Tercera noche (Centro de Supercomputación de Barcelona, Sala del Mare Nostrum, 2:43)

#1

Tercera noche (Centro de Supercomputación de Barcelona, Sala del Mare Nostrum, 2:43)

Fuera del cubo de refrigeración:

Bruno, escuchas un estallido sordo a tu espalda y antes de que tu mente comprenda que Jean Luc ha disparado su arma, sientes la sangre de tu adversario salpicar tu propio rostro. Sin embargo no puedes dejar de admirar como el gigante rubio, ahora con una mancha roja en lugar de ojo izquierdo, no varía ni un ápice su maniobra de ataque, fintando a izquierda y saltando sobre tí en el último momento para describir un tajo descendente que esquivas por los pelos; detienes la segunda espada sólo por instinto, y necesitas las garras de ambas manos para contrarrestar su impulso. Es tan rápido como la motorista con la que acabaste hace dos noches, y más fuerte que ella... Y huele delicioso.

Jean Luc, por un momento crees que has fallado el disparo, y sólo cuando el enorme recién llegado retira su melena rubia con un golpe de cabeza, ves el enorme boquete sanguinolento en la parte izquierda de su cara. Estas a poco más de 5 metros de la pareja de vástagos, que han retomado sus posturas corporales ofensivas y parecen a punto de lanzarse de nuevo el uno sobre el otro. La imagen es tan bella como aterradora. Probablemente para alivio tuyo, el recién llegado parece ignorarte por completo.

Eneko, a tu alrededor se suceden los acontecimientos con vertiginosa velocidad. Bruno ya está enzarzado en un cuerpo a cuerpo con ese enorme vástago que ha irrumpido por la puerta principal de la estancia. La mujer rubia ha aparecido de la nada, rompiendo el techo de cristal del cubo de refrigeración y aterrizando al lado de la Toreador con quirúrgica precisión. Observas el respingo de Val y lees en sus labios las maldiciones encadenadas que por el efecto de insonorización de la pared de cristal no puedes, sin embargo, escuchar: ambas están apenas a tres metros de ti, pero os separa la pared del cubo. Sientes como Él se remueve y se regodea por la sangre que va a ser derramada...

Dentro del cubo de refrigeración:

Val, mierda, mierda, mierda ¡estaba funcionando, sólo necesitabas un minuto más, puede que dos teniendo en cuenta las comprobaciones finales! ¿Te ha dado tiempo de acabar esa última línea de código? Joder, ¿estos son los mierdas amigos de Serault? ¿Por qué los malos siempre aparecen en el peor momento posible? Como la tipa esta sea tan dura como el compañero que se está partiendo la cara con Masseratti, vas a tenerlo difícil... ¡Pero te faltaba tan poco! ¡Un minutito más en la consola y estaría listo, estás segura! ¿Y qué carajo hace ahora mirando lo que estabas escribiendo? ¡Mierda, aquí viene la tipa!

Off:

► Mostrar Spoiler

#2

Val apuró los microsegundos anteriores al salto de la vikinga para transformar algún dato más y esquivó la patada vociferando mentalmente "me cago en Odín y en toda su corte de putas valkirias"junto con otra ristra de improperios.

Jadlow · #3

"La concha de la lora, el puto y fortachón de su hermano.." Pensó Bruno mientras su cuerpo recordaba con pesar las heridas producidas por la motorista hace unas noches. "Esto se debe terminar mucho más rápido que la noche anterior de otra manera estaré muerto y conmigo la puta Barcelona.."

Bruno silvó con fuerza con todo el aire que pudo juntar de sus pulmones, necesitaba a su compañero para está batalla y esperaba que llegará pronto o sino solo se encontraría con el cadáver de su amigo. Sintío como las pocas fuerzas que le quedaban inundaban sus músculos para darle la potencia que necesitaba para conseguir lo que iba a hacer. Con las garras ataque la garganta del gran sujeto en el último esfuerzo por sobrevivir, si no conseguía este golpe su no-vida acabaría está noche.

