[Rol en Solitario] Arde Caracas, Arde

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WilliamDarkgates
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[Rol en Solitario] Arde Caracas, Arde

#1

Mensaje por WilliamDarkgates » 04 Mar 2024, 01:57

  • Sistema: Vampiro la Mascarada V5
    Originador: Mythic 2E
    Localización. Ciudad de Caracas, Venezuela
    Oráculo: FATE Chart Mythic 2E
SINOPSIS

La aventura transcurre en la Ciudad de Caracas. En esta los anarquistas han tomado la ciudad, especialmente la zona del centro y el oeste, quedando Este y los sectores aledaños de la UCV en manos de unas baronías aparentemente neutrales. El heredero del príncipe anterior gobierna en el Este de la ciudad, caracterizado por ser más pudiente.

A fin de sobrevivir, la Camarilla se comporta como una suerte de Baronía que esta asediada. Los conflictos internos de orden político entre los anarcas, está dificultando su expansión. Mientras tanto, muchos de los vampiro neutrales o miembros de la “camarilla” está tratando de consolidar y el expandir el poco poder y territorio que poseen.

Los protagonistas de esta historia son

Joseph


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Es un chiquillo tremere —uno de los pocos que quedan— que junto a su señor están conspirando para superar al Contralor del Partido (Alguacil de toda la ciudad) y al propio alguacil de su Baronia. Joseph tiene como gran adversario a un vampiro cacique que se hace llamar el MACACO, y junto a destronar al alguacil de la ciudad, su principal preocupación es acabar con ese adversario.


Johnny
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Un nosferatu que conspira contra un barón o cacique emergente denominado El MACACO. Y ha buscado desde hace años herramientas y cosas para darle un golpe contundente, al parecer encontró algo.

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Re: [Rol en Solitario] Arde Caracas, Arde

#2

Mensaje por WilliamDarkgates » 04 Mar 2024, 02:04

Noche 1 Escena 1

Otra noche más, otra serie de oportunidades para que me puedan joder. Así de sencillo. Está no es una noche usual, porque aquello en el fondo de mi mente está dando más guerra de lo normal, exige un poco más de atención. No quiero que se salga de control, no es buena señal. Porque cuando el control y poder son las variables que dominan tu existencia, perder uno de los dos es riesgoso. Perder ambos es señal de debilidad.

Sé que se calmará. Tomaré un baño caliente, sé que la señora Patricia antes de irse me ha preparado el baño con las sales especiales. "Comeré" algo y luego vestido saldré a ver lo que me espera allá afuera. Tengo unos cuantos pendientes, especialmente en materia de formación. Además de contactar con mis proveedores. Será una noche ajetreada.

Ya aseado y habiendo "comido" algo estoy de mejor humor — o eso quiero creer— así que me siento a leer un rato. Es lo que me pide el cuerpo.... Bueno, una parte de él. La otra me pide... Mejor no pensar en ello.

No he pasado la primera página del texto que iba a leer cuando el maldito teléfono móvil salta. Un perolito. Me asombra que después de tanto avance, ahora estamos paranoicos todos. Después de mucho aparato digital hemos vuelto a los viejos analógicos. Lo cierto es que nunca debimos dejarlos de lado.

Lo dejo sonar un rato más. Que arda el mundo, que yo seguiré en lo mío. El interesado llamará o volverá a enviar un mensaje de texto. Leo un poco más, y el aparato comienza a hacer ruido, llegan un mensaje tras otro. No es una buena señal.

En efecto, no es nada bueno. De nuevo es mi Señor. Mal momento, mal tiempo, mal padre oscuro. Me pide que salga de casa, y me ponga en contacto con un jodido bagre. Hay algo que debemos buscar, que el bagre, llamado Johnny es clave. Y, lo más importante, debemos adelantarnos al alguacil. Bufff como si esa mierda importará.

La Torres de Marfil en Caracas se estrelló. Cuando Xavier de Xincao y el Príncipe cruzaron el paramos, todo se vino abajo. Los malditos chuptoteros anarcas salieron de todos lados, como cucarachas, ellos soliviantaron a los ñangaras en el poder y boom, en principado está arrinconado en un pedacito de la gran Caracas, mientras que una horda de marginales y sus secuaces sacos de jugos hacen de las suyas en el resto del territorio.

¿Qué hace la jodida torre? Pues nada, resistir, mantenerse a la defensiva y preservar más tradiciones. Los bárbaros están en la puerta, tratando de tirarla abajo y nosotros, soñando con Arpías, Elíseos, manteniendo las formas. Pero bueno, yo solo soy un pobre indio más, ya veré qué puedo hacer cuando me toque a mí.

Me cambié colocándome ropa cómoda, porque algo me decía que pasaría la noche andando de un lado a otro. Una vez listo salí.

—El carro está listo —me dijo Samuel, el ghoul de mi señor. Así que asentí y dejé que me llevará hasta donde se había acordado. Iría de los Palos Grandes a La Avenida Solano, eso creo. No presté atención alguna de la ruta tomada. La verdad es que la ciudad ha cambiado tanto en las últimas décadas, que molestarse en saber cómo se llaman las calles no tiene mucho sentido. O, al menos para mí que no suelo andar en la calle.

Ahora, con una ciudad bajo el control de las malditas cucarachas, tampoco tengo muchos deseos de andar saliendo a la calle. Pero cuando tú Señor te dice ve a X lugar, tú vas. Esas son las formas, y así serán hasta que sea mi momento de dar las órdenes. Algún día dejaré de ser indio y me volveré un cacique.

Una vez llegamos al Molino Rojo, o así creo que se llama. Aquella cosa roja con luces de neón y la gente alrededor me daba algo de náuseas. Pero una parte de mí se movió con alegría en el fondo de mi cabeza.

—Gracias, Samuel— le dije— atento, si te necesito te llamaré.

El ghoul asintió sin pasión alguna. Parco y estoico, por algo tiene tantos años.

