- No sé si es usted consciente de que no está en condiciones de jugar, señor Rohde- el tono de Fjordahl se vuelve repentinamente serio y deja de tutearte... y por un instante tienes la tentación de hacer más caso a esa voz que ejerce de pasajero interior dentro de ti. Lo malo de las medias verdades o directamente de las mentiras es que no sabes exactamente qué parte se ha creído y cuál no la mujer que tienes delante. O si se ha creído todo. O si no se ha creído nada.
Eres consciente de que a pesar de la ayuda de esta noche de Job, de momento es un parche que te ha permitido ganar tiempo. Fjordahl y la gente con la que trabaja aún tienen buena parte de la sartén cogida por el mango. Y en la sartén quien está es tu propia familia. Sientes rabia y miedo al mismo tiempo. Dos sensaciones que te han acompañado demasiado tiempo desde el momento en que no terminaste de morirte del todo y pasaste a ser lo que eres ahora.
Fjordahl vuelve a dar un sorbo al café dando por hecho que sus palabras han hecho mella suficiente. No matiza nada en relación a tu enfermedad, por lo que sospechas que esa parte se la ha creído. Hay que joderse con los inventos de Laurent, piensas divertido. La treta del Toreador de algún modo da calor a tu corazón no-muerto.
- Sospechamos de la existencia de realidades paralelas o virtuales- Fjordahl dice la frase sin ninguna inflexión en la voz, como quien leyera los ingredientes de un champú, con una frialdad que desconcierta porque es casi cómica si no fuera por la seriedad que muestra- - Evidentemente, el gobierno negará siempre esa posibilidad en el caso de que hubiera alguna filtración. Y quien defendiera esa tesis sería rápidamente desacreditado en público y en privado.- sospechas que tras las palabras de Fjordahl hay una nueva amenaza velada. Has renacido siendo un Caitiff, lo que hace que quites bastante importancia a la posibilidad de que tu reputación quede dañada.-- No todo el mundo tiene la posibilidad de acceder a esos entornos, pero usted sí tiene esa capacidad, de ahí que su colaboración en este proyecto sea tan relevante para nuestro país.
Ahora eres todo un patriota.
- Necesitamos una prueba irrefutable de la existencia de esos entornos potencialmente reales. Por eso le preguntaba por el objeto que trajo consigo la noche anterior. Una muestra de la naturaleza del lugar en el que usted ha estado para comprobar que es un espacio real y no un entramado digital, posibilidad que no descartamos.
Por un momento... te interesa lo que te cuenta Fjordahl. No por ella o el interés de los que trabajan con ella, a los que sólo deseas sufrimiento, sino porque de alguna manera es un reto para tu propia mente científica. ¿Realmente lo que plantea es una hipótesis creíble?. Piensas que aunque estés en sus manos, vas unos pasos por delante de ella. Tienes una idea más clara de lo que hay al otro lado, de la implicación que tiene el dibujo que tienes delante y de lo que pueden significar la otra fotografía y la fotocopia del texto.
Evidentemente, no dices nada y pones tu mejor cara de asombro.
Tersdorpfsvej, 59. Esta misma noche
La voz masculina de tu mente, repentinamente cálida, contesta a tu requerimiento.
Jasper Rohde
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador
Re: Jasper Rohde
{ https://www.youtube.com/watch?v=OMD8hBsA-RI - Faithfully by Journey }
- Soy consciente cada segundo, cada minuto... - sentenció Rohde - ¿es usted consciente de los medios que la empresa que representa esta realizando? ¿Quieren demostrar algo con base científica al gobierno de éste país, mediante el soborno y el chantaje? - La tensión era palpable y Jasper apretaba los dientes luchando para que sus colmillos no salieran de las oquedades de sus encias. - En este punto, señorita Fojhdarl, llegó a la conclusión de que mi vida vale menos que cero, y una vez acabado este proyecto, seré deshechado como un conejillo de indias, porque no permitiran que alguna vez mi testimonio de a condición de qué han conseguido estas pruebas, eché a perder toda su multimillonario proyecto. - Se levantó de la silla - Pero ¿sabe que?...la vida de mi familia vale más que la mía, y pueden contar con ese sacrificio. ¿Quiere un elemento físico de uno de esos planos?... No hay ningún problema... envíeme de vuelta y traeré lo que me pide. Sólamente digamente antes, porque yo, que me hace especial y cuales son las condiciones necesarias para acceder a esas realidades alternativas.
Jasper se dejó caer tras su alegato. El recuerdo de su familia y su bienestar, alentaban aquel sacrificio. Tal vez aún no había vislumbrado el verdadero terror. -0-
Jasper se sentía avergonzado de tener que mirar un mapa en su propia ciudad. Pero la verdad que la dirección que la voz había impronto en su mente, le era totalmente desconocida. Un par de kilómetros andados sin sentido y un par de trasbordos de interurbanos después, se encontraba en aquel barrio residencial, de casas de ladrillo rojo y árboles frondosos pero cuidados. Las manzanas eran casi calcadas, cosa que no ayudaba a concretar su ubicación. La noche estaba siendo especialmente larga, y aquella sensación de urgencia le seguía pesando demasiado, tanto que luchaba por ganar en concentración y no vernise abajo tras cada revés que el juguetón destino parecía brindarle.
Su atención se enfocaba en los números y en los buzones, esperando que el 59 soltará su estela de oro y fuera reconocible a centenares de metros. Una vez atendida a la relación de números no le fue demasiado dificil encontrar la vivienda. Maldijo nuevamente su suerte al descubrir que ya había vagado por allí. Además, la entrada no parecía tan pulcra ni cuidada como el resto de edificaciones.
Era una cas familiar de dos pisos, con aparente sótano. Varias ventanas de color blando resaltaban sobre el ladrillo y las tejas rojas, y una puerta verde con escalones coronados por el musgo de la humedad se situaba a la izquierda. Allí se enfrentó Jasper, antes de hacer sonar sus nudillos contra la madera. Tomó aire y suspiró fuertemente después de apagar el tabaco contra el suelo y desenfundar su cabeza de la capucha.
Tocó a la puerta, y pusó un rostro de solemnidad que tan sólo un nuevo evento que podía dar un nuevo giro a todo aquello, requería.
