Laurent Malalt

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LAURENT MALALT (Pagliacci)
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Re: Laurent Malalt

#41

Mensaje por Pagliacci » 29 Jul 2021, 22:29

https://www.youtube.com/watch?v=x5GuBa4Bbnw

Agatha.

Malalt despertó con su nombre en los labios, con el sabor de sus recuerdos en la garganta, de sus estudios en Alemania, de algo que ya no podía sino imaginar, una vida normal. Sentía que había cometido el peor error de su vida al caer bajo la influencia del marqués, aunque era muy generoso por su parte pensar que alguna vez había tenido elección, los vástagos no dejan nada al azar y, mucho menos, las decisiones de los mortales. Agatha vivía en el ensueño de creerse dueña de su propio destino. Pero ni siquiera él, un no-muerto, estaba libre de las ataduras de la maldición.

Agatha se había ido durante el día, sorprendida, quizás, de haber pasado la noche con un hombre de su edad. El francés se arrastró hacia el espejó y contempló de nuevo el rostro que había quedado congelado en el tiempo, un afeitado imperfecto, las ojeras de un artista, los dientes imperfectos de una época no tan lejana. Era él, todas las noches, la misma puta cara, la suya. El calor de la mujer en la cama le trajo a Kat a la mente, su ausencia le dolía como un puñal atravesándole, como una espina que no le dejara respirar.

Solo, una vez más. Casi sentía la tentación de mandarlo todo por la borda y salir de allí, abandonar aquel conjunto absurdo e irreal de patrañas sobre portales, enfermedades y viajes en el tiempo. Envidiaba a Álex, que había desaparecido antes de llegar a conocer el alcance de todo aquel cambalache. Ahora él se había visto enredado en una pugna por el poder que le era completamente indiferente, el contrabandista era egoísta, solo quería un mundo tranquilo a su alrededor.

Se vistió elegantemente y comprobó la integridad del cuadro que le había entregado Jaspers y que se había convertido en una prueba más de cuánto apenas era capaz de creer. El lienzo parecía estar bien, la pintura se había secado y todavía era lo bastante flexible para admitir la suave curva del tubo. Guardó la máscara de cuero en su bolsillo interior, recordando el láudano que lo había iniciado todo. Finalmente, antes de que llegara Stefan, le escribió un mensaje apresurado a Greta.

-Tengo un asunto que resolver, acudiré allí en algo más de una hora, con pruebas de que los portales y la conspiración son reales.

Laurent Malalt se miró al espejó por última vez y dejó su mirada caer en el barco con indiferencia, no veía la relación del drakar con el asunto que se traían entre manos, aunque, a estas alturas, no le sorprendería si había no-muertos involucrados.

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Re: Laurent Malalt

#42

Mensaje por Voivoda » 12 Nov 2021, 22:00

EPISODIO 11. Dolor y muerte

Levantas las persianas con parsimonia. El dinero llegaba para alguna noche de hotel con el pestillo echado y la orden de que nadie te molestara durante el día. Llovía mansamente sobre la ciudad de Copenhague. Por un momento te abandonas a tus propios recuerdos. No hace tanto de las peleas fraternales, los planes, las risas y la contemplación de tu colección de arte en aquel sótano disimulado cerca de Christiania junto a Álex y a Jasper. Ahora notabas la lejanía quizá definitiva de ambos. La soledad. Cuántas veces te lo repitió tu Sire y cuántas veces no quisiste creerle.

La televisión, que tienes silenciada, describe unos tumultos que han obligado a desplegarse al ejército danés por toda la ciudad. Ha habido varios muertos en los enfrentamientos entre grupos paramilitares y activistas medioambientales. A esta hora se celebraba una reunión de urgencia en el parlamento nacional en la que se discutía el establecimiento del Estado de Alarma.

