BDE (Prólogo común gangrel) Torneos clandestinos y reencuentros familiares

Moderador: Sebastian_Leroux

Jadlow
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#11

Mensaje por Jadlow » 08 Oct 2017, 23:10

Bruno observó su audiencia con la sapiencia de que lo más importante esta noche no era otra cosa de que recordarán dos cosas, la primera era de que no sobreviviríamos solos y la segunda era que recordarán al menos de oídas de las capacidades que podían llegar a tener nuestros enemigos, que si no los habías enfrentado en combate directo no las conocerías nunca.

Procuró recordar las sensaciones que había tenido esa noche mientras cerró los ojos para inspirar un poco del aire de Barcelona, el aroma a sal que provenía del mar no era para nada parecido con la sensación de libertad que producía la fragancia nocturna de la selva junto con todos los sonidos y habitantes que en ella había.

-Caminamos varios días por la selva... Yo cargaba mi Mag en la espalda... Moverse por la inaccesible y sobrepoblada vegetación de la selva con una cosa de casi quince kilos no era cosa fácil.. Pero la sensación de libertad que transmitía el roce de las platas, el fresco y húmedo aire con las fragancias de las plantas, los sonidos de los animales como los monos que aullaban o algunas aves que despertábamos en el camino, te hacen realmente sentirse pleno...- Bruno se paro rápidamente, pero no todo era bueno. -Las leyendas habitan el norte Argentino y hay muchas historias sobre el Lobizon o el Ucumar, historias que se cuentan en los poblados que te hacen pensar una y mil veces meterte en el monte porque sabes más o menos a que se refieren esas historias.. Y tengo huevos pero hay cosas que es mejor no encontrarse en esta vida... Jeje- Bromeo intentando levantar el ánimo de la reunión.

-Pero vamos a lo importante... Bernd se adelantó para hacer tareas de reconocimientos, nos quedaba un día para llegar a destino y estábamos con los pelos de punta por ser descubiertos en este lugar. No tendríamos apoyo y seríamos nosotros cuatro contra el mundo, por lo que era imprescindible que el terreno por el que vayamos fuese seguro.

-Nos preocupamos cuando nuestro compañero no volvía al cabo de un rato, sobretodo cuando escuchamos sonidos extraños y un aullido. El de nuestro compañero.- Hizo silencio por unos segundos antes de proseguir. -Miles de pensamientos asolaron mi mente en ese instante, pero particularmente uno fue el más marcado. Salvar a mi camarada. Empecé a correr como loco por la selva en dirección del sonido, no me importaba nada en ese momento y me siguieron tanto Rodrigo como Kúyen, de hecho no se imaginan como se movía la niña... Parecía una saeta que no había forma de detenerla..

-Cuando llegamos nuestro compañero estaba apoyado contra un árbol, herido... Miramos hacía todos lados, Ricardo se aseguro de que no hubiese nadie en los alrededores, pero descubrimos con quien había luchado. Un montón de cenizas que se estaban esparciendo por el fuerte viento de esa noche, nos acercamos y nos comentó que había sido cazado por un vigilante cuando volvía del reconocimiento. Que sobrevivió por los pelos. Se notaba varias heridas de garras en su cuerpo, supusimos que era una de esas escorias que prefirieron el Sabbat y sus cosas raras..- Bruno había escuchado algunas de esas cosas raras, pero no quería sus palabras supusieran una tentación para sus compañeros por lo que ni siquiera las mencionó -Nos preocupamos. Estó debía terminar esta noche. Pero lo bueno era de que había descubierto dos cosas, la primera era la posición de nuestro objetivo y la segunda pero más importante era el lugar donde estaban preparando el asedio.

