"Countdown" 1 (Prólogo Nicole)

[Voivoda]

Estás nerviosa. Te has mirado al espejo de la habitación alquilada en la que subsistes poco antes de salir y te has dado cuenta de que, efectivamente, estás nerviosa. No te gusta moverte por el Midtown. La calle 42, junto a Grand Central Station, es demasiado céntrico. Forma parte del dominio del Principado de Hellene Panhard y tú aún no tienes permiso de residencia. Ni de casi nada. Eres una superviviente que ha tenido que salir por patas de Chicago y que ha pensado que Nueva York es lo suficientemente grande para poder pasar desapercibida y ganar tiempo para contactar con tu Clan.

Y es donde vive tu hermana.

Pero no te gustaría llamar la atención de los Vástagos de esta zona de la ciudad. O al menos no quieres meter la pata.

Pero no es lo único por lo que estás nerviosa. Has oído hablar de Joanna Sowiek. De hecho, es uno de los motivos por los que también te has aferrado a intentarlo en esta ciudad. Miembro de tu propio Clan, es además bien conocida más allá de Nueva York por sus contactos y su capacidad para suministrar alimento por extraña que sea la petición. En Boston, Chicago o Washington se habla entre susurros de "la hija del embajador", "la polaca" o, de un modo algo más grosero, "Uber Blood New York".

Una nota manuscrita en el reverso de una cartulina publicitaria en tu buzón te citaba esta noche en el Centro Cultural Polaco de Nueva York. La firma no dejaba lugar a dudas: "Sowiek".

Un amable conserje te deja esperando en una amplia sala con una decoración moderna en la que se ha jugado con el blanco y el rojo, los colores nacionales de Polonia. El espacio es un lugar de encuentro de artistas procedentes de ese país o con raíces en él. A esta hora de la noche, sin embargo, está desierto.

Al cabo de unos minutos aparece una chica de unos veinte años, de melena rubia, rostro pálido y demacrado, mirada algo perdida y la ropa propia de una estudiante universitaria. Te recuerda a Avril Lavigne después de una mala noche. Se te pasa algo el nerviosismo. No es así como te imaginabas a Joanna Sowiek.

- Ey, cómo estás -pregunta de modo cortés al tiempo que te invita a sentarte en un sillón en el que ella misma toma asiento.

Joanna te introduce en una charla trivial sobre el tiempo que llevas en Nueva York, cómo te va la no-vida y si has podido alimentarte más o menos con regularidad. No esconde su naturaleza y de primeras da por hecho que conoce tu Clan. Es más, conocía a tu Sire y estaba al tanto de lo sucedido en Chicago. El recuerdo deja un amargo escozor sanguíneo en tus ojos.

Al cabo de unos minutos, Joanna saca su teléfono y te enseña un documento. Parece algún tipo de informe interno de un cuerpo policial en el que se describe la huida de un "Cuerpo Neutro" de Chicago, se da a entender que se le ha visto en algunas cámaras de tráfico y de determinados establecimientos hasta llegar a Nueva York. Se pone en conocimiento de la "oficina de Brooklyn" para su rastreo.

No te cuesta nada atar cabos. Se trata de ti misma.

Joanna deja que la pantalla se vaya apagando y te mira con un gesto que dirías que incluso transmite cierta compasión.

- No te voy a engañar, me han pedido que amablemente te comente que te marches cuanto antes de aquí.

Vuelven los nervios. Piensas en tu hermana. Sabes que estás en cierto modo en condición de "sin papeles" vampírica. Y eres consciente desde este mismo momento de que puedes correr el mismo destino que tu Sire. Pero no puedes marcharte. ¿Adónde ibas a ir?, ¿cómo ibas a alejarte de la única familia que te queda, de tu único ancla con tu propia naturaleza?. O de lo que era tu naturaleza, al menos.

- Hay una posibilidad de que te quedes. Pero va a hacer que corras mucho más peligro -dice con un suave acento europeo- Y deberá ser un secreto entre nosotras si aceptas.

[Nyxe]

Ya no se me acelera el pulso a menos que yo lo decida. Ya no se me eriza el vello a menos que me esté alimentando. Y aún asi, no puedo evitar que mi expresion delate que estoy preocupada.

Que estoy asustada.

No se me va de la cabeza la imagen de la policía echando la puerta abajo. El olor de la pólvora. El sonido de los disparos y del último grito de Anna...

