"Countdown" 1

[Voivoda]

Nicole sostiene la mirada de la otra Vampira durante unos segundos. La desconfianza era la moneda de cambio habitual entre Vástagos. Bajo una apariencia inofensiva podía esconderse el mayor de los peligros. Tadd a su vez pensaba exactamente lo mismo. Por mucho que el ser que tenía delante parecía una chica inofensiva en plena huida, no hacía ni un cuarto de hora que la había visto saltar como un felino atravesando una calle en pleno Manhattan.

Tadd miró de reojo al tejado de enfrente, en el que ya no estaban ni Willow ni su compañera. Probablemente habían vuelto al interior del edificio a hacerse cargo de lo que pasara allí y habían dado por perdida a la fugitiva. No obstante, era consciente de que contaban apenas con unos pocos minutos si querían salir de allí sin escolta policial.

Nicole era consciente también del paso de la arena por el cuello de un reloj imaginario. Se sentía razonablemente segura al tener al menos una calle de distancia con sus perseguidores, pero no podía quitarse de encima la desagradable sensación de que quizá era ella el objetivo de la redada policial. Y el encuentro con Emily le había dejado un amargo sabor de boca.
Mira por un momento las llaves a sus pies y vuelve a observar a la Vampira andrógina que tiene delante. Hay algo en ella. Nicole había aprendido a confiar en una especie de sexto sentido que parecía común a su propio Clan. Anna le había enseñado a no esconder esas intuiciones que, dentro de una mente racional y objetiva, tendían a ser escondidas por la parte consciente del cerebro como resultado de proyecciones fantasiosas e irreales. Anna siempre le había recomendado escuchar.

Y algo le decía a Nicole que esa Vampira que tenía delante tenía algo que ver con el propio encargo que le había dado Joanna Sowiek. No sabía el qué, pero de algún modo, el encuentro no había sido realmente casual, sino fruto de un guiño del destino.

[Nyxe]

No es su respuesta lo que me convence. Podría querer secuestrarme o buscarme problemas a pesar de mantener la Mascarada. Pero el gesto de arrojar las llaves me sorprende. Parecía... sincero. Lo más probable es que fuera una Neonata que apenas había aprendido las reglas del juego.

Y aún con todo, aun con la Segunda Inquisición pisándome los talones, me cuesta fiarme. Sentía dos o incluso tres voces discutiendo en mi cabeza. Una me gritaba que no me fiase de nadie, que saliese corriendo o me escondiera, y que me alejase de todos. Pero otra me decía que me fiase de ese vampiro Vastago, que no sólo me ayudaría, sino que me llevaría a donde quería ir. Al final, acabo haciendo caso a la tercera, que parecía intentar mediar entre ambas.

-"No tienes motivos para confiar, pero tampoco tienes otra opcion ahora mismo".

Salgo del hueco tan agilmente como puedo y recojo las llaves. -Trato hecho- le digo al pasar por su lado y devolverselas, antes de salir directa hacia las escaleras. -Yo soy Nicole -añado al llegar al borde del edificio, invitándole a ir primero. Yo no sabía dónde estaba su coche, pero en realidad, tampoco me atrevía completamente a darle la espalda.

[Dava]

Tomo las llaves y pongo el seguro al arma. Echo un rápido vistazo a la azotea del edificio de enfrente y luego a la entrada para asegurarme que no nos los ibamos a topar de bruces al bajar. Al llegar a las escaleras de incendios repito la operación mirando a pie de calle. No había llegado a donde estaba por ser imprudente. Bueno sí, pero eso fue cuando era humano.

Me deslizo escaleras abajo tan rápido como me permite mi sigilo y mi nueva compañera, Nicole. Una vez a pie de calle, me dirijo a ella con presteza y discrección.

—Creo que lo mejor será que nos separemos unos metros, Nicole — digo señalando al vehiculo de MIKI—. Lo mejor sería que los chicos de azul no nos vean salir juntas y apresuradas al amparo de la noche.

Si me paraban y registraban, seguro que encontraban el arma antes que mí licencia. Ya teniamos suficientes problemas y el reloj corría en contra. Visteme despacio que tengo prisa, decía siempre mi madre. Y además estaría el batallón de escusas que debería darle a Willow y las mentiras a sus superiores para que no le tocaran los webos.