-Pero eramos tres combatientes y un guía ahora, tendríamos que bastar..- El argentino comenzó a caminar inquieto mientras hablaba, recordaba esa noche como si no hubiese pasado un día y eso lo alteraba. -Comenzamos a movernos rápido, con cuidado de no hacer demasiado ruido para no ser detectados, pero por senderos que nos hacían movernos al doble de la velocidad que teníamos mientras íbamos por el medio de la selva. Si había sido alertado el obispo no había tiempo que perder.

-No faltaba mucho para el amanecer cuando llegamos a una construcción de concreto, un complejo grande en medio de la selva. La clara noche que habíamos tenido hasta ahora parecía haberse oscurecido de repente, las sombras de los árboles eran más oscuras pero la luna menguante seguía brillando e iluminando. Había guardias. Pero no parecían esperar un ataque. Nos relajamos un poco ante ese hecho. Nos costó mucho colarnos en el complejo sin ser detectados pero lo hicimos con relativa solvencia acabando con algunos guardias de manera silenciosa.

-Adentró vimos varias celdas, maldije para mis adentros. Eran unos putos campos de concentración. El olor a sangre, mierda y orina del lugar revolvía la bestia en mi interior.- Detestaba como el pueblo era cautivo del enfrentamiento entre las facciones. -Cada vez el peligro aumentaba más y costaba mantener las emociones a raya. Pero cuando conseguimos llegar a nuestro objetivo estaba frente a una... K'oa... Es una especie de mesa ritual para hacer rituales a la Pachamama, durante el carnaval.. Nos daba la espalda... Todos estábamos listos para cumplir con nuestro objetivo.


Sebastian_Leroux
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#12

Mensaje por Sebastian_Leroux » 09 Oct 2017, 01:57

A medida que la narración de Bruno progresa, un ambiente raro y denso va rodeando al variopinto grupo de espectadores. El suave oleaje rompiendo contra los refuerzos de piedra de los muelles parece transformarse poco a poco en una cacofinía malsana de sonidos de animales exóticos para esta latitud, con plumajes extravagantes y pelajes llamativos... rugidos, gritos, llamadas de apareamiento o de defensa del territorio, hasta gemidos humanos parecen componer esa melodía retorcida. Las filas de contenedores, en sus zonas menos iluminadas, parecen tornarse en muros de vegetación, plantas hipertrofiadas que esconden peligros innombrables. El propio olor del salitre marino y la grasa de maquinaria pesada parece evocar una humedad tropical y pegajosa que no deja respirar, incluso al que no lo necesita.
Los gangrels jóvenes son los que siguen más atentos la narración. A Emilio, que estuvo en letargo durante semanas por un ataque sabbat, es al que antes se le descompone la cara, y los que le conoceis mejor sabeis que mete las manos en los bolsillos para que eviteis ver como le tiemblan, tal vez de miedo, tal vez de rabia. Lluisa y su compañero mantienen más la calma, pero ambos dejan de pretender que el relato del argentino no les está interesando, y no despegan su mirada de él. Zuriñe ha empezado a canturrear algo en voz muy muy baja, y aunque mira hacia la luna, balanceando sus piernas en el borde de cuadrilátero con despreocupación, su actitud no es del todo irrespetuosa, no sabríais decir muy bien porqué. Rodrigo también se ha dado la vuelta, y mira hacia el mar y las luces de los cargueros; escucha en silencio. Además de Miriam, Ariadne es tal vez la que sostiene una actitud más cínica. Y sin embargo le ha pasado la mano por la espalda a su chiquilla, cogiéndola de la cintura, en un gesto que tiene significado sólo para ellas.
Ana y Akula se observan en la distancia, cada uno abrigado por una sombra diferente, y con sus rostros iluminados por rayos de luna gemelos, pero con sus oidos atentos a lo que se está relatando. De vez en cuando, realizaban comentarios en voz baja, no se sabe muy bien si para si mismos, o para su propia parroquia. "Gouhls de guerra, los demonios retuercen la carne y los huesos de sus criados hasta cincelar su cuerpo en pesadillas de garras y pinchos". O "Bolsas de zumo; esos malnacidos raptan a mortales y después los apilan a mortales como si fueran productos de un puto supermercado, para poder arrancarles la cabeza y beber directamente de la aorta cuando les apete".