Se mezclan con otros recuerdos. La mayoría míos. Gente sin papeles escapando por la puerta de atras antes de que llegasen los de Inmigración. El ultimo vistazo al que fue mi refugio durante años. Mi primera conversacion con Anna después de que me Abrazara..

Otros recuerdos no lo son. Imagenes fugaces de otros ataques. De Vástagos enfrentandose unos a otros. De personas queridas atrapadas en el fuego cruzado.

Voces que no reconozco, de hijos de Malkav que aun no he podido conocer. No me hablan a mi, y yo no he tratado de responderlas, pero escucho en ellas el eco de mi propio miedo.

Todos tenemos miedo.

Tardo en caer en que los colores de la sala son los de la bandera de Polonia. Parecen evocar a la especialidad de Sowiek, y dudo que sea casual. Casi todos los simbolos tienen mas de un significado entre los Vástagos.

En Chicago, a Anna y a mi no nos costaba hacernos con bolsas de sangre y con recipientes con emociones intensas. Y algun favor nos habíamos cobrado gracias a ello. Pero la fama de Sowiek trascendía ciudades. No tengo muy claro a que clase de persona esperaba ver, pero me sorprendió ver a una chica que aparentaba incluso menos edad que yo. Me pregunto, ¿alguna de las voces que he oido será la suya?

Es una persona agradable. ¿Que tal me va? Bueno, me las he podido apañar. No he pasado hambre todavía, es fácil entrar en las casas de gente que cree que no tiene nada que merezca la pena robar. También estoy intentando meterme a alguna asociacion de voluntarios, normalmente nadie tiene queja en que te quedes con las noches. Pero nada mas formal que eso. No se lo llego a decir, pero tengo pendiente encontrar la manera de hacerme con documentacion nueva. No puedo tirar de efectivo para siempre y se me está gastando.

Poco a poco me voy tranquilizando, hasta que Joanna me enseña el movil.

"-La mierda" -pienso tan fuerte que seguro que alguien más en la ciudad me ha oido.

No sé si es mayor el miedo... o la frustración. La rabia de pensar que a pesar del cuidado que he intentado tener, han sido capaz de seguirme y apuntar tanto. He intentado pasar desapercibida, borrarle la memoria a cualquier persona con la que he intercambiado dos palabras, deshacerme de mi movil y hacerme con uno de prepago... Pero las cámaras... contra las cámaras no podía hacer nada. Tenía la esperanza de que no podrían revisarlas todas, pero claramente me equivocaba. Puede que tuviesen algun software de reconocimiento facial o simplemente supieran dónde buscar.

-¿Esto de dónde ha salido? -trato de preguntar con la misma educación que ella está teniendo. Por un momento me planteo hacerle caso y marcharme de Nueva York, pero no tendría sentido. Si me han seguido hasta aqui me seguirán hasta cualquier parte. Y si me han encontrado pueden buscar a mi hermana. Si es el caso, lo peor que podría hacerle es marcharme.

No se me escapa la ironía de la situación en la que me encuentro. ¿Cuantas veces no he estado yo en el papel de Sowiek? Tratando con alguien que huye de la ley. Siendo yo tambien inmigrante, pero claramente más privilegiada que la persona a la que ofrezco ayuda. Sabiendo que mis motivos no son completamente altruistas... Que estemos teniendo esta conversación en una embajada sólo lo hace más amargo. Nunca he sido Anarquista, no creo que sea el camino. Siempre he pensado que las sociedades pueden mejorar. Pero definitivamente, no sabes lo que es hasta que no lo vives.

-Te escucho.

[Voivoda]

Joanna te observa con una mirada que casi te hace sentir compasión. ¿Será posible que exista esa sensación entre Vástagos?, ¿que de alguna manera sienta que formáis parte de algún tipo de organización común?, ¿que realmente quiera que no te ocurra nada?.

Apartas esos pensamientos de tu mente. Sí, en cierto modo admiras a Joanna y a la fama que la precede. Incluso puede que sí, que alguna de las voces que rebota en tus pensamientos sea la de ella. Pero no te engañas a ti misma. Es un cadáver andante, igual que tú. Una chica suspendida en el que quizá era el mejor momento de su vida para convertirse en un monstruo que sobrevive en la oscuridad y traficando con la sangre de los vivos.

Nadie así inspira realmente confianza.

Y aún así, el rostro de la chica polaca parece el de una mujer joven desamparada que desearía que dejara de haber maldad en el mundo.