- Soy consciente cada segundo, cada minuto... - sentenció Rohde - ¿es usted consciente de los medios que la empresa que representa esta realizando? ¿Quieren demostrar algo con base científica al gobierno de éste país, mediante el soborno y el chantaje? - La tensión era palpable y Jasper apretaba los dientes luchando para que sus colmillos no salieran de las oquedades de sus encias. - En este punto, señorita Fojhdarl, llegó a la conclusión de que mi vida vale menos que cero, y una vez acabado este proyecto, seré deshechado como un conejillo de indias, porque no permitiran que alguna vez mi testimonio de a condición de qué han conseguido estas pruebas, eché a perder toda su multimillonario proyecto. - Se levantó de la silla - Pero ¿sabe que?...la vida de mi familia vale más que la mía, y pueden contar con ese sacrificio. ¿Quiere un elemento físico de uno de esos planos?... No hay ningún problema... envíeme de vuelta y traeré lo que me pide. Sólamente digamente antes, porque yo, que me hace especial y cuales son las condiciones necesarias para acceder a esas realidades alternativas.
Jasper se dejó caer tras su alegato. El recuerdo de su familia y su bienestar, alentaban aquel sacrificio. Tal vez aún no había vislumbrado el verdadero terror. -0-
Jasper se sentía avergonzado de tener que mirar un mapa en su propia ciudad. Pero la verdad que la dirección que la voz había impronto en su mente, le era totalmente desconocida. Un par de kilómetros andados sin sentido y un par de trasbordos de interurbanos después, se encontraba en aquel barrio residencial, de casas de ladrillo rojo y árboles frondosos pero cuidados. Las manzanas eran casi calcadas, cosa que no ayudaba a concretar su ubicación. La noche estaba siendo especialmente larga, y aquella sensación de urgencia le seguía pesando demasiado, tanto que luchaba por ganar en concentración y no vernise abajo tras cada revés que el juguetón destino parecía brindarle.
Su atención se enfocaba en los números y en los buzones, esperando que el 59 soltará su estela de oro y fuera reconocible a centenares de metros. Una vez atendida a la relación de números no le fue demasiado dificil encontrar la vivienda. Maldijo nuevamente su suerte al descubrir que ya había vagado por allí. Además, la entrada no parecía tan pulcra ni cuidada como el resto de edificaciones.
Era una cas familiar de dos pisos, con aparente sótano. Varias ventanas de color blando resaltaban sobre el ladrillo y las tejas rojas, y una puerta verde con escalones coronados por el musgo de la humedad se situaba a la izquierda. Allí se enfrentó Jasper, antes de hacer sonar sus nudillos contra la madera. Tomó aire y suspiró fuertemente después de apagar el tabaco contra el suelo y desenfundar su cabeza de la capucha.
Tocó a la puerta, y pusó un rostro de solemnidad que tan sólo un nuevo evento que podía dar un nuevo giro a todo aquello, requería.
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Re: Jasper Rohde
OFF. Estamos en dos momentos diferentes. Contesto primero a la parte de Fjordahl y cuando terminemos esa escena, reengancho con tu segundo párrafo.
- Ciertamente sus temores tienen una base lógica, señor Rohde- Fjordahl mantiene su tono frío, aunque algo menos tenso que antes- En el caso de que rompiera la confidencialidad de este proyecto incurriría en un problema legal y seguramente su familia tendría que buscarse un nuevo hogar en otro sitio- una fría rabia se va acumulando en tu interior, lo que te hace apretar de modo inconsciente los dedos de las manos, aunque mantienes a la Bestia a raya- Pero una vez que termine su colaboración, si vuelve a su vida normal, le garantizo que no volverá a saber de nosotros.
Fjordahl le da un sorbo al café antes de continuar.
- Aún estamos estudiando el patrón que hace que unas personas puedan acceder al espacio al que usted accedió y otras no. De hecho, no sabemos por qué usted puede y yo no, por ejemplo. Quizá sea alguna anomalía relacionada con su enfermedad.
No puedes evitar lanzar un respingo irónico que conviertes al momento en una falsa tos. No puedes evitar que te siga haciendo cierta gracia la historia de la enfermedad. Miras a Fjordahl deseando que caiga fulminada por un ictus en el acto, pero te encoges de hombros con gesto de enfermo desolado.
Minutos después
Te lleva de nuevo unos segundos terminar de acostumbrar tus sentidos al espacio al que se accede tras la puerta donde está el router. En esos segundos piensas de nuevo en tu familia, el último ancla que te ata a tu propia humanidad y que te obliga a hacer tú solo algo tan extraño como lo que estás haciendo. Desearías abandonarte, buscar un chute y tumbarte en esa alfombra de un tiempo desconocido para dejarte ir hacia lo que sea que el destino te tiene preparado. ¿Por qué seguir luchando?
Te envuelve de nuevo el olor del humo de una chimenea, de poca higiene acumulada, de falta de ventilación y de una mezcla de especias amargas. Vuelves a dejar la pequeña estancia a la que accedes para entrar en la sala donde la noche anterior te encontraste con el peculiar artista. La casona parece estar desierta. La chimenea se ha apagado hace muy poco, de ahí que todavía detectes el olor de la ceniza, y los caballetes tienen aún algunas pinturas frescas en ellos. Te das una vuelta curioso comprobando que casi todas son escenas religiosas. La madera del suelo cruje ligeramente bajo tus pasos. De hecho, todo el edificio parece quejarse y crujir, como si la madera y la piedra estuvieran permanentemente intentando acomodarse.
Te quedas parado de pie en medio de la oscuridad durante un segundo, escuchando los sonidos de la casa. Hay algo extraño en el ambiente. Es una especie de resonancia que genera en tu mente sensaciones de inquietud, como el miedo que siente un niño al pensar que algo se esconde en el armario. Al cabo de unos segundos, escuchas una especie de letanía, un cántico grupal en algún punto del exterior, aparentemente lejos aún de donde estás.
Posibles tiradas en función de lo que quieras hacer (puedes decidir cualquier otra acción distinta, estas son ideas generales que se me ocurren a mí y podrías hacer un par de ellas en lo que dura este turno)
Caminar en silencio por la casa: Destreza + Sigilo a dificultad 6
Inspeccionar la sala o la casa con interés de investigador: Percepción + Investigación a dificultad 7
Inspeccionar los cuadros: Percepción + Academicismo a dificultad 6
Esconderte (sea en la casa o en el exterior): Astucia + Sigilo a dificultad 6
Reconocer algo de la letanía: Percepción + Academicismo a dificultad 7
- Ciertamente sus temores tienen una base lógica, señor Rohde- Fjordahl mantiene su tono frío, aunque algo menos tenso que antes- En el caso de que rompiera la confidencialidad de este proyecto incurriría en un problema legal y seguramente su familia tendría que buscarse un nuevo hogar en otro sitio- una fría rabia se va acumulando en tu interior, lo que te hace apretar de modo inconsciente los dedos de las manos, aunque mantienes a la Bestia a raya- Pero una vez que termine su colaboración, si vuelve a su vida normal, le garantizo que no volverá a saber de nosotros.