Jadlow
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#13

Mensaje por Jadlow » 09 Oct 2017, 05:00

-Ahí estábamos a punto de lanzarnos a nuestra presa, agazapados, silenciosos y sobre todas las cosas ferales...- Bruno hizo una pausa, le costaba continuar con el relato pues los recuerdos en ese momento ya eran muy vividos. -Kúyen fue la primera en salir disparada hacia el obispo. Esa niña tenía la velocidad del rayo en sus movimientos y era tan sigilosa como una sombra, fue la mejor decisión que había tomado el grupo sin siquiera hablar.

-Pero... Pero Bernd nos traicionó...- Dijo el gangrel con la voz un poco quebrada. -No. Ese no era Bernd maldito engendro del demonio. Alcanzó a Kúyen con una rápidez inusitada, ahora que lo había visto moverse en combate supe que ese no era mi amigo, mi compañero... Y antes de que pudiéramos hacer nada le atravesó con una estaca el corazón, produciendo un grito desgarrador de ella. Rodrigo en un acto instintivo termino la vida del que nos había engañado clavando sus garras en su garganta y en su estomago.

-El objetivo había sido advertido. La pesadilla acababa de comenzar. Se giro con su pálido y antinatural rostro, su mirada carmesí hacia que la bestia rugiera por salir corriendo de allí en ese momento. Intente posicionar la Mag para llenar su cuerpo de balas hasta que no me quedará una en la tira, pero una palabra de él hizo que me paralizará como un niño.- La frustración de recordar ese acontecimiento se notaba en el tonó que estaba usando el extranjero. Mientras buscaba en las sombras algo antinatural, como si en ellas estuviese alguna respuesta. -Cuando Rodrigo se movió con fiereza hacía el obispo tentáculos negros brotaron del suelo apresándolo mientras el intentaba por todos los medios librarse. Se notaba como de alguna forma estuviese cada vez más débil, como si la oscuridad le quitará la energía y le clavó otra estaca a mi sire. Yo presentía el porque lo hacían, iban a cometer el pecado más atroz, lo sabía, podía sentirlo muy dentro mío.

-La risa de ese sujeto cuando me tenía en donde quería genero un desprecio que no se dan una idea, pero por más que intentaba no lograba salir de su hechizo. Me obligo a acercarme al altar, en el había una copa. Y comenzó a hacer unos canticos, mientras colocoba en la copa algunos ingredientes que mezclo con su propia vitae me dijo: "Ahora escaparás del poder de los antigüos, tienes la oportunidad de liberar tu real naturaleza. Chiquillo, este día después de que mates a tu sire formarás parte de la espada de Caín. Ahora. Sacá tus garras y elimina al sujeto que te mantiene dormida tu naturaleza."

-Algo hizo click en mi cabeza. La sola idea de tener que herir a Rodrigo para mi era impensable. No podía hacerlo, nunca lo haría. No podía ser obligado a romper mi juramento de hermanos de armas. Pues eso somos, eso fuimos desde el comienzo. Cuando mis ojos se tornaron rojos pude observar por un momento la duda en nuestro enemigo, sin dudarlo ni un segundo mis músculos se fortalecieron y mis garras se clavaron en el pecho de ese sujeto. Un sonido atronador salió de su boca debido a que yo en un golpe de suerte por el no haber adivinado que la lealtad podía ser un arma tan fuerte le daba la muerte definitiva poco a poco.

-Pero ese último grito trajo el infierno a la tierra para nosotros que estabamos en el peor lugar del planeta. Una serie de rugidos de bestias que nunca había escuchado produjeron que se me helará la sangre, pero no teníamos tiempo... Corrí rápido a sacar la estaca del corazón de Ricardo y de Kúyen para que salgamos de allí. Alce la Mag, la remonte y salí preparado para llenar de plomo a lo que sea que hubiese que rugiera de esa forma.