También tienes el móvil sin sonido. Observas las cuatro llamadas perdidas de Larsson. Tu Clan te llama para engrosar sus filas en una guerra que no deseas luchar. Al menos te queda en tu interior el consuelo de que si bien seguramente la eliminación de los routers haya llevado definitivamente Copenhague a una espiral de violencia y locura, también era cierto que cerraba unas puertas cuyas consecuencias por permanecer abiertas eran imposibles de imaginar. Nadie hablará de vosotros cuando hayáis muerto.

Una chispa de curiosidad sigue encendida en tu interior. Aquella muchacha fantasmal, aquella máscara de otro tiempo, aquellos olores, aquel zumbido en la cabeza. Tienes la certeza cada vez mayor de haber podido ver a través de un metafórico ojo de una cerradura hacia otro espacio y otro tiempo. ¿Qué hubiera podido suceder en caso de haber abierto la cerradura de esas puertas?. Quizá sea mejor no saberlo.

Husmeas por Bloodspot desde el móvil. La actividad es de tal volumen que es prácticamente imposible de seguir en su totalidad. Lo que estaba claro es que los Anarquistas, los pocos que parecían quedar escondidos aquí y allá, pero vociferantes en la Red, clamaban venganza... y que el Natlige era ya un recuerdo del pasado. Apenas tres o cuatro miembros del Parlamento Nocturno habían acudido a la última reunión en la que no han estado presentes ni los Malkavian, ni los Toreador y sólo uno de los miembros de los Verdaderos Daneses en lo que a todas luces era ya una confrontación evidente. Te fijas en un par de etiquetas repetidas en muchas de las salas de chat: #venganzaAnarca y #libertaddetenidos

Una amarga corazonada se instala en tu cuerpo no-muerto. Empiezas a seguir las etiquetas de enlace en enlace hasta que una fotografía instalada en un grupo de conversación en una de las partes más profundas de Bloodspot te hace soltar un respingo al mismo tiempo que notas cómo la sensación de Hambre con la que tu Bestia te ha estado molestando desde que has despertado se transforma en una profunda angustia. Es la imagen de algún tipo de centro de detención en el que hay varios cuerpos estacados e inmóviles. Uno de ellos es el de Kat.

El icono del espejo que firma la imagen como una marca de agua es todo un mensaje del Principado que, en su huida hacia delante en su demencia, parece que quiere morir matando. Matando a los que durante años han sido líderes de la oposición.

OFF: -8 puntos de Sangre y -3 de FV.
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Re: Laurent Malalt

#43

Mensaje por Pagliacci » 13 Nov 2021, 09:57

Aquella imagen lo cambió todo, la rabia y el hambre tiñeron de negro sus pensamientos y Laurent experimentó un ahogo, una angustia desbordantes. La soledad en la que se había estado hundiendo paulatinamente ya había comenzado a empujarle al letargo, el cansancio existencial de quién ha vivido más de una vida humana, pero esto, esta amenaza al último de los cabos que lo mantenían cuerdo, humano, era más de lo que podía soportar. Comenzó a pensar, a urdir un plan, buscar una salida.

Su cabeza daba vueltas a toda velocidad y los sentimientos de desolación parecían ser capaces de sobrepasar su lucidez en cualquier momento. Las luces rojas y azules del televisor eran la única fuente de iluminación en una habitación sumida en una oscuridad comparable a sus pensamientos. Sobre la mesa, una Biblia luterana arrojaba una impersonal sensación de juicio sobre el francés, como la mirada de un padre largo tiempo olvidado. El vampiro que llevaba dentro jadeó, bramó, mostró los colmillos y exigió la sangre que necesitaba.

Kat estaba con vida, no todo estaba perdido. Al menos, la incertidumbre respecto a su destino había tocado a su fin.

La primera idea, la más evidente, era responder a la llamada a las armas. Combatir en la enésima guerra de clanes, luchar por su linaje y pedir la libertad de Kat como botín de guerra ante una nueva Príncipe. Dudaba de que aquello fuera lo que Kat quisiera y, en el interior del Toreador, algo se revolvía al saberse peón del juego de otros. No, no pensaba hacer nada más por Larsson y su sire, les había dado sus pinturas, su tiempo y su sangre, mucho más de a lo que estaba dispuesto en un principio, realmente.

