenzado a mostrarse más activos políticamente, alcanzando importantes posiciones en el Movimiento Anarquista de El Salvador, y también entre los Legados Ahogados. Varios Gangrel salvadoreños son de origen maya, y en ocasiones han actuado como mediadores entre los Vástagos nativos y europeos. Entre ellos hay guerreros feroces y veteranos que han luchado como mercenarios en los conflictos entre sectas.
Hécata: Entre los Cainitas salvadoreños había unos pocos vampiros de los linajes Samedi y Giovanni, que recientemente acudieron a la Reunión de la Familia que dio lugar al Clan Hécata. Los Pisanob, de origen nativo, mantienen relaciones con los Legados Ahogados, si no excelentes, por lo menos lo bastante fluidas para alcanzar acuerdos con ellos. Aprovechando la debilidad del Sabbat, recientemente los Hécata se han apoderado del dominio de Soyapango en El Salvador, nominalmente abierto a todas las facciones, pero que realmente se ha convertido en una base de poder del clan.
Lasombra: El Clan de las Sombras llegó con los conquistadores españoles y fue uno de los más numerosos en el territorio salvadoreño durante las noches coloniales. Sin embargo, las guerras civiles del Sabbat los apartaron del poder, y los recientes ataques de los inquisidores, diezmaron sus filas. Quedan unos pocos vampiros del clan en el país, aunque la mayoría se han unido a los Anarquistas para sobrevivir. Quienes se muestran demasiado arrogantes no suelen durar mucho.
Malkavian: Los Locos nunca han sido muy numerosos en El Salvador, al menos a primera vista. Han permanecido en el margen de las facciones que se han asentado en el país dedicados a sus propios y enigmáticos asuntos. O eso es lo que se cree. Algunos dicen que los Malkavian salvadoreños realmente han interferido en la tumultuosa política de la Estirpe, a menudo haciéndose pasar por otros clanes, y hay quienes dicen que entre los numerosos vampiros “sin clan” que han acudido recientemente al país, algunos en realidad llevan la marca de la locura en su linaje.
El Ministerio: En un primer vistazo parece que las Serpientes son un clan numeroso en El Salvador, y aunque algunos representantes del Ministerio han estado presentes en el país en los últimos siglos, lo cierto es que la representación del clan se encuentra en gran parte en manos de los Tlacique, que ya merodeaban por el territorio siglos antes de la llegada de los europeos. Estos vampiros precolombinos, parte de los Legados Ahogados, se establecieron entre los cultos nativos, y los que sobrevivieron a la devastación de la conquista fomentaron la resistencia contra los invasores, o se infiltraron sigilosamente en las instituciones coloniales aguardando su momento.
En la actualidad los Tlacique son una facción importante y numerosa, vinculados especialmente a los nativos salvadoreños, pero en las últimas décadas también han reclutado entre sus filas a activistas, guerrilleros y en fin, a todos los que contribuyen a sus objetivos y están dispuestos a recibir las bendiciones del dios oscuro. Por el momento, los objetivos de los Tlacique coinciden con los Anarquistas, actuando como mediadores entre ellos y los Legados Ahogados, y disponen de gran poder especialmente en el oeste del Salvador, encontrándose su principal base de poder en el dominio de Santa Ana.
Nosferatu: Las Ratas de Cloaca han estado presentes en El Salvador desde hace siglos, tanto entre la Camarilla como en el Sabbat. Han mostrado una actitud oportunista, a menudo cambiando de bando en función de sus intereses, y especialmente para sobrevivir. Algunos Nosferatu del Sabbat se desligaron de la secta para unirse a los Anarquistas en los últimos años. Por lo general esta actitud del clan ha generado una intensa sensación de desconfianza entre sus compañeros, pero la habilidad de algunos Nosferatu es demasiado valiosa como para prescindir de ellos.
Ravnos: Entre los refugiados que se han unido a los Anarquistas salvadoreños se encuentran unos pocos vampiros del clan Ravnos, que actúan como mensajeros entre las diversas facciones del país. Expulsados de otros dominios, los Ravnos han encontrado una sociedad donde se les acepta, y donde tampoco se da demasiada importancia al linaje. Aunque su número es escaso, también se les permite pasar desapercibidos.
Toreador: Los Toreador fueron un clan importante en la Camarilla salvadoreña, pero muchos huyeron o fueron destruidos por los ataques del Sabbat. Unos pocos supervivientes terminaron uniéndose a los Anarquistas, pero la mayoría son individualistas y se ocupan de sus propios intereses. Recientemente, algunos miembros del clan han intentado influenciar el panorama artístico y cultural de El Salvador, dentro de sus posibilidades, y los inicios parecen prometedores.
Tremere: Los Brujos son el clan más poderoso de la Camarilla salvadoreña. En las pasadas décadas sus agentes espiaron al Sabbat del país, y conspiraron para conquistar el dominio. La fragmentación del Sabbat ante los ataques de la Segunda Inquisición constituyeron una oportunidad, pero la caída de Viena y los tumultos dentro del clan no les permitieron aprovecharla. Cuando los Tremere consiguieron rehacer sus filas, los Anarquistas ya les habían tomado la delantera.
Actualmente los Tremere disponen de una modesta capilla en el dominio de San Miguel, desde donde tratan de extender su influencia al resto de El Salvador. Sin embargo, los Anarquistas han demostrado ser un adversario más organizado que el Sabbat, y por el momento los Brujos se encuentran a la defensiva.
Tzimisce: El Clan de los Demonios fue marginado del poder por sus rivales Lasombra durante la época colonial de El Salvador, pero los Tzimisce se desquitaron durante la primera guerra civil del Sabbat. Sin embargo, fueron destruidos o expulsados por la Camarilla con el resto de sus compañeros Cainitas.
Desde Guatemala un poderoso antiguo del clan dirigió una cruzada contra El Salvador a finales del siglo XX, situado a uno de sus chiquillos como Obispo del dominio. De esta manera los Tzimisce alcanzaron una posición preeminente entre los Cainitas salvadoreños. A menudo adoptaron elementos y costumbres de los nativos de la región, corrompiéndolos en sus ritos.
La llegada de la Gehenna y los ataques de la Segunda Inquisición han desplazado a los Tzimisce del poder, pero se rumorea que unos pocos han evitado la destrucción y se han infiltrado entre la Estirpe de El Salvador, adoptando nuevas identidades para sobrevivir y aguardando su momento, evitando a sus enemigos entre la mayoría de facciones vampíricas.
Ventrue: Los Ventrue dirigieron la conquista de la Camarilla en El Salvador durante el siglo XIX, y un miembro del clan apoyado por un Directorio, unificó los dominios del país y se proclamó Príncipe. Su caída también arrastró al resto de su clan. En los últimos años, unos pocos Sangre Azules de origen salvadoreño han constituido un Directorio en el extranjero, y han comenzado a enviar a sus agentes para reclamar su legado a largo plazo. Por ahora mantienen un perfil bajo, pero han comenzado a competir por otras facciones por el poder y la influencia en las instituciones mortales.

CAITIFF Y SANGRE DÉBIL
Caitiff: El número de vampiros sin clan es elevado en El Salvador, en gran parte debido a que recientemente un grupo de Caitiff consiguió hacerse con el poder en la capital, el principal dominio del país, atrayendo pronto a otros sin clan expulsados de otros dominios, que actualmente consideran El Salvador como un refugio. Por el momento se ha generado un movimiento solidario entre los Caitiff, en gran parte ayudados por su alianza con los Anarquistas, y que han conseguido un poder inusitado que preocupa a algunos clanes. En secreto, los Caitiff también han reclutado entre sus filas a algunos supervivientes abandonados de los Abrazos en masa del Sabbat, dándoles protección y propósito.
No todos están conformes con esta situación. Muchos ven en la proliferación de los sin clan una señal de la Gehenna, e incluso entre los Anarquistas hay quienes, celosos del poder de los Caitiff, consideran que esgrimen un poder que no les pertenece y sería mejor utilizado en otras manos. La Camarilla no reconoce el dominio de los sin clan, pero por el momento respeta las fronteras de su dominio. Al mismo tiempo, los Legados Ahogados han establecido relaciones con los Caitiff, entre los que se encuentran algunos vampiros nativos, lo que facilita las relaciones entre ambas facciones.
Sangre Débil: De la misma forma que ha ocurrido con los Caitiff, los Sangre Débiles son aceptados entre los vampiros de El Salvador, y muchos utilizan sus peculiares habilidades y dones para protegerse y fortalecer su dominio. Muchos ven en el país la salvación de la persecución de otros lugares, por lo que están dispuestos a proteger este santuario como sea. Al mismo tiempo, colaboran estrechamente con los vampiros sin clan, y establecen pactos de colaboración poniendo sus recursos en común, investigando su naturaleza y creando estrategias defensivas ante posibles ataques, tanto de los inquisidores como de otras facciones vampíricas.
Imagen PRINCIPALES DOMINIOS DE EL SALVADOR
El Salvador tiene una población estimada de unos 6.5 millones de habitantes, siendo uno de los países americanos más densamente poblados. Hubo un tiempo en que el conjunto de El Salvador era considerado un mismo dominio, pero desde la caída del Sabbat, se ha fragmentado en cuatro, ignorando las divisiones administrativas de los mortales.
San Salvador: La capital de El Salvador es la ciudad más grande del país, y el centro del dominio vampírico más importante, que se extiende por los departamentos adyacentes, abarcando casi la mitad de la población salvadoreña. Recientemente el dominio ha sido reclamado por el Movimiento Anarquista, del que forman parte de la mayoría de los Vástagos salvadoreños. Los Caitiff, Brujah y Malkavian son los linajes más numerosos, pero en la ciudad también se encuentran representantes y espías de otras facciones. La presencia de la Segunda Inquisición es una espada de Damocles entre la Estirpe del dominio, y los inquisidores aseguran que las hostilidades e intrigas no se excedan demasiado. El líder de los Anarquistas salvadoreños, un vampiro sin clan, también ejerce su autoridad sobre el dominio, actuando con puño de hierro contra sus opositores.
Santa Ana: El dominio de Santa Ana no sólo abarca el departamento homónimo, sino también los territorios de Chalatenango, la Libertad, Sonsonate y Ahuachapán, siendo la base de poder de los Vástagos indígenas de El Salvador. Tlacique y Gangrel son los linajes más numerosos en el dominio, creando sus propias bases de poder al margen de las sectas. Existe cierta distensión entre los dominios de Santa Ana y San Salvador. Los Legados Ahogados y el Movimiento Anarquista respetan sus respectivas fronteras y al mismo tiempo están dispuestos a ayudarse frente a sus enemigos comunes. Una sacerdotisa Tlacique es la principal autoridad en el dominio.
San Miguel: El dominio de San Miguel abarca los departamento de San Miguel, Morazán y la Unión, al este de El Salvador. Este dominio se encuentra bajo la autoridad de la Camarilla, representada por el Príncipe y Regente Tremere de San Miguel. Cuando se produjo la caída del Sabbat los Tremere habían pensado en apoderarse de todo el país, pero sus esfuerzos se frustraron y quedaron reducidos a los departamentos orientales. Los Tremere dirigen una alianza de Vástagos Tremere y Ventrue, y aunque han intentado una aproximación diplomática hacia los Anarquistas, de momento sus avances han sido rechazados por las demás facciones vampíricas del país. Muchos Vástagos temen que los Anarquistas y los vampiros indígenas terminen expulsándolos de El Salvador.
Soyapango: Soyapango es el dominio salvadoreño más pequeño, situado entre los dominios de Santa Ana y San Salvador. Los Hécata, representados por la familia Pisanob, ejercen su autoridad en el dominio, manteniendo relaciones diplomáticas con los Legados Ahogados y los Anarquistas. En ocasiones Soyapango ha servido como territorio neutral para encuentros entre diplomáticos de distintas facciones. Sin embargo, los rumores sobre las actividades necrománticas de los Pisanob y sus supuestos poderes no animan a otros Vástagos a instalarse en el dominio. La familia Pisanob ejerce su autoridad de forma conjunta, representados por el más viejo de los Hécata presentes.

CULTOS DE SANGRE
La llegada de la Gehenna ha provocado que muchos Vástagos recurran a extrañas religiones y doctrinas en un intento de comprender lo que ocurre a su alrededor. Entre los Tlacique se encuentra extendida la adoración de un dios oscuro llamado Tezcatlipoca, mientras que los Hécata veneran a extrañas deidades de la muerte para apaciguar u obligar a los Sin Reposo. Durante la presencia del Sabbat en el país, la veneración de Caín también se encontraba extendida, y a pesar del escepticismo de Anarquistas y Camarilla, los extraños acontecimientos de los últimos años han inquietado los corazones de muchos Vástagos.
Iglesia de Caín: Los Caitiff y Sangre Débiles son numerosos en El Salvador, y entre ellos ha comenzado a extenderse la creencia de que ellos son los Elegidos de Caín, sin las maldiciones ni debilidades extendidas por los Antediluvianos. Esta creencia ha generado un culto Nodista entre los sin clan, que ha proporcionado fuerza y coherencia a la facción. Estos Nodistas Caitiff investigan su naturaleza vampírica y sus dones, tratando de desarrollar su potencial y negándose a ser despreciados, considerando que los clanes establecidos son simples esclavos de sus fundadores, y que los sin clan son quienes en realidad se encuentran más próximos al Primer Vampiro.
Más allá de las creencias personales, algunos líderes Caitiff han creado un culto interno y secreto, en el que repasan los antiguos escritos del Libro de Nod que caen en sus manos y tratan de aumentar su poder y aproximarse a Caín, tanto física como espiritualmente. El estudio de la Alquimia de Sangre y los poderes de Caín se encuentran muy extendidos entre estos cultistas. Consideran que quienes se oponen a ellos serán los sacrificios que les permitirán alcanzar su objetivo, y algunos han comenzado a recurrir a la diablerie.

LOS CAZADORES
La Sociedad de San Leopoldo disponía de gran influencia entre la Iglesia católica de El Salvador, aunque durante la época de la guerra civil salvadoreña sufrió las depredaciones del Sabbat, que no dudó en utilizar la violencia contra los cazadores. Sin embargo, en las últimas décadas, a medida que se formaban las estructuras de la Segunda Inquisición, la Sociedad ha recibido numerosos reclutas y apoyos, especialmente del gobierno salvadoreño, que necesitaba ayuda urgente para acabar con la violencia del país fomentada por las maras y grupos criminales. La Segunda Inquisición atacó a los Cainitas infiltrados entre las bandas, especialmente a las manadas del Sabbat, aunque ninguna facción quedó a salvo de sus ataques organizados.
Los primeros ataques sorprendieron a los Cainitas salvadoreños. Bajo la fachada de la guerra de bandas, edificios enteros fueron tomados por equipos especiales durante el día. Muchos no muertos fueron destruidos y otros capturados. Las primeras manadas llevaron a otras, y varios antiguos poderosos cayeron. Otras facciones, como los Legados Ahogados y la Camarilla también fueron afectados, aunque sus pérdidas no fueron tan numerosas como las de la Espada de Caín. Se construyeron “prisiones especiales” que en la práctica también eran campos de experimentación de las capacidades de los vampiros y de prueba de métodos de exterminio de los no muertos.
Los supervivientes huyeron o plantaron cara de forma más encarnizada, una vez desaparecido el factor sorpresa, pero la sociedad salvadoreña estaba harta de la violencia endémica y colaboró con las autoridades, señalando a los “criminales”. Estar relacionado con las maras dejó de inspirar miedo, y de hecho se convirtió en la perdición de muchos Cainitas, que cayeron junto con sus seguidores mortales.
Actualmente la Sociedad de Leopoldo dirige varios grupos armados que colaboran con el ejército y la policía de El Salvador, asesorados por las agencias estadounidenses y siempre atentos a la presencia de lo sobrenatural, obligando a los vampiros a ocultarse y actuar con más discreción. La tensa calma que se ha instaurado sobre el país es salpicada de ataques repentinos que acaban con los no muertos más confiados. Las diversas facciones procuran evitar a los cazadores, o se infiltran en lugares donde pasar desapercibidos, pero ningún refugio se considera del todo seguro.

LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL
Tras décadas de violencia producidas por la guerra civil salvadoreña y la lucha entre el crimen organizado, el gobierno de El Salvador finalmente ha iniciado una guerra total contra maras y bandas criminales, que ha terminado derribando el poder del Sabbat. El vacío de poder resultante ha provocado una fragmentación entre la Estirpe del país, y los enfrentamientos entre viejas y nuevas facciones se producen con la tensión de convertirse en objetivo de la Segunda Inquisición. De vez en cuando, un Vástago despistado o traicionado por sus enemigos termina destruido o confinado en “prisiones especiales,” donde la Segunda Inquisición lo interroga y lleva a cabo sus experimentos.
El Movimiento Anarquista parece el más beneficiado por la situación política de El Salvador, y especialmente la facción de los Sin Clan, que se han asentado en un dominio peligroso, pero donde pueden llevar a cabo sus proyectos sin la presión de los clanes establecidos. Tanto la Camarilla como los Legados Ahogados aspiran a reunificar de nuevo el dominio de El Salvador bajo su control, pero este objetivo parece cada vez más lejano, a medida que crece la influencia de los Sin Clan, y su poder e influencia se extienden noche tras noche. Sin embargo, en las inciertas noches de la Gehenna, esta situación bien podría dar un vuelco en cualquier momento.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:18

Imagen HISTORIA VAMPÍRICA DE EL SALVADOR LOS PRIMEROS POBLADORES
Se cree que los primeros pobladores del territorio salvadoreño llegaron hacia el final de la glaciación de Würm (hacia el 10000 a.C.). Se trataba de grupos nómadas de cazadores-recolectores, que hacia el 8000 a.C. comenzaron a volverse sedentarios, dedicándose principalmente a la agricultura y la recolección, con indicios de tala de bosques y de siembra de maíz, así como el comienzo de fabricación de cerámica.
Hacia el 1500 a.C. comienzan a llegar nuevos pobladores e influencias culturales desde el norte: mayas, lencas y olmecas, formándose las primeras aldeas agrícolas y desarrollándose el comercio, lo que también permite el incremento de la población, especialmente en el oeste y el centro del territorio, donde se encuentran poblaciones muy influenciadas por la cultura olmeca. Durante este período los principales asentamientos se encontraban en Chalchuapa y Cuscatlán, siendo El Trapiche el principal centro ceremonial de la zona.
En los siglos siguientes se incrementa la población, desarrollándose nuevos asentamientos, y también se incrementan los contactos con el sur y el este hacia el 500 a.C., con poblaciones de cultura maya, que adquiere hegemonía en el territorio. En el siglo III la zona entra en decadencia debido a causas ecológicas y la invasión de poblaciones del noroeste.
Con el comienzo del llamado “período clásico” en el siglo III las ciudades del oeste del territorio como Chalchuapa y Cara Sucia adquieren mayor importancia, recibiendo la influencia de Copán y Teotihuacán. La construcción monumental se detuvo. En algún momento de los siglos V-VI se produce una erupción en Ilopango, lo que lleva al abandono de los asentamientos del centro del territorio, que se mantuvo despoblado durante varias décadas.
Chalchuapa y su centro ceremonial en Tazumal alcanzan su mayor auge en el siglo VII. Aunque el territorio se encuentra unido culturalmente en el oeste y el centro, en conjunto durante esta época se encontraba habitado por pueblos diversos: lencas, ulúas, mayas, xincas y chorotegas. A partir de principios del siglo IX comienza el colapso de las principales poblaciones del período clásico, debido a la caída de las grandes ciudades mayas, que provocan un colapso de las rutas comerciales y el abandono de muchos asentamientos.
Con la decadencia de la cultura maya clásica en el siglo IX también comienza la llegada de grupos nahuas procedentes del norte, que ocupan los valles y planicies costeras. La llegada de los nahuas también produce el desarrollo de fuertes para protegerse de las invasiones. Chalchuapa y Tazumal consiguieron resistir la llegada de los nahuas, pero también se desarrollaron nuevos asentamientos como Cihuatán.
Los invasores nahuas trajeron sus propios dioses, entre ellos a Xipe Tótec, quien más destacó en este período. La élite de nobles y sacerdotes introdujo la cultura nahua, pero la población continuó con las costumbres anteriores de mayas y lencas. El centro ceremonial de Tazumal fue ampliado con la construcción de pirámides, templos y palacios dedicados a Xipe Tótec y Quetzalcoatl.
Cihuatán creció en poder y su dominio e influencia abarcaron el centro y el oeste del territorio. En contraste, el sur se fragmentó políticamente, con pequeñas aldeas y asentamientos a menudo enfrentados entre sí. Sin embargo, a principios del siglo XIII Cihuatán, Chalchuapa y Tazumal fueron arrasados y abandonados por la guerra contra otros invasores nahuas, los pilpiles.

Se desconoce cuándo llegaron los primeros vampiros al territorio de El Salvador. Quienes llegaron con los europeos suelen creer que quizás el territorio estaba despoblado, mientras que otros mencionan la presencia de “vampiros precolombinos” que fueron destruidos con la conquista. En cualquier caso, sólo disponen de vaguedades y nadie conoce a ningún vampiro salvadoreño que hubiera existido en las noches anteriores a la llegada de los conquistadores.
Los llamados Legados Ahogados poseen sus propios mitos, transmitidos oralmente, sobre sus orígenes y llegada al territorio, pero resulta difícil distinguir el mito de la realidad. Muchos asumen que son descendientes de dioses que recibían sacrificios, y compartieron su divinidad con sus descendientes, pero de nuevo, muchas veces la afirmación de que tal o cual dios era en realidad un vampiro resulta una suposición arriesgada en el mejor de los casos, cuando no directamente falsa. Como ocurrió en otros lugares del mundo, resulta apropiado pensar que muchos vampiros usurparon los nombres e identidades de dioses preexistentes en lugar de ser el origen de los mismos.
Tres nombres se encuentran especialmente extendidos en los mitos de los Legados Ahogados de El Salvador: Mictlantecuhtli, Tezcatlipoca y Xipe Topec. Se desconoce a ciencia cierta cuáles eran sus linajes, y la situación se complica porque parece que con el paso del tiempo, otros vampiros asumieron sus identidades en distintas ciudades.
Mictlantecuhtli el Viajero apareció en la península de Yucatán en algún momento del siglo III o quizás antes. Su influencia se extendía principalmente entre los pueblos mayas de la zona, que a menudo viajaban a su santuario para hacerle sacrificios de sangre. Algunos fueron bendecidos por el dios y extendieron su linaje. La mayoría de los Gangrel de México y América Central lo sitúan entre sus ancestros. Parece que el dios no se mostraba especialmente interesado en la conquista, y desapareció en algún momento del siglo IX, con el fin del período clásico. Se ignora si fue destruido o cayó en letargo, aunque hay quienes afirman que podría haber despertado en las últimas décadas, respondiendo a la llegada de la Gehenna.
Tezcatlipoca o Tohil, el Dios de la Noche, apareció en el valle de México en algún momento incierto, quizás en torno al siglo I o mucho antes. Sus adoradores le hicieron sacrificios y a menudo envió a sus elegidos para que extendieran su culto en otros pueblos, de buena voluntad o por la fuerza. Su actitud beligerante pudo haber provocado conflictos con otros vampiros. Los Tlacique se consideran descendientes del dios, y se convirtieron en la principal competencia de los descendientes de Mictlantecuhtli en los dominios de El Salvador, extendiéndose con la decadencia de la cultura maya en el siglo IX.
Xipe Tótec, el Dios de la Cosecha, era un dios muy antiguo, aunque se lo recuerda por su nombre mexica. El dios, o uno de sus descendientes, que utilizaba su nombre, viajó hacia el sur, donde se asentó en el territorio de Guatemala y creó una prole. Aunque algunos Gangrel remontan su linaje hasta él, otros creen que era un de un linaje distinto, los hambrientos Cipactli. Durante la época precolombina eran un linaje numeroso y feroz, enfrentándose a los Tlacique y Gangrel por el predominio, disfrutando de la abundancia de sangre derramada en los sacrificios humanos dedicados a su fundador.
Los descendientes de estos tres dioses eran los más numerosos en el territorio de El Salvador antes de la conquista española. Aunque luchaban entre sí por cuestiones territoriales, eran más frecuentes los períodos de calma y los acuerdos, acompañando a los sucesivos pueblos en su auge y declive. La mayoría de los nombres de estos “dioses de sangre” se han olvidado, y otros se recuerdan vagamente en las leyendas de los no muertos locales. En la época de los dioses, a menudo se mostraban abiertamente, reclamando sacrificios y tributos a cambio de su “protección.”

EL SEÑORÍO DE CUZCATLÁN
En el siglo XIII los pilpiles crearon el Señorío de Cuzcatlán, influenciado en gran medida por el Imperio Mexica. Aunque existían otros señoríos, Cuzcatlán era el más poderoso y unificado. Los pilpiles se asentaron en el oeste y centro del territorio salvadoreño, mientras al sur y el este se encontraban los lencas. Los mayas y otros pueblos también se encontraban hacia el este, aunque su presencia no era tan poderosa.
El Señorío de Cuzcatlán era una federación de 74 ciudades y provincias, con más o menos autonomía, entre las que destacaban Izalco, Nonualco y Coxutepeque. El Señor de Cuzcatlán o Kwawtaketzani (“El que habla como el águila”) tenía suficiente autoridad como para recaudar tributos y reunir soldados para la guerra, con un comandante militar. Ambos eran elegidos por un consejo de ocho nobles taketze (“Los que hablan”).
En el siglo XIV el Señorío de Cuzcatlán comenzó a extender su influencia estableciendo relaciones comerciales con sus vecinos o permitiendo que grupos de pobladores crearan nuevos asentamientos en otros territorios bajo la autoridad del señorío. Como resultado, otros territorios reconocieron y se sometieron a la autoridad de los nahuas, especialmente varias poblaciones mayas de Guatemala afectadas por el colapso climático. Otras poblaciones serían sometidas mediante la guerra.
A mediados del siglo XV llegó al poder del señorío Kuaukmichin, elegido por el consejo y pronto comenzó la guerra contra el reino quiché al este. El Señor de Cuzcatlán incrementó los impuestos e hizo ejecutar a sus opositores, entre ellos varios nobles, por lo que terminó provocando una rebelión hacia 1470, que terminó derrocándolo. Por su parte, el reino quiché se enfrentaba a sus propios problemas internos, por lo que no pudieron aprovechar la confusión entre sus enemigos. Fue elegido en su lugar Tutecotzimit, que terminó con la monarquía electiva y comenzó una monarquía hereditaria. Durante su reinado reanudó de nuevo la guerra contra los quichés en 1485.
Tutecotzimit murió en 1501, y no pudo evitar que los nahuas de Cuzcatlán fueran presionados por sus enemigos quichés y lencas. Fue sucedido por Tonaltut, quien decidió terminar la guerra, tras haber sufrido numerosas pérdidas y reconocer la independencia de otros señoríos nahuas.

Cuzcatlán fue el primer dominio vampírico de El Salvador del que se tiene noticia. Fue creado por un poderoso hechicero Tlacique procedente de México, conocido como Atonal, que se convirtió en el consejero de los señores mortales del lugar y creó una prole entre la nobleza. El apoyo de los Tlacique permitió que los señores de Cuzcatlán se impusieran sobre sus rivales, y los más destacados entre ellos fueron bendecidos con la sangre.
Atonal consiguió organizar a los vampiros presentes en la zona, creando un consejo de ocho representantes de diversos linajes. Se enfrentó a quienes no reconocían su autoridad, aunque los resultados fueron inciertos. Sin embargo, con el tiempo no todos los mortales aceptaron sumisamente la influencia de los llamados “dioses”, que a menudo interferían en la elección de sus líderes. Algunos creen que el Señor Kuaukmichin rechazó la ayuda de los Tlacique, e incluso ordenó ejecutar a varios de sus servidores para librarse de su influencia, pero en el proceso le retiraron su favor y pronto terminó siendo derrocado.
La historia del Señorío de Cuzcatlán es confusa, y parece que sus propios señores no muertos han tenido interés en olvidarla. Los Legados Ahogados afirman que el consejo de los ocho terminó cayendo, y que quienes lo formaban se enfrentaron entre sí, luchando por los territorios de América Central y enviando a sus proles y servidores a la guerra. Cuando los conquistadores españoles llegaron, los vampiros de la zona no se encontraban en condiciones de ayudar a los mortales y hacer frente a la amenaza que se avecinaba.


LA CONQUISTA DE EL SALVADOR
En el año 1522 cinco navíos españoles partieron desde Panamá para explorar las costas del litoral pacífico. El piloto mayor era Andrés Niño, que bautizó el golfo de Fonseca y desembarcó en una isla a la que llamó “Petronila.” (Meanguera). Fueron los primeros europeos que llegaron al territorio de El Salvador.
En junio de 1524 el conquistador Pedro de Alvarado atravesó el río Paz con tropas españolas y de auxiliares indígenas, iniciando el sometimiento del territorio salvadoreño, dividido entre el Señorío de Cuzcatlán, el Señorío Chorti (Payaqui) y el Señorío Lenca (Manalaca), así como otros señoríos menores. Al principio los indígenas recibieron pacíficamente a los españoles, pero pronto comenzaron los enfrentamientos. Tras una serie de batallas, Pedro de Alvarado llegó a Cuzcatlán, que había sido abandonada por los nobles, entre ellos el Señor Atlacátl. El conquistador pidió que regresaran, pero se resistieron. Tras una serie de escaramuzas, los españoles se retiraron a Guatemala al mes siguiente, arrasando las poblaciones a su paso.
Al año siguiente los españoles regresaron y comenzaron a establecer asentamientos: San Salvador (1525); San Miguel (1530) y Trinidad (1553), aunque algunas fueron refundadas en distintas ubicaciones en años posteriores. Los conquistadores tuvieron que hacer frente a varias rebeliones indígenas, pero hacia 1528 habían conseguido someter el territorio, y los indígenas fueron diezmados por la guerra y las enfermedades. El Señor Atlacátl fue capturado y ejecutado ese mismo año, aunque la resistencia continuó en las décadas siguientes, hasta la última revuelta indígena en el año 1553.

Entre los Vástagos de El Salvador la historia de la conquista resulta confusa. La mayoría asumen que manadas del Sabbat acompañaban a los conquistadores españoles y se enfrentaron a los vampiros indígenas en el siglo XVI, pero las identidades de los participantes no están nada claras. Nombres de manadas como las Sombras de Alvarado, la Sangre de Cenizas y otras, parecen haber sido añadidos a posteriori, o son los nombres de manadas que no estuvieron presentes en el lugar.
La perspectiva de los Legados Ahogados no contribuye a aclarar la situación. Según los vampiros nativos, el antiguo Señor Atonal recibió enviados del Sabbat, que le propusieron una alianza ante la llegada inminente de los conquistadores. Atonal aceptó, utilizando a los Cainitas para enfrentarse a sus enemigos de otros linajes, pero fue traicionado y durante décadas estalló una guerra intermitente entre Cainitas y Tlacique. Finalmente Atonal fue capturado con una estaca en el corazón, bautizado ceremonialmente y diabolizado en algún momento del siglo XVI, pero su muerte fue vengada. Hacia finales del siglo XVI ninguno de los traidores sobrevivía, pero los Legados Ahogados no pudieron expulsar a todos los vampiros europeos de sus tierras. Un vampiro de linaje incierto, con el nombre de Xipe Tótec, asumió el liderazgo de los Legados Ahogados en el Reino de Guatemala, que se retiraron a las sombras y se mantuvieron a la defensiva.
Los archivos de la Inquisición aportan algo más de información a este período. Entre los conquistadores españoles que acompañaban a Pedro de Alvarado se encontraban agentes de la Sociedad de Leopoldo. Según un informe firmado por el inquisidor Gómez de Contreras, en el año de 1528 la Inquisición organizó un ataque contra un templo oculto de adoradores de la sangre donde se veneraba a un demonio conocido como Atonal. Los inquisidores atacaron durante el día, matando a varios servidores del demonio, y prendiendo fuego a la criatura, que trató de huir del templo convertido en un jaguar negro, pero se deshizo en cenizas bajo los rayos del sol.
En los archivos inquisitoriales existen informes de otros ataques contra adoradores de la sangre, brujos y demonios, por lo que parece probable que la guerra contra los vampiros europeos no fue lo único que diezmó las filas de los Legados Ahogados.


EL PERÍODO COLONIAL
Hacia 1540 el Señorío de Cuzcatlán se consideraba pacificado, y los conquistadores españoles se dedicaron a esclavizar a la población y a la minería, pero la búsqueda de oro pronto fracasó, por lo que los colonos dedicarían el territorio a la agricultura, especialmente el cultivo de cacao, que sería sustituido en el siglo XVII por el jiquilite, utilizado en la elaboración del colorante añil. En 1546 el asentamiento de San Salvador recibió los derechos y privilegios de ciudad, y el antiguo señorío fue dividido en tres divisiones administrativas: Sonsonate (Izalco), San Salvador (Cuzcatlán) y San Miguel. Sonsonate fue convertida en alcaldía mayor, mientras que San Salvador, San Miguel y Choluteca pasaron a formar parte de la alcaldía de San Salvador. En el año 1542 esta organización pasó a depender de la jurisdicción de la Real Audiencia de Guatemala y posteriormente, en 1609, de la Capitanía General de Guatemala, dependiente a su vez del Virreinato de la Nueva España. En el terreno eclesiástico, todo el territorio de El Salvador dependía de la diócesis católica de Guatemala.
Los colonos españoles ocuparon las posiciones elevadas de la administración y el gobierno, y aunque comenzó a producirse cierto mestizaje con los nativos, la convivencia no fue del todo pacífica. En 1624 se produjo una rebelión de esclavos africanos, que fue sofocada con un contingente de soldados criollos e indígenas. También se produjeron incursiones de piratas británicos, que despoblaron varios lugares de la costa.
Con la llegada de la dinastía de los Borbones a España en el siglo XVIII se realizaron una serie de reformas económicas y administrativas en las colonias americanas, especialmente durante el reinado de Carlos III, y desde 1765, con la llegada a Guatemala del capitán Pedro de Salazar Herrera se implementó una reducción de impuestos, una mejora en la recaudación y el establecimiento de monopolios o estancos para evitar la evasión fiscal. También se redujeron las propiedades y privilegios eclesiásticos.
En 1785 se creó la Intendencia de San Salvador para ejercer un control más directo y efectivo de los alcaldes mayores, junto a la alcaldía mayor de Sonsonate, que mantuvo su autonomía. Se reorganizaron las milicias, se retiraron las trabas judiciales a la agricultura, se introdujo el gusano de seda y se creó un banco hipotecario. A finales del siglo XVIII, tras la muerte del intendente Ignacio Santiago Ulloa, se sucedieron varios sucesores provisionales, y los criollos salvadoreños consiguieron acceder a diferentes cargos.