-Lo que había encerrado en las habitaciones eran cosas.. No se lo que erán.. Pero eran bestiales, cuatro brazos, cinco piernas, criaturas deformes que estaban desesperadas por eliminarnos. Tan desesperadas como nunca había visto a nadie. A sangre, polvora, colmillos, garras y plomo se puede reducir el como salimos vivos. Tuvimos mucha suerte esa noche, casi no la contamos. Cada golpe de esas criaturas si te llegaban a tocar parecía que te iban a partir a la mitad y nunca he tenido que llenar algo con tanto plomo como esa noche para que dejará de moverse.

-El sol había salido cuando quisimos marcharnos. Tuvimos que pasar el día sin saber si amaneceríamos vivos al otro día.

Al fin Bruno había terminado el relato, por fin.. Continuaba un poco más pero esa parte ya no importaba para los que estaban presentes.

-Esa es una de mis experiencias, pero fue la más significativa y de la que podemos extraer más cosas para prepararnos para el futuro. Si quieren seguir escuchándome entonces prosigo con las cosas que corregiría en mi accionar de ese momento si hubiese tenido el suficiente conocimiento..- El argentino sabía que lo que había conseguido no era poca cosa, pero lo había hecho para prepáralos. Para que aprendieran de los errores de él y no tuviesen que arriesgar sus vidas de manera innecesaria. Para cuidar el futuro.

Tirada de Carisma + Empatía:
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#14

Mensaje por IvyReaper » 09 Oct 2017, 14:18

Mi mente despertó del sopor que el orador argentino me había provocado. Parece que ya había acabado su discurso de una maldita vez "Que alguien le traiga un vaso de agua, por dios...". Realmente no habia escuchado nada de lo que había dicho, pues nada más empezar a hablar, desconecté de inmediato. Viendo la situación, miré a Ariadne y después a Zuriñe, esperando una respuesta por su parte. "Vamonos ya de una vez..."

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#15

Mensaje por Casemir » 11 Oct 2017, 11:15

Ariadne también parece estar pendiente de otra cosa, precisamente de Zuriñe.

Una mujer muy alta está hablando con ella. Lleva un abrigo oscuro, pero sobresale por debajo una túnica clara, roída por el borde. Parece ir descalza. A pesar de que lleva el cabello oculto por un pañuelo, y de que no es posible verle el rostro al estar girada hacia Zuriñe, da la sensación de que sería muy reconocible, tanto por su estatura, como por la pose tan erguida que mantiene, exceptuando el momento en el que dedica una lenta reverencia a su interlocutora.

Varios Gangrel se han percatado del encuentro, pero la mayoría está más pendientes de Bruno. Ariadne, sin embargo, no quita ojo. Su expresión indica que está intrigada.


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#16

Mensaje por IvyReaper » 11 Oct 2017, 14:30

Al percatarme de la figura desconocida que ha aparecido de la nada le susurro unas palabras a Ariadne en el oído. (hilo personal)

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Sebastian_Leroux
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#17