Ante tu primera pregunta se encoge de hombros. A ella le habrá llegado de alguien, pero te da entender con ese gesto que ese alguien a su vez lo recibiría de alguien y así sucesivamente. Nada tranquilizador porque indicaba que quien quisiera buscar pruebas de tu huida o de la persecución a la que tarde o temprano parece que te iban a someter los cazadores mortales, podía encontrarlas buscando en el lugar adecuado.

Ahora sólo queda esconderte en una ciudad que en sí misma es una jungla con millones de seres vivos, y un puñado de no-muertos, entre los que pasar desapercibida será seguramente más sencillo que hacerlo en la carretera. Aunque hacerlo sin una mínima protección era tentar en exceso a la suerte.

Después de tu segunda pregunta, Joanna vuelve a mirar su teléfono.

- Hay una chica en una situación parecida a la tuya. La Inquisición también tiene datos de ella y el Principado la quiere también lejos de Nueva York cuanto antes. Se llama Emily.

Joanna te tiende el teléfono y ves una grabación parecida a aquellas en las que tú sales. Esta es en un espacio cerrado y la tal Emily es filmada alimentándose sin demasiado disimulo de una mujer vestida de forma elegante.

Los problemas de la tal Emily podían ser más acuciantes incluso que los tuyos. Para quien supiera mirar había pocas dudas sobre su naturaleza.

- Me consta que le han dado una semana para marcharse, lo mismo que me pidieron que te dijera a ti. Una semana para no dejar cabos sueltos antes de desaparecer de Nueva York -Joanna guarda de nuevo su teléfono- Pero Emily tiene contactos en una cadena hotelera que pueden resultarme útiles. Resultarnos útiles.

Esa inclusión del plural despierta un interés creciente en tu interior. Eres consciente de que Joanna está tendiéndote un guante, quizá cubierto de veneno. Una especie de "si me ayudas, yo te ayudaré".

- Si lográis uniros y sobrevivir, yo puedo intentar que os quedéis en la ciudad. Necesito que esos contactos estén sanos y salvos y a ser posible que puedas darme cuantos detalles puedas de ellos.

Joanna te mira con unos ojos que ahora son mucho más expresivos, felinos, no humanos.

- Pero hasta que lo consigáis, hasta que puedas convencerla de que esta es una solución para vuestro futuro, estarás sola. No puedo protegerte en estos días, deberás sobrevivir. Y yo negaré haber tenido esta conversación, tienes que entenderlo, sois dos proscritas y no me la puedo jugar hasta tener buenas cartas en la mano. No moveré un dedo por ti hasta entonces, por eso es un acuerdo peligroso.

Joanna rebusca en uno de los bolsillos de su chaqueta vaquera hasta sacar un papel doblado en cuatro partes.

- Aquí tienes una dirección donde creo que podrás encontrarla esta noche.

Joanna deja que pienses unos segundos. Sobre la mesa tienes una posible ayuda a futuro, y dentro de tu propio Clan, que es lo que siempre has deseado. Tener una familia nocturna. Quizá incluso una aliada si la tal Emily se une a tus planes.

Pero también la posibilidad de ser aniquilada por el camino en soledad, dejando así a tu hermana sin protección alguna.

Pero quizá sin dar este paso, tu hermana quede para siempre a la deriva.

O quizá eres tú quien siente que perdería el rumbo si no te justificaras en todo momento ante ti misma que debes protegerla y permanecer en Nueva York.

[Nyxe]

No es como que tenga elección.

Sé cómo funciona la gente en esta clase de situaciones. Normalmente nadie se considera mala persona, simplemente tienen sus propios intereses, que chocan con los de los demás. A pesar de que llevaba décadas alimentándose de la sangre de sus pacientes, Anna genuinamente intentaba ayudarles. Era muy raro encontrar funcionarios que no se sintiesen mal por los inmigrantes y tratasen de buscar una solución para ellos, pero no se iban a saltar ninguna línea que pusiese en riesgo su trabajo. Y yo misma era consciente de que no dejaba de ser una drogadicta, que por más que intentase evitarlo, siempre iba a anteponer un colocón a cualquier otra cosa, y que cualquier intento de mitigarlo o compensarlo, iba a venir después. No creía que Joanna tuviese realmente intención de aprovecharse de mí, pero aunque seguramente intentase convencerse de que me estaba haciendo un favor y que esos contactos también me ayudarían, estaba pensando primero en ellos.

