EL PROFUNDO MAR GRIS
Por Magus

HISTORIA
Hace millones de años los antepasados de los Rokea ya nadaban en las aguas atlánticas que rodeaban el noroeste de la península ibérica. Durante mucho tiempo se dedicaron a cumplir la voluntad de Mar, sobreviviendo, engendrando y nadando. La Montaña de Mar era una referencia para ellos, convirtiéndose en un lugar frecuentado por los tiburones cambiantes, a menudo como una parada temporal, aunque algunos convertían en uno de sus principios, proteger la poderosa Gruta.
Evitando los problemas de la superficie, durante mucho tiempo los únicos adversarios importantes de los Rokea fueron los servidores de Qyrl que merodeaban en las profundidades, y muy especialmente las Qyrall, una especie de monstruosas anémonas de siniestra inteligencia que durante mucho tiempo constituyeron un problema para los hombres tiburón. Asimismo, los hijos de Kraken también aspiraban en convertirse en señores de aquellas aguas. En las profundidades insondables se libraron grandes batallas que sólo los tiburones recuerdan, y que en ocasiones sembraban gran devastación.
Durante mucho tiempo los habitantes de No Mar permanecieron al margen de los asuntos de los Rokea. Ignoraban la existencia de la Montaña de Mar, y las aguas del océano y los grandes tiburones les inspiraban un temor que daba lugar a historias sobre monstruos marinos. Sólo se atrevían a aventurarse cerca de la costa en precarios botes hechos de piel y madera, pero en general los Rokea no hacían mucho caso de los caminantes del polvo.
Según cuentan los tiburones cambiantes, hace miles de años tuvo lugar una batalla en tierra, y los perdedores pidieron ayuda a los habitantes de Mar. Los Rokea se mantuvieron en gran parte al margen, pero los Tritones atendieron sus súplicas y les dieron refugio, y de esta manera la ciudad de Duio se hundió bajo las olas y sus habitantes se unieron a los peces.
Pero no todos los Tritones eran tan generosos. Algunos de ellos se corrompieron y se convirtieron en adoradores de la pesadilla conocida como Dagon, y se aliaron con los hijos de Kraken, haciendo la guerra contra los Rokea y sus aliados. De nuevo las aguas se tiñeron con la sangre en las cruentas batallas que se producían bajo las olas de Mar, y los tiburones cambiantes a menudo arrojaron a sus enemigos fuera del océano, dando lugar a las historias sobre los Mariños, que según se dice encontraron aliados y refugio entre los habitantes de tierra.
A medida que pasaba el tiempo, algunos Rokea se dieron cuenta de que las frágiles embarcaciones que los caminantes del polvo utilizaban para viajar sobre Mar se hacían cada vez más grandes. Algunas se hundían, de forma ocasional, bien por accidente o debido a enfrentamientos que no desmerecían las batallas submarinas de los Rokea, y en esas ocasiones los tiburones cambiantes se daban inesperados festines, pero el sabor amargo de su carne desmerecía la abundancia y la riqueza de los alimentos de Mar.
El tiempo pasó, y los barcos de los caminantes del polvo se hicieron más grandes. De vez en cuando unos pocos acudían a pescar en la Montaña de Mar...y algunos no regresaban. Preocupados, los Rokea se reunieron y tomaron la decisión de ocultar la Gruta. Los caminantes del polvo y sus barcos no eran un problema grave, pero su mera presencia inquietaba a los tiburones. Algunos afirmaban que algunos caminantes del polvo habían comenzado a idear extrañas pieles que les permitían caminar en Mar y Bajomar.
Y finalmente los caminantes del polvo comenzaron a agitar y envenenar las aguas como nunca antes se había visto. Los Rokea se retiraron de las costas, cuyas aguas se oscurecían cada vez más. Y algunos barcos comenzaron a derramar una sangre negra que era venenosa y que llamaban petróleo. Por donde pasaba, mataba la vida y oscurecía las aguas.
Cuando en 1955 los Rokea decidieron reunirse en Turna'a, en el Océano Pacífico, varios de los Rokea de la Montaña de Mar acudieron a la reunión. Nunca regresaron, y la noticia de la matanza de los tiburones cambiantes que habían estado presentes allí cuando la explosión de la Pequeña Herida se abrió sobre ellos, causó inquietud entre los hombres tiburón de la Montaña de Mar. En 1964 los caminantes del polvo descubrieron la Montaña de Mar, y no tardaron en acudir más con sus barcos pesqueros. Los Rokea contraatacaron, pero por suerte los barcos eran pocos, así que no constituían una amenaza grave. Los hombres tiburón vigilaron y observaron, temerosos de lo que pudiera ocurrir. Ordenaron a los Rokea que se encontraban en las costas y tierra firme que regresaran, y salvo unos pocos, la mayoría aceptaron.