De la misma forma que para los vampiros resulta confuso el período de la conquista, lo cierto es que no existen datos fiables sobre la presencia de los Cainitas durante el período colonial hasta finales la segunda mitad del siglo XVIII, con el estallido de la Primera Guerra Civil del Sabbat, que comenzó poco después de la expulsión de la orden de los jesuitas de las colonias españolas en 1767.
Gran parte del poder del clan Lasombra en América se basaba en las élites religiosas, y en especial de los jesuitas, controlando las instancias del poder, y a menudo relegando al resto del Sabbat a los márgenes de la sociedad. En Guatemala la situación era similar, con un Obispo del Clan de las Sombras que ejercía su autoridad sobre las cofradías y manadas Cainitas asentadas en la Capitanía General.
En El Salvador, el descontento de los Cainitas contra el predominio de los Lasombra en la Espada de Caín se manifestó con una guerra civil entre los propios Guardianes. En 1770 fue nombrado Juan Nicolás de Castaños como Obispo de El Salvador, desafiando la autoridad del Obispo de Guatemala. El Obispo de El Salvador representaba a las facciones más radicales, mientras el Obispo de Guatemala unía a las manadas más conservadoras.
La guerra se prolongó seis años, y cuando parecía que los conservadores de Guatemala conseguirían la victoria, el Obispo de Guatemala fue asesinado con toda su manada en una emboscada. El dios Xipe Tótec y los Legados Ahogados hicieron su movimiento, atacando a los Cainitas debilitados por la guerra civil. El Obispo Juan Nicolás respondió reclutando a otros Cainitas extranjeros, entre ellos varios Gangrel y Tzimisce que llegaron desde Europa en su ayuda.
El ataque de Xipe Tótec consiguió unificar a las facciones Cainitas para hacer frente al enemigo común de los Legados Ahogados. No fue una guerra fácil, y la Espada de Caín estuvo a punto de ser expulsada de la Capitanía General de Guatemala. Sin embargo, finalmente los Cainitas se hicieron con la victoria cuando el Dios de la Cosecha fue atacado en su santuario de las selvas de Guatemala. Tres manadas fueron destruidas durante el ataque, pero el dios fue derrotado y a duras penas consiguió huir. Cuando se despejó el polvo de la guerra civil, el Obispo Juan Nicolás asumió el liderazgo del Sabbat en Guatemala y El Salvador, y la guerra civil de la secta se dio por finalizada con el Pacto de la Compra en 1803.


LA INDEPENDENCIA
En 1808 llegaron noticias a las colonias españolas en América de que España había sido ocupada por los franceses. Se formó una Junta Suprema Central representando al gobierno español frente a los ocupantes y en San Salvador se eligió un representante para las Cortes reunidas en Cádiz, que viajó a España en 1811. Este mismo año se produjeron varias revueltas independentistas en la Capitanía de Guatemala y el intendente de El Salvador fue apartado de su puesto, situando en el poder a José Mariano Batres y Asturias. Este mismo año los motines fueron sofocados. La llegada de la Constitución aprobada en Cádiz en 1812 convertía en ciudadanos españoles a todos los nacidos en los dominios de la Corona (incluyendo indígenas y mestizos). Se realizaron elecciones para elegir nuevos representantes ante las Cortes de Cádiz, pero la derogación de la Constitución de Cádiz y el retorno de la monarquía absoluta en 1814 detuvo las reformas y provocó el surgimiento de nuevos movimientos independentistas.
El gobierno de la Capitanía de Guatemala consiguió controlar a los sublevados hasta el año 1821, cuando se firmó el Plan de Iguala que proclamaba la independencia del Virreinato de la Nueva España, que se convirtió en el Imperio de México, por lo que los independentistas de Guatemala presionaron a Gabino Gaínza para que convocase a la Diputación Provincial y firmara el Acta de Independencia el 15 de septiembre. El 5 de enero de 1822 las autoridades guatemaltecas dispusieron la anexión al Imperio Mexicano.
Los independentistas salvadoreños, de tendencia republicana, se opusieron, pero no pudieron impedir que El Salvador terminara anexado al imperio mexicano, aunque por breve tiempo. El 1 de julio de 1823, las antiguas provincias del Reino de Guatemala se independizaron nuevamente para crear las Provincias Unidas del Centro de América. El Salvador quedó convertido en una de las cinco provincias del nuevo estado, uniendo la Intendencia de El Salvador, Sonsonate y Ahuachapán.
Pronto chocaron las aspiraciones de autonomía federal de los salvadoreños y los centralistas guatemaltecos, que pretendían establecer su hegemonía en el nuevo estado. El antagonismo de facciones y la debilidad de las Provincias Unidas del Centro de América provocaron dos guerras civiles entre los años 1826 – 1829 y 1830 – 1842. Durante este período también se produjo un levantamiento indígena liderado por Anastasio Aquino.
Con el éxodo del presidente centroamericano Francisco Morazán terminó la república federal. El 2 de febrero de 1841, El Salvador se proclamó como estado soberano e independiente.

El Sabbat no tuvo mucho tiempo para recuperarse tras la guerra civil de la secta, a pesar de que el liderazgo del Obispo Juan Nicolás de Castaños resultó fortalecido. En principio, los tumultos y revueltas provocados por los independentistas no afectaron mucho a los Cainitas, pero estos movimientos políticos fueron utilizados por la Camarilla para atacar a sus enemigos, debilitando su influencia antes de que los Vástagos intervinieran directamente.
El Obispo Juan Nicolás resultó inesperadamente asesinado en 1829, y este mismo año, una alianza de Vástagos de los clanes Toreador, Tremere y Ventrue, llegaron a las Provincias Unidas del Centro de América para conquistar dominios para la Camarilla.
Los siguientes años fueron de conflicto entre Cainitas y Vástagos. Los dominios cambiaban de manos de la noche a la mañana, y los no muertos caían con rapidez. Sin embargo, poco a poco fue la Camarilla quien se impuso, utilizando su poder entre los mortales contra sus enemigos, divididos y sin un liderazgo claro tras la destrucción del Obispo de Guatemala. Las guerras civiles y revueltas sirvieron como fachada para ocultar los conflictos sobrenaturales.
Por supuesto, la victoria no se alcanzó sin pérdidas. Los Tremere, que habían intentado apoderarse de la capital de Guatemala, fueron destruidos en un incendio que devastó su capilla principal. Al final, el liderazgo del Directorio Ventrue que había financiado la conquista de Centroamérica resultó determinante, y varios Sangre Azules consiguieron convertirse en Príncipes en la región.
En 1841, coincidiendo con la independencia de El Salvador, Bernardo Mejía del clan Ventrue fue proclamado Príncipe de la Camarilla en el país, asentándose en la capital. Durante los años siguientes perseguiría a los últimos Cainitas salvadoreños, que huyeron o se vieron obligados a ocultarse.


LA REPÚBLICA CAUDILLISTA
Las primeras décadas de la independencia de El Salvador estuvieron marcadas por la inestabilidad política derivada de la rivalidad entre liberales y conservadores, así como los conflictos con los estados vecinos. Cuando una de las dos facciones tomaba el gobierno solía producirse una insurrección o revuelta que en ocasiones eran apoyadas por otros países, manteniendo un clima constante de guerra civil. Tanto liberales como conservadores se organizaban en torno a caudillos que reclutaban sus propias milicias.
El primero de los caudillos salvadoreños fue Francisco Malespín, que gobernó desde 1840 a 1845, primero de forma indirecta, a través de los primeros presidentes, y a partir de 1844 de forma directa como presidente. Cuando declaró la guerra a Nicaragua, y aprovechando su ausencia del país, Gerardo Barrios dio un golpe de estado. Francisco Malespín fue asesinado. Se sucedió un gobierno liberal, liderado por Doroteo Vasconcelos, que fue derrotado tras invadir Guatemala y depuesto.
Los conservadores salvadoreños eligieron presidente a Francisco Dueñas, que terminó su mandato pero siguió influyendo y gobernando a través de sus sucesores. Durante este período decayó la producción de añil, debido a la creación de colorantes sintéticos en Europa, que había sido la base de la producción de El Salvador desde el período colonial.
En 1859 el general Gerardo Barrios derrocó a Miguel Santín y se proclamó presidente, introduciendo el cultivo del café para revitalizar la producción agrícola y fomentando la instrucción pública. El enfrentamiento de Gerardo Barrios con la oposición conservadora llevó al enfrentamiento bélico con Guatemala y en 1863 era nombrado presidente Francisco Dueñas, que se mantuvo en el poder hasta 1871 con el apoyo guatemalteco.
En 1871 el liberal Santiago González derrocó a Dueñas. Su gobierno se prolongó hasta 1876, proclamando la libertad de cultos, la legalización del matrimonio civil, la educación laica y la supresión de las órdenes religiosas.

El Príncipe Bernardo Mejía formó un Directorio del Clan Ventrue, que se extendía por el territorio de El Salvador, luchando con el Sabbat, pero también otras facciones independientes. En los registros vampíricos de la época se habla de combates contra los Vástagos nativos, a los que habitualmente se señala como “Gangrel” y “Setitas.”
Pero pronto comenzaron los enfrentamientos dentro de la Camarilla. Un renegado Tremere, que había llegado a la capital de El Salvador antes que el Príncipe Bernardo Mejía se proclamó a su vez Príncipe, y fue destruido al poco tiempo por los Ventrue junto a su prole. Los Brujos enviaron una protesta, pero fueron rechazados, y uno de los primeros edictos del Príncipe fue rechazar la presencia de los Tremere en el país.
Un ataque de otros vampiros, de los que nunca quedó claro si se trataba de Cainitas supervivientes o Legados Ahogados, llevó de nuevo a la Camarilla salvadoreña a la guerra. Aunque la secta consolidó su presencia en la capital, otros dominios periféricos permanecían al margen de su autoridad. El Príncipe de El Salvador fue asesinado en 1855 por atacantes desconocidos, y durante un tiempo El Directorio de El Salvador gobernó conjuntamente. En esta ocasión no nombraron una única figura, sino que los Sangre Azules cooperaron hasta derrotar a sus enemigos en varias batallas.
No fue un proceso fácil. Durante esta época los Ventrue pidieron varios favores, atrayendo a algunos Toreador y Gangrel a la secta. Los Tremere se negaron a ayudar a los Vástagos salvadoreños, dirigiendo su atención hacia otros territorios centroamericanos. Sin embargo, aunque con grandes pérdidas, finalmente los Vástagos pudieron reclamar de nuevo la victoria, y en el año 1870 el Directorio Ventrue de El Salvador eligió un nuevo Príncipe, Antonio Herrera y Álvarez.


LA REPÚBLICA CAFETALERA
El presidente Santiago González fue sucedido en 1876 por Rafael Zaldívar, que anuló los sistemas de tierras comunales heredados de la época colonial, permitiendo que unas pocas familias se adueñaran de la mayor parte de la tierra. Zaldívar fue derrocado en 1885, siendo sucedido por el general Francisco Menéndez, quien promulgó una nueva constitución de principios liberales. Durante este período se fomentó la inmigración europea, que rápidamente se unieron a la élite económica. Estas familias desarrollaron la producción y comercio del café salvadoreño.
En 1898 llegó al poder el general Tomás Regalado y se sucedieron una serie de gobiernos estables en manos de los grandes terratenientes cafetaleros. La élite económica gobernó el país traspasándose directamente la presidencia de la conocida como “República Cafetalera.” Manuel Enrique Araujo, presidente entre 1911 y 1913 creó la Guardia Nacional y fortaleció la presencia del estado en todo el territorio. El presidente Araujo fue asesinado en 1913, y el poder quedó en manos de la poderosa familia Meléndez-Quiñónez, que gobernó el país hasta 1927.
La élite económica de El Salvador controlaba los catorce departamentos del país, y eran conocidas como oligarquía criolla, ya que eran descendientes directos de españoles. Estas familias, entre los que se encontraban los Dueñas, Araujo, Orellana, Álvarez, Meza-Ayau, Quiñones, Molina, Regalado y Menéndez Castro asignaban la presidencia del país en función de sus intereses. Sin embargo, cuando asignaron a Pío Romero Bosque como presidente en 1927, éste organizó unas elecciones que fueron ganadas por el Partido Laborista, que fue apoyada por estudiantes, obreros y comunistas. Arturo Araujo Fajardo fue elegido presidente en 1931, instaurando un régimen de libertades civiles y permitiendo la legalización del Partido Comunista Salvadoreño.
Sin embargo, el país sufrió una dura crisis económica producida por el derrumbe de los precios del café, por lo que el gobierno de Arturo Araujo fue derrocado el 2 de diciembre de 1931 por un grupo de militares.

El Príncipe de El Salvador organizó el Directorio Ventrue asignando a cada uno de sus miembros una serie de territorios, reclamando para sí el dominio de la capital del país. Hacia 1910 también había formado una Primogenitura con miembros de los clanes Gangrel, Malkavian y Nosferatu, que le habían prestado su apoyo, pero realmente eran los Sangre Azules quienes controlaban el poder político mediante sus vínculos con la oligarquía criolla. Aunque el Príncipe era la máxima autoridad, realmente era uno más del Directorio Ventrue, que tomaba las decisiones por mayoría.
Este equilibrio se mantuvo hasta 1931, cuando la oligarquía salvadoreña no pudo evitar la victoria del Partido Laborista. Los Ventrue apoyaron el golpe de estado de los militares, pero no fueron los únicos. El Príncipe de El Salvador orquestó el asesinato del resto de los miembros del Directorio en lo que se llamó la Purga Azul. El Directorio fue reformado con miembros de la prole del Príncipe.
Para justificar su acción, el Príncipe contactó con varios arcontes de su clan, y presentó una serie de evidencias que demostraban que el Directorio Ventrue había sido corrompido por las acciones de los Seguidores de Set, e incluso un Setita se había atrevido a sustituir a uno de los representantes del Directorio. Todavía hoy los Vástagos debaten si el Príncipe actuó honestamente o sobornó a los arcontes de la Camarilla para que le respaldaran, utilizando una serie de evidencias fabricadas.
En cualquier caso, los arcontes aprobaron la acción del Príncipe y la Purga Azul. Quizás uno o varios de los miembros del Directorio en verdad habían sido corrompidos por los Setitas, pero en cualquier caso, el Príncipe utilizó esa corrupción para reafirmar su autoridad y eliminar cualquier oposición potencial dentro de su propio clan. Sólo el Primogénito Malkavian condenó esa acción, mediante un mensaje cargado de acusaciones de tiranía e insultos ingeniosos. En cualquier caso, emprendería la vía del exilio poco después.