Mensaje por Sebastian_Leroux » 13 Oct 2017, 17:57

Mientras Zuriñe intercambia unas palabras con la recién llegada, Akula ha vuelto a dar un par de pasos hacia el centro y a tomar la palabra.
- Mmmm... es muy fácil criticar cuando la sangre no se te agolpa en las sienes mientras ves que tus pesadillas se despliegan delante de tí, neonato. Por eso no quiero que te tomes esto como una crítica, si no como una advertencia para el resto del clan - y aquí el hombretón pareció dirigirse a los miembros más jóvenes - las sombras viajan con la Espada, y de ellas obtienen su poder y a ellas deben su lealtad. Si necesitais alguna prueba adicional de la abyección que combatimos, ahí la teneis. La mayoría de la escoria que viene a parar a nuestros dominios no son si no pajarillos recién salidos del nido. Pero si en algún momento os enfrentais a algún ser capaz de llamar a las sombras a su servicio, de herir con ellas... eso ya son palabras mayores. Acabad primero con él si teneis el respaldo de vuestro compañeros; y hacedlo coordinadamente, avasallando con vuestro número superior, y no como nos ha contado el neonato, atacando de uno en uno; o retiraos si estais en soledad para avisarnos al resto, pues de lo contrario nada bueno sacareis de esa lucha. En cuanto a los impostores... hay vástagos malditos capaz de robar las caras de sus rivales y hacerse con sus identidades. Pero sus máscaras no son como las de las ratas, hechas de humo que engaña a la mente, si no de la carne y hueso de sus enemigos caídos...
- ¿Y como sabemos que ninguno de nosotros es uno de esos impostores? - Lluisa había vuelto a alzar su voz, de nuevo para antogonizar con Akula.
- Por que de haber alguno la Dama Bianca lo sabría. Aquí todos sois los que pareceis, culebrilla, deja de agitarte con miedo. Es ahora el turno de Zuriñe de contar un cuento, ¿si?
Zuriñe parecía haber terminado de saludar a la nueva, que se había apartado y tomó ahora la palabra.
- Hace más tiempo del que puede caber en una sóla cabeza, vivía una muchacha llamada Capena junto con otros muchos en un valle rico y fértil, que les había sido dado para su disfrute. Capena no era la muchacha más lista, ni la más guapa, ni la más rica, ni la más virtuosa de ese valle. Pero sí la más cabezona. Hehehe Como no tenía padre, ni dote que mereciera tal nombre, ni interés en casarse, permanecía sóla en su hogar, ocupada en sus tareas. Una noche vino a visitarla un caballero, oh sí, con un precioso manto blanco bordado con soles, para pedir su mano para su señor. Pero ella le dijo que la estaba usando en ese momento, y que se volviera por donde había venido Hehehe Los vecinos de Capena cuchicheaban a su espalda lo estupida que era la infelice testarda. Unas noches después vino a visitarla un segundo caballero, esta vez con un precioso jubón rojo como el fuego, para pedirle de nuevo la mano para su señor. Y de nuevo ella volvió a decir que no. Hehehe. Los vecinos ya decían que Capena había enloquecido - con el cambio de orador el interés de la audiencia potencial se había intercambiado también; los vels atendían la narración entre aburridos y desconcertados, mientras que el sentimiento general de los nous era de respecto, y algunos, como Lucas, asistía apasionadamente al infantil relato
-
Finalmente acudió el tercer caballero, con una armadura negra como la noche: el señor, alto y orgulloso, se había rebajado él mismo a acudir personalmente para perdirle la mano a Capena. Pero no importó lo mucho que este le suplicó, ella se negó a dársela. Todo el valle escuchó entonces las maldiciones y amenazas del Caballero Negro cuando salió de la cabaña de Capena. Y, a partir de esa noche, todo el valle se agostó. Los cultivos dejaron de dar grano, las vainas estaban vacías de fruto cuando se abrían, se agriaba la leche de los animales y su carne estaba llena de parásitos y enfermaba a los que la consumieran. Los vecinos de Capena acudieron a su cabaña, para suplicarle que accediera a los deseos del Caballero, que sin duda había maldecido el valle, pero ella, de nuevo, se negó. Puviro pupu... Así que los vecinos cogieron sus horcas y sus cayados y sus hondas y mataron a Calpena por traer la desgracia a su valle - Zuriñe no era una gran oradora, pero sí que había un cierto entusiasmo infantil en sus frases que acompañaban la narración, y que poco a poco se iba apagando a medida que esta alcanzaba su conclusión - O eso creyeron, porque en realidad el espíritu de la muchacha sobrevivió, y fue recogido por su madre, Feronia. El valle nunca recobró su fertilidad, pues era Calpena la que con su presencia hacía crecer altas las espigas y sanos a los animales, y fue por su voluntad que la fertilidad se había detenido para frenar la ambición de su pretendiente. Pero sin su protección, el valle cayó pronto bajo el dominio del caballero negro, que lo conquistó, aun yermo, poco después de que la terca Calpena lo abandonara. Fini. Hehehe.

