Prólogo (Alexander): Ropa vieja

[Voivoda]

"Muere una mujer en los disturbios en el puerto", "JH reivindica el ataque al petrolero noruego", "La policía asesina a una mujer en el puerto de Copenhague y no proporciona los datos del agente que realizó el disparo", "Grupos de anarquistas y ecologistas radicales vuelven a sembrar el caos en el puerto de Copenhague"...

https://www.youtube.com/watch?v=SVAzB8Uj0KM

Cierras una a una todas las pestañas mientras te sumerges en los agradables acordes que parecen traer las cálidas costas griegas a tu propia ventana. Al mirar a través de ella te da una sensación que va de la nostalgia a la pesadumbre. La lluvia poco a poco comienza a crear una película de agua en el cristal y el aire hace moverse a los árboles de la hermosa, pero fría, isla en la que se encuentra la Capilla. Nada más alejado ahora mismo de lo que debe ser una agradable noche veraniega en Mykonos.

Después de que explotara la bomba en un petrolero noruego que atravesaba el Estrecho de Oresund y de que el gobierno danés haya aceptado la colaboración con la extrema derecha, las protestas se han sucedido en la ciudad en las últimas noches. Protestas que han derivado en altercados habituales en el puerto e incluso en la muerte de una manifestante supuestamente por los disparos de la Policía. Tu padre está pasando una mala época, mayor ya para dejar a un lado el lógico temor a sufrir algún tipo de daño por el revuelo que cada dos por tres se monta en el puerto. Te sientes preocupado por él, aunque también sientes una simpatía creciente por los manifestantes y por ese grupo, JH (iniciales de "Jordens hævn", "Venganza de la Tierra"), que para unos es una organización terrorista y para otros una asociación de revolucionarios verdaderamente concienciados por el daño causado por el acelerado climático.

Unos golpes suaves en la puerta confirman la instintiva intuición que has tenido segundos antes de que Lars vendría a visitarte. Dabas por hecho que esta noche estaría en el Elíseo, tú mismo te habías planteado darte una vuelta, pero al final él parece haber regresado pronto y tú te has dejado llevar en cierto modo por la pereza.

- Adelante -dices sin necesidad de levantar la voz.

Lars Sigurdsson entra en la estancia y bajas ligeramente la música. El viejo profesor se ha quedado congelado de por vida (o más bien "de por muerte") en su aspecto de docente de otro tiempo, quizá con el rostro más ceniciento. Transmite una calidez y cierta bondad poco comunes entre la Estirpe vampírica, si bien no es precisamente una persona con facilidad de mostrar sus emociones. Se mueve con cierta torpeza, como si no acabara de acostumbrarse a su altura, por encima de la media, y como si temiera que en cualquier momento pudiera romper algo. Se sienta en el sofá de reminiscencias otomanas que tienes en tu habitación privada y, después de mirar durante algunos segundos también más allá de la lluvia que golpea rítmicamente el cristal, te mira de nuevo.

- ¿Has estudiado alguna vez algo sobre vestimentas tradicionales a lo largo de la Historia? - formula su pregunta con cierta timidez, pero sin atisbo de que en ella haya ningún tipo de trampa o intención oculta.

[PeteryPan]

La habitación está iluminada únicamente por la luz blanco-azulada de la pantalla del ordenador, que parpadea cuando los colores que en ella surgen cambian a golpe de clic. De la ventana entraría quizás algo de iluminación si no hubiera empezado a llover, hecho que oculta la luna, las estrellas y cualquier farola mínimamente cercana. El agua en la lejanía se revuelve, aumentando el sonido del oleaje que llega hasta el estudio. Había abierto ligeramente la parte superior de la ventana para escucharlo mejor, aún a riesgo de que parte de la lluvia refrescase el interior; no le importa, la atmósfera es perfecta. La música fluye con energía rítmica, bailando con la climatología del exterior, y en su nariz el salitre se mezcla con el olor a madera de la multitud de piezas anacrónicas y de inspiración mediterráneo-oriental que decoran la habitación. Últimamente, piensa, disfruta más de las sensaciones físicas, abandonando el reino de lo mental para recrearse en aquella información que su cuerpo le transmitía. Viejos y antiguos griegos… ellos sí sabían, reflexiona.

