[CA] 11:30 pm, pasillo segundo piso

[Magda Dalmau]

Santiago, Damià y los dos mortales han cerrado la puerta con mucho cuidado a sus espaldas tras dejar atrás el tercer piso. No se sabe hasta qué punto es factible que una simple puerta de madera detenga a un monstruo como el que han visto, pero toda previsión es poca...Y el banquete que se está dando va a terminar algún día.

El pasillo no es muy largo, pero las señales de pelea y violencia son todavía más evidentes que en pisos superiores. Es más, parece que se está produciendo algún tipo de pelea en una de las habitaciones adyacentes, un baño con la puerta destrozada.

Un poco más lejos, apenas a unos metros de dicho baño, hay un cuerpo sin cabeza sobre un charco considerable de sangre. No ha sido un corte limpio y rápido, sino más bien la fuerza bruta que ha arrancado la piel y el hueso. Sólo tras una observación un poco más detallada uno puede identificar al ghoul Tremere, Bruno Sepúlveda.

El camino más rápido a la salida obviamente pasa por ignorar lo que está ocurriendo en el baño. Pero los gritos que se oyen en el interior quizás sean de ayuda...

[Kiriyian]

Marga avanza cautelosamente esquivando cualquier indicio de peligro. La situación es altamente tensa, y las opciones son escapar o morir horriblemente, como todos los cadáveres y cuerpos mutilados que se ha ido encontrado por el camino. Con un cuchillo en la mano duda que pueda defenderse de los monstruosos agresores que pueda encontrarse, por lo que toda su posibilidad de "sobrevivir" pasa por no despegarse de Damià.

Entonces escucha los gritos cercanos, y su primer instinto es moverse en la dirección contraria. Pero entonces reconoce que una de las voces es la de Blanca. Se le hiela la sangre... su amiga quizás no haya logrado escapar, y la situación parece desesperada a juzgar por los sonidos que llegan. Vacila unos instantes, pensando en hacer algo para ayudarla... pero recapacita en unos segundos sobre la situación actual. Alejarse sobre Damià es enterrar sus perspectivas de supervivencia. Y enfrentarse a monstruos como el que acaban de dejar arriba no es una opción nada sensata, para ella que no tiene ninguna pericia ni preparación para luchar contra semejantes criaturas.

Con desolación, retoma el camino cauteloso tras los vampiros, apretando los dientes ante la mísera sensación de dejar atrás a una amiga en graves problemas...

[Magda Dalmau]

Damià ni se molesta en mirar en el baño. O bien sabe lo que está ocurriendo ahí, o no le importa. Con cuidado cruza el pasillo, enfrascado en su objetivo de seguir adelante.

Pero Santiago....
Santiago parece estar disfrutando con la frustración de su mentor, como si todo lo que le provocase infelicidad a Grifols fuese motivo de alegría. O simplemente la sonrisa que luce en la cara puede deberse a la satisfacción de ver cómo los planes elaborados del Malkavian se han truncado sin solución de continuidad.

Se acerca a Marga y empieza a andar junto a ella, con una mueca de burla, la misma que llevaba cuando la mujer le ha conocido horas antes.

- Quién iba a decirlo cuando te vi que serías una perra sin corazón- susurra, flojito para que sólo lo escuche ella, aunque seguramente si Julián presta atención pueda identificar las palabras- Ignorando las súplicas de tus compañeros. Yo huelo a sangre desde aquí...a saber qué problemas tendrán ahí dentro.

[jerish]

Una vez conseguida un poco de tranquilidad, bajo nuevamente el arma para evitar accidentes por culpa de los nervios. Seguimos avanzando mientras observo la situación con cierto detenimiento, aunque pauso en cuanto empiezo a oír gritos. Mi cabeza gira en su dirección topándose con una cabeza ensangrentada en medio del pasillo. Parezco estar con sensaciones mezcladas entre el shock, la sorpresa y la emoción por seguir viviendo a pesar de tener todos los números de perecer, incluso cierta satisfacción por haber conseguido de forma aleatoria un chivo expiatorio que entretenga al peligro mientras nosotros nos vamos de rositas. Esa frialdad que siempre he reconocido dentro de mi se está haciendo más evidente a cada minuto que sucede esta noche convulsa. No es que me parezca agradable, pues sé que ello implica soledad y desconfianza, pero aún así, es una sensación cómoda y de aparente seguridad. Lo único que hay que hacer es congelar la empatía que me podría producir cualquier situación dañina para mi.

Observo a Marga. Su rostro por un momento se vuelve pavoroso, como si algo le importara en la dirección errónea. Quedo atento para cortarle el paso si decide ir hacia la ubicación, pero ella misma se recompone y decide ignorar el peligro, algo que me alivia, y a la vez me pone en guardia preguntándome si esa voz fuera la mía... ¿actuaría de la misma forma?, por mi parte es una pregunta que no me quiero responder.

