Agachándose bajo la puerta, salió Qiubai del interior. Como si nada, sacó el móvil y se puso a consultar posibles mensajes. Luego de un instante reparó en la mirada inquisitiva de la Flor de Hueso.
- Ya han terminado con él. Vamos a dejar que descanse veinte minutos y lo llevamos a mi casa. Puedes verlo si quieres.
En el interior, el cirujano se aplicaba ahora con un hombre que había recibido varias puñaladas sobre una mesa de madera. Nam se encontraba un poco apartado, separado con unas cortinas con manchas rojas de sangre y negras de Dios sabe qué. No era mucho, pero dado que el doctor estaba ocupado, sería suficiente para preservar su intimidad.
Sobre una camilla, el Hmong yacía malherido. Su piel pálida por la pérdida de sangre, su respiración pesada y su piel llena de sudor. Tenía muy mal aspecto y al verlo así, aguantando el dolor, Sương no pudo evitar pensar en las palabras de Cúc: "si quieres ayudarle, dale la muerte que tú elijas, si no, deja que se ocupen otros", y se preguntó si su clemencia habría destinado a este hombre a una muerte dolorosa.
Nam abrió los ojos y miró a la Người Ma. Parecía que estaba consciente.
Como siempre, puedes ampliar o modificar la narración. No he sido muy exhaustivo por darte más espacio.
Nam está en términos de juego Malherido. Se le podría dar más Yang. También puede pedir ayuda a los espíritus, haría una tirada de Resistencia + Ocultismo a 8.
Podéis interevenir cualquiera de los dos [mention]Nyxe[/mention] [mention]Vein[/mention]