LOS GOBIERNOS MILITARES
Desde 1931 hasta 1979 se sucedieron en El Salvador una serie de gobiernos autoritarios compartidos por militares y oligarcas que combinaban la represión política con reformas limitadas para mantenerse en el poder. Apenas habia asumido el poder el general Maximiliano Hernández Martínez, cuando en enero de 1932 hubo una insurrección popular de comunistas, indígenas y campesinos. Los líderes del Partido Comunista fueron arrestados, y aunque los sublevados consiguieron apoderarse de varias ciudades, la insurrección fue aplastada de forma sangrienta, provocando más de 20.000 muertos. Los líderes comunistas y los caciques indígenas fueron fusilados. Esta represión también fue utilizada por el gobierno salvadoreño para hacer desaparecer la cultura y costumbres indígenas.
La dictadura del general Martínez se inspiró en el fascismo italiano, y para afrontar la crisis económica condonó las deudas de los terratenientes cafetaleros y creo un Banco Hipotecario. En 1944 se produjo una “huelga de brazos caídos” que paralizó el país. El general Martínez fue derrocado por el general Ignacio Menéndez, e intentó convocar elecciones libres, pero fue a su vez derrocado. En las elecciones de 1945 los militares proclamaron el triunfo del general Salvador Castaneda Castro, a pesar de que la oposición consideraba que la victoria era suya. Castaneda Castro continuó con las políticas del gobierno del general Martínez.
En 1948 Castaneda Castro fue derrocado por un golpe de estado por parte de los sectores renovadores del ejército que llevaron al poder al llamado Consejo de Gobierno Revolucionario, que elaboró una nueva constitución y se creó un partido oficial, el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD). El PRUD gobernó El Salvador con el teniente coronel Óscar Osorio (1950-1956) y el teniente coronel José María Lemus (1956-1960), que impulsaron reformas de corte socialdemócrata, como la creación de una seguridad social, un instituto de vivienda urbana y un proceso limitado de industrialización. La subida de los precios del café permitió una mejora en la economía, así como la introducción del cultivo de algodón. Sin embargo, cuando el precio del café se desmoronó a finales de la década de 1950, el gobierno de Lemus entró en crisis y fue derrocado en 1960.
Tras el derrocamiento de Lemus se sucedieron varios gobiernos provisionales, con el enfrentamiento de militares progresistas y conservadores, y en 1962 se redactó una nueva Constitución que prohibía los partidos de izquierda. Se fundó un nuevo partido oficialista del régimen militar, el Partido de Conciliación Nacional (PCN), que llevó al gobierno al coronel Julio Adalberto Rivera (1962-1967). El Salvador se alió con otros gobiernos conservadores americanos para contrarrestar los movimientos guerrilleros y fuerzas de izquierda inspirados en la revolución cubana de 1959. Estados Unidos aprobó préstamos para modernizar la economía salvadoreña, lo que permitió la planificación y construcción de grandes infraestructuras. También llegaron asesores militares estadounidenses que ayudarían a organizar grupos paramilitares y la represión de la población civil.
El coronel Fidel Sánchez Hernández fue elegido presidente entre 1967-1972. Durante su mandato se produjo en 1969 la Guerra de las 100 horas. El gobierno hondureño había confiscado negocios y propiedades de la comunidad salvadoreña residente en su país, más de 300.000 personas, generando un clima de violencia contra ellas. El ejército de El Salvador reaccionó invadiendo Honduras, lo que provocó miles de muertos y el exilio de miles de salvadoreños residentes en el país vecino.
La guerra y la crisis económica provocaron inestabilidad en El Salvador. En 1970 una corriente interna del Partido Comunista se escindió para formar las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí,” recurriendo al terrorismo contra los militares y las familias terratenientes. Progresivamente se formarían más grupos armados como el ERP y la Resistencia Nacional.
En las elecciones presidenciales de 1972 los opositores a la dictadura militar formaron una alianza, pero los militares proclamaron el triunfo del coronel Arturo Armando Molina, del Partido de Conciliación Nacional. Las protestas y un intento de golpe de estado fueron aplastados y José Napoleón Duarte, líder de la oposición, tuvo que exiliarse a Venezuela.
La alianza opositora se mantuvo unida y participó en las elecciones de 1977, pero a pesar de su victoria, los militares volvieron a situar en el poder al candidato del PCN, el general Carlos Humberto Romero. Ante el rechazo a conseguir un gobierno reformador mediante elecciones democráticas, muchos grupos de la oposición se armaron y pasaron a la clandestinidad.
La crisis política durante el gobierno del general Romero se recrudeció. Los grupos armados de izquierda incrementaron los actos de violencia contra los funcionarios del gobierno y los terratenientes, mientras el ejército y las fuerzas de seguridad intensificaron la represión formando los Escuadrones de la Muerte, grupos paramilitares con conexiones directas con el ejército, como la Unión Guerrera Blanca, el Ejército Secreto Anticomunista, etc.

El gobierno del Príncipe Antonio Herrera y Álvarez posiblemente sea el período más recordado en la historia de la Estirpe de El Salvador. Sustentó su poder sobre los gobiernos autoritarios, y en cierto sentido su gobierno reflejó la deriva de la política de los mortales. Su mano firme y férrea hacía temblar tanto a enemigos como a a aliados.
Sus primeras acciones consistieron en centralizar el dominio de El Salvador sobre el conjunto del país, gracias a una prole escogida cuidadosamente y Vinculada por Sangre. Ante la independencia de los vampiros indígenas, que no se sometían a su autoridad reaccionó con furia, utilizando las matanzas indígenas de la década de 1930 para hacer sus propias purgas sobre los no muertos. En 1932 emitió un edicto por el que prohibía el Abrazo de indígenas en su dominio. Varios vampiros de origen indígena optaron por mantener un perfil bajo, o directamente huir. Hubo una revuelta dirigida por la Primogénita del clan Gangrel, que fue ejecutada en 1933, y sus chiquillos expulsados del país.
El clan Ventrue se convirtió en el principal sostén del Príncipe de El Salvador, convirtiéndose en el linaje más numeroso de la Camarilla. Nosferatu y Toreador se convirtieron en sus principales aliados, aunque su influencia era testimonial. Otros clanes eran aceptados entre la Estirpe salvadoreña, pero eran vigilados atentamente y eran castigados ante la mínima infracción. El clan Tremere intentó instalar una capilla en el país mediante la diplomacia, pero sus solicitudes fueron rechazadas. Algunos Brujos visitaron El Salvador de forma independiente, pero en conjunto el clan no era bienvenido en el país.
Hubo protestas ante la Camarilla, e inspecciones de algunos arcontes, pero el Príncipe de El Salvador siempre consiguió evitar cualquier condena o amonestación mediante la vía del soborno. Ante la amenaza del Sabbat de México contra los Vástagos de Centroamérica, la Camarilla prefería hacer la vista gorda con los excesos de los Príncipes centroamericanos.
Como no podía ser de otra manera, el gobierno del Príncipe de El Salvador fue generando una ola de antipatías y la formación de facciones no muertas en la clandestinidad. Desde la vecina Guatemala un Obispo del Sabbat comenzó a apoyar a los Cainitas salvadoreños. Este Obispo del clan Tzimisce había encontrado en las selvas de Yucatán el templo oculto del antiguo Xipe Tótec, y lo había diabolizado, usurpando su identidad y Abrazando entre los indígenas y campesinos, que lo adoraban como un dios.
Mientras tanto, el Principe de El Salvador se enfrentaba a otros problemas. Su intento de extender su dominio a la vecina Honduras en 1969, un territorio habitado sobre todo por Vástagos independientes e indígenas, terminó en fracaso, y sus agentes fueron rechazados. Al mismo tiempo, se vio acechado por un nuevo enemigo: su propia Bestia. Sus excesos sanguinarios habían degenerado en una progresiva falta de control. Tras la invasión fallida de Honduras, destruyó a su varios miembros de su progenie personalmente y poco a poco se fue aislando, temeroso y paranoico de ser derrotado.
En 1979 el Príncipe de El Salvador perdió definitivamente el control en un estado irreversible de Wassail, convertido en un monstruo sin alma. Sus ghouls y chiquillos de confianza lo confinaron en su refugio e intentaron ocultar su estado mientras buscaban un sucesor adecuado, pero el escándalo saltó cuando el Príncipe consiguió huir y se presentó en el Elíseo, matando a uno de sus chiquillos y a dos de los asistentes antes de que consiguieran destruirlo a su vez.


LA GUERRA CIVIL DE EL SALVADOR
El 15 de octubre de 1979 un grupo de militares derrocó al general Carlos Humberto Romero del poder y formaron una Junta Revolucionaria de Gobierno que cayó a los pocos meses. Se sucedieron varias juntas más hasta que Napoleón Duarte puso en práctica un programa de gobierno diseñado por asesores de Estados Unidos: reforma agraria, nacionalización de la banca, el comercio exterior, y la industria del café y el azúcar. Al mismo tiempo se decretó el estado de sitio y la suspensión de la constitución, comenzando un periodo de represión. En 1980 fue asesinado Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador, que había exigido a los Estados Unidos la retirada del apoyo al gobierno salvadoreño.
Varias facciones guerrilleras, entre las que se encontraban los comunistas, se unificaron, paralelamente a la formación del Frente Democrático Revolucionario, formado por corrientes políticas y sociales de izquierdas. En mayo de 1980 una fuerza militar de El Salvador y Honduras reaccionaron con una violenta masacre de cientos de personas. Al mismo tiempo, las fuerzas paramilitares al servicio del gobierno comenzaron una serie de acciones terroristas, que en menos de un año acabaron con unos 32.000 civiles.
En 1981 la guerrilla salvadoreña lanzó una ofensiva general y llamó a la insurrección nacional. Los militares salvadoreños se involucraron directamente en la represión indiscriminada, cometiendo una serie de masacres, al mismo tiempo que la junta miliar era financiada para combatir a los insurgentes. Por su parte la guerrilla atacó a funcionarios, empresarios y alcaldes, saboteando infraestructuras públicas y objetivos militares, provocando miles de muertos.
Durante esta época comenzó a plantearse el diálogo y la negociación para resolver el conflicto de forma pacífica. Cuando fue elegida una nueva asamblea constituyente en 1982 se redactó una nueva constitución, y Álvaro Magaña fue nombrado presidente provisional. Napoleón Duarte ganó las elecciones presidenciales de 1984, comenzando dos reuniones de diálogo y negociación con la alianza guerrillera y las fuerzas de izquierdas, pero no hubo un acuerdo firme hasta 1987.
En 1989 fue elegido presidente Alfredo Cristiani del partido Alianza Republicana Nacional (ARENA), vinculado con los escuadrones de la muerte y las fuerzas paramilitares. El gobierno de Cristiani se reunió con la guerrilla salvadoreña en México, pero en noviembre del mismo año los guerrilleros lanzaban una renovada ofensiva militar. Ante la reacción sangrienta del gobierno y los paramilitares, quedó claro que ninguno de los dos bandos tenía posibilidades de una victoria total.
En abril de 1990 el gobierno de ARENA y la guerrilla consiguieron alcanzar un acuerdo, suscrito por ambas partes, y finalmente, tras varios reveses, las negociaciones culminaron en 1992 con la firma de los acuerdos de paz, que pusieron final a la guerra civil, que había provocado más de 75.000 muertos y 9.000 desaparecidos.
La asamblea legislativa de El Salvador aprobó el mismo año una “Ley de reconciliación nacional,” proclamando amnistías amplias y la creación de comisiones para el esclarecimiento de los crímenes cometidos durante la guerra. En el año 2016 la corte suprema declaró inconstitucional la ley de amnistía.

La muerte del Príncipe de El Salvador constituyó un golpe para el Directorio Ventrue del país. En su paranoia, el Príncipe había mantenido a su prole dividida y debilitada, sólo unida por el temor a su autoridad, pero con su ausencia, los Ventrue salvadoreños se encontraban desamparados frente a las ambiciones del resto de la Estirpe. El Directorio nombró un candidato de consenso en la figura de Alejandro O’Brien. El nuevo Príncipe de El Salvador trató de congraciarse con otros clanes, especialmente los Nosferatu y los Toreador, pero al mismo tiempo los Ventrue consideraron esa maniobra una debilidad. Algunos Ventrue se proclamaron a su vez Príncipes.
Y entonces estalló la guerra civil de El Salvador.
Desde las selvas de Guatemala el Obispo Xipe Tótec hizo su movimiento. Había creado un culto Cainita, y utilizado varios grupos clandestinos relacionados con el narcotráfico como fachada, pero la guerra le dio la oportunidad que esperaba. Los Cainitas se extendieron como una horda salvaje sobre Guatemala y El Salvador. Varios de sus agentes ya habían reclutado agentes infiltrados y descontentos con la tiranía del Príncipe salvadoreño.
La reacción de Alejandro O’Brien fue huir del país, debilitando todavía más al Directorio Ventrue de El Salvador. Otros Vástagos siguieron su ejemplo, y otros se encontraron enfrentando a los Cainitas, que utilizaban la violencia de la guerra civil para atacar a sus enemigos y Abrazar reclutas de forma descontrolada. Mientras en el ámbito mortal los dos bandos de la guerra civil no conseguían una victoria clara, los Cainitas se extendieron por el territorio de El Salvador en una marea imparable, devorando a los Vástagos de la Camarilla a su paso como una plaga de langostas.
Hacia 1982 Xipe Tótec había nombrado un nuevo Obispo para El Salvador, su chiquillo Yoalli Tlauana (Bebedor Nocturno), y que como él había adoptado varios elementos mayas, adaptándolos a los ritos de la Espada de Caín. Otras manadas Cainitas se extendieron por el país, destacando entre ellas Nodistas y Necronomistas, que se infiltraron entre la guerrilla, los militares y los grupos criminales.
Varios vampiros indígenas vieron con buenos ojos la caída de la Camarilla, pero se sintieron horrorizados ante la corrupción de sus tradiciones por parte de los Cainitas del Sabbat que usurpaban los nombres y aspecto de sus divinidades. Que sus pueblos fuesen maltratados y torturados con indiferencia durante la guerra civil tanto por los mortales como por los vampiros tampoco contribuyó a mejorar su opinión. La mayoría decidieron huir a la vecina Honduras y aguardar su momento en las sombras, como habían hecho durante otros períodos de persecución.


EL REGRESO DE LA DEMOCRACIA
En las elecciones municipales y presidenciales de 1994 la guerrilla Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) se presentó como partido político de izquierdas, consiguiendo un 25 % de los diputados; y en las elecciones presidenciales ganó el candidato de ARENA, Armando Calderón Sol, que aplicó un plan de privatizaciones de empresas estatales y políticas neoliberales. En 1997 el FMLN ganó la alcaldía de San Salvador, y en 1999 el partido ARENA ganaba de nuevo la presidencia con su candidato Francisco Flores, y de nuevo ARENA conseguiría la victoria en las elecciones de 2004 con el candidato Elías Antonio Saca. La rivalidad electoral entre el FMLN y ARENA también liquidó los partidos menores, que no obtuvieron el mínimo requerido por la ley electoral, creando un sistema político bipartidista.
El principal fenómeno que alteró la sociedad de El Salvador tras la guerra civil fue la expansión de las “maras” o pandillas, generado principalmente por la deportación de salvadoreños ilegales desde los Estados Unidos. Además muchos miembros de la policía eran conocidos criminales de guerra, por lo que los pandilleros y mafiosos deportados encontraron poca oposición cuando establecieron las maras en El Salvador. Para agravar el problema, tras la guerra existían muchas armas no controladas procedentes del conflicto, lo que permitió que las maras se convirtieran en traficantes de armas, uno de sus principales ingresos junto con la extorsión y el asesinato. Las principales maras eran la mara Salvatrucha y sus rivales, Barrio 18. Como consecuencia, el nivel de criminalidad se disparó, convirtiéndose en un desafío para el sistema judicial y el gobierno, y los planes de seguridad creados para luchar contra el crimen fracasaron.
Carlos Mauricio Funes fue el primer candidato del FMLN que ganó las elecciones presidenciales en el año 2009 y se vio obligado a alcanzar una tregua con las maras, negociando extraoficialmente. El gobierno requirió a las maras que redujeran la tasa de homicidios a cambio del traslado a prisiones de menor seguridad y mejores condiciones, así como beneficios por cada arma de fuego que entregaran. Si bien los homicidios descendieron, la indulgencia del gobierno llevó a las maras a centrarse en el reclutamiento y la organización. Por otra parte, la mayoría de los salvadoreños no estaban protegidos de la extorsión de las maras, y las noticias sobre los beneficios cedidos por el gobierno llevó a que la tregua resultara muy impopular y controvertida. Salvador Sánchez Cerén, candidato del FMLN, hizo campaña en 2014 para volver a una política dura con las maras, y después de su victoria electoral, se dio por terminada la tregua.

De la misma forma que el Sabbat había utilizado la guerra civil salvadoreña como fachada para atacar a la Camarilla, los Cainitas vieron en las maras una herramienta adecuada para controlar la sociedad humana y saciar sus ansias de violencia. Las actividades de las maras ya eran violentas, pero los vampiros las fomentaron, a menudo utilizando a los criminales para ajustar cuentas o simplemente como diversión. Muchos de los Cainitas Abrazados tras la guerra civil también fueron reclutados entre las maras o adoptaron su estilo de vida dentro de sus ritos y manadas.
El Obispo de El Salvador organizó a las nuevas manadas, a menudo enfrentándolas entre sí buscando a los reclutas más fuertes y despiadados. Al mismo tiempo, utilizó las actividades ilegales de las maras para obtener armas y recursos para fortalecer su propio poder. No obstante, el Obispo salvadoreño mantenía una relación de lealtad subordinada frente a su sire, el Obispo Xipe Tótec de Guatemala, algo que sus opositores no dejaban de recordar.
Al mismo tiempo, los Legados Ahogados se reorganizaron en Honduras, fortalecidos por el despertar de dos antiguos Matusalenes, que en poco tiempo expulsaron la presencia del Sabbat y la Camarilla. Los vampiros indígenas defendieron las fronteras de su territorio de las ocasionales ofensivas Cainitas, al mismo tiempo que se infiltraban entre los vampiros salvadoreños y preparaban su propio ataque.
Los excesos de los Cainitas terminaron agitando a los mortales. Muchos buscaron ayuda en la Iglesia, y la Sociedad de Leopoldo encontró a muchos voluntarios y colaboradores dispuestos en la sociedad civil, hastiada de las depredaciones de los demonios bebedores de sangre. Algunos miembros de las maras tampoco estaban dispuestos a ser meros esclavos de los vampiros, y utilizaron la violencia urbana para liberarse de su yugo.


