"Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

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"Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#1

Mensaje por Voivoda » 04 Dic 2023, 20:18

En un viejo almacén de la 150, Bronx
yahaira1.png
- Deberías creer más en ti mismo.

Las palabras de Yahaira Bolívar, la carismática vampira de procedencia latina que tienes delante de ti hacen latir, metafóricamente hablando, tu corazón muerto. Los acontecimientos se han sucedido con mucha rapidez en poco tiempo, y aún no has tenido la posibilidad de asimilar la vorágine de sensaciones que se acumulan en tu interior. Esta noche estás en el interior de un almacén semiabandonado en el Bronx en presencia de una mujer que llena de manera natural todo el espacio y a quien rodea un grupo de vampiros y mortales que darían su existencia por ella.

Y estás asustado y esperanzado al mismo tiempo.

Tu Sire la ha cagado. Es evidente. Por alguna razón que, una vez más, no ha tenido a bien contarte, ha metido su hocico, y por consiguiente el tuyo, en territorio de otros Vástagos. Y eso ha terminado con tu Sire encadenado a una montaña de pallets de madera después de haber recibido una descomunal paliza. Tu Bestia reaccionó en primera instancia con el instinto de defenderle, pero las dos primeras hostias que te llevaste con un bate de beisbol en tu mandíbula fueron una convincente invitación a estarte quieto.

Yahaira portaba el bate.

Sientes un atisbo de esperanza al ver a lo lejos a tu Sire convertido en un amasijo de sangre vigilado por dos tipos puertorriqueños con poca sensibilidad para el buen trato. Se merece eso y cosas mucho peores. Ojalá sea el final de su camino y tu liberación inmediata.

Pero por otro lado... quieres salvarlo. Ni tú mismo eres capaz de explicar de un modo racional por qué tienes esa sensación, pero primero intentaste defenderle. Y después has seguido como un cordero degollado al grupo de matones hasta este almacén con la intención de intentar negociar, de intermediar por ese bastardo. Tu Sire era un perfecto estúpido, un engreído que siempre se creía más capaz de lo que era en realidad. Pero sentías cierta compasión por él cuando no deseabas matarle. Habías suplicado por su no-vida y la Vampira que tienes delante había accedido a no darle matarile definitivamente. Te preguntas si lo lamentarás más adelante.

Sabes que la actitud de tu Sire podría devolveros a los caminos y carreteras, a la indigencia vampírica, la falta de Sangre y, en el peor de los casos, a un encuentro más desagradable del que ya habíais sufrido. Las escasas esperanzas de hacer algo de carrera, y de liberarte en algún momento de tu dependencia hacia él, pasaban por intentar instalaros discretamente en Nueva York y construir un futuro en la ciudad ahora que no estaba bajo el yugo asfixiante de la Camarilla. Había zonas enteras sin dueño, lugares donde sobrevivir con discreción. Aunque tu Sire no había ido a encontrar uno de esos lugares precisamente.

Asientes ante las palabras de Yahaira. Creer en ti mismo. No hay nada que desearas más. Quitarte de encima la vergüenza de tu propio Abrazo. Sentías que eras una víctima dependiente de su agresor. Incapaz de quitártelo de encima y deseando al mismo tiempo que lo atropellara un tren de una puta vez.

- Puedo darte una salida si estás dispuesto a correr el riesgo.

Miraste con interés y un deseo apenas escondido en tu mirada a la mujer que tenías delante.

- No te voy a obligar a nada, eres libre por lo que a mí respecta. Puedes aceptar la prueba o puedes decir que no y marcharte por donde has venido.

La tentación de irte directamente era fuerte. Pero no, no querías que esta fuera la última vez que vieras al cabrón de tu Sire. No sabes ni tú mismo por qué, pero simplemente no podías dejarle ahí tirado y abandonado a su suerte.

La tal Yahaira se giró hacia uno de los tipos allí presentes, un negro de casi dos metros y evidentemente obeso que le tendió un papelito. Yahaira asintió y te lo dio a ti.

- De aquí a una semana se va a liar de narices en esta ciudad. Policías, militares... algo habrás visto ya. Hay una cumbre de la OTAN y esto se va a poner peligroso -no te da tiempo aún a mirar el papel mientras permaneces atento a sus palabras- Va a ser difícil sobrevivir a tanta vigilancia sin tener buenos amigos, ¿entiendes?

Asientes aunque no terminas de entender del todo qué te quiere decir.