Dioniso, ven a mí tu éxtasis. Las palabras surgen de su boca como en un cántico susurrado, casi inconsciente, mientras observa las noticias y artículos sobre los atentados y el mal llamado eco-terrorismo. Su dedo índice acaricia ausente sus labios mientras el pulgar y el resto de los dedos aguantan la barbilla. En sus retinas se refleja el brillo tecnológico del caos del mundo. Ver y leer sobre aquello le provoca cada vez más rabia e impotencia, sentimientos que cada vez sabe gestionar con menos éxito. Desde que había conseguido adentrarse en el antiguo y místico conocimiento de la Senda Verde, su perspectiva sobre el reino vegetal había dado un vuelco de 180 grados y comenzaba a sentir una ira intensa en lo más profundo de su mente. Jordens Hævn es un nombre que cada vez más frecuentemente aparecía en sus pensamientos y había hecho algunas indagaciones amistosas, curioso y simpatizante con aquellos rebeldes. Pero todo en conjunto era muy peligroso y Alexander tiene su cabeza ocupada en su padre, que lo intranquiliza y lo mantiene distraído desde hace varios meses. Le había pedido que se trasladase de lugar, abandonando el puerto, pese a saber de antemano cual sería la respuesta e incluso le había insinuado contratarle un vigilante durante las peores horas del día y de la noche. Un momento antes había acabado de hablar con él por teléfono, repitiendo la misma discusión sin fin ni solución que casi cada día tenían.

Cierra la navegación y opta por apagar el ordenador mientras se masajea las sienes, agobiado de las problemáticas que lo rodean; aún tiene que investigar un poco más sobre los rituales mesopotámicos de sacrificio y prostitución. Consigue relajarse ligeramente con la música y la lluvia hasta que unos golpes en la puerta lo hacen enderezarse. Lo esperaba, con esa sensación tenue e insegura de las intuiciones. Su sire entra con su habitual actitud contenida y Alexander no reprime una sonrisa cariñosa. Pese a que las emociones eran un peligro, el cainita es consciente del respeto y la confianza que profesa por Lars, considerándolo con ciertos límites su amigo. Gira la silla para encararse hacia el sofá, abriendo las piernas y apoyando los codos en las rodillas, con las manos cruzadas en la barbilla, atento a lo que quiere decirle. Escucha la pregunta, seria y sincera, y deja pasar unos segundos antes de contestar, sin poder evitar cierto estupor en su expresión. Este tipo de temas escapan al ámbito habitual de Lars.

-Pensándolo rápidamente la respuesta es no. Lo poco que puedo conocer es aquella vestimenta ritual relacionada con mis investigaciones, aunque implica una fracción reducida y escasa de todo lo que el tema puede dar de sí. ¿Por qué? ¿Buscas una vestimenta en particular o de algún proceso histórico concreto?

Si algo define a Alexander es curioso y sabe que una pregunta como esa podía suponer la superficie de una investigación mucho más profunda, más todavía si provenía de un hombre como Lars.

[Voivoda]

Lars saca su teléfono móvil del bolsillo de su chaqueta. Cada vez que sucedía esto te causaba una cierta diversión, ya que a pesar de su condición de no-muerto (o precisamente por su condición de no-muerto) parece que se hubiera quedado congelado en un estado perenne de infancia tecnológica. Es como un padre de otra época que se hubiera quedado en el tiempo de los móviles prepago. Aún así, tu Sire es voluntarioso y amante de los retos, por lo que poco a poco ha ido logrando adaptarse a las necesidades de los nuevos tiempos. Aunque eso no implicara que tuviera un móvil de última generación, precisamente. Tras tocar la pantalla durante unos segundos señala a la de tu ordenador.