Fjordahl le da un sorbo al café antes de continuar.
- Aún estamos estudiando el patrón que hace que unas personas puedan acceder al espacio al que usted accedió y otras no. De hecho, no sabemos por qué usted puede y yo no, por ejemplo. Quizá sea alguna anomalía relacionada con su enfermedad.
No puedes evitar lanzar un respingo irónico que conviertes al momento en una falsa tos. No puedes evitar que te siga haciendo cierta gracia la historia de la enfermedad. Miras a Fjordahl deseando que caiga fulminada por un ictus en el acto, pero te encoges de hombros con gesto de enfermo desolado.
Minutos después
Te lleva de nuevo unos segundos terminar de acostumbrar tus sentidos al espacio al que se accede tras la puerta donde está el router. En esos segundos piensas de nuevo en tu familia, el último ancla que te ata a tu propia humanidad y que te obliga a hacer tú solo algo tan extraño como lo que estás haciendo. Desearías abandonarte, buscar un chute y tumbarte en esa alfombra de un tiempo desconocido para dejarte ir hacia lo que sea que el destino te tiene preparado. ¿Por qué seguir luchando?
Te envuelve de nuevo el olor del humo de una chimenea, de poca higiene acumulada, de falta de ventilación y de una mezcla de especias amargas. Vuelves a dejar la pequeña estancia a la que accedes para entrar en la sala donde la noche anterior te encontraste con el peculiar artista. La casona parece estar desierta. La chimenea se ha apagado hace muy poco, de ahí que todavía detectes el olor de la ceniza, y los caballetes tienen aún algunas pinturas frescas en ellos. Te das una vuelta curioso comprobando que casi todas son escenas religiosas. La madera del suelo cruje ligeramente bajo tus pasos. De hecho, todo el edificio parece quejarse y crujir, como si la madera y la piedra estuvieran permanentemente intentando acomodarse.
Te quedas parado de pie en medio de la oscuridad durante un segundo, escuchando los sonidos de la casa. Hay algo extraño en el ambiente. Es una especie de resonancia que genera en tu mente sensaciones de inquietud, como el miedo que siente un niño al pensar que algo se esconde en el armario. Al cabo de unos segundos, escuchas una especie de letanía, un cántico grupal en algún punto del exterior, aparentemente lejos aún de donde estás.
Posibles tiradas en función de lo que quieras hacer (puedes decidir cualquier otra acción distinta, estas son ideas generales que se me ocurren a mí y podrías hacer un par de ellas en lo que dura este turno)
Caminar en silencio por la casa: Destreza + Sigilo a dificultad 6
Inspeccionar la sala o la casa con interés de investigador: Percepción + Investigación a dificultad 7
Inspeccionar los cuadros: Percepción + Academicismo a dificultad 6
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Re: Jasper Rohde
OFF. Estamos en dos momentos diferentes. Contesto primero a la parte de Fjordahl y cuando terminemos esa escena, reengancho con tu segundo párrafo.
- Ciertamente sus temores tienen una base lógica, señor Rohde- Fjordahl mantiene su tono frío, aunque algo menos tenso que antes- En el caso de que rompiera la confidencialidad de este proyecto incurriría en un problema legal y seguramente su familia tendría que buscarse un nuevo hogar en otro sitio- una fría rabia se va acumulando en tu interior, lo que te hace apretar de modo inconsciente los dedos de las manos, aunque mantienes a la Bestia a raya- Pero una vez que termine su colaboración, si vuelve a su vida normal, le garantizo que no volverá a saber de nosotros.
Fjordahl le da un sorbo al café antes de continuar.
- Aún estamos estudiando el patrón que hace que unas personas puedan acceder al espacio al que usted accedió y otras no. De hecho, no sabemos por qué usted puede y yo no, por ejemplo. Quizá sea alguna anomalía relacionada con su enfermedad.
No puedes evitar lanzar un respingo irónico que conviertes al momento en una falsa tos. No puedes evitar que te siga haciendo cierta gracia la historia de la enfermedad. Miras a Fjordahl deseando que caiga fulminada por un ictus en el acto, pero te encoges de hombros con gesto de enfermo desolado.
Minutos después
Te lleva de nuevo unos segundos terminar de acostumbrar tus sentidos al espacio al que se accede tras la puerta donde está el router. En esos segundos piensas de nuevo en tu familia, el último ancla que te ata a tu propia humanidad y que te obliga a hacer tú solo algo tan extraño como lo que estás haciendo. Desearías abandonarte, buscar un chute y tumbarte en esa alfombra de un tiempo desconocido para dejarte ir hacia lo que sea que el destino te tiene preparado. ¿Por qué seguir luchando?
Te envuelve de nuevo el olor del humo de una chimenea, de poca higiene acumulada, de falta de ventilación y de una mezcla de especias amargas. Vences la amargura y la pereza y dejas esa especie de sala de espera para entrar en la sala donde la noche anterior te encontraste con el peculiar artista. La casona parece estar desierta. La chimenea se ha apagado hace muy poco, de ahí que todavía detectes el olor de la ceniza, y los caballetes tienen aún algunas pinturas frescas en ellos. Te das una vuelta curioso comprobando que casi todas son escenas religiosas. La madera del suelo cruje ligeramente bajo tus pasos. De hecho, todo el edificio parece quejarse y crujir, como si la madera y la piedra estuvieran permanentemente intentando acomodarse.
Te quedas parado de pie en medio de la oscuridad durante un segundo, escuchando los sonidos de la casa. Hay algo extraño en el ambiente. Es una especie de resonancia que genera en tu mente sensaciones de inquietud, como el miedo que siente un niño al pensar que algo se esconde en el armario. Al cabo de unos segundos, escuchas una especie de letanía, un cántico grupal en algún punto del exterior, aparentemente lejos aún de donde estás.