- Ahí llevas una dirección concreta de un hotel en pleno centro de Manhattan. En algún lugar del edificio creemos que se están produciendo trapicheos con sangre.

Despliegas el papel y lees "W Times Square, 1567 Broadway".

- Si nos echas una mano con lo que sea que esté pasando ahí, podré hacer que creas. Por ti mismo.

Un atisbo de tu ansiada libertad se esconde en la oferta de Yahaira. Pero es una oferta envenenada. Ese hotel está en pleno corazón del poder de Manhattan. En pleno bastión de la Camarilla. Eres consciente de que no tienes ningún tipo de reconocimiento en la ciudad, de que perteneces a un Clan que ahora va por libre. De que te ofrecen la posibilidad de inmolarte sin que nadie vaya a preocuparse por tu destino. De que ellos ni por asomo se acercarían a ese territorio.

Pero quizá al otro lado de la oferta está tu futuro en una noche que no tiene fin.

OFF: Ansia a 1. De momento hace falta hacer tiradas de Enardecimiento en el prólogo.
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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#2

Mensaje por Dava » 05 Dic 2023, 12:09


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Con el trozo de papel en mis manos, que no sabría decir cuando lo tomé con exactitud, paseé la mirada por todo el almacén, apartándola de Yahaira por primera vez.

Mi sangre, aún intoxicada y dependiente de mi sire, nublo mi razón por unos segundos, evaluando un rescate suicida en el que usaba todo lo aprendido en un vacuo intento de liberarle a toda costa. Hasta que la voz de ella resonó en mi cabeza anegando mis instintos y devolviéndome el control parcialmente.

—Está bien, pero que nadie le arranque la puta cabeza. Ese placer debe ser mío ¿Tenemos un trato?

No sabía cuantos de ellos eran vampiros, ghouls, o simplemente sirvientes mortales, pero todos ellos estaban perfectamente armados. El plan que hace unos instantes parecía plausible se desmoronaba como un castillo de naipes ante la maldita realidad.

Eran el jodido Ministerio, y no sabía de ello mucho más de lo que “Miki” me había contado. El señor “consejos vendo, pero para mí no tengo” me había dicho que eran gente peligrosa, que había que mantenerse lejos de ellos. Irónico ¿verdad? También decía que solo había algo peor que tenerlos como enemigos y eso era hacer negocios con ellos. Miki era un estúpido, pero sabio, y yo no le tenía demasiado aprecio a su no-vida, pero sí a su conocimiento.

Extendí la mano hacia delante, manteniendo estirados índice y corazón, simulando un arma y apuntándo a Yahaira a la cabeza, justo entre los ojos, para un segundo más tarde apuntar sobre su hombro derecho en dirección a la de mi sire mientras guiñaba el ojo y “disparaba”.

—¿Algo más que me quieras decir antes de que os dé la espalda y me acribilléis a balazos, Yahaira?

La voz de ella seguía resonando en mi cabeza de manera insidiosa y, pese a ser una cacofonía molesta, su presencia ahogaba los gritos suicidas de mi sangre intoxicada que me impulsaban a inmolarme en un rescate suicida. Eso daba miedo. Por mi cabeza no pasaba cambiar el dueño de mi correa, sino liberarme de ella, y esto se parecía demasiado a lo primero. Debía tener cuidado.

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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#3

Mensaje por Voivoda » 10 Dic 2023, 19:06

Algunos de los presentes, entre los que hay tanto hombres como mujeres, dan un paso adelante al comprobar tu gesto con Yahaira. Esta, no obstante, sonríe mostrando una dentadura blanca perfecta y hace un leve gesto con la mano para que nadie vaya más allá. Puedes sentir el respeto y el carisma que inspira la vampira que tienes delante que, en cualquier caso, no pierde la sonrisa y unas formas callejeras que muestran que todo cuanto ha logrado lo ha conseguido por sí misma.

De una manera algo socarrona te lanza un beso con la mano como respuesta a tu última pregunta mientras se dirige junto a sus acompañantes a atender a su manera a tu Sire.

nycars.jpg

Tus pensamientos se acumulan mientras conduces desde el Bronx hacia el sur de Manhattan. La excursión es una versión moderna de viajar a la jungla, ya que cuanto más al sur te vas dirigiendo más consciente eres de estar metiendo la nariz en el territorio de otros Vástagos. Nueva York ha dejado de ser la ciudad monolítica de la Camarilla que era en los últimos años, pero eso la hace además de más atractiva, también más peligrosa. Cualquiera podía tomarse la justicia por su mano.