Fue Ana la primer en romper el silencio tras el fin del relato de Zuriñe, que se quedó pensativa, mirando a la luna que asomaba entre las gigantescas grúas de metal del puerto.
-¿Y qué se supone que significa tu cuento, Zuriñe? ¿Que hemos de tener cuidado con multitudes armadas con horcas?
- O que la mera obstinación es peligrosa para los que te rodean. Y para ti, si no eres la hija de una diosa, rapaza. Hehehe. ¿Y bien, alguien más se sabe algún otro cuento?

Jadlow
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#18

Mensaje por Jadlow » 14 Oct 2017, 00:56

Bruno lejos de molestarse por el comentario de Akula sonrío, agradecido puesto que a pesar de no darse cuenta había hecho exactamente lo que el neonato, como el lo llamaba deseaba. Se había involucrado de manera productiva compartiendo su experiencia que debía ser basta como la de Rodrigo pero seguramente no hablaría mucho más de lo que ya había hecho.

-Muchas gracias Akula. Exactamente ese fue uno de los errores que cometimos esos días. Pero hay otras cosas que pueden ser remarcables.- El Argentino estaba sereno y sus palabras no tenían necesidad de provocar. -Para influenciar nuestra mente es necesario que podamos entenderlos o al menos tengo esa teoría, como cuando nosotros nos comunicamos con los animales, pero también que nos puedan ver a los ojos. Si se enfrentan con alguien con la capacidad de doblegar su mente eviten su mirada o tapen sus oídos con algo, de esa forma será más complicado que los afecten. Y deberíamos poner un código para que un forastero que se quiera hacer pasar nosotros no le sea fácil. Además se me ocurrió usar animales para comunicarnos, si estamos en problemas ellos podrían convocar a los demás.- Había tomado una postura más pragmática y usaba solo las palabras que créia necesarias, no deseaba que los presentes se cansarán de escucharlo.
-O-
Bruno atendío no solo por respeto a Zuriñe, si no con mucho interés la forma de hablar de aquella mujer le resultaba muchas veces críptica y sabía que muchas veces las cosas que decía se podían interpretar de muchas maneras, pero no solo eso, hasta sus miradas algunas veces lo resultaban. Recordaba perfectamente la noche del año pasado unos días después que se había marchado Serault el encuentro que le heló la sangre.
El excombatiente se paró y caminó hacía la mujer que acababa de llegar a la reunión, le parecía sumamente extraño pues nunca había oído nombrar a alguien siquiera similar a ella y debía ser de nuestro clan de otra forma esto sería un gran ofensa.
-Buenas noches señora.- Dijo Bruno con cierta brusquedad -¿Usted pertenece a nuestro Clan? Nunca la había visto o oído nombrar...
(Off: Si la respuesta es afirmativa entonces continúo.)
-¿Le molestaría contar alguna historia? Creo que sería interesante escucharla.- Dentro del propio clan si alguien más quería contar una historia lo haría pero no había grandes relatores de historias entre los nuestros, aunque si buenos guerreros.