Y durante un tiempo hubo una paz vigilada, con los Rokea nadando y sobreviviendo, protegiendo la Montaña de Mar y luchando contra sus enemigos tradicionales. Algunos incluso se preguntaban si Qyrl o alguno de sus esbirros estaban tramando algo...
El 13 de noviembre del año 2002 el petrolero Prestige se averió durante una tormenta con 77.000 toneladas de petróleo frente a la Costa da Morte, en Galicia. Tras varios días de maniobra para mantenerlo alejado de tierra, sin que ningún puerto estuviera dispuesto a hacerse cargo del potencial desastre, se acabó hundiendo a unos 250 km de la costa...demasiado cerca del Banco de Galicia. El vertido de la carga causó una de las mayores catástrofes ambientales de la historia de la navegación, afectando a una extensa zona desde el norte de Portugal hasta Francia. Una enorme marea negra se abatió sobre las costas, contaminando y matando la vida marina.
Pero en el Mundo de Tinieblas para los Rokea resultó todavía peor...
Una enorme masa oscura surgió del barco, contaminando las aguas, pero al mismo tiempo comenzó a cobrar su propia vida, una enorme monstruosidad que corrompía la vida a su paso. Criaturas similares a mantarrayas pero compuestas de petróleo se abalanzaban sobre las criaturas marinas y atacaron a los hombres tiburón.
Los Rokea de la Montaña de Mar acudieron para defender la Gruta. El Prestige se había hundido peligrosamente cerca, al suroeste, a más de 3.500 m de profundidad, y los hombres tiburón, decididos a sobrevivir defendieron el lugar en un número nunca antes visto desde Turna'a. Se enfrentaron a las criaturas de pesadilla que habían surgido del barco petrolero, lucharon con ellas en las profundidades, y aunque con gran sacrificio, consiguieron rechazarlas.
No se trataba sólo de la locura de los caminantes del polvo y los venenos que vertían sin que nadie los obligara a ello. Era algo más, una voluntad insidiosa, y muchos Rokea creyeron que se trataba de Qyrl.
El Tiempo del Agua Negra, como los hombres tiburón lo llamaron, despertó monstruos en las profundidades, corrompió a las criaturas de Mar y junto a la marea de muerte trajo una ola de desesperación que mató a muchos Tritones.

Han pasado varios años, y aunque los gobiernos de varios países, y la acción de muchos voluntarios anónimos, han mitigado los venenos de Mar, el Tiempo del Agua Negra continúa para los Rokea. Muchos hombres tiburón se sacrificaron para salvar la Montaña de Mar, o destruyendo a los monstruos de las profundidades, ofreciendo su supervivencia a cambio de la supervivencia del conjunto.
En algunos lugares las criaturas marinas vuelven a aparecer después de la catástrofe, pero los monstruos no se han ido. Los Rokea asisten enfurecidos a la aparición de criaturas corruptas, poseídas por Perdiciones y Qyrlinos, y cazarlas se ha convertido en una rutina habitual. Mientras en otros tiempos no tan lejanos había hasta cuarenta hombres tiburón nadando cerca de las costas gallegas, en la actualidad poco más de diez han sobrevivido a lo pero del Tiempo del Agua Negra. La mayoría de los que perecieron eran jóvenes, pero también algunos venerables ancianos. Los supervivientes tratan de engendrar y educar una nueva generación que les ayude a resistir a los efectos de la marea negra.
Durante la década de 1980 varios Rokea decidieron que todos los hombres tiburón debían vivir en el océano y abandonar la tierra. Quienes desobedecieron, bien por sus propios motivos o como un desafío, fueron llamados Entremares. Algunos de ellos eran Rokea que creían que debían mantener vigilados a los caminantes del polvo, otros disfrutaban de las maravillas en No Mar, y otros en fin, consideraban que podían nadar por donde quisieran, y que nadie tenía autoridad para impedírselo. Desde entonces ha estallado una guerra intermitente entre los Rokea que habitan el océano y los Entremares. En ocasiones, partidas de caza de hombres tiburón llegan a tierra para perseguir y acabar con los traidores.
Por lo que se refiere a los Rokea que nadan en el Banco de Galicia y sus alrededores, la gran mayoría se encuentran bastante ocupados durante el Tiempo del Agua Negra como para preocuparse por los Entremares, y de hecho, ven con malos ojos a los hombres tiburón que acuden para perseguir a los Entremares en lugar de ayudarles, considerando que pierden el tiempo frente a otras prioridades más acuciantes y presentes. Por otra parte, estos Rokea también suelen hacer la vista gorda con sus compañeros que quieren “hacer un descanso” en tierra, salvo con quienes descuidan por completo sus responsabilidades con Mar. En general, los Entremares que echan una mano de vez en cuando a sus compañeros del océano son ignorados, pero los que pasan demasiado tiempo en tierra en ocasiones terminan desapareciendo misteriosamente.