- Sí, te lo he mandado al correo, míralo.

Te giras de nuevo disfrutando como en un segundo plano del olor de la lluvia y del agradable sonido del agua, que cae ahora como una fina cortina y no como un aguacero torrencial. Hace fresco, pero agradeces que tu naturaleza sienta las variaciones climáticas de un modo atenuado, de manera que puedes disfrutar de sus variaciones sin sufrir los excesos del calor o del frío como un humano corriente.

Abres el adjunto del correo que te ha remitido tu Sire y te encuentras con una fotografía en primer plano del cuerpo inerte de un niño de unos ocho años tendido en el asfalto. La fotografía está tomada con la suficiente cercanía como para que se revuelvan un poco las tripas. El muchacho está ceniciento, con los ojos aún entreabiertos y las articulaciones de brazos y piernas en una posición tan antinatural que parece más un muñeco que una persona. En los bordes de la fotografía llegan a distinguirse las cintas amarillas con las que la policía separa los escenarios de los crímenes.

Notas que tu Sire se ha puesto de pie y está detrás de ti, mirando a su vez la pantalla. Al momento dejas de fijarte en el muerto para mirar con más atención su ropa...

Nota del Narrador: Necesito que hagas una tirada de Inteligencia + Academicismo (el código sería 8d10>=7-P) antes de continuar

[PeteryPan]

No se acostumbraba a la anacronía tecnológica de Lars, aunque no lo molestaba. Al contrario, acentuaba el cariño que sentía por él; todo dependía del día, pues algunas veces lo sacaba de sus casillas. Pero en este preciso momento lo divierte y todo en conjunto, la situación, la atmósfera y la solicitud de información, hinchan su humor hasta rozar la euforia. Contenida, eso sí; sólo el aleteo de sus fosas nasales deja entrever su estado.

Se gira y vuelve a encender el ordenador, que precavidamente y para fortuna de su paciencia está sólo en modo hibernación. Abre con ansiedad contenida el adjunto y observa lo que la pantalla muestra. Durante los primeros instantes su gesto se tuerce y su espalda, como un muelle, retrocede. Quizás Lars, que había vivido la guerra, está más acostumbrado a este tipo de imágenes, pero él, incluso alimentándose de otros seres humanos, seguía teniendo reacciones de desagrado ante situaciones tan macabras como aquella. No dejaba de ser un niño… A punto está de preguntar qué le ha pasado, pero no quiere ceder a sus impulsos más humanos y se centra en lo que indirectamente Lars le ha pedido.

“Esa ropa…” murmura entre dientes mientras su mente busca información.

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[Voivoda]

Lars te observa de reojo mientras tratas de rebuscar en tus conocimientos. A pesar de que podrías reconocer con cierta facilidad las tradicionales vestimentas de tu admirada Grecia y de otras zonas del Mediterráneo Oriental, la capa basta y de aspecto áspero que tiene el cadáver no tiene nada que ver con ese tipo de ropa.

Finalmente viene a tu mente una palabra.

- Un sayal.

La dices en voz alta para terminar de confirmar tu apreciación. El sayal es la prenda muy basta de lana que se asocia siempre a las clases populares de distintas épocas de la Historia. Es común ver series y películas históricas en donde al común de los actores se les viste con este tipo de capas para escenificar que son parte de la plebe.

Lars asiente en silencio.

- ¿Podemos ver en estos chismes -dice señalando al ordenador- si se venden actualmente este tipo de túnicas?

Antes de contestar piensas en tus hermanos de Coterie. Esta noche estás tú solo en la Capilla, ya que parece que cada uno ha decidido tomarse una especie de noche libre de obligaciones al comprobar que ninguno de los mayores estaba en casa al caer el sol. Piensas que ellos podrían responder mejor a esa pregunta que tú, alguno es especialmente hábil con la tecnología, pero por desgracia eres el único que está aparentemente disponible...