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Casemir
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#19

Mensaje por Casemir » 14 Oct 2017, 11:40

Cuando bruno se acerca a la mujer alta, puede ver que sus ojos son redondos, dominados casi completamente por un gran iris de color amarillo, que lo mira fija e intensamente, sin disimulo.
-Buenas noches señora.- Dijo Bruno con cierta brusquedad -¿Usted pertenece a nuestro Clan? Nunca la había visto o oído nombrar...
Ella retira el velo para hablar, y puedes ver una cara sólo vagamente humana.Su mandíbula es muy alargada, y está flanqueada a los lados por un espeso pelaje que se extiende desde las patillas. La punta de su nariz está levantada, mostrando unas amplias fosas nasales, mientras que el resto de nariz parece cubierto por unas finísimas escamas. Sus cejas son muy pobladas y oscuras, mientras que su piel es extremadamente pálida, casi dirías que resplandece con la luz de la Luna.
Cuando habla, cuesta trabajo entenderla, en parte por su voz quebrada, en parte por un marcadísimo acento centroeuropeo.
- Me llamo Edda. Tú y yo somos hermanos. Todos aquí somos hermanos, pero los malos hijos no acuerdan y guerran juntos. Tu madre gusta que tú juntas tus hermanos aquí.
-¿Le molestaría contar alguna historia? Creo que sería interesante escucharla.
Edda asiente haciendo una leve reverencia. Deja caer su abrigo al suelo, descubriendo una sencilla túnica blanca, o que debió ser blanca en origen, pues está vieja y gastada, aunque limpia. O quizás sea la extrema palidez de Edda la que le da un aspecto más amarillento.
Sus hombros parecen a simple vista cubiertos por un pelaje negro, pero Bruno que está más cerca puede distinguir que se trata de plumas muy finas. El plumaje se pierde al comenzar el brazo, dejando desnuda la piel brillante, pero en el antebrazo comienza un pelaje, esta vez sí es pelo, también oscuro. En vez de manos, sus extremedidades superiores acaban en zarpas.
Con las inferiores sucede algo similar. A partir de las rodillas, comienza el espeso pelaje marrón, casi negro, y el final de sus piernas se asemaja a las patas caninas, descalzas, dando la sensación de que anda en puntillas.
La mujer avanza hacia el centro y eleva la voz para comenzar su historia.
- Mi historia es de una mujer muy especial. No es la primera madre, pero es la primera hija, pues las mujeres de antes son creadas por dioses, y Ella es la primera en ser creada en barriga de su madre. Pero Ella no bebe de teta de su madre. Ella bebe latte de lobos, pues su madre encargó a lobos que cuidan y crecen de ella. Por eso Ella no aprende de ser... humano. Ella crece de lobo y aprende ser lobo.
» Cuando Ella crece, Ella hace como lobo y junta con lobo- Edda refuerza el concepto uniendo sus puños- y tiene hijos. Estos hijos son hombres y son lobos, porque son hijos de lobo y mujer. Pero Ella deja hijos, porque quiere que ellos son libres, pero les dice: "Madre está lejos, pero Madre siempre cuida. Vosotros sed buenos lobos, o Madre no cuida".
» Un día ella encuentra los hombres. Los hombres viven en ciudad que ella nunca ve hasta ahora. Ella va a la ciudad, vive en la ciudad a aprender de hombres. Ella junta con hombres- repite el gesto- y tiene muchos hijos. Pero la ciudada es pozo de mentiras, y la gente es mala, así que ella junta a hijos y les habla:
» "La ciudad es pozo de mentiras. Corred de la ciudad, nunca juntéis en ciudad. Siempre vagabundo de sitio a otro, nunca hace casa, siempre moved. Vuestro saber no es de bibliotecas de escribe mentiras. Vuestro saber es de habla y de canta. Cantad a vuestros hijos que cantan a los nietos. Vosotros haced esto y Madre os cuida. Pero si vosotros no guardáis el saber y si vosotros hacéis casa y vivís en ciudad, Madre no cuida".
» Y Ella también va de la ciudad, pero no con sus hijos, pero otra vez sola. Una noche un hombre encuentra a Ella, y ellos aman. Pero ellos no juntan- repite el gesto una vez más- para tiene hijos. Él convierte a ella de sangre, y le convence de ir a ciudad y ser Reina y Diosa de él. Y Ella le dice: "La ciudad es un pozo de mentiras", pero Él responde: "Como Reina y Diosa tú haces ciudad como tú quieres".
» Y Ella vuelve a la ciudad, y allí tiene hijos, esta vez sin padre, porque ya no necesita. Pero las palabras de Él son mentiras y en la ciudad hay más mentiras, más guerra y más muerte. Él y Ella terminan en guerra, y los hijos de Él y los hijos de Ella guerran. Y Ella junta a sus hijos y habla:
» "La ciudad es pozo de mentiras. Él y los hijos de Él son mentiras. Corred de la ciudad, nunca juntéis en ciudad. Siempre vagabundo de sitio a otro, nunca hace casa, siempre moved. Nunca va con hombres, sólo con mis otros hijos. Yo voy sola, pero siempre cuida de vosotros. Si me queréis encontrar, buscad dentro de vosotros, pues yo soy hambre y furia y libertad y fuerza dentro de vosotros. Yo soy instinto dentro de vosotros. Pero vosotros sed hijos buenos. Si vosotros vivís en la ciudad, si vosotros no sois instinto, si vosotros sois mentira, si vosotros junta en cama con hombres, Madre no cuida de vosotros".
» Por eso Ella siempre cuida de sus hijos, pero no si sus hijos no son buenos hijos. Y cuando no hay más lluvia y no hay más mundo y los padres vienen y comen, Ella cuida a sus hijos buenos. Los padres comen a los hijos malos y ella no hace nada.
Y con esto, termina la historia y se vuelve a retirar. Los presentes cuchichean (en realidad, pocos han guardado silencio durante todo el relato). Zuriñe, sin embargo, ha estado en silencio, escuchando a Edda con una sonrisa divertida.
Edda, muy solemne, hace un gesto con el brazo a Bruno, indicando que la audiencia vuelve a ser suya, y se dirige, si nadie la detiene, a donde se encuentran Ariadne y Miriam.