Posibles tiradas en función de lo que quieras hacer (puedes decidir cualquier otra acción distinta, estas son ideas generales que se me ocurren a mí y podrías hacer un par de ellas en lo que dura este turno)
Caminar en silencio por la casa: Destreza + Sigilo a dificultad 6
Inspeccionar la sala o la casa con interés de investigador: Percepción + Investigación a dificultad 7
Inspeccionar los cuadros: Percepción + Academicismo a dificultad 6
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Reconocer algo de la letanía: Percepción + Academicismo a dificultad 7
- Ciertamente sus temores tienen una base lógica, señor Rohde- Fjordahl mantiene su tono frío, aunque algo menos tenso que antes- En el caso de que rompiera la confidencialidad de este proyecto incurriría en un problema legal y seguramente su familia tendría que buscarse un nuevo hogar en otro sitio- una fría rabia se va acumulando en tu interior, lo que te hace apretar de modo inconsciente los dedos de las manos, aunque mantienes a la Bestia a raya- Pero una vez que termine su colaboración, si vuelve a su vida normal, le garantizo que no volverá a saber de nosotros.
Fjordahl le da un sorbo al café antes de continuar.
- Aún estamos estudiando el patrón que hace que unas personas puedan acceder al espacio al que usted accedió y otras no. De hecho, no sabemos por qué usted puede y yo no, por ejemplo. Quizá sea alguna anomalía relacionada con su enfermedad.
No puedes evitar lanzar un respingo irónico que conviertes al momento en una falsa tos. No puedes evitar que te siga haciendo cierta gracia la historia de la enfermedad. Miras a Fjordahl deseando que caiga fulminada por un ictus en el acto, pero te encoges de hombros con gesto de enfermo desolado.
Minutos después
Te lleva de nuevo unos segundos terminar de acostumbrar tus sentidos al espacio al que se accede tras la puerta donde está el router. En esos segundos piensas de nuevo en tu familia, el último ancla que te ata a tu propia humanidad y que te obliga a hacer tú solo algo tan extraño como lo que estás haciendo. Desearías abandonarte, buscar un chute y tumbarte en esa alfombra de un tiempo desconocido para dejarte ir hacia lo que sea que el destino te tiene preparado. ¿Por qué seguir luchando?
Te envuelve de nuevo el olor del humo de una chimenea, de poca higiene acumulada, de falta de ventilación y de una mezcla de especias amargas. Vences la amargura y la pereza y dejas esa especie de sala de espera para entrar en la sala donde la noche anterior te encontraste con el peculiar artista. La casona parece estar desierta. La chimenea se ha apagado hace muy poco, de ahí que todavía detectes el olor de la ceniza, y los caballetes tienen aún algunas pinturas frescas en ellos. Te das una vuelta curioso comprobando que casi todas son escenas religiosas. La madera del suelo cruje ligeramente bajo tus pasos. De hecho, todo el edificio parece quejarse y crujir, como si la madera y la piedra estuvieran permanentemente intentando acomodarse.
Te quedas parado de pie en medio de la oscuridad durante un segundo, escuchando los sonidos de la casa. Hay algo extraño en el ambiente. Es una especie de resonancia que genera en tu mente sensaciones de inquietud, como el miedo que siente un niño al pensar que algo se esconde en el armario. Al cabo de unos segundos, escuchas una especie de letanía, un cántico grupal en algún punto del exterior, aparentemente lejos aún de donde estás.
Posibles tiradas en función de lo que quieras hacer (puedes decidir cualquier otra acción distinta, estas son ideas generales que se me ocurren a mí y podrías hacer un par de ellas en lo que dura este turno)
Caminar en silencio por la casa: Destreza + Sigilo a dificultad 6
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
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Re: Jasper Rohde
De pronto Jasper está nuevamente imbuido en aquella atmósfera extraña, ilusoria, impostada. Cuando sus ojos se acostumbran a aquel nuevo entorno, los oídos le regalan una melodía extraña. Una letanía coral que parece llamar a su curiosidad, incluso en medio de aquel miedo. Quería escapar de allí. Coger otro de los lienzos para Fojhdarl y salir, tal y como entró, para que sus sentidos no fueran engatusados con cantos de sirena.
Pero era tarde. Se movió con cierto sigilo. Quiso ofuscarse entre las sombras, pero no sabía ni creía momento preciso para verificarlo, si sus poderes de la sangre funcionaban en aquel plano o no. Así que usó el método estándar de moverse de manera sigilosa*1. Se apostó bajo una de las ventanas intentando reconocer lo máximo posible aquel cantico*2.
Pero era tarde. Se movió con cierto sigilo. Quiso ofuscarse entre las sombras, pero no sabía ni creía momento preciso para verificarlo, si sus poderes de la sangre funcionaban en aquel plano o no. Así que usó el método estándar de moverse de manera sigilosa*1. Se apostó bajo una de las ventanas intentando reconocer lo máximo posible aquel cantico*2.
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Re: Jasper Rohde
Los tablones de madera del suelo crujen ligeramente al moverte, pero son ruidos que entroncan de modo casi armónico con el resto de sonidos del viejo edificio, por lo que es prácticamente imposible que nadie pueda reconocer la presencia de un intruso. La atmósfera está cargada, tanto por la mezcla de olores no del todo agradable como por una especie de resonancia opresiva y envolvente que te incomoda. Por un momento te paras a pensar en lo extraordinario del lugar y el tiempo en el que estás... y en que a pesar de ser un escenario donde vivan personas resulta hostil para quien viene de otras coordenadas totalmente diferentes.
Dejas la filosofía aparte para situarte bajo una ventana de modo que los cortinajes te tapen de cara a un observador interno y que tu propia ubicación te haga invisible para quien pueda observar desde fuera. Asomas solo ligeramente los ojos para observar a una fila de desharrapados que atraviesan un camino cercano a la finca portando antorchas. Llevan ropas raídas, cuando no van casi semidesnudos, están sucios y en algunos distingues miradas que son síntoma de algún tipo de problema mental. Hay hombres y mujeres de todas las edades, incluso algunos niños. Crees distinguir el latín o el griego como lengua que utilizan en su particular letanía, lo que les da el aspecto en su conjunto, y ante la escasa luz nocturna, de ser una especie de compañía fantasmagórica. Llegas a distinguir una frase casi olvidada que se quedaría en tu mente por algún documental visto hace años.
"Kyrie Eleison".