NOCHES RECIENTES
El presidente Salvador Sánchez Cerén era un antiguo comandante guerrillero. Durante su gobierno se defendió un proceso de reforma parcial del aborto, ajuste de salarios mínimos, prohibiendo la minería contaminante y el matrimonio infantil. Sin embargo, la crisis económica heredada de su predecesor, los costes de los ajustes y su baja popularidad debilitaron su mandato.
En las elecciones presidenciales de 2019 tanto el partido de la derecha, ARENA, como el partido de la izquierda, FMLN, sufrieron el rechazo de la mayor parte de la población, rompiendo con el bipartidismo, y dando paso a una alianza de dos nuevos partidos: Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y Nuevas Ideas, que ganarían las elecciones presidenciales con el candidato Nayib Bukele, exalcalde de Nuevo Cuscatlán y San Salvador, de donde había pasado a la política nacional.
Nayib Bukele cesó a miles de funcionarios afines al gobierno anterior. Sin embargo, su gobierno se vio salpicado por varias crisis, debido a su enfrentamiento con la oposición, la llegada del COVID 19 y la destitución de varios magistrados. En 2021 el gobierno salvadoreño convirtió el bitcoin en moneda de curso legal, además del colón salvadoreño y el dólar estadounidense.
Sin embargo, el principal propósito del gobierno de El Salvador fue la reducción de la tasa de homicidios, para lo que declaró la guerra total a las maras y grupos criminales. Aumentó la vigilancia policial y de las fuerzas militares. Se declaró el estado de excepción y se clasificó las maras como grupos terroristas, prohibiendo los indultos en delitos vinculados a las pandillas. Más de 60.000 pandilleros y personas vinculadas a las maras fueron arrestados, junto a cientos de sus líderes. También se aprobó la destrucción de lápidas y monumentos funerarios para evitar que se convirtieran en “santuarios de glorificación de criminales.” Municipios enteros fueron cercados por el ejército y se creó un recinto carcelario de máxima seguridad para más de 40.000 reclusos.

La llegada de la Gehenna sacudió de lleno a los Cainitas de El Salvador. El Obispo Xipe Tótec anunció su intención de unirse a la Cruzada contra los Ancianos en Oriente Medio, y su chiquillo, el Obispo Yoalli, estuvo dispuesto a secundarle. Sin embargo, el Obispo salvadoreño y su manada fueron interceptados por inquisidores en su viaje a Oriente Medio y destruidos, aunque la noticia nunca llegaría a los Cainitas que habían permanecido en el país.
Muchos de los jóvenes Cainitas, Abrazados entre las maras tras la guerra civil, no conocían otra existencia que el enfrentamiento continuado, y la lucha contra unos Ancianos legendarios les resultaba remota. Muchas de estas manadas jóvenes permanecieron en El Salvador, mientras los antiguos acudían a la Llamada o viajaban como cruzados.
El abandono del Sabbat de El Salvador llevó los enemigos de la secta a estrechar el cerco sobre el país. Agentes de la Camarilla comenzaron a desplegarse en el este, mientras los vampiros indígenas llegaron desde Honduras.
Sin embargo, nadie esperaba el ataque repentino de la Segunda Inquisición. En su guerra contra las maras las autoridades hacía tiempo que conocían la existencia de vampiros infiltrados entre los criminales, y acudieron a la Sociedad de San Leopoldo, que a su vez contactó con otros grupos de cazadores de vampiros. En esta ocasión la ayuda financiera de los Estados Unidos llegó acompañada de asesores y grupos de intervención armada que descabezaron a las maras de sus manipuladores no muertos. Manadas enteras fueron destruidas o capturadas y llevadas a campos de experimentación. Los inquisidores no hacían distinciones entre facciones vampíricas, y aunque el Sabbat fue sin dudad el más afectada, algunos vampiros indígenas y de la Camarilla se vieron afectados por los ataques.
Una nueva facción aprovechó la ocasión, surgiendo de entre las sombras. Un grupo de vampiros sin clan vio en El Salvador el lugar adecuado para establecer su dominio y encontrar un lugar sin la presión de los clanes establecidos. Aliados con los vampiros indígenas, estos Caitiff barrieron a los escasos supervivientes del Sabbat, apoderándose de la mayoría de los dominios salvadoreños. Al mismo tiempo, mostraron su habilidad política utilizando las medidas de los nuevos partidos y del nuevo presidente Nayib Bukele en su favor, dirigiéndolos contra sus enemigos.
Los Caitiff, que se consideraban aliados del Movimiento Anarquista, se apoderaron del dominio de San Salvador, y de otros dominios en el centro del país, al mismo tiempo que los Legados Ahogados recuperaban posiciones en el oeste, junto a la frontera con Honduras.
Actualmente El Salvador se encuentra dividido en cuatro zonas de influencia, siendo los Anarquistas Sin Clan la facción predominante, con los Legados Ahogados en el oeste del país, un pequeño dominio en manos de los Hécata y la Camarilla manteniendo una precaria posición en el este. La llegada de la Gehenna y los ataques de la Segunda Inquisición han obligado a establecer una tensa tregua por el momento, aunque a largo plazo el conflicto parece inevitable.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#3

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:19

LÉXICO VAMPÍRICO SALVADOREÑO
Ajolote: Rötschreck, Frenesí de terror.
Bicho: Chiquillo.
Chirria: Frenesí o estado próximo al mismo.
Dar en el Corazón: Muerte Definitiva.
Empinar: Beber sangre de un recipiente.
Guarumo: Vampiro adicto a sangre drogada o alcoholizada.
Juracruces: Inquisidores.
Mechacorta: Un vampiro especialmente violento. En ocasiones, apodo del clan Brujah.
Pajero: Loco, Malkavian.
Tetelque: Sangre en mal estado, venenosa.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#4

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:20

Imagen SAN SALVADOR NOCTURNO San Salvador es la capital y la ciudad más grande de la República de El Salvador, y una de las ciudades de Centroamérica más importantes y pobladas. En ella se encuentran los tres poderes del estado, las principales empresas, telecomunicaciones, embajadas, hoteles, museos, etc.
La primera fundación de San Salvador tuvo lugar en 1525, pero su población no se asentaría en su emplazamiento actual hasta 1545. Fue un importante centro comercial durante la colonización y fue convertida en sede de la provincia que daría origen al actual país de El Salvador.
La ciudad tuvo un notable desarrollo durante el siglo XIX, aunque debido a que se encuentra en una zona altamente sísmica, ha sufrido los efectos de sucesivos terremotos a lo largo de su historia, recibiendo sucesivas reconstrucciones. Aunque tiene más de 600.000 habitantes, su área metropolitana supera los 3 millones, la segunda mayor de Centroamérica.
La capital salvadoreña también ha sido y es el centro de un importante dominio para los vampiros, habiendo cambiado de manos recientemente. Los nuevos gobernantes se asientan en un territorio inestable, disputado por varias facciones en la sombra, y bajo la amenaza de la Segunda Inquisición.

TEMA Y AMBIENTE
Tema: Un nuevo orden. El Movimiento Anarquista se ha hecho con el poder en San Salvador, a través de una poderosa facción de vampiros sin clan, que parecen encontrarse bien adaptados a las noches modernas. La construcción de este nuevo orden ofrece muchas oportunidades y cambios inesperados, pero al mismo tiempo las intrigas mezquinas que son tan propias de la naturaleza de la Estirpe están reapareciendo, y bien podrían condenar los esfuerzos realizados.
Ambiente: San Salvador es una ciudad situada en el valle del volcán Boquerón, recorrido por los ríos San Antonio y Acelhuate. Su clima tropical y seco ofrece altas temperaturas todo el año. Es una de las ciudades americanas más densamente pobladas, y los personajes jugadores deberían verse rodeados por aglomeraciones con frecuencia, incluso de noche. Los edificios apretados y elevados crean sombras por todas partes, mientras que los problemas de tráfico generan un bullicio constante de fondo.