La segunda opción era seguir utilizando a los Verdaderos daneses como marionetas, opción que debía manejar con mucho cuidado y que descartó rápidamente en esta situación. Habían dejado muy claro su desprecio sobre los anarquistas y estaba seguro de que lo único que harían, si pudieran, sería retorcerle la estaca de Kat o invitarle a él a unirse a ella.

Llegaban, entonces, las decisiones ejecutivas, en las que tenía que poner en juego su carisma y persuasión. Pensó en Isak, él no iba a ayudarle a sacar a Kat de donde estuviera, era una víbora, una serpiente, no muy diferente a él. No se jugaría el pellejo.

El contrabandista retirado, mafioso en horas bajas, clavó su mirada en el cristal tras la persiana, en el paisaje de una ciudad que se escurría por el sumidero. No obstante, Isak podía ayudarle, podía averiguarle dónde estaba Kat, lo cual era un primer paso muy importante.

La cuarta opción, alternativa que llevaba contemplando desde hace tiempo, era contactar con los Koenig. Podría hablarles de la amenaza que eran para ellos los Verdaderos Daneses, de toda la información que sabía y el poder que podían conseguir uniéndose al bando ganador de esta guerra, el suyo. Tampoco era una gran idea, realmente. Demasiadas variables que no controlaba, demasiada información en sus manos que él no tenía, cuando se sentaba a una negociación, a Malalt le gustaba tener la sartén por el mango.

Última idea, posiblemente, la peor de todas. Pero la única que le sacó una sonrisa al viejo zorro. Laurent Malalt se pusó la chaqueta y salió a la calle, tenía que estar bien alimentado antes de dar el siguiente paso y jugarse el pellejo. Mientras bajaba las escaleras buscó un contacto en su agenda o una dirección esa endemoniada red profunda.

-Eh, capullo, tengo un plan para sacar a Kat. ¿Eres un anarquista o un esbirro de la Príncipe?- Y le dio a enviar, dejando que la red de datos le llevará el mensaje a Thomas Sorensen.

Laurent Malalt probablemente muriera en las próximas noches, pero lo haría a su manera.


https://www.youtube.com/watch?v=XbtTTxFbNQU

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Re: Laurent Malalt

#44

Mensaje por Voivoda » 15 Nov 2021, 20:17

Te embozas en tu ropa de abrigo mientras una fina capa de lluvia, que parece perenne en la ciudad de Copenhague, te va calando y, en cierto modo, tranquiliza tu ánimo y te da vitalidad y determinación. Era agobiante la sensación constante de la duda, la incertidumbre sobre si realmente eras dueño de tus propias decisiones o todo formaba parte de un complejo mecanismo en el que eras una pieza más. Desde la misma noche de tu Abrazo habías sido educado en la paranoia como casi cualquier otro Vástago, lanzados a la noche bajo la sospecha permanente de ser parte de una enorme paranoia que no podían controlar. Quizá no fueran más que cuentos de los Antiguos para asustar a los Neonatos. Aunque el hecho de que muchas de las cosas que tu Sire te había revelado con amargura sobre tu futuro vampírico se hubieran cumplido hacían que la sombra de duda planeara de modo permanente sobre ti.

En todo caso, tenías que dar un paso, y otro, y otro. Encontrar una motivación para seguir saliendo a la noche. En cierto modo sentías cierto... orgullo de haber acabado con dos de aquellos routers. Se derramaría sangre por ello, seguro, quién sabe si la tuya también, pero en el fondo habías hecho una buena acción. Sonríes para ti mismo. Desde luego no eres un ejemplo de virtud y has elegido el oportunismo siempre a la ayuda desinteresada... pero en el fondo te gustaba saber que podías mantener a raya a esa bestia interior que te devoraba gracias al simple pensamiento de haber obrado adecuadamente.