Por un instante tienes la tentación de dejar a Miki abandonado a su suerte en manos de la banda de Yahaira. Tenías un coche y astucia para sobrevivir y buscarte la no-vida por tu cuenta. Yahaira seguramente no saldría de su territorio del Bronx para buscarte en la jungla de Manhattan.

Sin embargo, al mismo tiempo sentías una cierta necesidad de evitar que ese fuera el final de tu Sire. Bien por tu deseo de venganza, bien porque en el fondo te sentías vinculado a él de una manera instintiva y emocional que te disgustaba, pero que no podías negar. Tu Sire era un perfecto imbécil, pero tenía aún los conocimientos y los contactos suficientes para intentar estableceros con algo más de seguridad en Nueva York. La necesidad, el odio y la incertidumbre se entremezclaban en tus pensamientos de un modo desagradable y constante.

Conduces sin un rumbo fijo, sólo por el deseo de acercarte al Midtown e ir sopesando la petición de Yahaira. Introducirse en un hotel de esa zona de la ciudad podía ser lo último que hicieras en tu existencia, y no estaba de más pensarlo con calma. En esas vueltas y giros que das para dar más tiempo a ordenar tus pensamientos, llaman tu atención las luces azules y rojas de varios coches de policía que están estacionados en la puerta de un edificio de viviendas.

Los observas a cierta distancia. No le tienes demasiada simpatía a la acción de la policía, menos aún en una ciudad salvaje como Nueva York, pero siempre piensas en el bueno de Willow, al que su buen carácter le lleva a menudo a estar en complicados turnos de noche.

Te sientes como un ratón en un laberinto en el que has ido entrando por tu propio pie. La altura de los rascacielos, la virulencia con la conducen los taxistas, las luces de la policía y el temor por tu propio futuro se entremezclan haciéndote sentir pequeño... y haciéndote comprender que un ratón inmóvil rara vez sobrevive.
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Tadd (Dava)
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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#4

Mensaje por Dava » 10 Dic 2023, 23:01


Yahaira se ganó mi respeto en tiempo récord con esa acción. Algo que Miki nunca tendría ni intento ganarse jamás. Se notaba que le importaba una mierda, que era poco más que una carga. Cualquier matón de tres al cuarto “se la habría sacado y puesto sobre la mesa” abriendo fuego contra mí, pero ella no lo hizo.
No, sí, al final el Ministerio iban a ser una opción. Pero sin correa. Eso lo tenía claro.

Mientras conducía de forma casi automática, no paraba de darle vueltas al asunto de rescatar al pedazo de mierda de mi sire. Quizá si tardaba lo suficiente sería demasiado tarde. Levante el pie del acelerador al tiempo que sonreía. Sentí como una puñalada en la base del cráneo y un leve temblor apareció en mi ojo izquierdo.

El “mono” hacía acto de presencia. ¿Cuánto tiempo hacía que no bebía su sangre infecta? Joder, tampoco hacía tanto tiempo y, qué demonios, mejor así. Deduje que esto iría cada vez a más cuanto más tardase en dar otro sorbo. Necesitaba ese dulce trago, no quería hacerlo, pero ahora mismo mataría o moriría por ello. Por eso me estaba metiendo en la mierda hasta el cuello haciendo de chico de los recados.
Si tenía mala suerte, no pasaría de esta noche y el mundo seguiría yéndose a la mierda sin mí. Pero si salía de esta lo mismo tendría que cambiarme el nombre a “Lucky Tadd” o algo así.

Los destellos rojos y azules me devolvieron el control y, aun lejos de su procedencia, aparqué discretamente en la acera. Me miré en el espejo retrovisor para asegurarme que seguía pareciendo mortal antes de empezar a intentar otear desde el interior del vehículo que pasaba fuera.

Baje del mismo, como quien vive por la zona, tomando todas mis cosas de trabajo: arma reglamentaria, documentación, útiles de trabajo. No pude evitar sentir cierto alivió al reconocer el distrito de los coches patrulla. Si tenía suerte, y él no, Willow estaría en todo el meollo del asunto. Saque el viejo Morotola, le puse la batería y lo encendí para enviar un SMS:

“¿Estás de servicio o de canastas?”

Apagué el móvil de nuevo, quitándole la batería. Pasee por los locales de los alrededores, siempre en movimiento en un intento de escuchar entre las conversaciones de la gente algo que pudiera darme una pista de lo que había ocurrido en aquel edificio.
Siendo un ratón, quedarse quieto en una ciudad de depredadores enfrentados entre sí, era suicida.
Casi tanto como ir con el móvil encendido a todas partes.