TRASFONDO HISTÓRICO
Después de derrotar a las huestes pipiles en las batallas de Acajutla y Tacuzcalco, el conquistador español Pedro de Alvarado intentó someter a los nativos de la capital del Señorío de Cuzcatlán a su llegada el 18 de junio de 1525. Sin embargo, los cuzcatlecos huyeron a las montañas, y los conquistadores españoles se replegaron a la actual Guatemala.
La primera villa de San Salvador fue fundada en este mismo año por una expedición al mando de Gonzalo de Alvarado, pero debido a las rebeliones de los nativos se estableció una nueva villa al sur de la localidad de Suchitoto el 1 de abril de 1528. Tras la pacificación de la región este asentamiento fue abandonado poco a poco y la nueva villa de San Salvador se ubicó en el año 1545 en el valle de Zalcoatitán, renombrado como “Valle de las Hamacas.” Al norte de este emplazamiento se comenzó a construir una plaza mayor y al este se erigió una iglesia consagrada al Santísimo Salvador del Mundo. El 27 de septiembre de 1546, se elevó la villa de San Salvador a categoría de ciudad, por Real Provisión del rey de España.
Durante la época colonial San Salvador era la ciudad más importante de la Alcaldía Mayor de San Salvador, que a su vez formaba parte de la Capitanía General y Reino de Guatemala. En el siglo XVII la ciudad era un centro productor de colorante añil, que era exportado a Europa. En la segunda mitad del siglo XVIII, como parte de las reformas borbónicas, dirigidas a mejorar el cobro de impuestos y crear monopolios estatales, se creó la Intendencia de San Salvador en 1785, de la que la ciudad era la cabeza de su partido.
Durante este período no existe constancia de la presencia de vampiros, ni en los relatos de los Legados Ahogados ni en las tradiciones del Sabbat. El asentamiento todavía no tenía suficiente importancia como para mantener una población estable de no muertos, aunque es posible que fuera utilizada temporalmente. La presencia de una célula de inquisidores en la zona posiblemente también desanimó a los vampiros de asentarse de forma estable.
La ciudad comenzó a adquirir importancia cuando los opositores Cainitas al Obispo de Guatemala convirtieron San Salvador en su centro de operaciones. Juan Nicolás de Castaños, del clan Lasombra, había nacido en la ciudad y la conocía bien. Frente a Ciudad de Guatemala, San Salvador se convirtió en la oposición y Juan Nicolás consiguió ser reconocido como Obispo por sus seguidores. Durante este período, Gangrel, Lasombra y Tzimisce eran los clanes más numerosos. Las luchas intestinas dentro del Sabbat se alternaban con las incursiones de los Legados Ahogados. Sin embargo, en San Salvador los Cainitas se encontraban más unidos y el dominio era más estable, quizás debido a su situación de asedio frente a sus enemigos.
Tras la guerra civil del Sabbat, y el rechazo de los ataques de los vampiros indígenas liderados por el dios Xipe Tótec, el Obispo Juan Nicolás de Castaños dejó El Salvador en 1803 para trasladarse a Guatemala, que había perdido su propio Obispo. La manada de la Lluvia de Sombras quedó al cargo de San Salvador, dirigida por Matías Arce, uno de los chiquillos del Obispo.
A principios del siglo XIX en San Salvador se produjo la primera rebelión independentista contra las autoridades de la Capitanía General de Guatemala en 1811, y posteriormente otra en 1814, pero ambas sin éxito. No fue hasta 1821 que a través del Plan de Iguala las provincias centroamericanas declararon su emancipación, bajo la dirección de la Junta de Guatemala. La noticia llegó a San Salvador el 21 de septiembre. La Junta de Guatemala decidió la anexión al Imperio de México en 1822, sólo los ayuntamientos de San Salvador y San Vicente se negaron. En los siguientes dos años la ciudad enfrentó dos invasiones desde Guatemala que consiguió rechazar, pero terminó siendo ocupada por Vicente Filísola.
Con el nacimiento de las Provincias Unidas de Centroamérica en 1824, la ciudad se vio envuelta en los conflictos entre liberales y conservadores. El gobierno centroamericano decidió trasladar la capital a San Salvador en 1834, para evitar la excesiva influencia de Guatemala, pero San Salvador se encontraba en una situación de pobreza general agravada por una epidemia de cólera en 1836.
Matías Arce y los Cainitas de la Lluvia de Sombras fueron la principal influencia vampírica en la ciudad. Tras el asesinato de su sire en 1829, fue considerado para ser elegido Obispo, pero los ataques de la Camarilla y la fragmentación del Sabbat no le proporcionaron suficientes apoyos. Al final Matías apenas contaba con el apoyo de la Lluvia de Sombras y poco más. Cuando San Salvador se convirtió en la nueva capital de las Provincias Unidas de Centroamérica, los Vástagos de la Camarilla finalmente atacaron el dominio. Bernardo Mejía, un vampiro del clan Ventrue, había creado una prole entre políticos y militares, y los utilizó en su guerra contra los Cainitas. Ambos bandos no se dieron cuartel, pero finalmente Matías Arce era descubierto y ejecutado en 1837. La Lluvia de Sombras fue destruida, y los pocos Cainitas supervivientes decidieron huir. De inmediato Carlos Rosales, un espía del clan Tremere infiltrado en la ciudad desde principios del siglo XIX, se proclamó Príncipe, pero Bernardo Mejía se opuso y lo destruyó enfurecido, a pesar de las protestas de los Brujos, a quienes ordenó salir de la ciudad. Con la independencia de El Salvador en 1841, Bernardo Mejía fue proclamado formalmente Príncipe, no sólo de la capital, sino de todo el país.
Con la independencia también se produjo un cambio en la economía de El Salvador, sustituyendo el cultivo del añil por el del café. Al convertirse en capital, la ciudad de San Salvador recibió una serie de reformas, con nuevos edificios de diseño europeo. Durante el gobierno del general Gerardo Barrios fue construido un Palacio Nacional de estilo neoclásico; lo mismo ocurrió en 1870 con la Universidad de El Salvador, de influencia francesa. El telégrafo llegó a la ciudad en 1879.
A mediados del siglo XIX la ciudad de San Salvador tenía una población estimada de 25.000 habitantes, pero la expansión urbana se vio obstaculizada por los frecuentes terremotos en la región. El seísmo de 1854 causó tanta destrucción que las autoridades se trasladaron a Cojutepeque por cuatro años, e incluso se sopesó la posibilidad de trasladar la capital salvadoreña a Santa Tecla. Pero en 1859 San Salvador fue restablecida como capital del país.
El Príncipe Bernardo Mejía acompañó a las autoridades en su exilio, y fue asesinado durante el traslado. De nuevo comenzaron los ataques contra la Camarilla, pero los chiquillos del Príncipe se mantuvieron firmes, recuperando la iniciativa y restableciendo su influencia sobre San Salvador, cuyo mantenimiento frente a sus enemigos se había convertido en un desafío personal. El Directorio estaba formado por los cinco chiquillos de Bernardo Mejía, aunque uno de ellos fue destruido en 1862. Finalmente en 1870, una vez regresada la estabilidad al dominio y restaurada la autoridad de la Camarilla sobre el conjunto de El Salvador, el Directorio Ventrue eligió a Antonio Herrera y Álvarez, el más veterano de los chiquillos del Príncipe Bernardo Mejía, como su sucesor, con el respaldo de sus hermanos Lorenzo Cristiani, Carlos Benítez y Pedro Oliveros. Aunque el nuevo Príncipe representaría los intereses de los Ventrue salvadoreños, el Directorio pretendía seguir gobernando conjuntamente, pero Antonio Herrera tenía otros planes.
A principios del siglo XX San Salvador, como el conjunto del país, se había desarrollado gracias a los ingresos generados por la exportación de café. Durante este período se construyeron diversos lugares destacados de la ciudad, como el Parque Dueñas (1900), posteriormente conocido como Plaza Libertad; el Teatro Nacional de San Salvador y la primera Casa Presidencial (1911), y el Hospital Rosales (1902). Los edificios de este período pretendían ofrecer una imagen cosmopolita de San Salvador, pero los terremotos de 1917 y 1919 y las inundaciones de 1922 destruyeron muchos de los edificios construidos durante estos años.
Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el Directorio Ventrue y el Príncipe de El Salvador mantuvieron un equilibrio en el gobierno de la Estirpe. Fue también durante este período que los Ventrue crearon una Primogenitura con otros clanes que los habían apoyado: Isabel Orellana, del clan Gangrel; el conde Robert Morel, del clan Toreador, y Manuel Sarmento, del clan Malkavian.
Pero desde 1910 comenzaron los primeros roces. Como Príncipe de El Salvador, Antonio Herrera no estaba conforme con el poder que sus hermanos de sangre habían acumulado, ejerciendo su autoridad sobre otros dominios del país. Demasiado a menudo sus votos limitaban sus movimientos, especialmente a la hora de crear progenie, pues uno de los poderes del Directorio era aprobar el Abrazo de cualquier Ventrue salvadoreño. Poco a poco el Príncipe fue acumulando fuerzas para enfrentarse al Directorio. Su hermano Carlos Benítez resultó destruido en el terremoto de 1919, aunque algunos creyeron que había sido asesinado por asaltantes desconocidos.
El desplome de los precios del café y la Gran Depresión, provocaron una grave crisis económica en El Salvador. Las viejas familias oligárquicas ya no eran capaces de controlar el poder frente al crecimiento de los partidos políticos de izquierda, y finalmente los militares dieron un golpe de estado en 1931 situando al general Maximiliano Hernández Martínez como presidente del país, con el beneplácito de las élites salvadoreñas.
En 1931, el Directorio del clan Ventrue se reunió en Nochebuena en San Salvador, para discutir las políticas a tratar. El Príncipe Antonio Herrera había solicitado poderes excepcionales, y había infiltrado varios agentes en el ejército salvadoreño, para reprimir los movimientos campesinos e indígenas, entre los que se encontraban varios vampiros ajenos a la Camarilla, que podían constituir una amenaza al predominio de la secta en el país. Sin embargo, otros Ventrue estaban preocupados ante la actitud del Príncipe, que había actuado sin informar al Directorio, a veces interviniendo fuera de su dominio teórico en la capital.
Antonio recibió cortésmente las amonestaciones de sus hermanos de sangre, pero en la reunión de Nochebuena dio su propio golpe de estado entre la Estirpe. Sus dos hermanos de sangre, Lorenzo y Pedro, fueron capturados y atravesados con estacas, y varios Ventrue ajenos a la prole del Príncipe fueron igualmente arrestados o destruidos cuando presentaron resistencia.
El Príncipe se justificó con una carta del Justicar Ventrue, quien aprobaba sus acciones. En un discurso ante la Primogenitura afirmó que su hermano Lorenzo había establecido contacto con los Seguidores de Set, y que Pedro había consentido estos tratos, que habían perjudicado al dominio de El Salvador. Con esta justificación, que muchos Vástagos aceptaron por miedo, el Príncipe dio comienzo a la Purga Azul, destruyendo a sus dos hermanos de sangre y purgando de forma sistemática a los Ventrue salvadoreños. Libre de las restricciones del Directorio, el Príncipe creó uno nuevo, Abrazando su propia progenie. Sólo Manuel Sarmento, el Primogénito Malkavian, alzó la voz acusando a Antonio Herrera de haberse convertido en un tirano sangriento en una carta que leyó públicamente en el Elíseo. Cuando los agentes del Príncipe acudieron a su refugio para detenerlo, el Primogénito había huido, reapareciendo años después en Brasil, su país natal.
En 1932 el Príncipe Antonio Herrera anunció la formación del nuevo Directorio. En la Primogenitura situó a uno de sus propios chiquillos, Calixto Pérez, simplemente para asegurarse ojos, oídos, y una voz en el Consejo de los Primogénitos.
Una de sus primeras medidas fue lanzar una serie de ataques contra los vampiros indígenas, prohibiendo además el Abrazo de indígenas entre la Camarilla. La Primogénita Isabel Orellana, del clan Gangrel, protestó ante estas medidas, pues varios miembros de su clan tenían contactos y familiares entre los pueblos indígenas salvadoreños. Desafió al Príncipe Antonio Herrera y se unió a los Anarquistas, con la mayor parte de los Gangrel de El Salvador.
El enfrentamiento entre el Príncipe y los Anarquistas dividió a la ciudad de San Salvador durante unos meses, pero Isabel Orellana fue capturada y ejecutada antes de que terminara el año, y sin su liderazgo, los Anarquistas salvadoreños se dividieron y serían perseguidos y expulsados durante la década de 1930.
El Príncipe concentró la autoridad de la Camarilla en su persona. Del antiguo Consejo de la Primogenitura sólo permanecían los Primogénitos Ventrue y Toreador, pero era una asamblea meramente figurativa. En 1939 María Josefa Quesada fue aceptada como Primogénita del clan Nosferatu, pero más allá reuniones ocasionales en el Elíseo para ratificar o apoyar las políticas del Príncipe, la Primogenitura de San Salvador no tenía mucho peso político.
Durante las décadas siguientes el Príncipe utilizó los gobiernos autoritarios de El Salvador para acumular más poder. Creó una prole entre políticos y militares, a menudo Vinculándolos por sangre, y a menudo alternaba su favor de manera aleatoria entre sus distintos chiquillos, para asegurarse de que ninguno consiguiera suficiente poder para hacerle sombra. Como resultado, el Directorio Ventrue se llenó de individuos ineficaces y dependientes de la voluntad de su sire, que comenzaba a dar señales de paranoia.
La ciudad de San Salvador fue visitada por varios arcontes durante estas décadas, pero estas “inspecciones”, salvo alguna recomendación ocasional, mantenían la impunidad del Príncipe. En varios países centroamericanos el Sabbat estaba infiltrándose en varios dominios, y la Camarilla necesitaba el apoyo de los Vástagos locales, ignorando sus excesos, por lo que la tiranía del Príncipe de San Salvador no fue cuestionada. Un arconte del clan Toreador que se atrevió a objetar la política del Príncipe en 1948, fue sustituido en su posición y trasladado. Se rumoreó que el Príncipe tenía contacto directo con el Justicar Ventrue y que había sobornado a las élites de la Camarilla. Desde luego, riqueza y poder no le faltaban.
Sin embargo, el conformismo de la Estirpe salvadoreña no se mantuvo eternamente. En la clandestinidad el descontento hacia el Príncipe comenzó a crecer, y un espía del Sabbat, Rodolfo Ulloa, se infiltró entre los Nosferatu del dominio. Rodolfo incluso consiguió sustituir a la Primogénita de su clan en 1961, estableciendo un apoyo sólido para la Espada de Caín en el país.
Por esta época el Príncipe Antonio Herrera comenzó a dar señales de inestabilidad. Los vampiros indígenas habían encontrado un refugio en Honduras, por lo que el Príncipe decidió extender su dominio al país vecino, para acabar con su amenaza. Se desconoce hasta qué punto fomentó los desencuentros entre Honduras y El Salvador, pero cuando estalló el conflicto en 1969, envió a varios ghouls y Vástagos acompañando al ejército salvadoreño. La invasión fue un fracaso y pocos Vástagos consiguieron regresar. Destruyó a dos de sus propios chiquillos enfurecidos, y muchos creen que fue el principio de su degeneración. Sus apariciones públicas comenzaron a espaciarse, al mismo tiempo que comenzaba a perder el control sobre su Bestia.
En lo que se conoció como la Noche de la Bestia Real, el Príncipe Antonio Herrera reapareció por última vez después de un largo período de aislamiento. Varios chiquillos le habían que permaneciera aislado mientras se “recuperaba”, aunque lo cierto es que varios de ellos ya estaban buscando un sucesor. En cualquier caso, en su paranoia el Príncipe decidió aparecer en el Elíseo en un impulso de rabia.
Tal vez fuera el temor que rodeó a su aparición, o el intento de sus chiquillos de calmarle y que se retirara, pero en cualquier caso, el Príncipe estalló en un frenesí mientras se alimentaba, saltando sobre uno de sus chiquillos y decapitándolo, y también acabó destruyendo al Primogénito Robert Morel y a su chiquillo, al que presentaba en sociedad esa noche. A pesar de ser destruido, el Primogénito Toreador consiguió debilitar lo suficiente al Príncipe como para que el Guardián del Elíseo y sus ghouls consiguieran acabar con él.
Semejante escándalo tambaleó los cimientos del Directorio Ventrue y la Camarilla en el país. Algunos Vástagos consideraban que los Sangre Azules habían perdido cualquier legitimidad, pero el clan seguía siendo muy numeroso y finalmente fue elegido Alejandro O’Brien, el más veterano de los chiquillos de Antonio Herrera. El nuevo Príncipe trató de calmar a los Nosferatu y los Toreador con una serie de concesiones, pero otros Ventrue lo consideraron débil y se proclamaron Príncipes en otras ciudades salvadoreñas.
El Primogénito Rodolfo Ulloa, que en realidad era un infiltrado del Sabbat, aprovechó la ocasión para avivar las llamas de las disensiones, ofreciendo su apoyo a varios Ventrue y Vástagos de otros clanes, y aprovechó el estallido de la guerra civil salvadoreña para introducir a sus compañeros Cainitas en el país. El Obispo Xipe Tótec de Guatemala vio la oportunidad y comenzó una Cruzada sobre El Salvador.
El Príncipe Alejandro O’Brien huyó del país, junto con otros Vástagos que vieron que el dominio estaba perdido. En una ironía del destino, el traidor Rodolfo Ulloa fue descubierto y destruido por otros Nosferatu en la noche anterior a la caída de San Salvador ante el Sabbat. Fue homenajeado por sus compañeros Cainitas, que mezclaron sus cenizas con las de los Nosferatu salvadoreños.
La Espada de Caín tardó casi un año en completar la conquista de El Salvador. El Obispo Xipe Tótec presidió la celebración de la victoria con un Festín de Sangre en 1982, proclamando a su chiquillo Yoalli Tlauna Obispo de El Salvador. En las noches siguientes las manadas y cofradías que habían participado en la Cruzada se repartieron el territorio. El dominio de San Salvador quedó bajo la autoridad del Obispo y de su manada, la Cosecha de Sangre, un culto Cainita que mezclaba los ritos al Primer Vampiro con los de la antigua religión azteca. Otras dos manadas de Nodistas y Necronomistas también se asentaron en San Salvador para fortalecer la posición del Obispo.
Aunque la ciudad de San Salvador no fue el escenario de operaciones militares durante la guerra civil salvadoreña, la situación en las calles era tumultuosa. Desapariciones forzadas, atentados, asesinatos, y paros en el transporte público eran habituales. En 1986 la ciudad también fue afectada por un terremoto que se cobró más de 5.600 vidas y destruyó muchos de los edificios del centro histórico.
El 8 de noviembre de 1989 la guerrilla salvadoreña lanzaba una ofensiva total en distintos puntos del país, ocupando varios puntos en torno a San Salvador, lo que fue respondido por el gobierno con una serie de bombardeos, que provocó la destrucción de muchas viviendas y el éxodo de varios barrios. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, pero finalmente los guerrilleros comenzaron a retirarse el 12 de diciembre. Aunque la guerrilla no había conseguido su objetivo de apoderarse de la capital, dejó claro al gobierno que estaba lejos de ser derrotada, presionando para una eventual negociación que culminaría en los acuerdos de paz de 1992.
Para los Cainitas del Sabbat, la guerra civil salvadoreña fue un patio de juegos. Durante el asedio de San Salvador, algunos vampiros resultaron destruidos o expuestos, pero la secta también consiguió algunos reclutas, tanto entre los guerrilleros como entre las fuerzas armadas. El caos provocado por los bombardeos en la capital permitió que las desapariciones de mortales pasaran desapercibidas. La manada de los Hijos de la Guerra se formó durante esta época. Al principio formada por diez Cainitas, el Obispo los enfrentó entre sí hasta que sólo quedaron cinco supervivientes.
Terminada la guerra, el nuevo auge económico permitió la llegada de franquicias internacionales y la construcción de nuevos barrios y vías de comunicación, centros comerciales y zonas de esparcimiento. No obstante, la expansión de las maras y grupos criminales lastró este período de desarrollo.
La década de 1990 fue un período de esplendor para el Sabbat salvadoreño. El Obispo Yoalli Tlauna era venerado como un dios antiguo, y ser elegido para formar parte de su manada era el honor más deseado por parte de los Cainitas salvadoreños. Al mismo tiempo se formaron nuevas manadas a partir de las maras, que los vampiros comenzaron a manejar para sus propósitos, extendiendo la violencia a donde lo consideraban adecuado. Varias bandas callejeras eran supervisadas por una manada Cainita, que exigía tributos de sangre y dinero a cambio de su “protección.” Los pandilleros más astutos y feroces a menudo terminaban siendo reclutados en la Espada de Caín.
La violencia entre los mortales ocultaba la violencia entre los Cainitas, y el propio Obispo consideraba que era adecuado que los seguidores de Caín se fortalecieran luchando entre ellos, seleccionando a los guerreros más fuertes para las noches de la Gehenna. Sin embargo, a medida que la ciudad incrementaba su tamaño también comenzaron a infiltrarse espías y enemigos entre las sombras, al mismo tiempo que el descontento crecía entre los mortales.
En el año 2008 se produjo en Guatemala una reunión de Cainitas centroamericanos. El Obispo Xipe Tótec anunció que los Antediluvianos habían despertado y que la Espada de Caín debía alzarse contra ellos, iniciando una Cruzada de toda la secta. El Obispo Yoalli, su chiquillo, estuvo dispuesto a apoyarle, y a su regreso a San Salvador, reclutó un ejército entre sus subordinados.
Los Cainitas salvadoreños fletaron un avión con destino a Tel Aviv. El Obispo y su manada la Cosecha de Sangre fueron los primeros en viajar, durmiendo en unos contenedores que contenían armas y todo lo necesario para el viaje. Sin embargo, nunca llegaron a su destino. Un grupo de inquisidores, advertidos de los planes de los no muertos, los interceptaron durante el día antes de que pudieran salir, y los destruyeron.
Los Cainitas que habían permanecido en El Salvador se alarmaron ante la falta de noticias. Muchos de ellos eran jóvenes Abrazados entre las maras, y sin el liderazgo del Obispo Yoalli se encontraban faltos de guía. Para muchos de ellos la guerra contra los Antediluvianos era una leyenda lejana y no se encontraban muy animados para viajar a un lugar que desconocían.
En este mismo año varios de los enemigos del Sabbat convergieron sobre El Salvador. La Segunda Inquisición estaba advertida de que muchas de las maras salvadoreñas tenían vínculos con los no muertos, y a través de la Sociedad de San Leopoldo ofreció su ayuda al gobierno, que aceptó la ayuda de los “asesores” estadounidenses para hacer frente a los “líderes ocultos” de las maras. En lo que se conoció como la Operación Mano de Hierro, varios comandos de inquisidores, secundados por grupos de cazavampiros independientes, atacaron a los Cainitas respaldados por las fuerzas de seguridad de El Salvador.
En menos de un año la Segunda Inquisición informó de que había destruido o capturado a al menos cincuenta vampiros y sus servidores en El Salvador. Junto con la construcción de cárceles especiales para los pandilleros mortales, la Segunda Inquisición estableció una base de confinamiento y estudio de los chupasangres capturados.
Mientras los Cainitas caían uno tras otro, otras facciones vampíricas avanzaban con cuidado en El Salvador, pues ni la Camarilla ni los Legados Ahogados estaban a salvo de los ataques de los inquisidores. Nadie reclamó el dominio de San Salvador hasta que un grupo de Vástagos Sin Clan y Sangre Débiles, liderados por Ricardo Homar, un Caitiff salvadoreño que se había enriquecido en los Estados Unidos y creado una serie de empresas, y que durante las últimas décadas había invertido en El Salvador, preparando su conquista. La caída del Sabbat fue su oportunidad.
Ricardo se había aliado con el Movimiento Anarquista, aunque no dudaba en aplicar las estrategias de la Camarilla. Reclutando a numerosos Caitiff, los convirtió en un ejército viable, infiltrado en los distintos estratos de la sociedad. Apoyó a las facciones en ascenso en la política salvadoreña y las dirigió con habilidad contra sus enemigos. Al mismo tiempo que Nayib Bukele era proclamado presidente, Ricardo se convertía en el Barón de El Salvador.

POLÍTICA ACTUAL
Actualmente Ricardo Homar es el gobernante vampírico de San Salvador, y su influencia se extiende sobre todo el país. La gran mayoría de los vampiros Sin clan y Sangre Débiles lo consideran su líder, y en algunos casos, una figura mesiánica, que los protege frente al rechazo de los clanes y las sectas establecidas. El éxito de Ricardo se debe en gran parte a haber sabido percibir los cambios sociales, y las oportunidades. La facción del Barón de San Salvador tiene contactos con el gobierno salvadoreño, pero también vigila los movimientos de la Segunda Inquisición.
Los Anarquistas de San Salvador mantienen una relación correcta con los Legados Ahogados, al mismo tiempo que rechazan los avances de la Camarilla, que consideran el enemigo a derrotar a largo plazo, además de perseguir a los escasos supervivientes Cainitas que quedan en el dominio.
Quizás la principal oposición se encuentre dentro de los propios Anarquistas. Existen grupos que no están conformes con lo que consideran la deriva autoritaria del Barón Ricardo Homar, mientras que otros envidian su éxito y justifican que los Caitiff no están preparados para gobernar, al menos no todavía, y deberían abrir el gobierno a individuos mejor preparados.
En cualquier caso, el éxito de los Sin Clan en El Salvador ha atraído a numerosos Caitiff y Sangre Débiles al dominio. Muchos descubren que no es el paraíso que esperaban, pero por lo menos es un refugio frente a sus muchos enemigos. No obstante, el aumento descontrolado de la población vampírica podría terminar provocando problemas, atrayendo la atención de la Segunda Inquisición o incluso enemistando a los Anarquistas salvadoreños con otras facciones externas al país, además de quienes quieren que su proyecto fracase.

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Alexander Weiss
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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#5

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:22

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PRINCIPALES PODERES VAMPÍRICOS BRUJAH
Los Brujah salvadoreños nunca han sido muy numerosos. El tiránico Príncipe Antonio Herrera siempre estuvo atento a todos los movimientos del clan en su dominio, por lo que la mayoría se unieron a los Anarquistas en la clandestinidad o dejaron el país. Cuando estalló la guerra civil en El Salvador, un grupo de Brujah, financiados por un antiguo estadounidense llamado Maxwell, intentó utilizar los movimientos guerrilleros para apoderarse del poder, pero fueron expulsados o destruidos por la marea del Sabbat, y los supervivientes se reorganizaron en el exilio.
Con la llegada de los Anarquistas liderados por Ricardo Horma al poder, algunos Brujah han acudido a El Salvador en busca de oportunidades. Algunos se resienten con el liderazgo de los Caitiff y el favoritismo de Ricardo hacia los Sin Clan, mientras que otros tratan de medrar en el nuevo orden establecido, uniéndose a una u otra banda Anarquista.