Eso no significaba que no me estuviese de hecho ayudando. Que a mi no me viniesen bien también esos contactos o esa aliada. Yo buscaría a Emily por mi propio interés, pero a ella también le vendría bien mi ayuda.

-No puedo decir que no lo entienda- digo, con un ligero suspiro de resignación. -Me parece bien, en cuanto sepa de ellos te lo haré saber -digo, tomando el papel con la dirección de la mesa. -Muchísimas gracias por tu ayuda -añado con un gesto sincero mientras me levanto.

Tras despedirnos me dirijo hacia la puerta, pero antes de acercarme me doy cuenta de que he olvidado un detalle. -Una última pregunta, ¿cómo contacto contigo en cuanto sepa algo?

Hace unos años simplemente le hubiese pedido su número. Pero en la situación actual, mejor tomar todas las precauciones posibles. En Chicago ni siquiera necesitaba un número para hablar con Anna o con otros hermanos, pero no conocía el camino para encontrar a través de la telaraña a Joanna ni a nadie de Nueva York.

Aún.

[Voivoda]

La respuesta de Joanna despierta en ti una admiración creciente. La vampira polaca seguramente maneje distintos modos de estar localizable a juzgar por la fama que tiene entre la Camarilla de la Costa Este, pero el que te ha comentado te parece especialmente original. Te comenta que si pides una prueba para "tu hijo" en la Polish American Baseball & Softball Foundation, ella sabrá que has querido contactar con ella... y te localizará como ha hecho para esta noche.

Ese tipo de redes ocultas, de mensajes cifrados alejados de los nodos digitales que ahora son campo de vigilancia de la Segunda Inquisición, son los métodos que te fascinan, que hacen que sientas la peculiar llamada a formar parte de un todo que es natural a tu propio Clan. Te encantaría poder formar parte de ese club oculto de mensajería con el que poder tratar con otros miembros de tu propia familia vampírica.

Quizá conocer a esa tal Emily sea la manera de empezar.

La línea 4 del Metro te lleva desde el Centro Cultural Polaco a las cercanías del 251 de Pearl Street, la calle en la que según Joanna podrías encontrar a la otra vampira que está en una situación parecida a la tuya. Desde tu encuentro con tu compañera de Clan notas qué han cambiado más cosas en tus pensamientos que no son tan positivas como la idea de formar parte del peculiar Club de la Locura. Por ejemplo, que ahora miras con desconfianza a todos los que te rodean en los pasillos y el vagón del suburbano, que evitas a la policía, que miras hacia el suelo para no llamar la atención, que te fijas en dónde están las cámaras.

El miedo se ha instalado en tu interior. El miedo a ser descubierta.

Y ejecutada.

Sientes que liberas algo de esa presión interna al salir de nuevo a la calle y llegar a Pearl Street. Parece la típica calle de la zona sur de Manhattan que fue remodelada y reurbanizada entre los 70 y los 80. Entonces debió de ser un lugar de moda, y ahora mantiene ese aura de clase media-alta, pero ha quedado algo envejecida.

Te detienes enfrente del edificio de varias plantas, intentando pasar desapercibida entre los árboles de la acera. Hay luz en varios pisos, pero Joanna no te ha dado más señales.

[Nyxe]

No puedo evitar ajustarme las gafas y tratar de cubrirme la cara con el cuello de mi abrigo. No puedo evitar mirar en cada esquina esperando encontrar algún peligro.

Es irónico, teniendo en cuenta que yo soy la definición de peligro para mucha gente.

Una inmigrante ilegal. Una loca con una navaja en el bolsillo. Un vampiro. Una asistente social...

No puedo evitar que se me escape una leve sonrisa con ese último pensamiento. ¿En que momento había quedado el mundo tan patas arriba? ¿O tal vez el mundo siempre había estado loco, y sólo nosotros éramos capaces de verlo?

Oh, no, ya estoy empezando a hablar como Anna.

Me permito reírme al recordarla por una vez sin pensar en su muerte. Intento centrarme y reconfortarme en ello, porque tampoco puedo evitar llevarme cada poco la mano al bolsillo del abrigo y comprobar que la navaja sigue ahí. Últimamente se está convirtiendo en una obsesión.

En una compulsion.