—Te veo allí, no tardes

Tras esto me acerco al vehiculo como haria cualquier residente, con la mayor naturalidad posible y espero aque llegue Nicole, xon la llave puesta en el contacto, pero sin arrancar el vehículo.

[Nyxe]

Asiento, y espero a que Tindalos llegue al coche para contar, despacio, hasta diez. Trato de respirar hondo para tranquilizarme, pero ya no es lo mismo que antes.

-"Uno."

Aunque llevaba tiempo existiendo como no-muerta, había sensaciones que aún echaba de menos. Y una de ellas era la sensación del aire llenando mis pulmones.

-"Dos."

Ahora se parecía más a simplemente llenar una bolsa para poder hablar. Tampoco podía concentrarme en el latido de mi corazón, porque simplemente no latía.

-"Tres."

Anna decía que no estábamos muertas, que eso era una superstición. Si lo estuviéramos, no podríamos seguir moviéndonos, alimentándonos, pensando y todas esas cosas que los cadáveres claramente no podían hacer.

-"Cuatro."

Decía que nos quedábamos estáticas, "en fase G0". Si acaso, en un estado cercano a la muerte, como cuando se te para el corazón pero aún estás a tiempo de de que reanimen con un desfibrilador.

-"Cinco."

Era una perspectiva más positiva, desde luego. No respirábamos simplemente porque alimentabamos a nuestras células de otra manera.

-"Seis."

El truco que me dio para tranquilizarme fue pensar en las corrientes de aire a mi alrededor.

-"Siete."

Siempre, aunque no te movieras, podías notar el aire circulando a tu alrededor. O al menos nosotras podíamos.

-"Ocho."

No te relajaba porque entrase oxígeno a tu cuerpo, pero era una sensación agradable.

-"Nueve."

Había una ligera corriente desde el lado derecho de la calle. Sentía cómo me alcanzaba en la mejilla y se arremolinaba alrededor de mis gafas. Cómo entraba por el cuello de mi camisa, las mangas de mi abrigo, y los tobillos de mis pantalones, y cómo acariciaba ligeramente mis antebrazos y mis pantorrillas.

-"Diez."

Pese a la conmocion que hay ahí fuera, el aire estaba tranquilo. Abro los ojos y veo que, como dijo, Tindalos me estaba esperando, no había salido corriendo dejándome ahi sola. La Bestia todavía se quejaba y desconfiaba, pero yo estoy lo bastante tranquila como para ignorarla, por lo menos el tiempo suficiente como para caminar hasta el coche fingiendo despreocupación.

-Muchas gracias -le digo al sentarme en el asiento del copiloto-. ¿A dónde vamos?

[Dava]

Sonrio a Nicole en el momento que sube al vehículo. Giro la llave de contacto y pongo dirección a mi destino, intentado esquivar de manera discreta la calle en la que esta Willow. Ya más tranquilas satisfago su curiosidad sin menor problema.

—Tengo que hacer un trabajo en W Times Square, 1567, en Broadway —Le miro fugazmente—, pero no tengo ninguna prisa por llegar. Mejor nos ocupamos primero de lo tuyo. ¿Hubo brecha?

Sigo conduciendo tranquilamente, pero sin prisa alguna. Era como saber que estabas condenado a muerte, pero pedirles como último deseo ver "Coronarion street". Una sonrisa iluminó mi rostro. Era muy posible que no pasara de esta noche, pero si asi era, por lo menos sería actuando libremente.

—Soy un "arreglador", ¿sabes? Me dedico a estas cosas. Basicamente mi trabajo consta en evitar que cuando alguien tienen una cagada esta trascienda. Y si lo hace, en asegurarme que el probre infeliz salga su radar. De un modo u otro.

Al fin y al cabo no era mentira. Me había pasado toda mi no vida cubriendole el culo al loco y desagradecido de MIKI por obligación, pero en este caso, era por iniciativa mia. Y esa libertad se sentia de lujo.

[Nyxe]

Tengo que hacer un esfuerzo de voluntad para no tratar de abrir la puerta y tirarme del coche en marcha en cuando menciona que va al Hotel W. Pienso que es una trampa, que es demasiada casualidad y que sabe a dónde iba. Pero recuerdo la premonición que tuve en la azotea. Quizá fue por eso por lo que sentí que debía ir con ella. No simplemente porque me fuera a ayudar, sino porque nuestros caminos llevaban al mismo sitio.

