Acá en Chile, cada enero desde hace bastante se desarrolla un festival llamado "Teatro a mil". Originalmente la entrada costaba $1.000 (mil pesos chilenos de la época) para todas las obras. Luego el "a mil" pasó a ser "por montones", cuándo el precio aumentó considerablemente. Hasta que empezaron a instalar escenarios en parques y plazas… justo alcancé a inscribirme para una invitación gratuita para ¡Sueño de una noche de verano!
Con un elenco de la élite del teatro chileno y dirigida por el gran maestro de la actuación. Efectivamente, se trataba de un gran giro respecto a la obra clásica: en una zona rural de mi país (en lugar de Inglaterra) y con todos los versos transformados al estilo del folclor chileno. Una genialidad, porque además de someterse al espíritu de la comedia shakespeariana, el guiño de tener todo en décimas a la chilena… le daba un giro insospechado.
Entonces, esta versión parisina por un grupo de señoritas suripantas da pie a una estampa de tinieblas muy sugerente…