Pasados unos 10 minutos, y si no ocurría nada en especial, volvería a poner la batería y encender el dispositivo de nuevo para ver si tenía respuesta.
Off Topic
Activo el rubor de la vida antes de bajarme del coche si no lo tenía activo ya.

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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#5

Mensaje por Voivoda » 16 Dic 2023, 18:43

nypd.jpg
Esforzarse por parecer lo que ya no eres despierta el ronroneo interior de tu Bestia. Es una sensación agradable y desagradable a la vez. Te mantiene alerta, te recuerda que sigues vivo a pesar de haber traspasado el velo de la muerte. Al mismo tiempo, azuza tu necesidad de alimentarte y lleva tus pensamientos al sabor de la sangre de tu propio Sire. Era un auténtico bastardo, sí, pero por sus venas corría un elixir como no habías probado otro igual, ni siquiera en las noches dedicadas única y exclusivamente a pasear por las calles con la intención de probar nuevos tipos de alimento.

En todo caso, al sentir de nuevo el calor ficticio de tu propio cuerpo, te sientes más seguro de ti mismo. De hecho, te cruzas con un par de transeúntes que no reparan en ti, apenas te miran de reojo como con cualquier otra persona que se cruzaran en plena noche en una ciudad tan enorme y potencialmente peligrosa como Nueva York. Exhalas incluso un poco de vaho para simular el efecto del frío. Te sientes como un lobo entre la manada, escondido a simple vista.

Un rápido reconocimiento te permite comprobar cómo entre las persianas bajadas de algunos apartamentos cercanos se mueven las siluetas de los neoyorquinos que están despiertos a estas horas y quieren mirar con curiosidad qué sucede en la calle. Nadie husmea en persona, no deja de ser ya plena madrugada, lo que en todo caso, aunque no te dé información concreta, te permite acercarte sin encuentros indeseados hasta las cercanías de los coches patrulla. Los ves aparcados delante del edificio, con las sirenas apagadas, pero las luces encendidas. Se oye algo de barullo desde el interior del edificio, aunque desde la calle es prácticamente imposible saber qué está sucediendo.

Estás a punto de perder el interés y marcharte a seguir con tus propios asuntos cuando, al volver a encender la batería, ves un mensaje de Willow.

Hoy turno de noche. Un caso de violencia machista en Pearl Street. Lugh tcnto, jdr

Frunces el ceño de manera innata. El final del mensaje es raro. Parece escrito de repente a toda velocidad, lo que ha hecho que Willow lo mande con erratas. Miras el indicador de las calles que tienes más cerca. Pearl St. con Fulton St. Tu camino te ha llevado a rodear todo Manhattan por la ribera del East River desde el Bronx hasta casi el sur de la Gran Manzana.

Yahaira quizá puede esperar un poco más. Al fin y al cabo es inmortal. Pero hay un principio muy dentro de ti que está tatuado en tu carácter: proteger a los inocentes. Y en ese mensaje de Willow hay algo que te pone en alerta.

OFF: Tu Ansia sube a 2 por el control de Enardecimiento para el Rubor de la VIda. (https://discord.com/channels/6032459677 ... 6611142666)
En el prólogo no uso el Ansia como un potencial peligro mortal para el personaje, pero por si acaso desembocamos ya en la historia general, hay que tener el contador en marcha.
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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#6

Mensaje por Dava » 18 Dic 2023, 00:24


Al leer la palabra "violencia", alguien en mi interior sonrió de forma macabra. Creo que era de los pocos vastagos que lo traba como un ente al que respetar y temer, en vez de un sentimiento que mantener oculto y bajo control. Apagué el móvil y le quité la bateria de nuevo.

Si era un caso de "VioGen", mínimo serían dos patrullas en la zona, lo que significaba un mínimo de cuatro agentes, y la mitad de estos serian mujer, por cosas del protocolo. El motivo era simple, si había que arrestar a ambos, llevarlos en el mismo vehículo seria demasiado arriesgado.Algo similar a juntar dos perros rabiosos en la misma jaula de camino a la perrera.

Pese a tener a al hambre recordandome la delicatesen que era ser un esclavo y alimentarme de mi creador, el final del mensaje me puso en estado de alerta. Wislow parecia en peligro. Esa idea subyugo esa voz tan seductora en tiempo record llevandose consigo algo de mi preciado sentido común, por no decir que todo.