Con cierta renuencia camine hacia el sitio, hasta que un siseo en un oscuro callejón llamó mi atención. Luego un movimiento en la periferia de mi campo de visión hizo todo lo posible para confirmar mis sospechas. Avance hacia el origen del sonido. Con calma me interne en el sucio callejón, olía a mierda y vómitos.

—¿Que más, bro?— una figura salió de las sobras, a mis ojos parecía que se hubiese corrido una cortina demostrado que allí siempre estuvo este tipo. Una criatura alta y musculosa de piel pálida, de rasgos duros que recordaban a los neandertales, unas orejas picudas y varias cicatrices.

—Buenas noches— dije. Rápidamente estrechó mis manos y luego antes de solteros hizo un chasquido con los dedos. Un extraño y muy viejo saludo que, sin duda podría ser indicativo de la época por la cual fue abrazado Johnny.

-Bro. Qué bueno que has venido- dijo el Nosferatu. En este momento es inevitable pensar en cómo terminó está bola de músculo y actitud bro siendo un vástago. Vale la pena destacar, que he oído rumores, pero Johnny no suelta prenda. Sí, no es la primera vez que trabajo con él. Lo único que puedo deducir es que un nosferatu desgraciado quiso joderle la visa un musculoso bro.

— Órdenes son órdenes, Johnny — hice énfasis en su nombre, y por alguna razón sonrió mostrando aquella ristra de dientes amarillos y tiburonesco que me dieron escalofríos.

—El viejo siempre está jodiendo, todo el tiempo tramoyando. Es tramoya tras tramoya. No sé, como en los viejos tiempos las vainas funcionaban.

—Otro mundo, otro orden de cosas — pero Johnny tenía razón, a veces miro atrás y no entiendo cómo las cosas funcionaban o sobrevivían. Tal vez por eso aquellos que sacaron de la Jugada al Príncipe y a Xincao tuvieron tanto éxito.

—Sí, Bro. La vaina era una locura. Pero, nunca va a ser peor que esta época. De verdad que no sé qué le pasa a los chuptoteros y a los sacos de jugo.

—Bueno— lo interrumpí de forma cortante — ¿Que tenemos que hacer?

—Buscar a un carajo llamado Álvaro...

—Para eso....

—Es un Ghoul del MACACO- agrego, al parecer ignoró mi interrupción.

— Pero que....

— Yo le endulce la oreja, para que se pasará a nuestro lado. El tipo le sabe los beta al MACACO y está dispuesto a ayudar. Parece que está molesto con el Macaco, porque el bicho le había prometido que lo convertiría, como hace unos 20 años y ha convertido a otros malandros antes que él.
— Típico en este negocio —dije, pensando en todo lo que me costó a mí.

—Bueno, me iba a ver hoy con él y no apareció…

—¿Qué gano yo en todo esto? - pregunté y luego con un gesto- ¿Qué gana mi señor?

—Álvaro dice que encontró un alijo de cosas de brujo. Vainas de ustedes.

Aquella respuesta me dejó frío. Ahora Johnny tenía toda mi atención

Desde mi punto de vista apareció como surgida del humo, como por arte de magia. Así era Natalia, la chiquilla amada de Dionisio, uno de los dueños del Molino Rojo.

Rubia, despampanante, atractiva. Sin duda era la Reina Abeja, la Reina del Carnaval y cualquier jolgorio. Me incómodo su intromisión, pero la verdad es que fue muy estúpido de nuestra parte el decidir quedarnos a hablar en este callejón, debimos sospechar que nos descubrirían.

Más allá del susto, a mí no me afectó la llegada de aquella víbora. Pero Johnny, de alguna forma, la detectó en el último instante y optó por guardar silencio de golpe. Algo en él se cerraría, por alguna razón sentía que esto iba a dificultar todo. Alcance a ver qué a cierta distancia estaban los gorilas de su Señor.

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—Señores— dijo con un tono meloso- ¿Que hacen afuera hablando como un par de jibaros?

Mire a Johnny y omití la ofensa.

—Los invito a pasar a tomar algo y saludar— agregó.

—Ya nos vamos— respondí.

—Es de mala educación pasar por la zona y no saludar al dueño de casa— replicó insistentemente.

— Es que...

—INSISTO—puso énfasis en la palabra. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, podría haber hecho algo, pero había mucha gente alrededor. Suspiré como en los viejos tiempos, mientras que la actitud de Johnny cambiaba un poco, había en sus ojos un extraño brillo.

—Está Bien— respondí con resignación— hay que ser respetuosos.

Nos pusimos en camino, aunque la cosa no se pintara bien.

Natalia nos obligó a entrar por la puerta principal del Molino Rojo. Al contrario de lo que yo pensaba, nadie en la fila presentó alguna objeción. Por su parte Johnny iba bien disfrazado, el Bro sabe cómo cubrirse así que no hubo problema alguno.

El local era bullicioso, había gente sentada en las mesas tomando y charlando, algunos de pie, mientras que en una tarima un chico realizaba una rutina de Stand Up.

Nos llevaron a una habitación trasera. Miré a Johnny, pero no encontré apoyo, su mirada estaba perdida, buscando algo. Había una señal de potente curiosidad en él, o eso pensé.

Al cabo de unos minutos de la habitación en la que íbamos a entrar salió una hermosa mujer rubia, atlética que nos miró de reojo mientras se ponía unas gafas de Sol. Creo que era una famosa estrella de TV.

Natalia con un gesto nos invitó a pasar. La sala era grande y estaba bien amueblada. Frente a un gran sofá de terciopelo rojo había un TV pantalla plana donde se podían ver las cámaras interiores y exteriores del local. Sentado frente a este ingenio estaba Dionisio.

Era un hombre de piel café y cabeza rapada, vestía un elegante y hermoso traje de tres piezas, era blanco y beige a con una corbata a juego. Deben saber que en nuestro mundo usar colores claros, en especial el blanco manda un gran mensaje. Dionisio con ello le decía a cualquiera que supiese ver qué él era tan buen cazador y asesino que se daba el lujo de vestir de blanco en su trabajo porque sabía que nunca se ensuciaría.