-Pues el W a mi tambien me viene genial -le digo, con una expresion sorprendida que no necesito fingir.

Había dado por hecho que Sowiek quería tener un ojo en ese hotel -que ahora que lo pensaba, no estaba segura de si había llegado a a decirme el nombre de palabra- por alguna razón personal. Pero si más vampiros Vastagos querian ir allí, igual estaba ocurriendo algo en ese hotel.

-Todo fue bien -le respondo cuando me pregunta por la Mascarada. -Simplemente fui a avisar a otra chica que estaba donde no debía que la policía se acercaba, y les distraje para que pudiera apartarse -le explico, evitando mencionar que no lo había hecho por iniciativa propia.

Intento pensar que me estoy preocupando demasiado, pero no paro de pensar que Tindalos trama algo, y no dejo de mirar por las ventanillas para asegurarme de que vamos en la direccion adecuada. Por el camino distingo en un par de ocasiones a algun mendigo durmiendo en la calle y pienso en pedirle parar un momento para "echar un trago" pero no me atrevo. Ya estoy confiando demasiado en ella, no voy a decirle además que me pilla en un momento débil. Sin embargo, giro la cabeza cuando dice que es un arreglador.

Estoy casi completamente segura de que es una mujer, si no en el pecho, creo que se le nota en la forma de la cintura y en la voz. Sin embargo, tanto sus gestos como su ropa son muy masculinos, y de hecho en un primer momento me pareció un chico.

-Tindalos, perdoname que te pregunte, ¿pero cuáles son tus pronombres?

[Dava]

No pude esconder el hastío que sentía ante esa pregunta. No me ofendía de modo alguno, sólo que no acababa de comprender esa necesidad de sobre identificarse. Y más entre vastagos.

—Me es indiferente, Nicole —enmascare como pude mi incomodidad—. Pero si tanto te interesa, nací con pechos escasos y sin huevos. Lo peor de los dos mundos —Bromeo con sarcasmo para recuperar la cordialidad—. Fisiológicamente fui una mujer, ahora soy un Vastago, como tú.

Puse la radio y continué conduciendo con tranquilidad mientras llevaba el son de la música con mi cabeza hasta que recorde algo importante. No miré si me había contestado Willow.

—Oye Nicole. En la guantera hay un viejo nokia y una bateria, ¿me los puedes pasar?

[Voivoda]

Tadd chasquea la lengua con disgusto al volver a encender el teléfono y ver que apenas hay novedades. Sólo puede ver una serie de notificaciones que informan de un supuesto atentado terrorista en los alrededores de la Universidad de Columbia, al norte de Manhattan. Una ligera sombra de inquietud recorrió a la vampira. Si ya de por sí le parecía demasiado arriesgado moverse por Manhattan, hacerlo con una alerta antiterrorista lo volvía muy peligroso. Su Sire no se merecía correr el riesgo, pero Tadd era consciente de que no tenía ahora mismo otras opciones para poder seguir en Nueva York y limpiar las sospechas que pudiera ver sobre su propio origen.

Nicole se quedó un tanto sorprendida al ver a la otra vampira manejando un móvil. Hasta donde le habían enseñado, hacer uso de la tecnología era un riesgo tremendo para los vampiros. No pudo evitar sentirse incómoda, como un felino encerrado en una jaula, metida en un coche al tiempo que podía sentir el aliento de la sospecha de quienes andaban matando vampiros por todo el país. En su fuero interno deseaba que su compañera apagara el móvil cuanto antes, pues en ese aparato sólo veía una inmensa señal de color rojo sobre su propia cabeza. Casi suspiró de alivio cuando Tadd le devolvió el teléfono para que lo guardara, sensación que no pasó desapercibida para la conductora.

No obstante, apenas le da tiempo a comentar nada al respecto antes de soltar un improperio al comprobar la cola de coches de que se va formando delante de vuestro vehículo, en dirección al interior de Manhattan. La noche va avanzando y ambas podéis observar por el cristal frontal cómo hay helicópteros y drones de la policía sobrevolando la parte central de la Gran Manzana. Y a poca distancia de vosotras se ha formado esta fila porque hay un control policial. Las dos notáis a vuestras Bestias nerviosas.