De nuevo, es irónico, porque nada de lo que me pudiera proteger iba a suponer un peligro para mí de todas formas, ni me iba a servir contra nada de lo fuese a necesitar protegerme. Pero por algún motivo, prefiero saber que está ahí.

Llego al lugar que Joanna me ha indicado. Me viene a la mente el chiste sobre el tipo que llama a casa de un adivino.

-¿Quien es?
-Pues vaya adivino de mierda...

Cierro los ojos y extiendo mis sentidos. Mala Oráculo sería si no fuese capaz de encontrarla, ¿no? No tengo muy claro si busco un olor, una conversación en alguno de los pisos, el resplandor de una llave de emergencia escondida o una marca en alguno de los botones del telefonillo de alguien que no deja huellas normalmente. Pero estoy segura de que alguna pista encontraré.

Entonces decidiré si me compensa o no forzar la cerradura.

Off: El plan es, si no encuentro nada con los Sentidos Aguzados, tratar de forzar la cerradura (con cuidado de que no me vea nadie, activo Silencio de la Muerte) y volver a intentarlo dentro. Si la cerradura se resiste, llamar a uno de los pisos y decir que soy una vecina a la que se le ha roto la llave al sacarla. Si nada funciona, hago un control de Enardecimiento para tirar Premonición.

[Voivoda]

OFF: Para hacer uso en primer lugar de los Sentidos Agudizados Tira Astucia + Consciencia + Áuspex a dificultad 3. Recuerda que tienes Ansia a 2.

Es decir, una reserva de 9 dados de los que 2 son de Ansia. Si hubiera un fallo normal no lo contaré, tienes una reserva muy elevada con respecto a la dificultad, el objetivo es que veamos cuánto margen de éxito sacas. Sí puede haber un fallo bestial.

[Nyxe]

Off: Tirada hecha, tres exitos justos

[Voivoda]

Te acercas con sigilo hasta la puerta del portal. Debido a la hora de la noche que es casi cualquier sonido se multiplica y se hace más perceptible. Por eso llegas a escuchar un vocerío procedente de uno de los pisos superiores. Alguien abre la puerta de una casa y se expande al exterior el jaleo del interior, se oyen voces. Un hombre y una mujer. Escuchas algo atenuada por la distancia y la propia puerta del edificio la voz del hombre.

- E....E.... mily

Bingo.

La información de Joanna es correcta. La tal Emily se encuentra donde tu compañera de Clan te dijo que estaría. Una sensación de admiración y de confianza hacia la polaca crecen en tu interior. Harías lo que fuera por estar más cerca de su círculo, por poder compartir los secretos de tu naturaleza, de tu Clan.

Te obligas a centrarte estando aún en la calle. No sólo las voces te dan información. También tus sentidos llegan a percibir la curiosidad de los vecinos, los pasos sigilosos de algunos que se acercan a sus puertas para ver por las mirillas qué pasa en ese piso. Testigos potenciales. Crece en ti la tensión. Cualquier ojo indiscreto puede ser un potencial enemigo.

Una luz roja y azul en la distancia. Una sirena no demasiado lejos. Tienes tiempo suficiente para decidir. Atas cabos. Algún vecino habrá llamado a la policía al escuchar los gritos. Vuelves a palpar la navaja. ¿Qué puede hacer una navaja contra las pistolas de la policía de Nueva York?. Seguramente nada, pero te reconforta el tacto.

Te pegas a la puerta del edificio. Debes tomar una decisión rápida. O subir para contactar con Emily y arriesgarte a que aparezca la policía... o alejarte y perder la primera ocasión para cumplir con lo que Joanna te ha pedido.

[Nyxe]

Intento mantener la cabeza fría. Es mala idea que la policía nos vea, pero estoy bastante segura de que no nos busquen a nosotras. Así que lo importante es encontrar a Emily.

Entro, y trato de bloquear la cerradura desde dentro con una de mis ganzúas, rompiéndolas si hace falta. No impediría entrar a la policía pero eso nos daría algo más de tiempo. Espero que tengan algun reparo en echar la puerta abajo.

Subo corriendo, pero me detengo junto a la pared un momento al llegar a la puerta y enterarme mejor de lo que están hablando asegurarme de que no interrumpo nada antes de dar un par de toques a la puerta.

Off: No me ha quedado claro si el portal está abierto o no, pero si no consigo entrar, llamo a uno de los numeros del telefonillo y digo "Policia, abranos la puerta" antes de que llegue la policía de verdad.