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—Saludos jóvenes— dijo con alegría mientras señalaba un mueble al lado y nos ofrecía asiento.— Tu, te conozco eres el chiquillo de Aurelio. ¿Cómo está esa vieja rata?

Iba a responder cuando se adelantó.

— Y tú eres el chiquillo de Madame. Lo sé, no lo niegues. Lo veo con claridad — le dio una calada a un cigarrillo café que tenía en sus manos cubiertas de guantes. — me alegra ver a otros por mis predios. Desde que las cucarachas hicieron de las suyas, esta zona no recibe visitas de vástagos dignos. Puro animal resentido, eso es lo que hay afuera.

—Es un placer— dijo Johnny mientras tomaba la copa que nos ofrecían.

—espero toleren la vitae animal. Estoy en un proceso de purificación. ¿Vieron la mujer que salió?- asentí ante su pregunta —Alexandra dio a luz hace tres meses y ya vuelve a tener su cuerpo fitness. 3 meses ¿Lo pueden creer?

Su comentario confirmó un rumor que el Alguacil tenía en las listas de pendientes. En otro momento habría pensado que era una gran oportunidad, pero estoy seguro de que Dionisio manda con ello un mensaje.

—Bueno jóvenes ¿Que los trae por acá?

—Solo conversábamos sobre unos temas - respondió Johnny y por el brillo en los ojos de Dionisio este captó la mentira. Se recostó en el mueble unos minutos y dio otra calada al cigarrillo.

Me pregunto qué tanto puede disfrutar de ello. Miro alrededor, las pantallas muestran distintas partes del local haciendo especial énfasis en los alrededores.

—Nunca se puede estar lo suficientemente seguro en esta ciudad. Y eso, a pesar de que estamos en terreno franco. Pregunto de nuevo.

—Discutimos una misión. Asuntos menores de mi Señor y su Señora— está idea me hace gracia ya que siempre había pensado que el creador de Johnny era un hombre.

—Seguro que buscan a alguien. Yo también — sentí un escalofrío, de repente el ambiente alrededor se hizo denso. Aquella sala se volvió muy opresiva.

—¿Me gustaría saber a quién buscas? —respondió Johnny, algo que se me antojó muy atrevido de su parte.

Dionisio sonrió e hizo un gesto con la cabeza a alguien a nuestras espaldas. Rápidamente los gorilas se fueron y Natalia también. Estábamos solos con la serpiente.

—Hay alguien jodiendo en mis dominios. He oído de alguien desconocido, un ajeno rondando por la zona. Y he visto como la cantidad de mendigos y niños de las calles se ha visto reducido.

Johnny asintió, eso eran el sector de la sociedad que su grupo solía disputarse con otros clanes. Mire al bagre y este asintió levemente.

—Desconozco si esa gente pertenece al Partido de Gladys. No he hecho las citas para hablar con el contralor, dudo que sean ellos, pero igual sospecho. No sé si es la gente del pendejo del Macaco o de la Baronía del Oeste.

Negué con la cabeza. Nuestra gente estaba a la defensiva, el "Barón Invicto" está a rumiando su amargura en vez de hacer algo.
—Ya veo, Ustedes no saben nada. Creo que hable de más.

—Me agrada esa idea. Entonces usted desea que vayamos a ver- Dijo Johnny con mucho entusiasmo.

Dionisio asintió.

—¿Que ganamos? - pregunté.

—les deberé y favor, también les daré unos recursos.

—Suena Bien— dijo Johnny, aunque a mí no me agradaba el misterio.

Dionisio se puso de pie.

-No se diga más- les daré su ubicación y señales distintivas- esperen aquí.

Salió de la habitación sin decir nada más. Creo que estamos fritos

Apenas pude pensar en algo. Siendo sincero, creo que no hubo tiempo, pues con la misma presteza con la que abandonó la habitación, Dionisio volvió. Traía entre manos una carpeta amarilla, de ella extrajo unas fotografías y papeles.

—mi gente ha caído en cuenta que son tres tipos. Pero nunca aparecen juntos, ni al mismo tiempo.

Nos dejó observar las fotos, mientras daba cuenta de su cigarro. El salón se impregnó del olor del tabaco. Algo que me resultaba un poco cargante y molesto. Pero, no estaba en condiciones para reclamar.

—¿Hace algo aparte de aparecer?— preguntó Johnny

—En la ciudad han aparecido unos símbolos que preceden su llegada —respondió— mis hombres dicen que no han visto a nadie dibujándolos.
—¿Eso tiene que ver con la desaparición de mendigos? —pregunté y mire a Johnny. Gracias a mi oído me percaté del cambio de postura de Dionisio. Se movió muy rápido en el sofá, lo que me indicó que tal vez se acercó mostrando interés.

El bagre entendió que había una relación entre esto y la desaparición de Álvaro. Dionisio carraspeó y Vi como con lo que quedaba del primer cigarro encendía otro.

—Miren, más cucarachas no suelen ser respetuosas. Pero este es el terreno del triunvirato, tierra neutral. Y yo tengo unas reglas draconianas con respecto a alimentarse acá y hacerlo de mala manera.

Asentimos con calma.

—No cagues dónde comas, y cuando comas siempre deja un poco para mañana— dijo y colocó el cigarro en un cenicero —. Hay a un o unos hijos de puta comiendo allá fuera y violando mis reglas. No puedo dejar pasar la vaina ¿Me entienden?

—A cabalidad, bro— me asombró el desliz de Johnny que Dionisio dejó pasar. Rápidamente entendí que era lo que nos estaba pidiendo. Tenía que aplicar la ley. Pero antes de aplicar la justicia debía entender y capturar al criminal y algo me decía que Dionisio había considerado la posibilidad de que hubiese un sapo en sus filas.

—Entonces, si tienen tiempo den con esa gente. Y luego vienen acá con pruebas. Me ponen al tanto, yo les pago el favor y todos están felices. Además, gana la justicia.