Acciones:

► Mostrar Spoiler

Oniric404 · #4

Párpados abiertos de par en par, la boca abierta, la cara de Eneko es un poema ante la sobrecarga tanto perceptiva como cognitiva que le bombardea.

O lo sería, si alguien pudiera verle.

En medio de la tempestad de acontecimientos, me recompongo fijando mi vista en Val y corriendo hacia la puerta giratoria del cubo, mandando al infierno si la pareja de suecos o Él pueden verme. Empujo con toda la fuerza que puedo, intentando forzar el mecanismo para hacer mi entrada más rápida, con la intención de entretener a su atacante. Voy a hacerlo. SÉ que puedo hacerlo y no morir en el intento.

Off:

► Mostrar Spoiler

#5

Jean-Luc pone una segura distancia entre él y la mole vikinga, mientras se refugia detrás de una columna toma posición y se concentra para efectuar un disparo de emergencia con el fin de ofrecer una oportunidad a alguno de sus compañeros.

#6

Para sorpresa de Val, la vikinga desvía su atención hacia Matterazi, que sigue enzarzado en aquella lucha con la otra mole nórdica. La matona rubia empieza a disparar creando una cortina de balas. Su pensamiento se divide: ¿Materazzi o la ciudad de Barcelona? ¡JODER!, ¿POR QUÉ MIERDA ME TOCA A MÍ LA ELECCIÓN DEL HÉROE? ¡NO soy una puta heroína!Al tercer segundo de su divagación encontró respuesta a aquella bifurcación moral. ¡Barcelona es más grande que nosotros!e inmediatamente se lanzó al teclado de nuevo. Tres minutos de sudor frío que le parecieron eternos para instalar un virus que terminaría de alterar los datos cuando intentasen extraerlos.

Sin duda alguna, al término del trabajo sintió un orgasmo mental, después del esfuerzo con el estrés añadido con la tipa al lado disparando, por fin lo había conseguido. Y a ver quién tiene huevos a deshacer mi gran obra, pensó finalmente cuando su atención se fijó de nuevo en la tipa, que aún seguía sin mirarla.

#7

Los acontecimientos se suceden en paralelo y a velocidad de vértigo. La mujer que acaba de caer a plomo al lado de Val toma impulso y con una velocidad sobrehumana se ayuda de los armarios de ordenadores que forman los pasillos para lanzar una patada al plexo solar de la Toreador, que sin embargo le responde con la misma agilidad esquivando con un salto el ataque mientras maldice con no menor rapidez. Ambas se evalúan, mirándose fijamente a los ojos por una fracción de segundo, antes de continuar su particular duelo

Mientras, Bruno ha ganado la iniciativa por un suspiro y aunque su adversario no es lento, salta más que él y con ambas garras se lanza a su cuello dispuesto a aprovechar la iniciativa, al menos mientras la conserve. El hombre rubio le recibe con un rugido desafiante, elevando una de las hojas curvas para parar el golpe mientras con la otra empieza a trazar un tajo siniestro hacia el costado desprotegido del grangel. Pero ocurre lo impensable: el impulso del grangel es tan brutal que con un sonoro chasquido la hoja destinada a parar las garras se quiebra, y la escena se tiñe de rojo y de gritos de dolor del enorme hombre rubio, que a duras penas consigue quitarse de encima la bola de furia roja que es ahora Bruno.

Mientras, Eneko, aún ofuscado, corre hacia la puerta, también de cristal, del cubo y lanzándose sobre ella, consigue desencajar la lámina de vidrio del esqueleto de metal, derribándola, y accediendo al cubo de cristal a la vez que se vuelve de nuevo visible para todos. Por su lado, Jean Luc intenta de nuevo obtener un tiro claro sobre el adversario de Bruno, pero se gira hacia la mujer de dentro del cubo a tiempo para ver como saca una enorme pistola y tras gritar una advertencia preocupada (Bror!) una lluvia de balas se precipita primero sobre una de las paredes del cubo, que se hace añicos, y después sobre el espacio que ocupaba el caitiff, que tiene que refugiarse tras una de las columnas laterales de la habitación. Eneko hace lo propio tras una de las columnas negras de servidores informaticos del superordenador. A su vez, quien pudiera dirigir la mirada en esa dirección vería como Val, tras vacilar un segundo mirando hacia Bruno, aprovecha la falta de oposición de su adversaria para precipitarse sobre el teclado de la consola de acceso y teclear comandos con la mayor velocidad que jamás ha utilizado en uno de estos aparatos.

