Publicado: 04 Ago 2018, 19:47
{ https://www.youtube.com/watch?v=vmDDOFXSgAs - Take five by Dave Brubeck }
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Marc Castro era un tipo cosmopolita. De esos que se empapaban el programa cultural de Barna de pe a pa. Que exprimía los días al máximo, siempre que su puesto como Jefe de Gabinete en Fábregas & Fornals (Organigrama) se lo permitiese. Pero el puesto que ostentaba, a pesar de su juventud, no era fruto de la casualidad. Marc estaba hecho a imagen y semejanza de Cesc. Metódico, perfeccionista, ordenado, pulcro y con la dosis justa de agresividad y mano izquierda.
El muchacho llegó a la oficina, como siempre, en bicicleta. Había cogido ese hábito en sus múltiples viajes a Amsterdam, donde se escapaba dos veces por año, para reiniciarse, y tal vez foguear los ecos de juventud, que su rígida profesión no le permitía en el día a día. Hacía tiempo que se había convertido en la mano derecha de Francesc. En su hombre de confianza dentro del organigrama. Sólo Amanda, y según para que, y su secretaria Rosa Ledesma, podrían ocupar para Cesc una posición de mayor confianza. Pero aquella confianza no era gratuita. El joven tenía un sueldo que muchos de su edad quisieran, pero el curro estaba pasandole factura en su vida social, con jornadas con inicio fijado y salida estimada... donde una manzana y una barrita energética, con un te verdé para bajarlo, compusieran toda su ingesta del día entre montones de expedientes apilados.
Marc estaba sumido en una crisis personal y laboral. Por un lado estaba contentísimo en su trabajo y hacía cosas que le apasionaban y además bien remuneradas, por otro lado, el desgaste era mayúsculo. Lo había hablado varias veces con Francesc, que le prometía aligerarle trabajo, pero aquella promesa nunca se ejecutaba, y aquel momento nunca llegaba. Pero él no perdía la esperanza... conocía a Cesc y los juramentos en saco roto, pero tambien sabía de su importancia en el gabinete.
Estaban siendo unos días extraños en el bufete. Ambos jefes llevaban un par de días sin pasar por allí. No era extraño, pero normalmente mandaban un correo interno informando de su estancia en el congreso de Legisladores de Burdeos o en las jornadas de Constitucionalidad Europea de la Haya de turno.
Castro se sentó frente a su iMac, y procedió metódico a su ritual de trabajo inicial. Botella de agua de medio litro a la izquierda del monitor, los cascos con el manos libres del teléfono voIp, y una suave y casi imperceptible música de jazz que mandó a reproducir como primer mandato al ordenador. Luego, como siempre arrancó el gestor de correo electrónico, mientras daba su primer sorbo, y echaba un poco del mismo agua en el ficus de su izquierda. Las reglas del correo se ejecutaron y automáticamente, uno del jefe se colocó en su respectiva carpeta.
- Vaya, jefe... ¿donde estas metido, mamón?... a ver... ¿las 5:50 de la mañana?... jooooder... veamos:
Email: From: [email protected]
To:[email protected]
Asunto: Favor...
Texto:
Hola Marc... ¿como va todo, neng?... A ver. Como te habrás dado cuenta llevo un días sin pasarme por la oficina. Estoy con unos asuntillos de salud, nada grave, ya sabes. Y encima tengo a Amanda de morros... ¿por cierto sabes si sigue sin pasar por la oficina...? ¿La habéis llamado?...
Bueno, espero que éste todo bien, a mi no me lo coge... ya sabes como es. Hasta que no se le pasé, la lleve a cenar o le regale bombones o algo así.
Al grano, ¿recuerdas al Pantxo?... ¿al hijo de De la Feltrera?... necesito saber en que anda metido este tipo... es posible que nos lo comamos... he oido que anda diciendo cosas por ahi de mí que no me gustan un pelo, y ya sabes que pasa cuando me tocan los collons... Estoy seguro que su padre está deseando que deje la abogacía y se retire a una masía a pelar calçots. Entonces a ver si puedes averiguar lo siguiente, de mayor a menor importancia:
- Casos en los que curra.
- Su cartera de clientes.
- Posible valor de su empresa.
Y no me vengas con moralinas, Marc... que te conozco.
P.D: Ni media a nadie.
P.D. 2: Ah, Marc. PARA AYER.
Gracias amic. Esto te lo agradeceré personalmente.
El joven abogado, releyó una y otra vez el correo, pensando en que estaría metido el gran jefe. Pero dispuesto, como siempre a complacerlo. Al fin y al cabo, tal vez aquello trajera un nuevo cambio para bien y eso supusiera la tan ansiada mejora en su calidad de vida... o al menos quería pensar eso, lo mismo que siempre pensaba con este tipo de peticiones...