Johnny iba a decir algo, seguro a quejarse de que Dionisos quería que hiciéramos el trabajo sucio. Pero yo entendía sus razones: 1) si hubiera un sapo entre los suyos este mes avisaría a los tipos y se perderían. 2) si no hubiera un chismoso, existía una gran posibilidad de que el movimiento de sus fuerzas alertarán a esta gente.

Hice un gesto y frené a Johnny

—Cuente con nosotros— dije.

—Perfecto —se frotó las manos con fuerza—. Aunque habrá un problema. Ustedes están por su cuenta. Si pasa algo.
Iba a decir algo, pero igual íbamos a emprender una misión similar.

—Caracas está más peligrosa de lo normal, si los rumores son ciertos. Pero, podremos con ello ¿Cierto Joseph?

—Perfecto, seré generoso con la recompensa. Ya verán

Aunque no me gustaba la idea de agregar una tarea más a la noche, lo cierto es que no era conveniente negarse. Que Dionisio, una de las tres cabezas de la zona neutral te debiese un favor por ínfimo que fuese ya era ganancia suficiente.

A Johnny, al parecer, tampoco le desagradó. Me estaba preocupando un poco ese bagre, porque su actitud había cambiado de sopetón. Pero no creo que fuese por el efecto de estar frente a alguien como Dionisio. Siendo sincero, este no nos asaltó con esa Aurea depredadora que tiene los mayores. Así que el cambio en mi compañero debió de tener otro origen. En fin, mejor no ahondar en ello.

Finiquitamos los detalles, preparamos algunas cosas. Dionisio nos dio unos números telefónicos, algunas fotos y algo de efectivo en moneda nacional e internacional.

Listos, con otro objetivo encima y sin mucha claridad abandonamos el Molino Rojo. Si soy sincero agradezco el dejar atrás todo el bullicio de aquel lugar. Emprendimos nuestra marcha hacia Plaza Venezuela.

Una caminata en línea recta viendo pasar algunos autos y muchos jóvenes caminando. Al final de la avenida encontramos un cruce a nuestra izquierda y bajamos al boulevard de Sabana Grande. Más iluminado y lleno de vida, con negocios de comida abiertos, mientras que las ventas de ropa, zapatos y otras cosas iban cerrando.

—Atento a los niños. La mayoría sirven a la señora, pero hay algunos independientes. Y otros son muy peligrosos— dijo Johnny con cierto aire melancólico—. A veces no hace falta vitae para volverte un pequeño monstruo.

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#3

Mensaje por WilliamDarkgates » 06 Mar 2024, 17:52

Noche 1 Escena 2


BUEN-VIVIR-680x383.jpg



En el boulevard Johnny se movía con mucha soltura, estaba en su ambiente, especialmente por su capacidad para pasar inadvertido o al menos en este terreno sabía pasar sin llamar la atención.

Al cabo de unos minutos llegamos a uno de los callejones oscuros de la zona. No había actividad, los postes eléctricos apenas emitían luz y los negocios estaban cerrados. Seguro que la mayoría eran tiendas de ropas o cosas que solo se pueden adquirir de día.
No extraño ese mundo. La noche está llena de misterios y horrores, pero en algunos sitios impera la calma, cosa que no se obtiene bajo la luz del sol.

—Aquí es—dijo Johnny mientras iluminaba la zona con la linterna de su teléfono móvil.

Observamos durante un buen rato el grafiti en aquel callejón, apenas fuimos capaz de distinguir en este algún detalle significativo. No sabría decir si se debía a la luz o que aquellas personas habían escrito algo en una clave difícil de descifrar.

—Bro, Sin duda aquí se está hablando a un grupo. Se usan elementos que manejan las bandas. Y hay detalles que solo podríamos reconocer nosotros— dijo Johnny.

—¿Entonces crees que sea alguna facción interesada el terreno del Triunvirato?

—Bro, me gustaría ver otro. No sabría decirte.

Tomó su telefonito y fotografió las pinturas. Miré alrededor, no había ningún chismoso o niño alrededor. Lo que me había dicho Johnny sobre estos, me tenía algo preocupado.

—Vamos, bro. Creo que hay otro garabato por acá.

Los nervios se me estaban crispando, sentía que estábamos perdiendo el tiempo en esta necedad. A fuerza de ser sincero, para mí todo esto era una pérdida de tiempo. Yo quería pasar una noche tranquilo en casa, no quería nada de esto.

Para cuando llegamos al segundo grafiti no vimos nada y yo me estaba frutando.

—ESTO ES UNA JODIDA MIERDA— grite, rápidamente corrí hacia un bote de basura que estaba cerca y lo patee. Le di fuerte una y otra vez hasta arrancarlo de los tonillos que lo tenían fijado al suelo. La basura se regó por todo el suelo, mientras yo sentía como la sangre me hervía.

— ¿Estás loco, Ramón?— me preguntó Johnny mientras me tomaba de un brazo y me sacaba a rastra del callejón. Una mirada atrás me permitió observar como unas personas se internaban el callejón, soltando una retahíla de improperios al ver lo que ocurrió con el bote de basura.

—Suéltame— le ordené al cabo de un rato. Estábamos en una avenida más iluminada, con mucha más gente y autos—. Ya me he calmado— agregue mientras me sacudía un polvo imaginario.

—Está bien, bro. Vamos a ver el último grafiti.
Caminamos un poco más y volvimos a otro callejón oscuro miré hacia el otro extremo del mismo, el que llevaba hacia el boulevard, el ruido y los adoquines. Al parecer nadie estaba fisgoneando.

Miramos con detalle el garabato y de nuevo fracasamos al entender algo.- Johnny se sentó en el suelo, mientras se quitaba a gorra y el peluquín y se sobraba el pálido cráneo. Viendo lo asquerosos que estaban los adoquines, yo opté por sentarme en una banca de concreto.
Suspiré cada vez más frustrado.

— ¿Recuerdas la época en la que esto era un gran circo de buhoneros?— pregunté.

—No se podía caminar a ciertas horas— replicó Johnny dejando de lado su muletilla—. Era todo un laberinto, idóneo para cazar.