"Señor, ten piedad".
Al fijarte, compruebas que algunos de ellos se golpean repetidamente la espalda con una especie de fusta de varias cuerdas y parecen sentir algún tipo de placer místico por encima del dolor. Uno de ellos, un tipo larguirucho y extraordinariamente delgado, parece ejercer de voz principal del coro y detiene el cántico al llegar cerca de un pequeño muro de piedra que delimita la finca en la que está la casona en la que te encuentras.
El hombre se gira y mira directamente en tu dirección. Te agachas de modo instintivo, mirando hacia el techo e intentando comprender todo cuanto has visto y escuchado. El silencio se alarga durante unos segundos que se hacen eternos.
Dejas la filosofía aparte para situarte bajo una ventana de modo que los cortinajes te tapen de cara a un observador interno y que tu propia ubicación te haga invisible para quien pueda observar desde fuera. Asomas solo ligeramente los ojos para observar a una fila de desharrapados que atraviesan un camino cercano a la finca portando antorchas. Llevan ropas raídas, cuando no van casi semidesnudos, están sucios y en algunos distingues miradas que son síntoma de algún tipo de problema mental. Hay hombres y mujeres de todas las edades, incluso algunos niños. Crees distinguir el latín o el griego como lengua que utilizan en su particular letanía, lo que les da el aspecto en su conjunto, y ante la escasa luz nocturna, de ser una especie de compañía fantasmagórica. Llegas a distinguir una frase casi olvidada que se quedaría en tu mente por algún documental visto hace años.
"Kyrie Eleison".
"Señor, ten piedad".
Al fijarte, compruebas que algunos de ellos se golpean repetidamente la espalda con una especie de fusta de varias cuerdas y parecen sentir algún tipo de placer místico por encima del dolor. Uno de ellos, un tipo larguirucho y extraordinariamente delgado, parece ejercer de voz principal del coro y detiene el cántico al llegar cerca de un pequeño muro de piedra que delimita la finca en la que está la casona en la que te encuentras.
El hombre se gira y mira directamente en tu dirección. Te agachas de modo instintivo, mirando hacia el techo e intentando comprender todo cuanto has visto y escuchado. El silencio se alarga durante unos segundos que se hacen eternos.
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
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Re: Jasper Rohde
- "Señor, ten piedad de mi..." - pensó mientras sentía aquella mirada fría traspasar la pared. Tenía demasiados problemas en su mundo como para meterse en los de otro plano espacio-temporal. No. De ninguna manera. Y eso que algo le decía que seguir aquella comitiva le resolvería muchos misterios. No era normal que todos compartieran los mismos sintomas.
Pero una vez más, su verdadero leitmotiv, su familia, se le venía a la mente, y le devolvía la realidad de lo que había ido a buscar. Se acercó gateando a la zona de cuadros y los observó. El asunto era sencillo. Coger uno de aquellos lienzos y devolverselo a la perra trajeada. Sin más complicaciones.
Pero una vez más, su verdadero leitmotiv, su familia, se le venía a la mente, y le devolvía la realidad de lo que había ido a buscar. Se acercó gateando a la zona de cuadros y los observó. El asunto era sencillo. Coger uno de aquellos lienzos y devolverselo a la perra trajeada. Sin más complicaciones.
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Re: Jasper Rohde
Episodio 11. Amarga esperanza
Durante unos minutos permaneciste tumbado sobre aquel catre improvisado observando cómo las luces de una de las salas de aquel antro de mala muerte se colaban por debajo de la puerta dejando destellos rojizos y azules en aquella estancia que ni siquiera podía considerarse una habitación, sino más bien una sala de almacenamiento de bebidas. Después de todas las experiencias vividas, quedaba la ausencia de Álex y la frialdad de Laurent en la despedida, así como la amargura de despertar rodeado de palés de bebidas gaseosas. Polvo eres y en menos que polvo te convertirás.
El dolor de cabeza es insoportable, los ecos de la voz masculina de tus pensamientos llegan dispersos, sin coherencia alguna, en distintos volúmenes y planos acústicos. Ansías Sangre. Muy cargada, lo más cargada posible. Volver a la inconsciencia. Fue bonito mientras duró, qué vida la del aventurero. Ahora sólo quieres colocarte, perder la noción de todo, viajar quién sabe a otra dimensión en la que lo mismo te encuentras de nuevo con tu familia. O al vacío absoluto, te da igual, no soportas más el baile de sonidos en tus propios pensamientos.
Quisieras gritar, pero se ahoga el sonido en tu propia garganta seca que tiene un extraño sabor a hierro oxidado que piensas que también es puramente ilusorio. La espiral de la decadencia es inevitable, verdaderamente resucitar de la muerte es una maldición de recuerdos y de dolor constante.
Un buen rato después
Job te observa con preocupación desde el asiento del conductor. Va vestida como si fuera a una rave, con ropa de cuero ajustada de negro, parte del cráneo rapado, parte con el pelo largo y engominado y sus rasgos asiáticos ensalzados por un maquillaje perfecto.
- ¿Estás bien?
La pregunta es absurda. Ella sabe que no lo estás. Pero como si fueras un perro apaleado agradeces que la haga aunque sólo la miras de refilón sin responder. Llueve mansamente al otro lado del cristal. Le has contado dónde está el router y ella te ha puesto al día de los efectos de la decisión de Laurent. La ciudad estaba enloquecida, el ejército había tomado las calles tras un día de disturbios con varios muertos. De hecho, había dado un buen rodeo con el coche hasta llegar al tranquilo barrio repleto de tiendas de ropa caras y cafeterías para público indie en el que detiene con suavidad el vehículo. El parlamento diurno discutía a esta hora en una sesión extraordinaria la imposición de un Estado de Alarma, mientras que el nocturno era prácticamente inexistente. Varios Anarquistas estaban detenidos en algún centro secreto en manos del Principado, Lindhart era carne de cañón para cazadores si acaso no estaba ya muerto definitivamente.
Al menos tu familia seguía a salvo. Un día más, una noche más, aunque Job en su honestidad sin tapujos te había reconocido que o los sacaban esta noche de casa o seguramente MT daría un paso más. Miras el móvil mientras las gotas de lluvia se acumulan en el cristal. Los investigadores de la multinacional te preguntan cortésmente por tu estado de salud y te citan para esta misma noche en un par de horas.