Camila Díaz
Camila nació y creció en Los Ángeles, en una familia de emigrantes salvadoreños que habían huido de los gobiernos autoritarios. Cuando estalló la guerra civil en El Salvador, otros muchos salvadoreños llegaron, y comenzaron a formar pandillas para protegerse de otras comunidades con las que compartían los barrios marginales de la gran ciudad. Camila, que se había esforzado por terminar el instituto y trabajar en la tienda de sus padres, estaba disgustada por la violencia que había llegado a su barrio.
La muerte de su hermano pequeño la llevó a unirse a los Salvatrucha para vengarlo. Su determinación y su mente fría para buscar a los asesinos y tenderles una emboscada atrajo la atención de uno de los vampiros de la ciudad, que le dio el Abrazo.
Camila luchó junto a los Anarquistas de Los Ángeles, y con el tiempo otros vampiros salvadoreños se unieron a ella. Supo que el Sabbat se había apoderado de El Salvador, y tras una visita clandestina a la casa de sus abuelos en el país, decidió que lo liberaría de la presencia de los fanáticos Cainitas.
Hacia el año 2000 Camila ya era una Anarquista veterana, la líder de una pandilla aguerrida de luchadores callejeros. Unos años después, cuando supo que el Sabbat estaba abandonando sus dominios, viajó a San Salvador, con la intención de proclamarse Baronesa y reclamar el dominio, pero otros Anarquistas se le habían adelantado.
Desde su llegada, Camila y su banda han reclamado un territorio en la capital salvadoreña. Sin embargo, no lo están teniendo fácil desde que el gobierno ha declarado la guerra a las maras. Por otra parte, el Barón Ricardo Horma y los Sin Clan, aunque escuchan su consejo, no le hacen demasiado caso. Camila se siente despechada. Debido a sus años entre los Anarquistas de Los Ángeles, cree que tiene mucha más experiencia que Ricardo y los Sin Clan en cuestiones estratégicas y políticas, y que debería recibir más respeto. Al fin y al cabo, es heredera del legado de un clan que es el alma del Movimiento Anarquista. Espera que con el tiempo, los Caitiff reconozcan su valía, pero está comenzando a impacientarse, y ha comenzado a contactar con otros Brujah centroamericanos para fortalecer su influencia. La mentalidad “burguesa” del Barón de San Salvador tampoco termina de agradarle.
Camila tenía unos veinte años cuando fue Abrazada. Es una mujer morena, de cabello negro y liso y ojos castaños. Tiene un rostro serio y una mirada dura, y resulta difícil de intimidar. Suele vestir con colores rojo y negro, pues muchos de sus principios morales proceden del anarquismo mortal.
Generación: 11ª
Abrazo: 1989
Disciplinas: Celeridad 2, Potencia 2, Presencia 2
Humanidad: 6

CAITIFF
Los Caitiff han encontrado un refugio en San Salvador, y más de la mitad de los Vástagos del dominio son Vástagos Sin Clan, o por lo menos eso afirman. El Barón Ricardo Homar es una inspiración para todos, y la autoridad de él y su círculo interno es respetada. La posibilidad de perder lo que han ganado ha hecho que los Caitiff salvadoreños formen un frente común y solidario, y al mismo tiempo ha generado cierta desconfianza y arrogancia hacia los clanes. Ahora que tienen un lugar propio, los Sin Clan no permitirán ser despreciados ni marginados.
En los últimos tiempos, quizás debido al ambiente apocalíptico de la Gehenna, un culto ha comenzado a formarse entre los Caitiff de San Salvador. Muchos creen que al no estar limitados por las maldiciones de los clanes, los Sin Clan son los verdaderos descendientes de Caín, perdonados por el Primer Vampiro, y que sólo ellos sobrevivirán a las Noches Finales. Por el momento quienes siguen estas ideas las mantienen en secreto, mientras su orgullo crece.

Ricardo Homar, Barón de San Salvador
Ricardo nació en una familia de millonarios salvadoreños, que habían prosperado desde época colonial, primero con el cultivo del añil, después con el café y posteriormente en diversas empresas. La familia había sabido adaptarse a los cambios y tiempos turbulentos, siempre con una mano en el pulso del poder. Cuando estalló la guerra civil salvadoreña, el padre de Ricardo consideró que su familia estaría más segura en los Estados Unidos, y Ricardo, que era un chico de altas capacidades, fue enviado a estudiar en un instituto privado, y al terminar, en una universidad de prestigio.
Aunque criado entre la riqueza, Ricardo no permaneció ocioso, pensando en su futuro al frente de las empresas de su padre. Estudió en una escuela empresarial que combinó con estudios de psicología. Conocer a la gente y manipularla siempre le había resultado fácil y entretenido. Era muy apreciado por los profesores y respetado por sus compañeros, que reconocían su talento.
Fue en la universidad donde atrajo la atención de Margaret Montoya, una vampira del clan Ventrue. Vio en Ricardo a un chiquillo potencial, y tras seducirlo, lo convirtió en su ghoul, con miras a Abrazarlo a largo plazo cuando obtuviera permiso del Príncipe local.
Pero la situación se torció. Un Anarquista Sin Clan perjudicado por Margaret se vengó de ella dándole el Abrazo a Ricardo. Privada de su chiquillo, Margaret Vinculó por Sangre a Ricardo, dispuesta por lo menos a aprovechar su potencial. Sin embargo, Ricardo se dio cuenta del cambio de carácter de su sire, sintiéndose como un esclavo, lo que realmente era. Decidió observar, aprender y esperar su momento. Tardó un año en superar la influencia de su sire y se volvió contra ella, diabolizándola. Consciente de que su crimen sería castigado, huyó y regresó con su padre a San Salvador.
Desgraciadamente, el dominio estaba en manos del Sabbat. Tuvo que huir de nuevo, perseguido por los Cainitas, pero en el proceso su padre resultó asesinado. Juró que se vengaría.
En Los Ángeles Ricardo se unió a los Anarquistas locales. Con su carisma, conocimiento y recursos empresariales pronto consiguió aliados. Viendo la situación de los Sin Clan, reclutó a varios Caitiff y Sangre Débiles, e incluso dio el Abrazo a varios talentos necesarios para sus planes.
Estudiando la historia de la Estirpe, fue consciente de que los Vástagos debían aprender a adaptarse a los sucesivos cambios sociales, culturales y económicos. La Camarilla, aferrada a un orden feudal, se encontraba estancada, y los Anarquistas demasiado divididos. Organizó a sus seguidores siguiendo un modelo empresarial y en función de sus talentos y se preparó para atacar San Salvador.
La aparición de la Segunda Inquisición y la necesidad del gobierno salvadoreño de acabar con la delincuencia y violencia de las maras facilitó sus planes. Espió los movimientos de sus enemigos y los filtró a los mortales y cuando llegó el momento se instaló en el dominio, reclamándolo como suyo, diabolizando a varios Cainitas en el proceso.
Una vez convertido en Barón de San Salvador, Ricardo negoció entre las diferentes facciones Anarquistas y con los vampiros indígenas, repartiendo el país en zonas de influencia, dejando a los agentes de la Camarilla al margen para disponer de un enemigo común contra el que unir esfuerzos. Al mismo tiempo introdujo a las empresas de su familia en el entorno del gobierno, y utilizó sus poderes de Dominación para infiltrar agentes dobles y transmitir la información necesaria en el lugar adecuado, presentando a la Segunda Inquisición objetivos que desviaran su atención de sus recursos.
En el refugio del antiguo Obispo de El Salvador Ricardo encontró fragmentos del Libro de Nod y de historia Cainita. Desde entonces se ha dedicado a estudiar literatura Nodista. Para él, Caín es su inspiración. No considera que los Caitiff sean débiles, antes bien, cree que los Sin Clan están más próximos al Primer Vampiro y no están malditos como los clanes establecidos.
En los últimos tiempos Ricardo ha reunido a un grupo de sus seguidores más fieles y ha formado un culto en torno a Caín. Sus seguidores aspiran a crecer en poder personal y a alzar a los Sin Clan como una fuerza independiente sin las limitaciones de sus clanes. Por ahora Ricardo mantiene la discreción, para evitar distanciarse de sus aliados Anarquistas, pero a largo plazo planea crear su propia secta con Caín como su ejemplo y parangón. Quizás la Espada de Caín no estaba tan equivocada después de todo…
Ricardo era un hombre joven, mediada la veintena, cuando fue Abrazado. De mediana estatura, cabello negro y ensortijado, piel pálida y ojos negros. Posee un atractivo peligroso, y al mismo tiempo sabe encandilar a sus interlocutores con su carisma. Es muy inteligente, y siempre que se encuentra con alguien, comienza a pensar en cómo encajarlo en sus planes...o cómo disponer de él si se convierte en una amenaza.
Generación: 9ª (originalmente 12ª)
Abrazo: 1984
Disciplinas: Celeridad 2, Dominación 3, Presencia 3
Humanidad: 4

MALKAVIAN
Los Locos siempre han estado presentes en el dominio de San Salvador, tanto entre la Camarilla como entre el Sabbat. Entre los Anarquistas de la ciudad se encuentran algunos Locos, pero hay que decir que en la situación actual, la mayoría no dan mucha importancia a su linaje. Algunos Malkavian ni siquiera saben que forman parte del Clan de los Locos, e incluso alguno de ellos afirma con toda la seriedad del mundo que el clan Malkavian no existe.
En medio de las facciones Anarquistas, los Malkavian pasan desapercibidos, y parece que sólo se dedican a sus intereses. Sin embargo, de alguna forma misteriosa, parece que en ocasiones esos intereses coinciden o que las acciones de los Locos de San Salvador parecen formar parte de un plan mayor.

Dr. Víctor López
Los padres de Víctor, unos inmigrantes cubanos de Florida, se esforzaron por darle una buena educación a su hijo. El padre de Víctor trabajaba como enfermero en un hospital de Miami, pero estaba decidido a que su hijo se convirtiera en médico, y Víctor cumplió, esforzándose hasta que consiguió un título en Medicina. Desgraciadamente, en el Miami de la postguerra, no le resultó fácil encontrar trabajo en un hospital, pero Víctor no se desanimó, y abrió un pequeño gabinete dedicado a la comunidad cubana de la ciudad.
Durante el tratamiento de un paciente descubrió una anomalía en su sangre, y aunque al principio creyó que se había confundido, análisis posteriores ratificaron la anomalía. Consultar con su paciente no fue lo adecuado, pues no regresó a la consulta, y además le robaron las muestras que había extraído.
Comentando el incidente con varios compañeros de profesión, uno de ellos creyó su historia y le dijo que había obtenido resultados similares. Las anomalías parecían arrojar resultados similares a los de la sangre de anélido, con tipos sanguíneos mezclados y confusos.
Las investigaciones de Víctor terminaron atrayendo la atención de un departamento del FBI, y así Víctor descubrió que lo que se traía entre manos era sangre de vampiro. Sin embargo, una discusión con sus superiores sobre la conveniencia de publicar los resultados y continuar sus investigaciones terminaron con su despido y una amenaza de represalias legales.
Pero alguien seguía interesado por las investigaciones de Víctor. Un vampiro lo visitó de noche en su consulta con una oferta que no podía rechazar y terminó recibiendo el Abrazo.
El Dr. Víctor López ha trabajado como luminarias de la Estirpe con el Dr. Douglas Netchurch, hacia el que siente cierta envidia profesional, así como con otros investigadores de los Vástagos. Sin embargo, Víctor termina sintiéndose incómodo colaborando con otros, así que la mayor parte del tiempo trabaja solo.
Cuando la Segunda Inquisición surgió a principios del siglo XXI, Víctor consiguió acceder a ciertas investigaciones de los cazadores, debido a que desconocían su naturaleza e intentaron reclutarle. De esta forma pudo protegerse y al mismo tiempo conoció que estaban desarrollando armas bioquímicas para acabar con los Vástagos.
Desgraciadamente, terminó exponiéndose demasiado, y tras ser atrapado en una redada contra su laboratorio en Los Ángeles, fue rescatado junto a otros vampiros por un grupo de Anarquistas que buscaban liberar a sus compañeros. Su rescatador era Ricardo Homar, que desde entonces ha financiado las investigaciones de Víctor y a quien ayudado.
Recientemente, Ricardo se ha convertido en Barón de San Salvador y Víctor le ha acompañado, continuando sus experimentos en un laboratorio oculto y bien protegido. Actualmente, a instancias de su benefactor, se dedica a estudiar la naturaleza de los Sin Clan y Sangre Débil, al mismo tiempo que experimenta con voluntarios para fortalecer su sangre y desarrollar poderes ocultos. Algunos espías Anarquistas también le proporcionan información sobre los experimentos que llevan a cabo los inquisidores en El Salvador, y ahora tiene en mente varios proyectos prometedores.
El Dr. Víctor López es un hombre serio de unos cuarenta años, con barba y bigote oscuros salpicados de gris, cabello abundante, y que viste con traje o batas médicas, dependiendo de donde se encuentre. Siempre se comporta de forma profesional y le gusta alardear de sus éxitos, aunque cuando se mencionan los logros de otros muestra cierta molestia. Cuando experimenta puede comportarse de forma algo cruel, preocupándose poco por el bienestar de sus conejillos de indias.
Generación: 10ª
Abrazo: 1962
Disciplinas: Auspex 2, Dominación 3, Fortaleza 1, Ofuscación 2
Humanidad: 6
Trastorno: La locura del Dr. Víctor López se manifiesta en una forma de envidia. Si alguien pone en duda sus logros, se esforzará en superarse, menospreciando la obra de otros. Si se le presiona demasiado, puede llegar a volverse violento.

EL MINISTERIO
El linaje de los Tlacique remonta su presencia en El Salvador a las noches precolombinas, y sus descendientes actuales reconocen orgullosos su legado. Resistieron los ataques del Sabbat, resistieron los ataques de la Camarilla y ahora, con la llegada de la Gehenna y la caída de sus enemigos han visto su oportunidad.
En San Salvador el Ministerio es el rostro visible de los vampiros indígenas. Cuando el Sabbat cayó, atacaron y dieron caza a los supervivientes Cainitas, y cuando los Anarquistas reclamaron el dominio de la ciudad, actuaron como mediadores, reconociendo la autoridad del Barón Ricardo Horma.
Actualmente el Ministerio se encuentra aliado con los Anarquistas salvadoreños, y sus representantes son respetados, manteniendo una presencia permanente en San Salvador. Aunque algunos se unen a las bandas Anarquistas, su legado indígena los mantiene algo distantes de sus aliados, prefiriendo relacionarse con otros vampiros con quienes comparten su cultura. Sin embargo, este distanciamiento ha comenzado a reducirse entre las generaciones más jóvenes.

Nochipa
María era una niña campesina de un pueblo cerca de Izalco, que desde que era pequeña tuvo que trabajar duro para ayudar a su familia. La vida era difícil, pero también encontraba momentos de felicidad. Sin embargo, poco después de cumplir catorce años comenzaron los problemas. Los campesinos comenzaron a protestar contra los terratenientes, y las protestas se convirtieron en revueltas.
Y entonces llegó la matanza.
La familia de María no había participado, pero eso no impidió que los militares los incluyeran en las ejecuciones masivas que siguieron. La madre de María la protegió como pudo y la ocultó en un horno de pan. Cuando llegó la noche, María huyó a la selva.
Allí sobrevivió, con miedo a regresar al pueblo, y entonces algo que vivía en la selva la encontró y le dio el Abrazo.
Nochipa ya no tenía miedo. En las selvas vivían otros como ella, los hijos de los antiguos dioses, furiosos por lo que les habían hecho a sus descendientes. Sin embargo, las matanzas no sólo eran obra de los hombres, había otros dioses blancos que habían llegado con los invasores desde más allá del mar.
Durante décadas Nochipa espió a otros Vástagos, haciéndose pasar por una vampira del clan Gangrel. Observó y aprendió muchas cosas que le resultarían muy útiles a la hora de mantener su propia Mascarada. Incluso llegó a matar a varios. Cuando el Sabbat invadió El Salvador intentaron reclutarla en su ejército demoníaco, pero ella respondió con sangre. Hostigó a los Cainitas que se acercaban demasiado a su territorio en Izalco, y en alguna ocasión resultó herida.
Cuando llegó la Gehenna, Nochipa dio caza a otros Cainitas, pero ahora había un nuevo peligro en las ciudades. Hombres armados que se habían cansado de los vampiros, pero ella había aprendido a esconderse en las sombras y mantener un perfil bajo. Sólo era una chica campesina que no quería problemas.
Recientemente los Anarquistas llegaron a un acuerdo con los Legados Ahogados, repartiéndose el territorio de El Salvador en zonas de influencia. Ahora Nochipa se encuentra en las calles de San Salvador, representando los intereses de los vampiros indígenas, pero al mismo tiempo observa y aprende. No termina de confiar en Ricardo Homar, y su ansia de poder le molesta. De momento la paz se mantiene, pero si es necesario luchar o huir, Nochipa estará preparada.
Nochipa es una muchacha indígena de unos quince años, de piel broncínea, cabello largo y liso, y pequeños ojos negros y brillantes. Aunque le gustan los abalorios indígenas, en las calles de San Salvador suele vestir de manera informal, y se desenvuelve perfectamente como las chicas de su edad, sin llamar la atención. Sabe adoptar una fachada juvenil e ingenua, pero al mismo tiempo siempre está lista para enfrentarse a un desafío.
Generación: 10ª
Abrazo: 1932
Disciplinas: Animalismo 2, Ofuscación 3, Presencia 2, Protean 3
Humanidad: 6

TREMERE
Los Tremere de la Camarilla son los principales rivales de los Anarquistas de San Salvador, y aunque por el momento parecen encontrarse a la defensiva, han enviado a algunos agentes mortales para espiar en la ciudad y prepararse para un eventual ataque. En reacción, el Barón de San Salvador ha reclutado a algunos taumaturgos entre los Sin Clan para hacer frente a la magia de sangre de los Brujos. Unos pocos renegados Tremere también han encontrado refugio entre los Anarquistas salvadoreños, pero se vigilan sus pasos muy de cerca, ante una posible traición.