Resoplé ante esa idea. Hace mucho que yo no hacía ello, me había acostumbrado a la facilidad y solo me alimentaba con sangre embolsada.
—Te falta calle, Bro— dijo con una sonrisa. Me mostró aquellos horrorosos dientes chuecos. Se sacudió el sucio, y dijo—. Vamos a buscar a mis irregulares.

—¿Tus qué?

—Irregulares, Bro. Como el Sherlock Holmes, no me digas ¿Acaso no sabes quién es el Sherlock? No me digas que te falta cultura también, bro.
—Cierra el pico, bagre— dije comenzando a caminar hacia el boulevard.

—En serio, bro. Tenemos que resolver ese problema, bro.

Nos pusimos en marcha para hablar con los contactos de Johnny. Caminamos un rato por el boulevard iluminado que tenía cierta vida. El bagre, al contrario de lo que yo esperaría estaba tranquilo o confiaba en la zona o tenía fe en su disfraz, como sea la gente no se asustaba o nos molestaba.

Llegamos a un establecimiento de golfeados. Un dulce tradicional que viene a ser un bollo relleno de papelón y con queso encima, mezclando las cualidades de lo dulce y salado. Apenas recuerdo dicho postre de mi vida pasada.

Johnny me pidió algo de objetivo. Pensé que haría la fila como el resto del mundo en vez de ellos rodeó el local y toco una puerta lateral. Un callejón paralelo se vio iluminado. Allí el bagre hablo con alguien, hubo intercambio de dinero y al rastro llegó con una bolsa llena de golfeados y unas latas de Malta.

—¿no es eso mucha azúcar?— pregunté

—Esos niños casi no comen—me dijo con una extraña alegría- esto les sentará bien, una pequeña alegría para aquellos que sufren mucho.

Aquello me parecía muy poético. Somos monstruos tales momentos, me sorprende. Tengo unos cuantos conociendo a Johnny, he de confesar que nunca hemos sido cercanos; y en ningún momento me pasó por la cabeza la idea de que él poseyese un lado amable o sensible.

Asentí, no era mi intención discutir. Quería volver a casa o, al menos acabar con los encargos. Sentía y sigo sintiendo que aceptar la propuesta de Dionisio fue morder más de lo que podíamos tragar.

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#4

Mensaje por WilliamDarkgates » 07 Mar 2024, 18:18

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Nos sentamos en una mesa de concreto debajo de lo que parecía ser una colorida sombrilla. He de confesar que me sentía ridículo, pero Johnny estaba muy cómodo. Hizo unos gestos con las manos que yo no supe interpretar.

Al cabo de unos minutos, como surgidos de la nada, pude ver a un montón de niños de diferentes tamaños y edades, vestidos con ropas sucias y andrajosas. Sus rostros estaban iluminados por sonrisas de complicidad y malicia, parecían saber que tendrían una recompensa.

Unos minutos después al lado de nuestra mesa estás una niña de piel curtida por el sol, cabellos negros recogidos en una trenza muy bien hecha. Su rostro estaba reflejando el cambio que sufren todos al dejar los mofletes y ojos grandes de la infancia para dar pasó a los refinados rasgos de la adolescencia. Vestía con un pantalón de mezclilla, una camiseta blanca que había visto mejores días y un suéter verde oliva. Su expresión era severa, ya se vislumbraban las señales de unas líneas de expresión. Sus ojos grandes y café brillaban con cierto odio, está niña había visto cosas o sufrido cosas que ya habían agriado su carácter.

Johnny le tendió los dulces y ella musitó unas escuetas gracias. Sabía que era la niña a cargo del resto, por lo tanto ella sería capaz de distribuir con justicia los dulces y las bebidas.

—¿La Señora sabe que estás por acá? — preguntó. Johnny la miró y con calma replicó.

—No lo sabe, pero me trae sin cuidado si se lo dices - la niña asintió, dando entender que lo haría. Era inevitable.

Johnny no me dijo que era la niña, pero infiero que tal vez era la criada o el Ghoul la mentada señora.

—Yajaira—dijo Johnny - necesito información. ¿Has visto algo extraño por los alrededores? Extraño al estilo a lo que estamos acostumbrados. Por ejemplo, Gente haciendo pintadas en las paredes.

—No he visto a nadie haciendo pintadas fuera de lo normal — replicó—tampoco he visto nada inusual. Generalmente la señora mantiene a los abusones a raya.

Johnny me miró, había cierta melancolía en ese feo rostro. Creo que no sacaríamos nada de ese tema el día de hoy.

—¿El día de hoy has visto a Álvaro? — preguntó abiertamente.

—Sí, estuvo al atardecer por acá, con su actitud rara, sus paranoias. Y, antes de que preguntes no vi hacia donde se perdió. Estaba muy nervioso.
Iba a comentar algo, pero con un gesto Johnny me pidió que no interviniera. Decidí obedecer porque algo me decía que podríamos cagarla hoy.

—Solo lo viste por acá no debe estar muy lejos— dijo Johnny poniéndose de pie- gracias.

Me hizo un gesto con la cabeza que capte al vuelo. Me levanté y me fui de allí con la situación de haber estado ante algo inusual.
Estábamos peor que al inicio con una tarea de más, una espada de Damocles sobre nuestra cabeza y sin una maldita pista.

Fin de la Escena 2

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Re: [Rol en Solitario] Arde Caracas, Arde

#5

Mensaje por WilliamDarkgates » 07 Mar 2024, 18:32

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Hago un receso para explicar algunas cosas. A riesgos de que algunos piensen que esto es un cuento fanfic elaborado de mi parte, quisiera acotar que el juego en solitario es un fenómeno interesante. Se vale de unas serie de tablas con porcentajes para determinar la viabilidad de una respuesta, especialmente si la pregunta es cerrada: Sí/ No. Dicho de una forma sencilla es una manera elaborada de decidir con una moneda.

Muchas de acciones que han ocurrido y los escenarios fueron construidas en parte por el uso de las tablas y en algunos elementos predeterminados. Esto tiene mucho que ver con una aventura que estaba preparando y que no me animé a jugar. Otros momentos de la historia, cuando hay que hacer pruebas de habilidades o poderes se hacen como indica el sistema del juego, en este caso V5 y se establece la dificultad por defecto: en los manuales suelen haber una tabla donde se establece cual es la dificultad para algo difícil o para algo fácil eso es lo que estoy usando.