Job da unos golpecitos rítmicos en el volante que sólo hacen más insoportable tu propia tormenta mental. La miras con seriedad y ella se queda congelada durante unos segundos, enarca las cejas y deja de tamborilear en el volante. Señala a un enorme edificio de diseño que pareciera flotar sobre el suelo sostenido por unas esbeltas columnas blancas.
- Ahí están los otros de mi Clan. Si entramos ahí, con esa historia que has vivido intentaré ayudarte para que te protejan aunque no hayas conseguido traer el router. No te prometo que vaya a ser sencillo ni agradable, pero al menos tendrás donde dormir, investigarán qué te pasa en la cabeza y tendrás más recursos para proteger a tu familia - Job te mira directamente, tú desvías la vista hacia el espejo retrovisor- Pero tú decides, no te voy a prometer que ahí dentro todo vaya a ser vino y rosas, la mitad son unos hijos de puta y la otra mitad están deseando serlo. -Job vuelve la vista al frente. Al quitar los limpiaparabrisas, el cristal proyecta una imagen distorsionada de la calle desierta- Eso sí, si abres esa puerta eres un Sin Clan en medio de una crisis imprevisible.
Jasper: -7 puntos de Sangre. FV llena
Durante unos minutos permaneciste tumbado sobre aquel catre improvisado observando cómo las luces de una de las salas de aquel antro de mala muerte se colaban por debajo de la puerta dejando destellos rojizos y azules en aquella estancia que ni siquiera podía considerarse una habitación, sino más bien una sala de almacenamiento de bebidas. Después de todas las experiencias vividas, quedaba la ausencia de Álex y la frialdad de Laurent en la despedida, así como la amargura de despertar rodeado de palés de bebidas gaseosas. Polvo eres y en menos que polvo te convertirás.
El dolor de cabeza es insoportable, los ecos de la voz masculina de tus pensamientos llegan dispersos, sin coherencia alguna, en distintos volúmenes y planos acústicos. Ansías Sangre. Muy cargada, lo más cargada posible. Volver a la inconsciencia. Fue bonito mientras duró, qué vida la del aventurero. Ahora sólo quieres colocarte, perder la noción de todo, viajar quién sabe a otra dimensión en la que lo mismo te encuentras de nuevo con tu familia. O al vacío absoluto, te da igual, no soportas más el baile de sonidos en tus propios pensamientos.
Quisieras gritar, pero se ahoga el sonido en tu propia garganta seca que tiene un extraño sabor a hierro oxidado que piensas que también es puramente ilusorio. La espiral de la decadencia es inevitable, verdaderamente resucitar de la muerte es una maldición de recuerdos y de dolor constante.
Un buen rato después
Job te observa con preocupación desde el asiento del conductor. Va vestida como si fuera a una rave, con ropa de cuero ajustada de negro, parte del cráneo rapado, parte con el pelo largo y engominado y sus rasgos asiáticos ensalzados por un maquillaje perfecto.
- ¿Estás bien?
La pregunta es absurda. Ella sabe que no lo estás. Pero como si fueras un perro apaleado agradeces que la haga aunque sólo la miras de refilón sin responder. Llueve mansamente al otro lado del cristal. Le has contado dónde está el router y ella te ha puesto al día de los efectos de la decisión de Laurent. La ciudad estaba enloquecida, el ejército había tomado las calles tras un día de disturbios con varios muertos. De hecho, había dado un buen rodeo con el coche hasta llegar al tranquilo barrio repleto de tiendas de ropa caras y cafeterías para público indie en el que detiene con suavidad el vehículo. El parlamento diurno discutía a esta hora en una sesión extraordinaria la imposición de un Estado de Alarma, mientras que el nocturno era prácticamente inexistente. Varios Anarquistas estaban detenidos en algún centro secreto en manos del Principado, Lindhart era carne de cañón para cazadores si acaso no estaba ya muerto definitivamente.
Al menos tu familia seguía a salvo. Un día más, una noche más, aunque Job en su honestidad sin tapujos te había reconocido que o los sacaban esta noche de casa o seguramente MT daría un paso más. Miras el móvil mientras las gotas de lluvia se acumulan en el cristal. Los investigadores de la multinacional te preguntan cortésmente por tu estado de salud y te citan para esta misma noche en un par de horas.
Job da unos golpecitos rítmicos en el volante que sólo hacen más insoportable tu propia tormenta mental. La miras con seriedad y ella se queda congelada durante unos segundos, enarca las cejas y deja de tamborilear en el volante. Señala a un enorme edificio de diseño que pareciera flotar sobre el suelo sostenido por unas esbeltas columnas blancas.
- Ahí están los otros de mi Clan. Si entramos ahí, con esa historia que has vivido intentaré ayudarte para que te protejan aunque no hayas conseguido traer el router. No te prometo que vaya a ser sencillo ni agradable, pero al menos tendrás donde dormir, investigarán qué te pasa en la cabeza y tendrás más recursos para proteger a tu familia - Job te mira directamente, tú desvías la vista hacia el espejo retrovisor- Pero tú decides, no te voy a prometer que ahí dentro todo vaya a ser vino y rosas, la mitad son unos hijos de puta y la otra mitad están deseando serlo. -Job vuelve la vista al frente. Al quitar los limpiaparabrisas, el cristal proyecta una imagen distorsionada de la calle desierta- Eso sí, si abres esa puerta eres un Sin Clan en medio de una crisis imprevisible.
Jasper: -7 puntos de Sangre. FV llena
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador
Re: Jasper Rohde
{ https://www.youtube.com/watch?v=WfunypXsBO4 - Where the streets have no name by U2 }
El mismo Báltico furioso que había dejado la noche anterior, rugía ahora en su cabeza, bamboleando además sus propia visión. El eco de la voz seguía latiente en su cerebro, queriendo agarrarse como un párasito a punto de ser quemado. Ya eran demasiadas lunas sin cabalgar la ola y su cuerpo, cada célula muerta de su cuerpo, le exigía el combustible necesario para moverse, y si no era así, se quejaba en forma de patética debilidad.
Cómo si de un anciano moribundo se tratase, se levanta de aquel almacén, donde unas cajas apiladas de refrescos y bebidas espirituosas habían sido su improvisado refugio. Y poco más pudo que agradecerlo cuando llegó, pues el amanecer estaba, literalmente, a la vuelta de la esquina.