Decir que el adversario de Bruno se mueve con rapidez es quedarse muy corto. En un momento estaba bajo las garras de grangel, debatiéndose para quitárselo de encima, y al segundo después estaba erguido, con la chaqueta parcialmente desgarrada, un trozo de cuello ausente y una sonrisa lateral forzada por la falta de mejilla derecha, saltando desde la izquierda hacia Bruno con una única espada en su mano derecha y la rabia brillando en sus ojos (Dette er for min søster!). Una tan profunda como dolorosa línea roja cruza ahora la espalda de Bruno, pero ni siquiera habéis visto el movimiento de la espada

Off:

► Mostrar Spoiler

#8

Off:

► Mostrar Spoiler

#9

La mujer rubia con la trencita vacía el cargador, con un gesto mitad rabioso mitad preocupado, contra la zona en la que se encontraba Jean Luc segundos antes, mientras su atención se divide entre su camarada herido, la actividad de Val en el teclado y el recién desaparecido caitiff ¿demasiados frentes?.Jean Luc, sin embargo, avanza ofuscado hacia una segunda columna, tras la que se cubre de nuevo mientras apunta cuidadosamente a su nuevo objetivo. Eneko, tú sigues parapetado tras unos de esos enormes armarios negros llenos de luces verdes y rojas tintineantes, oculto a la vista de la tiradora. Frente a ti, Brunose agarra con dolor la herida de la espalda mientras que el enorme hombre sin medio cuello escupe un esputo rojo sobre el suelo, se limpia la sangre sobre el ojo al que Jean Luc le disparó antes, y le señala con la espada, pronunciando una advertencia a duras penas vocalizada por la ausencia parcial de aparato fonador. Sin embargo, creeis distinguir dos palabra en un precario castellano: rendir y honor.

Y Val, mientras tú estás a kilómetros de distancia: lo que has creado, ese pequeño programita randomizador de datos, apenas un puñado de líneas de códigos, oculto tan hábilmente en el directorio raíz de emergencia, es algo tan bello en su diminuta y exacta sencillez, y sin embargo tan perfecto; la sintaxis de programación que has usado, la concatenación de trucos de programador, el ensamblaje tan ocurrente... Has creado una pequeña obra de arte en apenas 30 segundos, ¿qué importa lo que sucede a tu alrededor?

Al fondo, escucháis unos ladridos acercándose de quien sin ningún lugar a dudas es Floki.

off:

► Mostrar Spoiler

Jadlow · #10

"Bien, mi única oportunidad desperdiciada. El golpe que debió decapitar a mi enemigo no lo hizo y ahora simplemente estoy muerto. Buena Suerte." El tajo producido por la espada en mi espalda duele demasiado, la potencia que tiene el bruto que tengo adelante es impresionante pero no me voy a dejar apabullar. Esto no se terminó aquí. Debo sanarlo y esperar a encontrar otro hueco para finalizar mi trabajo.

Siento como mis colmillos comienzan a emerger de mis encías, lo que se puede apreciar a simple vista al mirarme y mis ojos se inyectan en sangre por la rabia que siento en estos momentos, mis manos estaban totalmente tensas y rígidas esperando la siguiente arremetida de la colosal masa de carne que se ergía frente a mi. "Alguien que quiere vengar a un ser querido no se va a detener por nada, es lo que yo haría si matarán a Ricardo. Que tenga la valentía de venir a buscar a su presa por lo menos."

"¿Rendir? ¿Honor?" Las palabras me suenan a una blasfemia.

-No hay honor en rendirse.- Le digo al extranjero mientras muestro mis colmillos y me preparó para los sucesivos golpes que estoy seguro que vienen.

(Acciones: Gastó dos puntos de sangre en sanarme. Esquivaré todo este turno.)