Te tomas tu tiempo para despejarte y calmar tus peores augurios sobre el destino de Kat. Evitas las calles en las que patrullan soldados cuya misión es mantener la paz en la ciudad después de un día negro con disturbios y muertos como no se recuerda en la siempre virtuosa capital danesa. Te encaminas hacia un parque solitario situado cerca del mar desde el que intuyes a lo lejos la silueta de Christiania, sobre donde llegas a distinguir el vuelo de helicópteros de la policía. Piensas qué habrá sido de tu red de contactos. Probablemente tu nombre esté en alguna lista indebida.

- Hijo de puta, debería dejarte seco y mearme en tus cenizas.

Supones que es la manera que tiene Sorensen de darte las buenas noches, aunque el nick de quien escribe en un chat privado abierto en Bloodspot es "FSocietyDK". Esbozas una ligera sonrisa. Si ha contestado es porque se tiene que agarrar al clavo que le ofreces, aunque esté ardiendo.

- Ya puedes ser rápido y convincente porque si no voy a mandar tu ubicación a alguno de los amigos que has hecho últimamente. Y tienes como para montar una buena fiesta, capullo.
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Re: Laurent Malalt

#45

Mensaje por Pagliacci » 17 Nov 2021, 14:37

https://www.youtube.com/watch?v=xzQvGz6_fvA


Los pasos de Malalt lo habían llevado de vuelta a Christiania, un lugar que hacía varias semanas que no pisaba, del que había salido huyendo mientras las tropas de asalto de la policía batían las calles en su búsqueda. Recordó aquella despedida, dejar el router en manos de Jaspers, separarse de Álex por penúltima vez, los ladridos de los perros en la lejanía y su actitud chulesca ante los esbirros de la corporación. Finalmente, habían logrado hacerse con el router. Malalt esbozó una sonrisa mientras paseaba junto al Tivoli. Creía que el router habría quedado a salvo en manos de los anarcas. Se había equivocado, los habían masacrado.

Tampoco es que le importara demasiado, pero ese era su maldito router, el que lo había empezado todo, el que les había llevado a la isla y había sacado a la luz los cadáveres de un grupo de niños atiborrados de láudano, sobredosis que habían intentado cargarle a él. Volvería más adelante a recuperarlo, a arrojar a los neonazis sobre esa banda de dementes y nigromantes. Lo primero era recuperar a Kat, sacarle de dónde estuviera y ponerla en circulación. El francés sacó el móvil y escribió tres mensajes, cada uno con un tono y un estilo muy distinto.

-Larsson, no puedo acudir al encuentro con Karen, tengo que salvar a algunos de los pocos amigos que me quedan de la quema. En el proceso, estoy seguro de que le causaré no pocos problemas al Clan Malkavian. Au revoir, mon amie.

-Buenas noches, Isak. Nadie entiende qué está ocurriendo, de dónde surgieron los cadáveres de otro tiempo o porqué los Malkavian han perdido definitivamente la cabeza. Yo sí lo sé. Sé quién está detrás de todo, sé quiénes tienen ahora mismo y dónde se encuentra el artefacto más codiciado de toda la ciudad y estoy dispuesto a contártelo todo. A cambio sólo pido una cosa, necesito que me averigües dónde están los anarquistas estacados y capturados.

-Es muy sencillo, voy a averiguar dónde se encuentra Kat y sacarla de allí, ya tengo a gente trabajando en ello. Pero necesito apoyo aéreo y quizás algunos matones. Una vez acabemos, estaré encantado de arrancarte la lengua, gilipollas.

El ex-contrabandista se adentró en las calles de aquel distrito independiente, la basura se acumulaba en las esquinas, los adoquines rotos y salpicados de sangre contaban la historia de la carnicería que había tenido lugar allí, noches atrás. Una auténtica batalla para la tranquila gente de Copenhage, que debía contemplar como su juventud se arrojaba sobre los defensores del status quo por causas más allá de su comprensión.

El vástago paseó, acariciando con la mano unas paredes húmedas, repletas de grafitis e impactos de bala, buscando entre las sombras un mortal con el que saciar su sed de sangre en la que podía ser, una vez más, su última noche.