[PeteryPan]

Toca con el dedo la pantalla mientras formula la respuesta, como materializando la idea al compás del “tac, tac” del golpeteo. ¿Quién hoy día utiliza estas prendas? ¿Y quién en su sano juicio le pone semejante prenda a un niño que, por causas que desconocía pero que intuía macabras, acaba muerto?

A la pregunta de su sire responde con el despliegue de ventanas y el tecleo rápido y conciso sobre el navegador, buscando en puntos de venta generales de amplio alcance y en comercios más concretos.

- ¿Quiere buscar en un lugar en concreto o en relación con algún sitio en particular? Internet, como ya sabe, es inmenso…

En su mente una turbia intuición comenzaba a ponerlo en alerta.

[Voivoda]

Perdona, se me fue la olla y no vi que había respuesta desde el martes. Hazme una tirada de Percepción + Investigación (6d10>=6-P)

[PeteryPan]

Los ojos de Alexander buscaban entrenados, acompañados de unos dedos acostumbrados a teclear.

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PD: No te preocupes, en parte es un alivio porque he estado muy off del foro esta semana y era yo el que estaba preocupado.

[Voivoda]

Lars enarca las cejas y se encoge de hombros por toda respuesta, con una media sonrisa en sus labios que se te hace contagiosa. Un hombre de su talla intelectual, especialista en estudios de astrofísica y matemáticas, ve en Internet un invento que escapa a su interés. Es probable que pueda comprender de modo instantáneo el propio funcionamiento de la Red en sí misma, su arquitectura, incluso en cierto modo su esencia. Y, sin embargo, el mero hecho de trastear por la Red le provoca una mezcla de desconocimiento y pereza.

Das un rápido vistazo a las principales páginas de compraventa de artículos. Los grandes monstruos empresariales del comercio global libran una guerra digital en la que sobre todo los gigantes norteamericanos y chinos tratan de conseguir el trozo más grande de la tarta. Llegas a la conclusión en ese primer vistazo de que no se venden túnicas como la que has visto en la fotografía que te ha enseñado Lars. Como mucho, encuentras sucedáneos en las secciones específicas dedicadas sobre todo a los disfraces o a la recreación histórica. Pero realmente, ese modelo exacto no lo encuentras en esta primera búsqueda de usuario estándar tanto por CyberScan como por las redes generales de búsqueda digital.

- Un poco raro, ¿no crees? -te pregunta Lars con un tono que demuestra un interés que va más allá de la búsqueda en la Red- ¿De dónde crees que puede haber salido?.

Las insistentes preguntas de Lars son una parte inherente de su personalidad. Es difícil, por no decir imposible, llegar a deducir si pregunta porque realmente no sabe las respuestas o si trata de inducir en su interlocutor un determinado camino de pensamiento. Esa sensación, entre retadora y un tanto molesta, crece de nuevo en tu interior al mismo tiempo que el recordar la imagen del niño muerto y medio descoyuntado vuelve a provocarte una desagradable sequedad en la boca.

[PeteryPan]

Ya había entrado en el juego detectivesco que tan bien sabia jugar su sire. Esa mezcla de despiste, intelectualidad e ignorancia tecnológica (supuesta ignorancia tecnológica) tenía los ingredientes perfectos y en justa medida para que te manipulara sin ni siquiera darte cuenta, hasta que había crecido en ti el mismo gusano curioso que en él. A todo esto, Alexander no soporta investigar algo y que la Red, tanto mortal como vampírica, le devuelva un no como respuesta: el reto había comenzado. El joven Tremere mira concentrado la pantalla mientras escucha las preguntas de su sire.

- Está claro que no iban a comprarlo en la primera web que saliera... El material y el diseño son de una calidad superior a la encontrada en las típicas grandes superficies online. Recemos porque haya estado comprado por internet... ¿Algún dato que sepamos? ¿Cuándo ocurrió este... suceso?

Alexander no pudo evitar el insconsciente gesto de tragar saliva, pues aún tiene grabado en la retina la imagen dantesca de ese niño asesinado.