Acceder a Broadway es imposible sin pasar por ese control. No tiene por qué suceder nada, pero las dos os sentís inquietas. Tadd mira de reojo a Nicole, cuyo nerviosismo apenas es capaz de disimular. Algo le ha pasado con la poli, es su primer pensamiento. Nicole, por su parte, bastante tiene con controlar su inquietud y no para de darle vueltas a la casualidad de que el destino de su compañera sea justo el mismo que Sowiek le había indicado. Empieza a emparanoiarse. ¿Sería todo fruto de la casualidad o el azar estaba poco a poco conformando algún tipo de estructura lógica que aún no alcanzaba a comprender?

[Nyxe]

-¡Ah, no! No es que me interese... -me apresuro a decir. -Simplemente por saber cómo querias que me refiriera a ti.

La respuesta casi me duele. Igual lo hubiera hecho de haber estado en otra situación. No le había preguntado cómo había nacido, simplemente cómo quería que me refiriera a ella él. Pero me doy cuenta de que al final, preguntar por los pronombres es una formula muy moderna, y que encima yo estaba muy acostumbrada a usarla por los círculos en los que me movía. No sabía que edad tenía Tindalos o siquiera si era algo que le preocupaba. Al final, como bien había dicho, ahora éramos Vástagos.

-Bueno, todas nacemos sin pecho, ¿no? -Bromeo yo tambien tratando de aliviar lo incómodo de la situación. Cuando me pide el móvil me apresuro a cogerlo con un -¡Si, por supuesto! -algo nervioso.

No soy capaz de dejar de mirar el móvil de Tindalos. Supuse que lo de quitarle la batería era una medida de precaución, pero desde mi conversación con Sowiek no me había atrevido a encender mi propio móvil, y no tenía claro que encenderlo mientras nos movíamos fuese seguro -aparte de conducir mirando el movil, pero eso había dejado de preocuparme hacía tiempo-. De hecho, me he planteado simplemente deshacerme de él y llamar a mi hermana sólo mediante el fijo.

Me saltan todas las alarmas cuando veo el control policial. ¿Nos estan buscando? Estábamos de camino al W. Si había algo en él que le interesaba a más vampiros Vástagos, ¿podría la Segunda Inquisición haber preparado una trampa? Incluso aunque no nos buscasen a nosotras nosotros específicamente, podrían estar intentando atrapar a todos los que encontraran. Por un momento me planteo gastar las pocas fuerzas que me quedan en Velarme, pero no lo tengo nada claro. ¿Debería reservarlas para defenderme si me descubrían? ¿Para huir? ¿Para cazar en cuanto tuviese una oportunidad?

Extiendo mi vista y trato de ver qué ha pasado, sea directamente o a través de los reflejos de las ventanas y escaparates de la calle.

[Dava]

Reí ante el chiste de Nicolle con franqueza. La verdad es que se agradecía un poco de humor. Pero en la noche eterna que nos ha tocado vivir, los buenos momentos son poco menos que espuma en un mar de traiciones, violencia y sangre. Las luces del control nos arrebatan ese pequeño momento con el primer destello.

Mi cerebro anticipa la situación en la medida de lo posible, evaluando de manera analítica todos y cada uno de los escenarios que es capaz de plantearse, concluyendo rapidamente algunas alternativas factibles.

—Oye Nicolle, quizas...

Me percato de que no esta del todo bien. Puede ser cualquier cosa. Nervios, hambre, miedo... Todos los vastagos tenemos nuestros secretos y apenas nos conocemos como para que me sepa su vida. La escena se parece a "Thelma & Louise", es gracioso hasta que recuerdo como acaba la pelicula.

—No creo que pase nada, pero si necesitas relajarte podemos echarnos a un lado antes de que sea demasiado tarde —La miro a los ojos unos segundos—, si hay algo que deba de saber, ahora es el momento. Antes de que lleguen los chicos de Azul.

Miro hacia delante instintivamente para evluar el control : Cantidad de agentes, si hay federales, nivel de rigurosidad... para luego abrir la guantera sin apartar la vista de la carretera y sacar a tientas una pequeña alianza y mostrarsela a Nicolle.

—Si vamos a pasar, tú eliges: Clienta o Amante —sonrio de lado—. Si no, las otras opciones que hay son el Metro o las alcantarillas, pero debemos tomar una decision ya.