Jadlow
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#20

Mensaje por Jadlow » 14 Oct 2017, 15:33

Antes de que la mujer comiencé a hablar el neonato puso a grabar disimuladamente la grabadora que tenía en mano mientras se sentaba, era un evento único el que estaba por presenciar y deseaba escuchar luego las palabras de aquella mujer para que no se le olvidarán.

Bruno podía estar literalmente toda la noche y atreverse a aguantar el letargo con tal de seguir escuchando historias, pues eran una de sus pasiones, también podía contar muchas pues siempre escuchaba. Alguna vez se cruzo con hermanos de clan deformados por la bestia, pero no a alguien como ella, debía ser antiquísima la mujer que tenía en frente. Era una verdadera lástima que los demás no fuesen capaces de escuchar toda la historia que ella contaba, luego el muchacho tendría tiempo de rememorar sus palabras.

Cuando la mujer terminó con la pequeña reverencia Bruno se paró e hizo una similar para luego dirigirse a sus compañeros de Clan, ahora había llegado el momento que les había prometido a los más belicosos y mencionó: -Ahora llegó el momento que muchos querían. Vamos a comenzar con los desafíos.- El jóven también se había emocionado sin quererlo pues el también disfrutaba de una buena pelea. -Pero vamos a poner algunas reglas. Primero, nada de garras ni de colmillos. Segundo, habrá un árbitro que mediará para que ninguno de los combatientes entre en frenesí. El desafiado podrá elegir si el combate será a primera sangre o hasta que uno de los dos se rinda. Creo que nada más, luego de eso son libres.- Hizo una breve pausa y miró en dirección a su Sire, su tono de voz demarcaba que estaba consultando algo, no que lo estaba increpando ni nada parecido, de verdad Bruno lo desconocía. -Rodrigo. ¿Quién será el juez?


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