(C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
Moderador: Variable
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
La cita llegó unos minutos más tarde.
A las 20h en su librería.
Plaza Castilla no parecía el mejor lugar para robar una moto, las calles estaban atestadas de tráfico. Encontrar un taxi, sin embargo, sería tarea fácil.
A las 20h en su librería.
Plaza Castilla no parecía el mejor lugar para robar una moto, las calles estaban atestadas de tráfico. Encontrar un taxi, sin embargo, sería tarea fácil.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
- Joder... a las 20 -murmuró para sí.
Decidió que lo mejor era ir a comer de una maldita vez porque apenas le había pegado un bocado a la hamburguesa cuando le habían tocado la moral. La verdad es que el día estaba siendo totalmente agotador y no quería enfriarse en absoluto o le iba a entrar todo el cansancio de golpe. Entró en el primer lugar que encontró, y tras pedir algo, comenzó a juguetear con el móvil. ¿Cómo sabían dónde estaba? Sí, eran tres y tendrían una gran comunicación. Uno seguro que estaba casi siempre controlando La Finca, otro seguro que estaba siguiéndola desde que la detectó, y el tercero lo mismo era el relevo. Pero, ¿cómo sabían cuando iba a coger el metro? ¿o cuándo iba a ir a Madrid? Temiéndose lo peor empezó a trastear rápidamente el móvil. No fuera a ser que estuvieran leyendo sus mensajes y localizando su ubicación, entre otras cosas.
De nuevo notó el brío de adrelina, sintiéndose insegura.
Decidió que lo mejor era ir a comer de una maldita vez porque apenas le había pegado un bocado a la hamburguesa cuando le habían tocado la moral. La verdad es que el día estaba siendo totalmente agotador y no quería enfriarse en absoluto o le iba a entrar todo el cansancio de golpe. Entró en el primer lugar que encontró, y tras pedir algo, comenzó a juguetear con el móvil. ¿Cómo sabían dónde estaba? Sí, eran tres y tendrían una gran comunicación. Uno seguro que estaba casi siempre controlando La Finca, otro seguro que estaba siguiéndola desde que la detectó, y el tercero lo mismo era el relevo. Pero, ¿cómo sabían cuando iba a coger el metro? ¿o cuándo iba a ir a Madrid? Temiéndose lo peor empezó a trastear rápidamente el móvil. No fuera a ser que estuvieran leyendo sus mensajes y localizando su ubicación, entre otras cosas.
De nuevo notó el brío de adrelina, sintiéndose insegura.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
Estás casi segura de que el móvil está limpio. Es más, has aprovechado y preparado el móvil con algunos demonios sencillos para evitar probablemente el 80% del malware que pudiera entrarte. Es, en otras palabras, un dispositivo bastante seguro ahora mismo.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
Tener un dispositivo 100% de confianza hizo que se quedara más tranquila, mucho más tranquila. Casi tanto como si en lugar de l silla incómoda, en la que estaba comiéndose un mini bocadillo, estuviera tumbada en esa magnífica cama que tenía en La Finca. No podía dar más gracias por esa nueva y reciente abundancia que acababa de llegarle caída del cielo. Con motoristas pesados, pero abundancia al fin y al cabo. Una sonrisa de felicidad apareció en su rostro y pudo terminar de saborear su bocadillo de tortilla y acabarse su coca cola antes de un pequeño pecadillo dulce en forma de helado de dulce de leche. Porque el cerebro necesita azúcar para funcionar bien.
¡Ah! Qué tranquilidad. No tenían puta forma de localizarla salvo que fuera a la tienda o a la Finca. ¡Qué a gusto se quedaba una cuando todo salía bien!
Le envió un mensaje a su tío para decirle que quedaba con él un poco antes. Le daría el paquete justo en la puerta y le dejaría entrar a cerrar el negocio. No tenía la menor gana de ver a Castillo, quería una transacción rápida y limpia.