- Necesito colocarme... - dijo sin tapujos a Job en la furgoneta. Le miró con su cara avejentada. Con los ojillos hundidos y un labio caido que dejaba ver unos colmillos casi extraidos por la debilidad de sus encías blanquecinas y resecas. - Ese cabrón, lo tiró al mar... - comentó sobre el router volviendo la impronta de Laurent en su mente - No me dio ni la oportunidad de negociar por él... yo que le había dado una puta pintura más valiosa que mi vida. Puto y jodido desagradecido - Musitó herido y dolido y vetando mentalmente las escenas en el apartamento de Lindhart.
Sin fuerzas casi para teclear en el móvil, no tuvo mejor ocurrencia que aprovechar un silencio de Job para mandar una nota de audio a aquellos cabrones emperchados que querían seguir jugando a las marionetas con él. - <<... No, joder, no estoy bien... - silencio - tranquilos que vuestro conejillo de indias ya va para allá. No abráis el champán sin mi >> - soltó aquella retaila casi de manera ininteligible, mientras desganado dejaba caer el móvil en su bolsillo. Sabía que no iba a ir hasta allá. Había mentido y solo esperaba que aquella mentira no tuviera consecuencias fatales para su familia. Iba a fiarse de Job, pero peor aún, iba a fiarse de los Brujos, y eso era estar, real y jodidamente desesperado. Pero en aquellas noches el deseo de morir era diametralmente opuesto al de salvar a su familia, por ello, era que cualquier sacrificio era poco. Lo único que deseaba, de una forma tan pura que no era capaz de cuantificarla, era salvarlos. Salvarlos desde el anónimato, sin que realmente nunca percataran el peligro.
- La famosa Pirámide... - dijo cuando Job paró el motor y Rohde abrió la puerta. - Esperaba algo más rimbombante - bromeó de forma irónica sin pararse a pensar que no tenía porque ser precisamente la sede tremere alli donde estaban. Se deslizó casi como un gusano, dejando que la gravedad hiciera su trabajo. Cogió el petate con desgana y dejó que nuevamente la lluvia, como la noche anterior en el puente de Oresund, pero esta vez de manera torrencial, calara sus huesos. - Por cierto, Job... - ya desde el exterior... - Gracias - Se llevó el puño a su muerto corazón en señal de camaradería y avanzó aún con la luz del faro de la furgoneta apuntando en su espalda. Su sombra, dibujaba un monstruo contra una de aquellas columas blancas que elevaban el edificio como en una nube. Como en otro mundo. Como una nave de otro tiempo que viniera a devolverle a su planeta.
El mismo Báltico furioso que había dejado la noche anterior, rugía ahora en su cabeza, bamboleando además sus propia visión. El eco de la voz seguía latiente en su cerebro, queriendo agarrarse como un párasito a punto de ser quemado. Ya eran demasiadas lunas sin cabalgar la ola y su cuerpo, cada célula muerta de su cuerpo, le exigía el combustible necesario para moverse, y si no era así, se quejaba en forma de patética debilidad.
Cómo si de un anciano moribundo se tratase, se levanta de aquel almacén, donde unas cajas apiladas de refrescos y bebidas espirituosas habían sido su improvisado refugio. Y poco más pudo que agradecerlo cuando llegó, pues el amanecer estaba, literalmente, a la vuelta de la esquina.
- Necesito colocarme... - dijo sin tapujos a Job en la furgoneta. Le miró con su cara avejentada. Con los ojillos hundidos y un labio caido que dejaba ver unos colmillos casi extraidos por la debilidad de sus encías blanquecinas y resecas. - Ese cabrón, lo tiró al mar... - comentó sobre el router volviendo la impronta de Laurent en su mente - No me dio ni la oportunidad de negociar por él... yo que le había dado una puta pintura más valiosa que mi vida. Puto y jodido desagradecido - Musitó herido y dolido y vetando mentalmente las escenas en el apartamento de Lindhart.
Sin fuerzas casi para teclear en el móvil, no tuvo mejor ocurrencia que aprovechar un silencio de Job para mandar una nota de audio a aquellos cabrones emperchados que querían seguir jugando a las marionetas con él. - <<... No, joder, no estoy bien... - silencio - tranquilos que vuestro conejillo de indias ya va para allá. No abráis el champán sin mi >> - soltó aquella retaila casi de manera ininteligible, mientras desganado dejaba caer el móvil en su bolsillo. Sabía que no iba a ir hasta allá. Había mentido y solo esperaba que aquella mentira no tuviera consecuencias fatales para su familia. Iba a fiarse de Job, pero peor aún, iba a fiarse de los Brujos, y eso era estar, real y jodidamente desesperado. Pero en aquellas noches el deseo de morir era diametralmente opuesto al de salvar a su familia, por ello, era que cualquier sacrificio era poco. Lo único que deseaba, de una forma tan pura que no era capaz de cuantificarla, era salvarlos. Salvarlos desde el anónimato, sin que realmente nunca percataran el peligro.
- La famosa Pirámide... - dijo cuando Job paró el motor y Rohde abrió la puerta. - Esperaba algo más rimbombante - bromeó de forma irónica sin pararse a pensar que no tenía porque ser precisamente la sede tremere alli donde estaban. Se deslizó casi como un gusano, dejando que la gravedad hiciera su trabajo. Cogió el petate con desgana y dejó que nuevamente la lluvia, como la noche anterior en el puente de Oresund, pero esta vez de manera torrencial, calara sus huesos. - Por cierto, Job... - ya desde el exterior... - Gracias - Se llevó el puño a su muerto corazón en señal de camaradería y avanzó aún con la luz del faro de la furgoneta apuntando en su espalda. Su sombra, dibujaba un monstruo contra una de aquellas columas blancas que elevaban el edificio como en una nube. Como en otro mundo. Como una nave de otro tiempo que viniera a devolverle a su planeta.
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Voivoda
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Re: Jasper Rohde
- La verdad es que tu caso es muy llamativo.
Después de esperar un cuarto de hora en un despacho anodino decorado con un impresionante mural fotográfico que mostraba la ciudad de Viena de noche, un hombre de barba blanca cuidada, delgado y modales exquisitos entró disculpándose por el supuesto retraso, se sentó y tras revisar una carpeta con varios papeles te soltó esa frase. Job te había recomendado oír, ver y callar en los próximos minutos en los que ibas a ser recibido por un miembro de la Capilla de Copenhague. Y eso habías hecho, reconfortado por el apretón que Job había dejado en tu hombro. En lo más profundo de tu ser desearías no ser tan agradecido con pequeños gestos que en realidad no cuestan nada... pero son tan poco habituales en tu no-vida que no puedes evitar que te hagan cierta mella.