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Re: Laurent Malalt

#46

Mensaje por Voivoda » 21 Nov 2021, 13:38

El sabor de la Vitae de aquel joven artista neo-hippie calma por un instante tu profunda amargura. Recuestas con cuidado el cuerpo del muchacho en el interior de la vieja furgoneta que hace las veces de taller y de casa en uno de los arrabales de Christiania. Tendrá poco más de veinte años, aunque los estragos de vivir casi en la calle y del consumo de drogas blandas han hecho mella en su aspecto físico y parece mayor de lo que es. Dedicas unos minutos a observar sus pinturas colgadas con pinzas de distintas cuerdas que atraviesan el interior de la furgoneta de lado a lado. Trazos de angustia y desesperanza que revelan un alma creativa notable. Deseas por un instante que su infelicidad transmitida a través del arte alcance el reconocimiento que ese alma merece, aunque sabes de sobra que la inclemencia del capitalismo y la dependencia de las adicciones le llevarán probablemente a morirse antes de tiempo.

Sales de nuevo a la noche gélida buscando los lugares menos iluminados del Barrio Libre. Aquí y allá se distinguen las luces de las patrullas policiales y es permanente y molesto el sonido del helicóptero que realiza batidas constantes sobre Christiania. El barrio es considerado el epicentro de la crisis de convivencia de la ciudad... y de paso ese despliegue policial es una tapadera para que el Principado rastree a los Anarquistas que considera desencadenantes de su último y quizá irreversible ataque de locura colectiva. Tu conocimiento del barrio te permite evitar ser visto, pero no hace falta ser muy espabilado para comprobar que Christiania es ahora un lugar excesivamente vigilado.

Larsson no contesta, pero al cabo de unos minutos te llegan las respuestas a tus otros mensajes. Sorensen es el primero. Lees en diagonal sus insultos y amenazas para acabar tomando la idea principal: si encuentras el paradero de Kat, aún le queda alguna mano que poder prestar a la causa. Tardas algo más en recibir la contestación de Isak.

No es seguro hablar por aquí, ¿por qué no nos vemos?

El mensaje va acompañado de un enlace que lleva a una dirección, en concreto a un bar de música cubana situado en el Barrio Latino de Copenhague.


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Re: Laurent Malalt

#47

Mensaje por Pagliacci » 22 Nov 2021, 19:37

"Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente."
-Quevedo.


La vida del artista, descendió por su garganta y llenó su memoria de falsos recuerdos, de ecos de una vida ajena, de creatividad, pasión y una emoción que conocía profundamente, el ansia. El craving de las drogas llegó amortiguado a sus venas, combatiendo el efecto relajante de los cannabinoides que transportaba la sangre, erizando la epidermis resucitada que cubría su cuerpo. El francés se alejó de Christiania siguiendo la única senda que le quedaba, tratando de salvar los pedazos que conservaba de su quebrada humanidad.

Se encaminó hacia el barrio latino, parecía imposible que los daneses continuaran bailando y bebiendo, ajenos a la guerra que desgarraba a su ciudad, ajenos al desafío a las leyes del universo que representaban los portales a otro tiempo, pero así era. La música nunca dejaba de sonar, el alcohol no dejaba de regar sus gaznates y siempre había demanda de más y más drogas. Laurent lo sabía bien. Por un instante, sintió un aguijonazo de culpa.

El vampiro había quemado demasiados puentes a su paso, no había posibilidad de volver atrás. Como un pionero en terra ignota, sólo le quedaba una alternativa, seguir adelante y prevalecer. La vitae del artista teñía de angustia sus últimos pensamientos, pero también de una fatídica determinación. El francés repasó los asuntos que le quedaban pendientes: Destruir el router en manos de la corporación, encontrar al culpable de todo aquello, salvar el pellejo y, por encima de todo, sacar a Kat de la ciudad.