Después de comer, decidió que le hacía falta un par de cosas. La primera cambiarse de ropa y comprarse alguna muda, una mochila para meter todo eso y ¡unas putas galletas para el jodido desayuno! Así que se decidió por acercarse al centro comercial de La Vaguada. Después cambiaría su aspecto, recogería el cabello en una coleta, se pondría las lentillas y se pondría con un estilo más actual y totalmente diferente al que llevaba, con unos vaqueros, un top y una cazadora encima. ¡Había quedado muy rockera! No estaba mal sentirse diferente de vez en cuando pero sobretodo esperaba no ser reconocida por los motoristas, al menos, de primera pasada.
Aguardó tomandose un café mientras llamaba a un taxi por una aplicación móvil . Estuvo cancelando trayectos hasta que salió un taxista con un vehículo potente, por si las moscas. Iba a decirle que parase frente a la librería de Castillo, lo suficientemente cerca para recoger a su tío si había problemas y lo suficientemente lejos para que pareciese algo casual.
¡Ah! Qué tranquilidad. No tenían puta forma de localizarla salvo que fuera a la tienda o a la Finca. ¡Qué a gusto se quedaba una cuando todo salía bien!
Le envió un mensaje a su tío para decirle que quedaba con él un poco antes. Le daría el paquete justo en la puerta y le dejaría entrar a cerrar el negocio. No tenía la menor gana de ver a Castillo, quería una transacción rápida y limpia.
Después de comer, decidió que le hacía falta un par de cosas. La primera cambiarse de ropa y comprarse alguna muda, una mochila para meter todo eso y ¡unas putas galletas para el jodido desayuno! Así que se decidió por acercarse al centro comercial de La Vaguada. Después cambiaría su aspecto, recogería el cabello en una coleta, se pondría las lentillas y se pondría con un estilo más actual y totalmente diferente al que llevaba, con unos vaqueros, un top y una cazadora encima. ¡Había quedado muy rockera! No estaba mal sentirse diferente de vez en cuando pero sobretodo esperaba no ser reconocida por los motoristas, al menos, de primera pasada.
Aguardó tomandose un café mientras llamaba a un taxi por una aplicación móvil . Estuvo cancelando trayectos hasta que salió un taxista con un vehículo potente, por si las moscas. Iba a decirle que parase frente a la librería de Castillo, lo suficientemente cerca para recoger a su tío si había problemas y lo suficientemente lejos para que pareciese algo casual.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
A la hora indicada, en el lugar indicado, Raúl miró a Eva con determinación.
- Entonces... ¿Entro yo con el libro? -preguntó-. ¿Te quedas tú aquí?
La calle estaba tranquila, no era una calle muy concurrida, aunque siempre había alguien caminando por alguna de sus aceras.
- Entonces... ¿Entro yo con el libro? -preguntó-. ¿Te quedas tú aquí?
La calle estaba tranquila, no era una calle muy concurrida, aunque siempre había alguien caminando por alguna de sus aceras.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
Eva miró a su tío y comprendió que algo no iba bien. No había visto a Raúl nervioso en mucho tiempo.
- ¿Qué te pasa, tito? ¿Qué pasa con ese hombre? - respondió, Eva - Las cosas han cambiado. Aquí no estamos para reunioncitas, tito. Ni cogernos de la mano con un cafetito. Esto es un delivery. Que salga a la puerta con la pasta y como si fuera el Telepizza. Si quiere bien, si no ya he sufrido por esto que te pasas. Por mi cuenta me lo llevo.
Aunque más serena no estaba dispuesta a perder más tiempo. Y además tenía el taxímetro en marcha así que....
- Seré muy informal, tito, pero es que me están echando el aliento en el cogote y no me apetece entretenerme más. No, no, no puede ser. No hay tiempo.
- ¿Qué te pasa, tito? ¿Qué pasa con ese hombre? - respondió, Eva - Las cosas han cambiado. Aquí no estamos para reunioncitas, tito. Ni cogernos de la mano con un cafetito. Esto es un delivery. Que salga a la puerta con la pasta y como si fuera el Telepizza. Si quiere bien, si no ya he sufrido por esto que te pasas. Por mi cuenta me lo llevo.