Becky Wong
Becky nació en Ciudad de México, descendiente de inmigrantes chinos que habían llegado al país a principios del siglo XX. Había estudiado para trabajar como enfermera y farmacéutica, y fue su posición en un hospital de la ciudad, lo que la puso en el punto de mira de los vampiros del Sabbat, en concreto los antitribu Tremere, que la convirtieron en ghoul y la condicionaron para que les proporcionara recursos, sangre y víctimas fáciles manipulando la burocracia del hospital.
Con el tiempo, el Domitor de Becky pensó que podía convertirla en una potencial chiquilla, y comenzó a instruirla en los principios de la magia de sangre. Su futuro sire era conocido por ser un creador de monstruosidades.
Sin embargo, un día Becky se encontró sola. Descubrió que los antitribu Tremere habían sido asesinados, y ella pensó en desaparecer. Sin embargo, sin sangre de vampiro se sentía débil y ansiosa, y trató de encontrar un nuevo amo entre los Tremere.
Becky terminó encontrando más de lo que buscaba entre los contactos de su desaparecido Domitor. Recibió el Abrazo, pero al mismo tiempo se convirtió en la esclava de un cruel experimentador. Fue rescatada por un grupo de Anarquistas que la liberaron de su encierro, y cuando tuvieron que huir de México, buscaron refugio en El Salvador, ayudando al Barón Ricardo Horma a conquistar el dominio.
El conocimiento de Becky de la magia de la sangre ha resultado útil para los Anarquistas salvadoreños, y ha reclutado algunos aprendices prometedores entre ellos, creando su propia cábala Anarquista. En los saqueos de los refugios de los Cainitas del país también han encontrado material de hechicería útil para sus investigaciones. El conocimiento esotérico de Becky se basa en la manipulación de la sangre y la carne, y con el tiempo aspira a crear sus propios servidores, como hacía su amo y quizás utilizar la magia para “mejorar” la sangre de los Sin Clan. Ella y el Dr. Víctor López se conocen, y la verdad es que no se llevan muy bien, pero por el momento prefieren ignorarse y han instalado sus laboratorios en los lugares más apartados de la ciudad.
Becky era una mujer mediada la treintena cuando fue Abrazada. Su piel es pálida, con rasgos redondeados, ojos negros e inteligentes, y cabello corto y liso. Es muy alta y delgada, y suele vestir de manera formal con colores oscuros, o con una bata médica cuando se encuentra en su laboratorio.
Generación: 12ª
Abrazo: 2000
Disciplinas: Auspex 1, Dominación 1, Hechicería de Sangre 3
Humanidad: 6

TZIMISCE
Antes de la llegada de la Gehenna, el clan Tzimisce era un linaje numeroso en el Sabbat de El Salvador, comenzando por el propio Obispo Yoalli. Muchos Demonios salvadoreños seguían su ejemplo, adoptando elementos aztecas y mayas en sus ritos e indumentarias, para horror y furia de los Legados Ahogados. Cuando cayó el Sabbat, muchos de estos “falsos indígenas” resultaron destruidos.
Se rumorea que no todos los Cainitas de San Salvador cayeron ante los ataques de la Segunda Inquisición y los Anarquistas, y que algunos de ellos han conseguido sobrevivir, ocultos o infiltrados en el nuevo orden. Aunque existe cierto temor paranoico entre los Anarquistas, la llegada de refugiados y el tamaño de la ciudad hacen difícil verificar la presencia de estos supuestos espías. Mientras no muestren abiertamente sus cartas y colaboren con el Movimiento, seguirán a salvo.

Edwin Centeno, El Predicador
Edwin nació en una familia evangélica de El Salvador. Su padre era un pastor de su iglesia, y aunque fue un niño devoto durante su infancia, con el tiempo su fe fue decayendo a medida que la edad y lo que veía lo decepcionaban. Su padre desviaba parte del dinero de los feligreses en su provecho, y además engañaba a su madre con varias amantes y prostitutas. Edwin tuvo su primera borrachera a los quince años, y comenzó a tontear con las drogas y chicas.
Durante un viaje en autobús con su padre y varios feligreses de la iglesia, hubo un accidente, y todos murieron. En realidad, una manada del Sabbat los había interceptado y planeaba sacrificarlos como parte del festín de una ceremonia. El padre de Edwin rezó tembloroso y asustado, intentando librarse de los demonios sanguinarios que lo rodeaban, y semejante escena hizo que Edwin reaccionara con rabia. Se lanzó contra uno de sus captores y le escupió.
Su acto llamó la atención del Obispo Yoalli, quien le dio su sangre y lo enterró en una tumba colectiva con los cadáveres de su padre y sus hermanos. Edwin se abrió paso a través de la tierra para ser recibido en el culto de la Cosecha de Sangre. Adoptó una máscara monstruosa para cubrir su rostro en las ceremonias de su manada.
Aprendió mucho de su sire, y sus hermanos Cainitas le enseñaron las artes de la carne y la sangre. Se convirtió en un predicador del Sabbat, llevando la palabra de su sire a distintas manadas de El Salvador, o se infiltraba entre los mortales para obtener información y buscar potenciales enemigos o reclutas.
Cuando llegó la Gehenna, Edwin se encontraba viajando por Centroamérica, transmitiendo las instrucciones del Obispo Yoalli, y coordinando a distintas manadas para participar en la Cruzada de Oriente Medio. Cuando se enteró de que su sire y su manada nunca habían llegado a su destino, regresó apresuradamente a El Salvador, donde se encontró con que el Sabbat había sido devastado por sus enemigos, la Segunda Inquisición y los Anarquistas.
Se ocultó durante un tiempo, y salió de su refugio adoptando una nueva identidad como “Edwin Centeno”, un joven Caitiff que no tardó en encontrar un refugio entre otros Sin Clan. Observó y aprendió, como había hecho siempre, aguardando su momento, y ha comenzado a poner en marcha sus planes. De momento ha conseguido ganarse la confianza del Barón Ricardo Horma, y muchos de los Sin Clan que llegan a San Salvador, a menudo reciben su ayuda al llegar.
Edwin es un joven de unos veinte años, de piel morena, ojos negros y cabello negro, largo y rizado. Tiene una hermosa y blanca sonrisa y siempre se muestra jovial y entusiasta en el proyecto de convertir El Salvador en un refugio para los Caitiff. Sin embargo, su mente siempre está en marcha, preparando planes y ocultando sus intenciones. Si alguien sospechara de él o se mostrara desagradable, simplemente se disculpará y se retirará. Suele vestir de manera formal, aunque últimamente se siente atraído por la ropa de marca.
Generación: 10ª
Abrazo: 1993
Disciplinas: Animalismo 2, Dominación 2, Presencia 1, Protean 3
Humanidad: 0 (Senda de Caín).

SANGRE DÉBIL
Junto a los Caitiff, los Sangre Débil son numerosos en San Salvador. La política de aceptación del Barón de la ciudad ha atraído a varios de ellos, y la verdad es que demuestran su utilidad, infiltrándose en lugares a los que los Vástagos plenos no pueden llegar durante el día. Algunos de ellos incluso han conseguido espiar a los inquisidores, y se rumorea que existe un círculo secreto de Sangre Débil que ha conseguido acceder a los archivos de la Segunda Inquisición.
Por otra parte, al igual que ocurre entre los Caitiff, entre los Sangre Débil también está surgiendo una corriente de orgullo propio. Algunos de ellos afirman que con la llegada de la Gehenna ellos serán elegidos por Caín frente a los clanes “malditos” y que sólo ellos serán perdonados.

Violeta Serrano
Violeta nació en una familia de pandilleros vinculada a las maras salvadoreñas. Su infancia estuvo llena de violencia, y aprendió a sobrevivir como pudo. Se enamoró de un chico que una noche regresó cambiado y quiso compartir la noche con ella.
Sin embargo, el Abrazo no cambió su vida. El mundo de los no muertos era igual de violento, con las peleas entre bandas Cainitas, pero Violeta se aferró a los sentimientos que engendraba la sangre de su interior por su sire, y juntos, con sus compañeros de manada consiguieron sobrevivir.
Y entonces llegó la Segunda Inquisición. Los cazadores acabaron con vampiros mucho más fuertes y listos que Violeta, y una noche vinieron a por su manada. Sólo Violeta consiguió sobrevivir, gracias al sacrificio de su sire, el chico del que se había enamorado.
Permaneció oculta un tiempo, pensando en huir, hasta que llegaron los Anarquistas, y entonces salió de las sombras y se unió de ellos. Para Violeta era suficiente con saber que eran enemigos de los inquisidores, y le dieron la oportunidad de cobrarse venganza.
Ahora Violeta es una de las principales voces de los Sangre Débil de San Salvador. Ha retomado el contacto con lo que queda de su familia, y aunque tiene contactos entre las maras, debido a las recientes redadas para detener la violencia callejera, se mantiene distante de ellas. Junto con otros Sangre Débil ha formado un grupo que vigila los movimientos de los cazadores.
Violeta tenía cerca de veinte años cuando fue Abrazada. Es una chica morena, de grandes ojos azules y cabello largo, oscuro y rizado. Tiene una mirada de ingenuidad que utiliza para ganarse la confianza de sus víctimas, y se viste de manera informal y desenfadada.
Generación: 14ª
Abrazo: 2002
Disciplinas: Alquimia de Sangre Débil 2
Humanidad: 6

SECRETOS
-Ricardo Homar ha encontrado varios fragmentos sobre el Libro de Nod y estudios Nodistas, y se siente atraído por la posibilidad de desarrollar su poder y seguir el ejemplo del Primer Vampiro. Ha formado un culto secreto dedicado a Caín entre los Caitiff más fieles de San Salvador.
-Sin embargo, la formación de este culto no ha sido del todo casual. Cuando Edwin Centeno descubrió los intereses de Ricardo, sutilmente comenzó a fomentarlo, guiándolo hacia los refugios abandonados de varios Cainitas salvadoreños, dejando “aparecer” varios escritos Nodistas y en general transmitiendo sus propias ideas. Edwin se encuentra entre los Anarquistas próximos al Barón, pero no es tanto un discípulo como un maestro. La intención de Edwin es predicar y extender los ideales de la Senda de Caín entre los Anarquistas de El Salvador, y crear un culto acorde con los ideales de la Espada de Caín.
-Becky Wong aspira a crear un linaje perfeccionado a partir de los Sin Clan. Entre las notas que conserva de su sire y de otros Tremere, conoce la existencia de un ritual para crear a los llamados “Hermanos de Sangre.” Becky se dedica a buscar indicios sobre este ritual, y en el proceso ha contactado en secreto con otros Brujos. Su lealtad podría ponerse a prueba si se la tentara con la posibilidad de llevar a cabo su proyecto.
-Violeta Serrano espía para la Segunda Inquisición. Su novio era realmente su amo, y cuando se rompieron sus lazos de sangre con el Sabbat se sintió liberada. Les contó a los inquisidores todo lo que sabía, y cuando llegó el momento, acudió a los Anarquistas. Ahora toma nota de refugios y movimientos, y la Segunda Inquisición aprovechará esa información para un ataque a gran escala cuando llegue el momento.
Sugerencias para aventuras: El Barón de San Salvador ha recibido informes que apuntan a que varios de los Anarquistas de su dominio trabajan para facciones externas al Movimiento. Los personajes son reclutados para vigilar a varios Vástagos destacados. Podrían descubrir a Violeta Serrano trabajando para los inquisidores o incluso algún espía infiltrado de la Camarilla.
-Edwin Centeno cuenta a los personajes que las redadas de la Segunda Inquisición dejaron varios refugios Cainitas abandonados y afirma que Ricardo Horma podría recompensarles. Si encuentran uno de ellos podría contener material Nodista, objetos rituales e incluso reliquias de los Legados Ahogados usurpadas por la Espada de Caín. Los personajes pueden quedarse sus hallazgos o compartirlos con sus compañeros Anarquistas, lo cual podría atraer atención interesada. Por otra parte, algunos de estos hallazgos pueden ser un cebo de la Segunda Inquisición para atraer presas a una ubicación, o pueden contener dispositivos de seguimiento.
-Un grupo de Anarquistas nicaragüenses llega a San Salvador, y son aceptados por el Barón en el dominio. Sin embargo, el líder de estos Anarquistas, un Vástago del clan Brujah, termina reclamando un territorio propio e incluso proclamándose Barón, lo que puede provocar una división y enfrentamientos internos entre las facciones del Movimiento.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#6

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:24

Imagen FICHA DE SABER: TLACIQUE (Sólo personajes del Ministerio) Los Tlacique son un grupo de vampiros de origen precolombino que afirman descender de Tezcatlipoca, el dios de la noche y la magia. Antes de la llegada de los europeos, eran uno de los linajes más extendidos entre las civilizaciones americanas, pero con el descubrimiento del continente, los pueblos de los que se alimentaban fueron diezmados por la guerra y las enfermedades.
Los Tlacique se aliaron brevemente con el Sabbat, pero pronto las dos facciones se enfrentaron entre ellas. La Espada de Caín destruyó a la mayoría, pero un puñado de ellos ha sobrevivido hasta las noches actuales, disperso por América Central.
Cuando los vampiros del Ministerio encontraron a los Tlacique vieron en ellos un linaje perdido del clan y consideraron que Tezcatlipoca era uno de los rostros del dios Set. La vulnerabilidad de los Tlacique al sol también se ha considerado un vínculo con el Ministerio. Sin embargo, algunos se preguntan si en realidad los Tlacique tienen un origen distinto.
· El jaguar oculto: Los Tlacique se ocultaron durante siglos de sus enemigos del Sabbat mientras aguardaban su momento para cobrarse venganza. Consigues un dado adicional en cualquier tirada para ocultarte o preparar una emboscada.
·· Contactos con el Ministerio: Al margen de sus orígenes, los Tlacique son considerados parte del Ministerio, que ven en el linaje un aliado potencial. Los vampiros del Ministerio te ayudarán en ocasiones, aunque consideran que tus intereses son responsabilidad tuya. De todas maneras, puedes pedirles algún favor de vez en cuando en forma de Aliados (··) o Influencia (··).
··· Hechicería de Sangre: Los antiguos Tlacique a menudo eran adorados como dioses o respetados como sacerdotes y desarrollaron su propia magia de sangre, conocida como Nahuallotl, basada en el conocimiento de las antiguas civilizaciones americanas. Tú eres discípulo de uno de estos hechiceros de sangre o Nahualli, y puedes adquirir un punto en Hechicería de Sangre, además de disponer de un maestro potencial, que no obstante requerirá un precio y servicio de su discípulo.
···· Legados Ahogados: Los Tlacique forman parte de una alianza de linajes americanos conocidos como los Legados Ahogados, dispersos por todo el continente. Durante siglos se han protegido mutuamente y han conspirado contra los invasores. Tienes una posición especialmente elevada entre los Legados Ahogados, y puedes pedirles ayuda una vez por historia, que se traduce en el equivalente de tres puntos en los Trasfondos apropiados: Aliados, Influencia y Recursos.
····· El nombre de Tezcatlipoca: Cuando fuiste Abrazado, escuchaste la voz del dios que engendró tu linaje, que te susurró su nombre por si alguna vez necesitaras su ayuda. Una vez por historia puedes pronunciar el nombre de Tezcatlipoca, y te convertirás en un recipiente de la voluntad del dios. Además del respeto que invocarás en todos sus descendientes, te volverás inmune a la luz del sol durante diez minutos.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#7

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:24

GUERRA Y SANGRE El Salvador es un pequeño país centroamericano que se ha visto sacudido por sucesivas guerras, golpes de estado y matanzas, y la violencia se ha convertido en un fenómeno tristemente habitual en el país. Hasta el propio suelo salvadoreño tiembla en ocasiones, como si protestara por toda la sangre derramada. Y en las sombras, los vampiros también han reflejado esta violencia, luchando entre ellos con igual ansia. La llegada de la Gehenna ha traído nuevos conflictos…
NO HAY SALVACIÓN El Salvador Nocturno es un suplemento de la serie de Nocturnos de Vampiro: la Mascarada, que describe los principales dominios vampíricos salvadoreños, los no muertos, las distintas facciones, y las traiciones e intrigas presentes en las Noches Finales.

EL SALVADOR NOCTURNO INCLUYE:
-Una introducción a la historia de los vampiros de El Salvador, desde las noches anteriores a la llegada de los europeos hasta comienzos del siglo XXI, con información actualizada.
-Un país sacudido por la violencia de las bandas y los inquisidores, con una visión general y una descripción de la capital, San Salvador.
-Información sobre las intrigas de los vampiros salvadoreños a lo largo del tiempo, sus secretos y manipulaciones en las sombras.

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Re: [Escenario] El Salvador Nocturno

#8

Mensaje por Alexander Weiss » 14 May 2023, 00:25

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