Me acerqué al edificio con presteza, sin hacer uso de mis ventajas sobrenaturales y desde el portal busqué al bueno de mi colega con todos mis sentidos alerta. Eche un vistazo rápido y pregunté por él antes de entrar. Lo último que quería era asustar a un novato y tener que darme a la fuga lleno de plomo.

—Wislow... ¿Eres tú? Soy Tadd

Con el arma accesible y la placa bien visible, comence a buscar al bueno de Wislow en el interior. Alguien iba a pagarlo caro si le habían hecho un solo rasguño, muy posiblemente con su vida:
"No habría reposo para los malvados"

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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#7

Mensaje por Voivoda » 28 Dic 2023, 18:46

El agente que está apostado delante del portal duda durante unos segundos al comprobar tu acreditación de detective privado. Quizá por tu aspecto andrógino, quizá por tu aparición probablemente muy rápida en relación con el momento en el que ellos mismos habían recibido el aviso. Llegas a ver por encima de su hombro que está encendida la luz de un rellano de uno de los pisos superiores, que arroja algunas sombras de las siluetas de los agentes de policía. Probablemente sea del primero, como mucho del segundo.

Se escucha una algarabía de voces, las de los agentes, la de una mujer que parece dar explicaciones. Escuchas el sonido del ascensor parándose en una entreplanta. Observas segundos después a otra mujer que baja por las escaleras con paso dubitativo y entre las sombras antes de llegar al portal, momento en que se encienden de modo automático las luces del mismo. Parece algo desorientada, lleva ropa de calle, pero zapatillas de andar por casa.

Puedes intuir sin demasiado esfuerzo en el rostro del agente que conoce a Wislow y que muy probablemente tu amigo policía se encuentra en el interior del edificio. La Bestia te azuza para que no esperes más y entrar en el portal a toda velocidad. La paciencia no es uno de tus puntos fuertes. El agente finalmente niega con la cabeza, indicándote que debes esperar fuera o acceder con una orden judicial. La mujer se acerca a la puerta para salir a la calle y puedes mirar sus ojos castaños con claridad.

Es el momento de tomar una decisión.

En ese instante una sombra se dibuja en el rabillo de tu ojo, lo que te hace mirar hacia arriba de modo instintivo.

salto.jpg

Observas con claridad la silueta de lo que tiene pinta de ser una mujer saltando desde el tejado del edificio en cuya puerta estás hacia otro situado en el otro lado de la acera, donde aterriza rodando. Los agentes de policía que están en el tejado maldicen, la voz de Wislow es perfectamente reconocible entre ellos.

La mujer que estaba en el portal sale en ese instante de él y mira hacia los lados aún confusa, momento en el que el agente de policía parece reparar en ella y deja de mirar hacia el cielo totalmente negro para preguntarle si necesita algo.

OFF: Como has podido leer, he parado el turno en la puerta, no llegas a acceder al interior del edificio
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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#8

Mensaje por Dava » 29 Dic 2023, 01:09


Iba a esperar su puta madre.

Estaba a punto de permitirla tomar el control. Sólo por un momento. El tiempo necesario para llegar hasta Willow y asegurarme que seguía sano y salvo. De no ser así, tocaría cazar a esa escoria y hacer otra muesca en mi revolver. Pero incluso los condenados tenemos suerte.

La aparicion de una mujer en el portal hace que el agente tenga que escoltarla. Era mí oportunidad sin duda. Sabía de sobra que, ahora que no me veía nadie, si usaba mis habilidades me sobraría tiempo para llegar junto aquel bastión de lo correcto que era Willow. Era lo único que importaba.

Entonces vi aquella mujer saltar desde una azotea a otra. Hacerlo no era una proeza al alcanze de todos, de eso no había duda. Mi instinto me susurró algo que la Bestia se encargo de ocultar con sus gruñidos. Pero fue la voz de Willow maldiciendo desde la azotea la que me devolvió el control. Estaba sano y salvo. Cabreado, sí, pero de una pieza.

Con el sentido comun al mando de mis acciones, concluí que colarme en el edificio pondría en peligro tanto mi coartada mortal como metería en apuros a mi amigo si tenia que cubrirme las espaldas.

Crucé la calle con discrección hacia el edificio en el que había atertizado la mujer, aprovechando que el agente estaba ocupado, y me dirigí junto a las escaleras de incendios. Allí esperé a que una de dos, o bajase por las mismas o saltase en direccion a otra azotea. Más que nada, porque salir por el portal le expondría de bruces a sus perseguidores.