Los personajes los cree yo. Aunque Johnny es un reciclado de unos personajes de prueba que hizo Justicar/Saint Germain/ Pagliacci. Y el Nocturno viene de algunas ideas propias mezcladas con el Nocturno que Alexander Weis hizo en este foro.

No sé si estoy interpretando bien a los personajes, aunque lo he disfrutado mucho. Y siento que estoy destrozando los tiempos verbales, pero escribirlo en primera persona fue lo más cómodo. Hasta ahora Joseph (un poco de proyección e inserción, le prometí a Stranger que si alguna vez jugaba un vampiro sería un Tremere) y Johnny no han logrado nada. Ambos tienen ansia en 2, y el Nosferatu está bajo la compulsión de su clan. En el caso de Joseph se vio abrumado por la bestia cuando pateó el bote de basura.

De a momento esta es la situación:

Hay que buscar a Álvaro y descubrir quien está pintando los grafitis mientras estamos en una ciudad donde la cosa se está poniendo tensa. Los Anarcas (cucarachas, como los he llamado una que otra vez) no tienen intención de respetar sus pacto y parece que quieren expandirse al oeste, o eso es lo que piensa todo el mundo. Y la Camarilla esta arrinconada en el Este Caracas (zona pudiente) y finge ser una baronía más.

Por cierto, si la Baronía más grande de Caracas se comporta como un partido político. Asi no tiene un Barón, sino una Secretaria General del Partido.

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#6

Mensaje por WilliamDarkgates » 16 Mar 2024, 17:12

Noche 1 Escena 3

Aquella noche había Sido un asco en toda la extensión de la palabra. Sí, estoy siendo exagerado. Pero, no hay duda que estaba muy lejos de ser lo que yo esperaba. No avanzamos en las dos tareas y lo peor es que el compromiso que adquirimos gracia a una me mortificaba.

—Oye— dijo Johnny—ahora que hago memoria, Álvaro suele andar por las areperas. Allí tiene conocidos y siempre está mendigando algo.

Johnny me había puesto al tanto de algunos aspectos de su relación con aquel pobre diablo; y no puedo evitar seguir lástima por él. Pero también un poco de desprecio ¿Cómo alguien puede dejar que lo sometan de esa forma? Todos habían pasado por una cierta clase de degradación, pero por lo que me contaba Johnny, el Macaco era despreciable.

"Cada quien vela por sí mismo". Había comentado Johnny en algún momento. No le quitó la razón a su expresión. Pero lo cierto es que hasta la rata más miseria tiene auto respeto. ¿Tanto es el poder de la vitae?

Entonces vamos allá— dije— ¿Cómo se llama el local?

—El Tropezón—dijo Johnny con su renovada jovialidad— Está más allá de la Universidad Central, en la Chaguaramos, creo.

La idea de cruzar por el campus de la UCV no me agradaba. Ese terreno tenía dueño y si bien había Sido coto de caza de algunos miembros de mi clan, en la actualidad pertenecía a un misterioso chupasangre.

—Yo preferiría dar un rodeo, o usar el Metro.

—No—el tren subterráneo de la ciudad de Caracas era el campo de juego del clan Nosferatu. Y la forma como ellos accedían a él y se movían por sus túneles era uno de los más grandes secretos de la ciudad. Ojalá nunca caiga en manos de las cucarachas.

—Está bien, no seas tan tajante —dije—. Pongámonos en marcha. Espero que la gente nos confunda con pacientes que van al Hospital Universitario.
—Yo tengo un pana allí. En emergencia, deberíamos preguntar si han visto a alguien similar a Álvaro.

—No es mala idea— agregué— aunque yo preferiría pasar lo más rápido por esa zona.

— No pasará nada....

Que equivocado estaba.

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Re: [Rol en Solitario] Arde Caracas, Arde

#7

Mensaje por WilliamDarkgates » 16 Mar 2024, 17:18

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La Universidad Central de Venezuela tiene una extraña particularidad, y es que cuando está "vacía" se siente una opresión. La ausencia en ella es tan grande que es opresiva, como si se tratara de un depredador al acecho.

Mientras caminaba por sus pasillos techados junto a Johnny con tierra de nadie a mi derecha y la facultad de Humanidades a mi izquierda, no podía dejar de pensar en los peligros que acechan en ella.

Aquí hay energías, alegrías, rencores, pasiones exacerbadas, y un sin fin de exabruptos emocionales que llaman la atención de cosas peligrosas que se alimentan de tales emociones y que no sucumben con un balazo.

Tal vez son ideas mías, falacias e inventos de una mente nerviosa, pero lo cierto es que en el campus nunca me siento bien. Con aquellas ideas en la mente ya habíamos recorrido la mitad del camino cuando algo logró llamar nuestra atención.

Una figura. Para ser exactos era un hombre, corría hacia nosotros. Estaba claramente agitado, su corazón sonaba como un millar de tambores en las fiestas de San Juan.

No nos movimos. Ese hombre venía directo a nuestro encuentro pidiendo ayuda. Me hice a un lado con gran rapidez para esquivarlo. Paso de largo trastabillando y Johnny lo tomo del cuello de la camisa. Escuché como se rasgaba la tela y el hombre cayó al piso como si fuese un saco.

—¿Que coño le pasa a este? —pregunté y Johnny se encogió de hombros.

El tipo se retorcía en el piso y pude escuchar como la camisa se rasgaba más y más gracia al férreo agarre del nosferatu.

—¿Cómo que algo lo persigue? — replicó Johnny consternado, tanto que su muletilla se había desvanecido.
—¿Que ocurre? — le pregunté. Y el hombre hizo un esfuerzo mayor. Se escuchó con fuerza como la camisa se rompió aún más. A un gesto mío, Johnny lo dejó ir.