Aunque más serena no estaba dispuesta a perder más tiempo. Y además tenía el taxímetro en marcha así que....
- Seré muy informal, tito, pero es que me están echando el aliento en el cogote y no me apetece entretenerme más. No, no, no puede ser. No hay tiempo.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
- Precisamente es por eso, Eva -dijo-. Están pasando demasiadas cosas.
Hizo una pausa, a punto de entrar, pero dio marcha atrás y levantó un dedo.
- En cuanto la entrega esté hecha, me voy dos semanas de vacaciones.
Tras decir eso, libro en mano, se introdujo en la librería.
Hizo una pausa, a punto de entrar, pero dio marcha atrás y levantó un dedo.
- En cuanto la entrega esté hecha, me voy dos semanas de vacaciones.
Tras decir eso, libro en mano, se introdujo en la librería.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
¿Sabes ese momento en el que dices la has cagado? Pues Eva empezó a tener ese firme presentimiento a poco que su tío, que no le había hecho caso, se metió en la librería. Dejó al taxista indicándole que la esperara que iba a fumar mientras su tío volvía y se apartó un poco para quedar más escondida y controlar los accesos. Eva no fumaba pero en su pack de chica roquera de Vallecas había incluído un paquete de tabaco. Le molestaba la ostia pero no llegaba a tragárselo.
Con el corazón en un puño comenzó a contar los minutos y los segundos mientras el tabaco se consumía. Controlando los accesos.
La verdad es que no se lo había dicho a Raúl pero le iba a dejar todo el dinero para él. Era consciente que lo necesitaba y ella tenía suficiente con la nómina de Cortés. Estaba deseando de cerrar esa mierda trabajo. El más doloroso de toda su puta vida. Además, quería ver a Cortés y charlar sobre ese interés que tenía por Longinos.
Con el corazón en un puño comenzó a contar los minutos y los segundos mientras el tabaco se consumía. Controlando los accesos.
La verdad es que no se lo había dicho a Raúl pero le iba a dejar todo el dinero para él. Era consciente que lo necesitaba y ella tenía suficiente con la nómina de Cortés. Estaba deseando de cerrar esa mierda trabajo. El más doloroso de toda su puta vida. Además, quería ver a Cortés y charlar sobre ese interés que tenía por Longinos.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
Raúl salió con rapidez de la librería. Llevaba una bolsa negra, de una tienda de ropa.
- Vamos -dijo-. Ya lo tengo.
Fue directo al taxi y cerró la puerta.
- Vamos -dijo-. Ya lo tengo.
Fue directo al taxi y cerró la puerta.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [La Finca] Cien años de soledad (Eva Espinosa)
- A Atocha - le dijo Eva al conductor.
Después, comenzó a susurrarle en el oído a su tío.
- Tito, yo pensaba que hoy no lo contaba. Quiero que te quedes con todo el dinero y te voy a dejar en la estación. Te compras una maleta allí mismo en las tiendas y te pillas el primer AVE que salga. Ni por la casa pases. Yo me quedo con Cortés. Voy a estar bien con él, tito, ¿vale? Y con lo que gane con él ya tengo suficiente para mí.
Hizo una pausa para ver si tenía que cambiar de taxista en Atocha porque estuviera cotilleando. Volvió a pegar los labios a la oreja de su tío.
- Dime en el oído también que te ha pasao.
Después, comenzó a susurrarle en el oído a su tío.
- Tito, yo pensaba que hoy no lo contaba. Quiero que te quedes con todo el dinero y te voy a dejar en la estación. Te compras una maleta allí mismo en las tiendas y te pillas el primer AVE que salga. Ni por la casa pases. Yo me quedo con Cortés. Voy a estar bien con él, tito, ¿vale? Y con lo que gane con él ya tengo suficiente para mí.
Hizo una pausa para ver si tenía que cambiar de taxista en Atocha porque estuviera cotilleando. Volvió a pegar los labios a la oreja de su tío.
- Dime en el oído también que te ha pasao.