Ella era lo único que aún le mantenía cuerdo. Sentía por ella un amor desesperado, un afecto al que subyacía el miedo a no poder amar, a ser traicionado y, aún peor, a ser abandonado. El miedo al rechazo lo había paralizado durante demasiado tiempo, tenía que convertirse en agente activo de su propia historia, en protagonista de su novela, aunque fuera una maldita tragedia.

Copenhagen, una ciudad surgida de un mar frío y cruel, trono de piedra de saqueadores sanguinarios, puerto de codiciosos comerciantes hanseáticos, nido de víboras fascistas y, próximamente, una pira de cenizas humeantes. Laurent Malalt no dejaría piedra sobre piedra, si era necesario llevaría el fuego hasta el último refugio de los chupasangres que la infestaban. Bajo el eco en la memoria de las risotadas de su sire, el francés sintió, por primera vez en su no-vida el impulso anarquista de destruirlo todo.

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Re: Laurent Malalt

#48

Mensaje por Voivoda » 29 Nov 2021, 20:30

https://www.youtube.com/watch?v=0nBFWzpWXuM

La música cubana inunda un local en el que la temperatura de la calefacción es un agradable abrazo ante el frío gélido de la noche danesa. Entrar en este lugar es como viajar a otra dimensión, tanto por la música como por la decoración caribeña, la enorme bandera de Cuba junto a un retrato de Fidel Castro que hay detrás de la barra y por los bailes que se echan algunos de los expatriados de distintos países de América y África que parecen ajenos, o quizá solo quieren sentirlo por una noche, a la escalada de violencia y vigilancia policial que hay en las calles de la capital de Dinamarca.

Lo poco que llegas a entender de la letra de la canción parece decir que la vida es un carnaval, lo que no deja de ser una ironía casi dolorosa para tu tormenta interior.

Observas en la barra la figura atlética de Isak. El Setita se ha quedado congelado en el tiempo en plena juventud, y mantiene el mismo gusto a la hora de vestir como un estudiante de un colegio británico de élite. Es atractivo y en cierto modo magnético. Te sientas junto a él sin decir palabra, intentando no dejarte llevar por el carisma que irradia mientras los recuerdos de Kat y la angustia por salir a toda prisa de esa maldita ciudad se agolpan en tu interior. A cierta distancia una pareja de daneses se hace arrumacos y comparten sendos mojitos. Siempre te han parecido graciosos los escandinavos a los que les gustan la cultura o tradiciones hispanas o mediterráneas.

Isak hace una seña al camarero que empieza a prepararte un Bloody Mary. Otra ironía.

- Es para disimular -susurra Isak con una amplia sonrisa que muestra unos dientes blanquísimos.

El Setita espera a que te sirvan la bebida, que deja al lado de su propio vaso que, como es lógico, está tal cual fue servido. Observas su reloj de pulsera, un reloj de lujo, así como que su ropa es de marca y sus zapatos brillan. Al igual que las serpientes son capaces de mudar de piel, Isak no parece en absoluto el conseguidor de todo tipo de vicios y favores que es en la noche danesa.

- ¿Estás bien, necesitas algo? -Isak comienza la conversación con su habitual tono servicial. No es suficiente para que olvides el revuelo montado por haber pagado su último favor dando refugio a quien ahora es tomado por un terrorista- Está el ambiente un poco caldeado, ¿eh?. Creo que la jefa está utilizando algunas instalaciones secretas del ejército.- Isak deja caer el anzuelo antes de recoger un poco la caña- Pero antes, ¿de qué va eso del artefacto que me comentabas?
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Re: Laurent Malalt

#49

Mensaje por Pagliacci » 30 Nov 2021, 17:55

El contrabandista se sumergió lentamente en aquel lugar, como un depredador mimetizándose con sus presas. Era un vampiro, un no muerto, resucitado, moviéndose como una pantera entre ganado, oliendo su sudor, sintiendo el calor que desprendían sus cuerpos, saboreando el aroma de su sangre. La música, de ritmo acelerado y melodía fácil, le ayudó a entrar en la atmósfera del lugar, en la ingenua ignorancia que les llevaba a danzar y cantar como un elaborado ritual de cortejo. Al final, todo se reducía al sexo, al vicio, algo en lo que su anfitrión era todo un maestro.

