Prólogo: Nyx
Publicado: 23 Ago 2023, 19:58
"The Irish American Pub". El nombre no era el más original ni el lugar de la cita el más común. Entraste sacudiéndote el frío de la ropa en aquel local del 17 de Saint John, en el Lower East Side. No te gustaba estar mucho tiempo en Manhattan. Las calles eran inseguras para alguien como tú: joven, demasiado apegado aún a una humanidad que considerabas tu único ancla para mantener cierta estabilidad mental, y sin ningún asidero, apoyo o amigo que pudiera dar la cara por ti. De momento, la isla, aunque ya no estuviera totalmente en manos de la Camarilla, no era un lugar seguro.
Pero la cita parecía interesante. Un tipo de esta zona de Manhattan buscaba a un arquitecto o experto en urbanismo. Alguien conoce a alguien que conoce a alguien había terminado por comentárselo a Pagliacci y ella a ti. Todo ello había derivado en aquella cita.
Tardas un poco en hacerte a la escasa luz del local. Hay bastante ambiente, gente que ya ronda los cuarenta en su mayoría y que bebe cerveza irlandesa después de una habitual jornada de trabajo que seguramente no habría bajado de las 12 horas. Un hombre con una pinta un tanto vintage te hace una seña con la mano. Observas su boina de los años 20, los guantes en las manos, una cerveza que no ha tocado. Hay un montón de papeles sobre una mesa redonda en la que te invita a sentarte con un gesto.
- Gracias por venir, señor Parker -te dice con un gesto amable al tiempo que te tiende una mano delgada y fría- Me llamo Kurt Shelby, espero no haber trastocado demasiado sus planes de esta noche.
La conversación es amable y educada. Shelby pide una cerveza irlandesa para ti, lo que te obliga a hacer un esfuerzo sanguíneo para dar un sorbo sin vomitar al momento. No le vas a dar pistas tan fácilmente. Finalmente, el tal Kurt Shelby pasa al objetivo de la cita.
- Verá, señor Parker. Mi familia y yo llevamos décadas invirtiendo en los barrios del Lower East Side, ¿sabe?. Pero ahora mismo tenemos un pequeño problema.
El hombre te tiende los papeles en los que observas distintos contratos de obra para la construcción de todo un distrito de vivienda nueva con las últimas comodidades cerca de la ribera del East River.
- Según me han comentado, usted además de ser un experto arquitecto es un hombre bien conectado en la ciudad...
Su voz serena esconde una sensación de pequeño aviso que te incomoda.
- Necesitamos que este proyecto... bueno, que quede aplazado durante un tiempo y quizá usted pueda ayudarnos. Lógicamente, le pagaremos bien en función de sus necesidades, señor Parker.
Te quedas pensativo unos segundos. La oferta supone un cuestionamiento de tu integridad, pero ahora mismo estás necesitado. Como mínimo de un lugar donde poder esconderte durante el día, alimentarte y estar con tus compañeros de Coterie sin el peligro constante de ser unos descastados en una ciudad peligrosa.
- Piénselo con calma, señor Parker. No tiene por qué responderme hoy, aunque el tiempo vuela.
De nuevo esa desagradable sensación.
Vuelves a mirar los papeles.
Se te hiela la sangre al ver el nombre del arquitecto que firma el proyecto.
David Anderson.
Miras de nuevo a Kurt Shelby, cuyos ojos parecen hechos de hielo.
Pero la cita parecía interesante. Un tipo de esta zona de Manhattan buscaba a un arquitecto o experto en urbanismo. Alguien conoce a alguien que conoce a alguien había terminado por comentárselo a Pagliacci y ella a ti. Todo ello había derivado en aquella cita.
Tardas un poco en hacerte a la escasa luz del local. Hay bastante ambiente, gente que ya ronda los cuarenta en su mayoría y que bebe cerveza irlandesa después de una habitual jornada de trabajo que seguramente no habría bajado de las 12 horas. Un hombre con una pinta un tanto vintage te hace una seña con la mano. Observas su boina de los años 20, los guantes en las manos, una cerveza que no ha tocado. Hay un montón de papeles sobre una mesa redonda en la que te invita a sentarte con un gesto.
- Gracias por venir, señor Parker -te dice con un gesto amable al tiempo que te tiende una mano delgada y fría- Me llamo Kurt Shelby, espero no haber trastocado demasiado sus planes de esta noche.
La conversación es amable y educada. Shelby pide una cerveza irlandesa para ti, lo que te obliga a hacer un esfuerzo sanguíneo para dar un sorbo sin vomitar al momento. No le vas a dar pistas tan fácilmente. Finalmente, el tal Kurt Shelby pasa al objetivo de la cita.
- Verá, señor Parker. Mi familia y yo llevamos décadas invirtiendo en los barrios del Lower East Side, ¿sabe?. Pero ahora mismo tenemos un pequeño problema.
El hombre te tiende los papeles en los que observas distintos contratos de obra para la construcción de todo un distrito de vivienda nueva con las últimas comodidades cerca de la ribera del East River.
- Según me han comentado, usted además de ser un experto arquitecto es un hombre bien conectado en la ciudad...
Su voz serena esconde una sensación de pequeño aviso que te incomoda.
- Necesitamos que este proyecto... bueno, que quede aplazado durante un tiempo y quizá usted pueda ayudarnos. Lógicamente, le pagaremos bien en función de sus necesidades, señor Parker.
Te quedas pensativo unos segundos. La oferta supone un cuestionamiento de tu integridad, pero ahora mismo estás necesitado. Como mínimo de un lugar donde poder esconderte durante el día, alimentarte y estar con tus compañeros de Coterie sin el peligro constante de ser unos descastados en una ciudad peligrosa.
- Piénselo con calma, señor Parker. No tiene por qué responderme hoy, aunque el tiempo vuela.
De nuevo esa desagradable sensación.
Vuelves a mirar los papeles.
Se te hiela la sangre al ver el nombre del arquitecto que firma el proyecto.
David Anderson.
Miras de nuevo a Kurt Shelby, cuyos ojos parecen hechos de hielo.