Proseguimos la andanza, y Santiago parece divertirle su reacción. En cuanto entiendo lo que busca, dejo de prestarle atención a sus palabras. Es evidente que la incita para manipular sus emociones y así poder conseguir vete a saber qué. Es un juego de niños que parece que a él le guste llevar al siguiente nivel. No intervengo verbalmente, sólo observo, precavido, tanto a ellos, como a Damià, pero sin dejar presente en que cualquier momento puede ser bueno para tener visitas desagradables e inesperadas.

[Kiriyian]

Se acerca a Marga y empieza a andar junto a ella, con una mueca de burla, la misma que llevaba cuando la mujer le ha conocido horas antes.

- Quién iba a decirlo cuando te vi que serías una perra sin corazón- susurra, flojito para que sólo lo escuche ella, aunque seguramente si Julián presta atención pueda identificar las palabras- Ignorando las súplicas de tus compañeros. Yo huelo a sangre desde aquí...a saber qué problemas tendrán ahí dentro.

Marga le echa una mirada furibunda a Santiago. El vampiro ha vuelto a tomar la actitud irritable y burlona que hace un rato, cuando era la mayor amenaza a la que la mujer se enfrentaba. Pero en este preciso momento, la actitud de Santiago no llegaba al nivel de amenaza; no llega, teniendo en cuenta la sangre, los gritos, el monstruo tras la puerta... No, en este momento Santiago era una molestia incómoda, demasiado inoportuna para poder ignorarla. Quizás las palabras del atractivo no-muerto fueran ciertas, y si Marga reflexionara sobre ellas, seguramente le harían mella. Pero lo único que ve la mujer es la clara intención de burlarse y fastidiarla en un momento de gran tensión. Y Marga reacciona casi sin pensar.

La mujer coge a Santiago del pelo y acerca su rostro al suyo, tanto que sus frentes se golpean. Agarrándolo con fuerza, siendo poseída por el mismo ánimo que tuvo cuando le rajó la boca con la navaja, Marga escupe las palabras en susurros pero con odio en cada vocalización y en su mirada: Si hueles a sangre y tienes hambre, ve a por ella, valiente. Pero como me jodas un instante más, soy yo quién se va a comer tu corazón y escupir tu puta sangre...

Julián ha podido ver esta reacción y escuchar, o al menos adivinar, esas palabras dichas con odio. Marga le suelta el pelo y prosigue intentando mantener el silencio, aún sin la suficiente claridad mental como para evaluar lo que acaba de hacer.

[Magda Dalmau]

Santiago no se esperaba la reacción de Marga, a juzgar por su expresión de sorpresa humillada. Él la ha visto en sus momentos de crueldad, pero nunca han surgido por iniciativa propia o al menos así lo ha creído él. Se deja mangonear por el mero hecho de no saber reaccionar adecuadamente durante los instantes en los que la mujer le discute y se queda unos segundos con la guardia baja tras verse liberado.

Pero sólo requiere de esos segundos para que la ira aflore, una rabia arrogante que nunca ha terminado de desaparecer a pesar del miedo a Damià o de los temores por la situación en la que se encuentran. Casi parece su rostro se transforme en una mueca salvaje, enseñando unos colmillos más afilados de lo que deberían.

Salta contra la mujer, que sólo tiene un instante para reaccionar...
Damià se gira al escuchar el alboroto. Es posible o probable que pudiera detener la violencia antes que siquiera empezase, pero en su mirada hay un brillo distintivo que sólo Julián puede permitirse observar dadas las circunstancias.

A pesar de dónde y cómo se encuentran, Grifols disfruta con el enfrentamiento. Tiene genuino placer al ver lo que ocurre y se detiene, sorprendido por la súbita pelea que ni se esperaba, ni preveía. La curiosidad por el resultado le puede más incluso que el deseo de supervivencia.

Lo que haga Julián, obviamente, inclinará la balanza a favor o en contra de Marga. Si la abandona a su suerte, es posible que el joven Malkavian venza la pelea. Si la ayuda....habrá más igualdad.

O puede tratar de irse por su cuenta y olvidarse de los Malkavian, para siempre.

[Kiriyian]

Marga avanza con precaución aún turbada por lo que acaba de hacer. Su atención está más centrada en sí misma y en sus pensamientos, y por eso no tiene margen de reacción. Nota como un fuerte impacto a su espalda la tira al suelo de bruces, logrando poner las manos para evitar golpearse la cara. Los zapatos y los cuchillos caen al suelo cerca suya. Siente la presión de alguien encima suya, y en ese momento se da cuenta de lo que acaba de ocurrir.