Laurent Malalt escuchó con una sonrisa las palabras de la serpiente, el francés conocía el juego y no podía parecer demasiado desesperado, debía dar a cada palabra su tiempo y su peso, para que adquiriera el valor adecuado en la negociación, que era de lo que se trataba aquello. Cada trato con el Seguidor de Set era un intercambio, un favor por otro, así funcionaba la Estirpe, así funcionaba la Camarilla.

-Lo está, así es.- Dijo Laurent removiendo los cubitos de hielo del cocktail con una pajita y poniendo su habitual sonrisa de galán.- La familia de la jefa está perdiendo el control, enloqueciendo por completo y se prepara un golpe de estado, una revolución.

El francés dejó unos segundos para que las palabras calaran en su interlocutor y contempló como dos jóvenes latinos se besaban con pasión al son de Celia Cruz. Laurent Malalt saboreó aquel instante de pasión ajeno, recordando la sensación de estar vivo, la lujuria, el afecto y otros sentimientos que habían quedado sepultados por la inmensa sed que vaciaría océanos.

-Esta todo relacionado con tres artefactos, portales al más allá que afecta a la Estirpe. Dos de ellos ya han sido destruidos y quien tenga el tercero, no sólo tendrá poder sobre quién gobierna Copenhage, sino sobre el pasado y el futuro de esta ciudad. Los patricios y los brujos van tras el tercero, ahora en manos de una corporación.

Respiró hondo, un gesto totalmente innecesario que no hacía sino aumentar la teatralidad del momento y prolongar la tensión narrativa. El antiguo marchante de arte se quedó por un segundo cautivado por la sonrisa de la dama en la pantalla.

-Si tú me dices dónde encontrar a Kat, yo te cuento qué es ese artefacto, donde está, quién lo tiene y quién lo quiere.

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Re: Laurent Malalt

#50

Mensaje por Voivoda » 07 Dic 2021, 19:04

Isak entrecierra ligeramente los ojos. Es un gesto innato, instintivo, que apenas dura unas décimas de segundo, pero que te demuestra que has captado su interés. Debajo de esa apariencia de estudiante de colegio privado inglés se esconde al final un no-muerto ambicioso y ávido de acceder a detalles que otros desconocen. No puedes culparlo, al fin y al cabo ese aspecto interior subyace en lo más profundo de todos los que habéis traspasado el velo de la muerte por mucho que lo intentéis maquillar con simulacros de emociones humanas.

El Setita coge su teléfono y teclea con rapidez. Instantes después, vibra tu propio terminal.

- Memoriza lo que te he mandado -susurra mientras coge su Bloody Mary del que evidentemente no puede disfrutar.

Algo extrañado observas que te ha llegado un mensaje de esos que sólo se puede visualizar una vez. Compruebas que es una dirección geográfica situada en el extremo norte de la zona de islas sobre las que se asienta Christiania, ya fuera de la Ciudad Libre, en la zona de muelles de Holmen. "Batteriet Sixtus" es el lugar concreto que indica la dirección de Google Maps.

A los pocos segundos el mensaje se desvanece. Casi en el mismo momento notas la presencia de dos personas justo detrás de ti. Guardas el teléfono y miras para comprobar que se trata de la pareja que viste haciéndose arrumacos en la barra. Él es un tipo de casi metro noventa, de complexión delgada y pelo rubio y despeinado. Ella tiene la cara redonda y complexión más atlética. Ambos tienen gesto serio y enseñan sendas placas que los identifican como agentes de las fuerzas de seguridad danesas. El hombre lleva la voz cantante con una voz ronca.

- Si es tan amable de acompañarnos, caballero.

Miras a Isak sin comprender y el Setita se encoge de hombros con su vaso en la mano.

- No es nada personal. Sólo negocios, Laurent.
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