—será mejor que nos escondamos en algún lado—dijo el Nosferatu. Y yo asentí. Nos alejamos del pasillo techado para internarnos por los corredores de ingeniería. Ese pasillo que durante el día está lleno de tienditas de libros, aunque ahora estos brillan por su ausencia. Una vez resguardados sentimos algo extraño y conocido.

Lo sentimos como un susto en el pecho o una punzada en la boca del estómago. Nuestros sentidos saltaron. La bestia en nosotros se revolvió con locura. Habíamos entrado en el ciclo animal de pelear o correr, hacia muchas décadas que no me sentía así. Aquel era el recuerdo más claro de estar vivo.

En ese momento entendí porque el hombre corría desesperado. Por aquí había un depredador y no éramos nosotros.
Mi mayor deseo era abandonar la universidad en buenas condiciones, y creo que por la cabeza de Johnny pasaba la misma idea. Está presencia opresiva nos mantuvo en vilo durante un momento, por ello decidí quedarme tranquilo.

Johnny hizo lo mismo, hasta hubo un momento en el que pensé que había desaparecido. Su grey tiene fama de ser unos maestros del sigilo así que no me extrañó. Tenía ganas de decir algo, comentar, pero también tenía la sensación de que cualquier susurro que saliera de mi boca alertaría a lo que andaba cazando en el campus.

Tengo que salir de aquí. Me dije en ese momento, mientras me ponía de pie. La salida de las Tres Gracias no estaba lejos. Solo había que pasar frente al edificio de la entrada. Los galpones de la escuela de Derecho.
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Esperamos un momento, o al menos yo lo hice, mientras la sensación se disolvía. Cuando ya no la sentía o al menos eso pensaba, salí del escondite y me moví con presteza, pero sin abandonar el sigilo.

Cruzamos el arco y caminamos hacia la estación del metro de Ciudad Universitaria, la Santamaría estaba abajo, no había forma de entrar. Yo realmente tenía ganas de salir corriendo y sabía que Johnny que estaba cerca, pero envuelto en las sombras no me revelaría las sendas subterráneas. La única opción era cruzar la calle hasta llegar a la fuente que da nombre al sector.

Estaba por cruzar cuando una muchacha apareció de la nada haciéndome dar un ligero grito. Mis nervios estaban a flor de piel ¿Sería ella el depredador que detecté?

Era una muchacha blanca, su rostro estaba en calma, era normal Pero transmitía una sensación tétrica. Era, en cierta forma, ligeramente contradictorio.


photo_2024-03-16_11-57-21.jpg

—Buenas noches — dijo. Caí en cuenta de los tipos enmascarados a su alrededor.

Decidí ignorarla y seguir adelante. Ella repitió el saludo haciendo énfasis en las palabras. Al parecer no le agradaba que la ignoraran. Me giré con la expresión más gélida e indiferente. Asentí con la cabeza.

—Un Placer, me llaman Gia— dijo la muchacha acercándose un poco. Los enmascarados alrededor se movieron con ella, como si estuviesen sincronizados.

—Buenas noches—repliqué con un gruñido.

—Ha salido usted de la universidad. Sí, no es una pregunta. Lo he visto— dijo sin dejar de mirarme y sonreír.

— ¿Cuál es el problema?

— ¿ha visto un hombre allí?

—En el Hospital hay mucha gente, sea más clara.

—¿Vienes desde el hospital?- preguntó.

—Si

—¿Por qué no salió por la otra puerta?

—quería ver otras partes de la universidad — Respondí

—Sabe que es de mala educación mentir y cazar en el coto de alguien más.- Dijo.

—¿Cómo te atreves? —Dije ofendido— yo he bajado porque tenía interés en ver la universidad, no todos podemos verla. No sé de qué hablas.

Comencé a molestarme cada vez más.

—Ya veo- replicó— - ¿Entonces no has visto a nadie?

-No, al menos no sé por dónde yo estaba- repliqué. Sentí un fuego ardiendo en mí, me mordió con fuerza hasta sentir el sabor de mi sangre. Mis músculos se tensaron, tenía muchas ganas de saltar sobre ella. Comencé a ver todo rojo y fui consciente de todo lo que me rodeaba.

Algo me dijo que esa chica me había captado en la mentira.

—Está bien— dijo, mientras se alejaba- Que tenga buena noche.

De allí se fue acompañado de los hombres. Yo, mientras, cruce la calle rápidamente. No deseaba quedarme allí un rato más.

Me encontraba más allá de la Fuente de las tres gracias con sus sauces secos, a lado de un quiosco bajo una farola cuando Johnny apareció. Le dediqué una mirada de inquina. Pero, sé que yo habría hecho lo mismo o algo peor.

—¿Que ha Sido eso? — preguntó mirando en todas direcciones.
—No sé, y me aterra averiguarlo—para mí era evidente que esa chica, Gia, era la opresión que había sentido hace rato.
—¿Por eso no querías entrar en el campus?
Negué con la cabeza.
—La universidad es el terreno de caza de varias criaturas. Y de un particular chupasangre que llegó durante los días del Caos— dije y ahora que lo pienso sonó pretencioso.

—Y no es esa tal Gia— Se atrevió a afirmar Johnny.

—En efecto. No tiene nada que ver con esa gente— mi ansia crecía, y mi cuerpo se fue calmando — creo que a ese vampiro le pasó algo.
—¿Que sería?

—Lo desplazaron o mataron. Y eso es una clara violación...

—¿Una violación de qué? —Johnny y yo volteamos hacia la voz que apareció de la nada. Esa tal Gia estaba de nuevo ante nosotros -¿Leyes? ¿Tradiciones? Pura pendejadas.

Jhonny se tensó y yo me puse de pie rápido para correr o pelear.

—¿Acaso no es claro para ustedes? — Preguntó — esa era se acabó— hizo un gesto con la cabeza- esos juegos se acabaron. Ha llegado la era de la verdad.