Por su mente no pasa ningún juicio de si ha hecho bien o mal, sino simplemente el instinto de supervivencia. La mujer intenta aferrar el cuchillo y defenderse ante su agresor.

[jerish]

Me quedo atónito ante la reacción de Marga hacia Santiago. Ni en mis peores pesadillas hubiera imaginado que la dulce, delicada y calculadora mujer que conocí una vez, se hubiera vuelto tan iracunda, sádica y decididamente terrorífica... Esa mirada no mentía, sin duda, aunque hubiera sido fugazmente, se creía sus propias palabra acerca de comerse el corazón de Santiago. Aunque siendo pragmáticos... esta noche nos está cambiando a todos, sino ¿cómo es posible que tenga ganas de saber que se siente al quitarle la vida a alguien? la influencia de ese perturbado, sin duda, nos está afectando a los tres.

Había creído, inocentemente, que Santiago no reaccionaría físicamente. Pensé que ante la presencia de Grifols, se acobardaría de intentar castigar a Marga. Y de nuevo me equivoqué. No sólo parece no temerle a Damià, sino que además, parece que éste... ¡se divierte! Puto perturbado... en una situación que nos jugamos la vida, está ahí parado viendo y disfrutando de la escena...

Mi reacción es de la frialdad más absoluta. Mi actitud se vuelve invernal. De una seguridad impasible, de una certeza absoluta. Sin ningún tipo de temor, incosciente, casi sobnolienta. Y mi voz, es aún más helada que mi cuerpo.

-Por deferencia te preguntaré- Digo dirigiéndome al pianista en voz lo suficientemente alta como para que Santiago reaccione -¿Recuerdas nuestra conversación en soledad sobre un tema que te ponía nervioso?- pauso recordando tenía miedo que Damià supiera que él me hubiera contado algo que ni siquiera sabía. Mirándo fijamente a la nuca de Santiago, esperando su reacción por un lado, y al mismo tiempo analizando donde debo disparar para acusar un daño masivo en caso de necesidad. -Entonces te recomiendo que te recompongas y dejemos esto para cuando salgamos de aquí- termino la frase sin dejar de prestar atención a su reacción. Mis palabras van destinadas a Santiago, pero sería muy acertado si Damià pudiera leer la mente tener claro que lo que haría a continuación si Santiago no reaccionaba, posiblemente nos matara a todos.

[5, 2, 8] = 15

Si noto la mínima intención de Santiago de hacerle daño a Marga, no dudaré ni un instante de levantar el arma que tenía baja, pero sin guardar, apuntando a la nuca de Santiago y sin mediar palabra, apretar el gatillo para reventarle la cabeza. Convencido además, que el ruido que provocará esa acción, nos mate a todos en unos segundos más tarde...

[Kiriyian]

Marga consigue coger el cuchillo, clava su codo izquierdo en el suelo y hace fuerza para girarse en su posición, mientras con su brazo derecho intenta acuchillar a su agresor. Ella no es una luchadora, pero el instinto de supervivencia la hace pelear con uñas y dientes y no tirar la toalla.

Tirada de dados: [3, 10, 5]

[Jebediah_Gogorah]

Observando que sus compañeros de martirio, al menos se podían mover, decidió salir del baño con todo el sigilo que pudiera, intentando, en un ejercicio más de supervivencia que de liderazgo, guiarlos hasta buen puerto.

Al salir observó una escena dantesca de pelea. Pero hasta todos los héroes de novela tienen sus momentos de frialdad, y de saber ver cuando tocaba no inmiscuirse y poner a salvo tu pellejo. El momento de heroicidad, siendo francos, había sido fruto de la suerte, y no iba a tentarla de nuevo.

Gonzal se fue escurriendo hasta una de las habitaciones de la segunda planta, suponiendo que la salida de aquella ratonera, estuviera fuertemente vigilada. Esperaba que la siempre diferente arquitectura catalana, le ofreciera, en este caso en los muros de la Casa Marfá, los suficientes asideros para descender los apenas 4 metros que lo separaban del suelo. Sabía que no era la decisión más popular, teniendo en cuenta el estado de salud de sus amigos de penurias... pero ni siquiera tenía tiempo de pararse a discutir. Él les daría la oportunidad, e intentaría ayudarles en los que pudiera. Pero aún le temblaban las manos, y sentía la mirada fría de la bestia sobre él. Sabía que un segundo encuentro con cualquiera de aquellos captores, suponía la derrota definitiva.

Una ventana, y una pared de cuatro metros. Eso era la diferencia, ahora mismo, entre la vida y la muerte.