No sabía si estaba armada o no, ni si era peligrosa. Sólo tenía claro que para Willow era una criminal y ¿Qué loco no ayuda a sus amigos en momentos así?

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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#9

Mensaje por Voivoda » 02 Ene 2024, 19:11

stairs.jpg

Desde tu posición podías observas a Willow y a una agente de policía en la azotea del tejado del edificio en el que estaban actuando. Maldecían, hacían gestos, cogían sus teléfonos móviles. Miraban en dirección al edificio bajo cuya escalera de incendios tratabas de pasar desapercibida. Por sus gestos, era evidente que habían perdido la pista de la mujer que había saltado.

La curiosidad de por qué estaba allí tu amigo policía siguiendo a esa mujer empezaba a ocupar bastante espacio en tu cerebro. Sabes que, al igual que tú, Willow tenía una especial vocación por proteger a los más débiles. De ahí su propia profesión. Imaginas que detrás de dicha vocación estaba su actuación de esta misma noche, pero, al mismo tiempo, compruebas desde tu posición que el agente que está a pie de calle habla serenamente con la mujer que ha salido del edificio. Misión cumplida, ¿no?. Posible caso de violencia machista, mujer a salvo en manos de la policía.

¿Qué diablos hacía esa otra mujer dando saltos por los tejados?

La saltadora olímpica no daba señales de vida. No había ruido en el tejado. Los policías no la veían, y parecían descartar pasar hacia este edificio o dirigirse hacia otros. Presupones por ello que tampoco la han visto seguir saltando por las azoteas. En el edificio se escuchaban ruidos procedentes de algunos pisos, previsiblemente vecinos que miraban desde detrás de las cortinas.

¿Dónde estaba esa mujer?

Sinceramente, no aportaba mucho el misterio a tus propios problemas, dibujados en forma de encargo suicida por parte de Yahaira Bolívar. Aún así, tu obsesión por perseguir la verdad, por saber qué ocurre realmente, siempre había sido uno de tus puntos débiles. La curiosidad mató al gato. O a la Brujah.

El operativo policial se centra de nuevo en el interior del edificio de enfrente. Se escuchan gritos desde cualquier punto de la calle. Los compañeros de Willow intentan reducir a alguien y una mujer pega voces atenuadas por los muros de ladrillo y la distancia. Estás sola, con algo de tiempo para pensar por dónde seguir.

Miras de nuevo hacia arriba. Sólo las nubes pasando a toda velocidad por un cielo encapotado a la luz de las farolas. Ni un movimiento.

¿Dónde coño está la tipa esa?
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Re: "Countdown" 1 (Prólogo Tadd)

#10

Mensaje por Dava » 03 Ene 2024, 00:06


La situación parecia mas que controlada por Willow y su equipo. Miré mi reloj Casio F91W negeo y me asegúrese de que no iba a saludar al sol por error. Ademas el trabajito pendiente para Yahaira se las traía. Dado que posiblemente no lo contaste, ¿qué mejor manera que despedirse de este "Bonus-Track" que era mi no-vida que echabdole una mano a un amigo?

Sonrei para mí antes de levantar la vista hacia el tramo de escaleras que había entre la azotea y yo, asegurandome de que nadie estuviera asomado por las ventanas que daban a esta pared.

Esperé pacientemente a dejar de ver u oir a Willow en la azotea para empezar mi ascenso, más sigiloso que raudo. No quería meterle en lios innecesarios. Lo más probable era que el pobre infeliz se hubiera hecho trizas en el aterrizaje, por eso no había bajado ni saltado de nuevo.

Lo que era realmente sospechoso era que no hubieran mandado a nadie aquí aún, lo que posiblemente significaba que la situación en el edificio era segura, pero no estaba completamente controlada. Preciados minutos para saciar mi curiosidad. Aquella tipa había tenido la desgracia de toparse con una de las pocas personas importantes para mí.

Una vez en la azotea, me acerco al punto en el que aterrizo, linterna en mano, apuntando bien a ras de suelo para no llamar la atencion de mi buen amigo y sus colegas. Busco restos de sangre, ropa o cualquier pista que me pudiera indicar en que direccion habia huido aquella mujer.

Encontrar personas desaparecidas, descubrir y documentar infidelidades, cubrir las huellas de algún vastago torpe... todos ello trabajos bien pagados si te atrevias a ensuciarte las manos.
Pero en esta ocasión era personal.
Tenía que ver con Wilow.

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