Parpadeas sin decir nada y miras al hombre que tienes delante. Por un instante la sala te parece la consulta de un psiquiatra. Te hace cierta gracia pensar que van a psicoanalizarte, pero el dolor de cabeza, el murmullo inconexo de tus pensamientos y el temor por el destino de tu familia han borrado cualquier rastro de humor que pudieras tener esta noche.
El hombre se recuesta en la silla de diseño después de ajustar ligeramente la luz de la lámpara led que hay sobre la mesa, repleta por lo demás de objetos impersonales.
- Job nos ha hablado bien de ti, Jasper Rohde- intuyes que esa carpeta incluye toda una serie de información sobre ti por cómo la golpea con el dedo índice de modo casi distraído cuando te dice esa frase. Jodidos Tremere- No nos gusta dejar a nadie abandonado a su suerte, nosotros mismos sufrimos lo que es caminar solos de noche y no deseamos que nadie pase por ese trance - Aunque no estás muy puesto en la historia vampírica, lo que has escuchado de ellos no es precisamente que fueran las víctimas del inicio de su historia nocturna- Y personalmente me gustaría poder tratar tu patología y tratar de ayudarte. No obstante.... siempre hay un pero- Estamos en unos tiempos convulsos y los que vienen van a ser peores. No es recomendable para nadie ir por libre o tener ciertas amistades... peligrosas.- El hombre, que no ha dicho aún su nombre, se inclina ligeramente hacia delante- Voy a ser honesto contigo, Jasper. Podemos darte refugio y esta misma noche podríamos mover algunos hilos para salvar a tu familia. Pero para eso tienes que ser uno de los nuestros. Sin ambigüedades ni medias tintas. Deberás renegar de tu pasado hasta ahora y confirmar tu lealtad con nosotros de un modo definitivo y perenne- El hombre se señala un par de veces una de sus muñecas- Te acogeríamos en la familia. Sí, no te niego que serías el chico de los recados de momento, pero mejor eso que acabar estacado mirando al sol como parece que le va a pasar al francés ese que iba contigo.
El Tremere deja unos segundos de silencio y se vuelve a recostar. El Hambre no es excesiva, pero lo suficientemente molesta para unirse al caos de tu mente y acelerar tus pensamientos. Sientes un cierto vértigo. Tienes la sensación de que estás ante la oportunidad de sellar definitivamente tu destino: encadenarte a los Tremere y a Copenhague a cambio de salvar a tu familia... o abandonarte a tu libre albedrío con el peligro de que cualquiera decida convertirte en carne picada.
- Quiero que valores que no te voy a forzar a tomar ninguna decisión, no voy a usar ningún arte ni nada extraño. Tenemos peor fama de la que realmente nos merecemos. Tú eliges.
Después de esperar un cuarto de hora en un despacho anodino decorado con un impresionante mural fotográfico que mostraba la ciudad de Viena de noche, un hombre de barba blanca cuidada, delgado y modales exquisitos entró disculpándose por el supuesto retraso, se sentó y tras revisar una carpeta con varios papeles te soltó esa frase. Job te había recomendado oír, ver y callar en los próximos minutos en los que ibas a ser recibido por un miembro de la Capilla de Copenhague. Y eso habías hecho, reconfortado por el apretón que Job había dejado en tu hombro. En lo más profundo de tu ser desearías no ser tan agradecido con pequeños gestos que en realidad no cuestan nada... pero son tan poco habituales en tu no-vida que no puedes evitar que te hagan cierta mella.
Parpadeas sin decir nada y miras al hombre que tienes delante. Por un instante la sala te parece la consulta de un psiquiatra. Te hace cierta gracia pensar que van a psicoanalizarte, pero el dolor de cabeza, el murmullo inconexo de tus pensamientos y el temor por el destino de tu familia han borrado cualquier rastro de humor que pudieras tener esta noche.
El hombre se recuesta en la silla de diseño después de ajustar ligeramente la luz de la lámpara led que hay sobre la mesa, repleta por lo demás de objetos impersonales.
- Job nos ha hablado bien de ti, Jasper Rohde- intuyes que esa carpeta incluye toda una serie de información sobre ti por cómo la golpea con el dedo índice de modo casi distraído cuando te dice esa frase. Jodidos Tremere- No nos gusta dejar a nadie abandonado a su suerte, nosotros mismos sufrimos lo que es caminar solos de noche y no deseamos que nadie pase por ese trance - Aunque no estás muy puesto en la historia vampírica, lo que has escuchado de ellos no es precisamente que fueran las víctimas del inicio de su historia nocturna- Y personalmente me gustaría poder tratar tu patología y tratar de ayudarte. No obstante.... siempre hay un pero- Estamos en unos tiempos convulsos y los que vienen van a ser peores. No es recomendable para nadie ir por libre o tener ciertas amistades... peligrosas.- El hombre, que no ha dicho aún su nombre, se inclina ligeramente hacia delante- Voy a ser honesto contigo, Jasper. Podemos darte refugio y esta misma noche podríamos mover algunos hilos para salvar a tu familia. Pero para eso tienes que ser uno de los nuestros. Sin ambigüedades ni medias tintas. Deberás renegar de tu pasado hasta ahora y confirmar tu lealtad con nosotros de un modo definitivo y perenne- El hombre se señala un par de veces una de sus muñecas- Te acogeríamos en la familia. Sí, no te niego que serías el chico de los recados de momento, pero mejor eso que acabar estacado mirando al sol como parece que le va a pasar al francés ese que iba contigo.
El Tremere deja unos segundos de silencio y se vuelve a recostar. El Hambre no es excesiva, pero lo suficientemente molesta para unirse al caos de tu mente y acelerar tus pensamientos. Sientes un cierto vértigo. Tienes la sensación de que estás ante la oportunidad de sellar definitivamente tu destino: encadenarte a los Tremere y a Copenhague a cambio de salvar a tu familia... o abandonarte a tu libre albedrío con el peligro de que cualquiera decida convertirte en carne picada.
- Quiero que valores que no te voy a forzar a tomar ninguna decisión, no voy a usar ningún arte ni nada extraño. Tenemos peor fama de la que realmente nos merecemos. Tú eliges.