Hizo un gesto y los hombres detrás de ella avanzaron hacia los vampiros con una actitud desafiante.
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#8

Mensaje por WilliamDarkgates » 25 Mar 2024, 15:16

photo_2024-03-25_10-03-34.jpg



Con cuchillos en mano los secuaces de Gia se abalanzaron contra nosotros, Johnny con gran destreza y maña logró esquivar las acometidas del tipo haciéndose a un lado. Aun así el enmascarado fue capaz de seguirle el paso, lo que era indicativo de que no estábamos tratando con tipos normales.

En mi caso, yo me sentía profundamente alterado y nervioso. Me sentía arrinconado, y pude esquivar el golpe, pero no quedé en buena posición. A mis oídos llegó el sonido de un chasquido y luego el olor de la sangre, aquello era señal de que mi buen amigo nosferatu había pasado a la ofensiva. La tal Gia gritó de asombró, mientras que el tipo que se enfrentaba a mi hizo el amago de voltear a ver. Yo aproveche la oportunidad para arremeter.

Aquel hombre debía tener sus instintos afilados, porque fue capaz de esquivar el puñetazo, retrocedió un poco. Amagó e hizo un quiebre y se lanzó al ataque con dos tajos, que logré esquivar con facilidad. Mi deseo de sobrevivir era mayor a cualquier cosa, podía escuchar como su corazón latía, como sus músculos crujían y por ello fui capaz, de chiripazo, de esquivarlo.

Ataque de nuevo, cada vez más excitado. Pase por su guardia y conecté con fuerza un golpe en las costillas que lo hizo doblarse del dolor, cayendo al suelo. El hombre alzó el cuchillo para escudarse, tal vez vio en mi rostro el reflejo de la misma muerte. Me preparaba para atacarlo de nuevo, cuando algo lo tomó el cuello y lo arrastró por el suelo alejándolo de mí.

— ¿Qué coño?— fue todo lo que alcancé a decir.

Gia tenía al otro tipo sobre el hombro, como si fuese un saco de papas, mientras que mi levantaba al otro con una mano y lo arrastra. Johnny bufó como un animal, hizo un amago de seguirlos, pero luego se detuvo.
Respiré un poco para calmarme.

—Eso ha sido intenso, bro. ¿Estás bien?— me preguntó Johnny mientras se acercaba a mí.

—Esto se ha complicado, Johnny.

Miré alrededor, con la esperanza de que nadie nos hubiese visto.

Johnny se arregló sus ropas, mientras miraba alrededor, supongo que con la esperanza de que no hubiese nadie alrededor. Suspiró

—Bro, vámonos de aquí, no vaya a aparecer un sapo por algún lado. Estamos "seguros" si hay gente alrededor.

No iba a negar su línea de pensamiento. Asentí y me puse en movimiento con el. Caminamos un ratos a oscuras, a una persona normal les habría dado miedo. Por la hora hay pocos carros alrededor y poca gente.

Al cabo de un rato las luces y el ruido proveniente del Tropezón nos alcanzaron. Con ello también el olor a comida. El sitio estaba vivo, lleno de bulla y toda clase de ruidos.

—La tarea es tuya— le dije— yo me siento... Hambre.

Miré alrededor y sentí un escalofrío de asco ante la idea de buscar que comer. Hace muchos años que no salgo a cazar y ahora no tengo opción.
Arde como no tienes idea, o al menos así lo siento yo. Es una Sensación extraña, como tener mucha hambre mezclada con una acidez brutal, con una sed y ansiedad muy fuerte. No llega al síndrome de abstinencia. En mi otra vida lo sufrí una que otra vez con algo tan sencillo como el café. Pero esto se siente mucho peor.

Es peor en el sentido de que siento un deseo irrefrenable de atacar, un impulso animal que va contra mis ideas. Contra la idea de la secta. Sucumbir a la sed me Iguala a un perro.

Hablando de ellos busque algunos pero no tuve el corazón de saltar y comerme a alguno. Pensé en unos vagabundos, Pero hay mucha gente en la cercanía. Además que la idea hace que se me forme un nudo en el estómago. Qué triste es acostumbrarse a algo. Pero, creo que puedo aguantar un poco, sino llamaré a casa.

Creo que ya es pasada la medianoche, debería ir pensando en volver a un lugar seguro. Regrese al Tropezón con sus ruidos y olores.

—Sin éxito Bro — dijo Johnny muy decepcionado.

—Jah, ese pendejo resultó ser un hueso duro de roer o tu eres el peor seductor, bagre— escupí cargado de odio. No aprecio mucho al Bro, Pero lo cierto es que en otro contexto no le hubiese hablado así. Era hambre lo que hablaba por mí.

Johnny me lanzó una mirada de odio, pero no replicó.

—Volvamos a Sabana Grande, por allí tengo un sitio donde puedo descansar.

—¿Estás loco? — Me golpee la frente— tendríamos que cruzar la UCV de nuevo. Está tal Gia nos espera. A lo mejor trajo más gente.

—¿Entonces qué hacemos, Bro?

— no me queda más opción que llamar a casa.

—¡No me jodas!

—Si, está fiesta se acabó. Y antes de que digas algo de Dionisio, ese perro no nos puso un plazo. Así que podemos dejar eso para mañana en la noche.
—Bueno bro, allí tienes razón.
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La pelea me costó un poco cogerle el ritmo, y para no complicarme la narración la dejé en manos de un solo personaje. Debo acotar que si bien los dados de ansía le da un sabor particular al juego, el que este metidos en casi todas las tiradas hacen que todo sea un riesgo, especialmente si el ansia supera a los dados normales, como le pasa a Joseph. Hice un mal personaje, es muy intelectual para esta misión, pero allí está la gracia.

Por otro lado, en el caso de la alimentación Joseph fracasó porque así lo decidí. El Oráculo me dijo que había presas factibles en la zona, vagabundos y animales. Pero no quise correr el riesgo de hacer una tirada, y por el otro lado, le di peso al tipo de cazador. Siento que un bolsero y especialmente un tremere sifrino (pijo) como Joseph sería renuente, al margen del hambre, a cazar. Me base en mi experiencia de no querer hablar con desconocidos en la calle, a pesar de tener una necesidad.

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