Por lo visto es habitual en estos casos cobrar tras la finalización y cobro del mecenazgo. En el caso concreto de esta polémica es algo pactado entre editor y traductora, aunque no sé hasta qué punto tenido en cuenta por esta última (al fin y al cabo se habla de un proyecto traducido y entregado hace un año pero que todavía no ha salido a mecenazgo... o sea, lleva esperando un año por el pago).Baudelaire escribió: ↑24 Feb 2021, 10:17 Lo normal depende de cada población, pero con la información disponible se me hace bastante claro que se trata de una práctica habitual. O, al menos, habitual tener empresarios que repliquen sus condiciones a las personas que emplean. El lenguaje es importante, porque no las están contratando. Ello debería reducir los costos, porque justamente hay "autonomía" de las personas empleadas y ello significa que los compromisos legales del empresario son bastante limitadas.
Si, incluso con estas condiciones, las utilidades que obtienen son insuficientes para efectuar los pagos… porque no se hace de inmediato, sino de acuerdo a algún criterio desconocido de desfase, es bastante incomprensible que sigan editando libros si están continuamente en nivel de pérdidas. Mi hipótesis es que, efectivamente, hay cierta contracción en la demanda y están ganando menos. Al querer mantener las mismas ganancias, simplemente recortan por el otro lado… pagando menos, en plazos más extendidos o simplemente dejando de hacerlo.
Pero insisto, el punto central de todo esto no es este caso en particular, sino que es algo habitual en muchas editoriales que se financian vía mecenazgo.
Y no dudo que esas editoriales sean pequeñas y apenas cubran costes, pero si no son capaces de generar el suficiente dinero como para pagar bien a sus proveedores, si solo son capaces de funcionar a base de "socializar" los costes entre dueños y proveedores, tal vez lo que suceda es que esas editoriales no deberían existir como tal, sino como grupos creativos sin ánimo de lucro u otra forma similar.
Diréis que vaya pensamiento ese de que "tal vez una empresa no deba existir", que es cosa suya si quieren perder dinero... Y eso sería correcto si los dueños de las editoriales estuvieran poniendo de su bolsillo dinero para pagar a precio de mercado a sus empleados y colaboradores, pero a la vista está que no siempre es así.
Dicho de otro modo, ¿si vemos lógico que una de estas editoriales tenga que pagar a precio de mercado a la imprenta a pesar de que los juegos de rol no dan dinero, ¿porqué lo damos por válido cuando el perjudicado es un autónomo?
Obviamente esto pasa porque no sólo dichos autónomos a veces están en una posición de debilidad, sino porque las editoriales cuentan con el efecto extra de la ilusión por participar en un proyecto de este tipo.
Al final lo que este caso está demostrando es que siendo los libros de rol, un producto objetivamente caro de producir, hay 5 vías para mantener los precios competitivos:
- Usar economías de escala para abaratar costes (por ejemplo, hacer tiradas grandes).
- Que no se repercutan todos los costes (que el empresario ponga dinero de su bolsillo).
- Reducir costes reduciendo la calidad del producto.
- Reducir costes pagando menos a los proveedores y/o empleados.
- Bajar el ritmo, no contratar a nadie y usar sólo recursos propios (sólo trabajan los dueños de la editorial).
Está claro que para los 2 primeros hay que tener un dinero que o no tienen o no se quiere arriesgar. El tercer punto se va a intentar no tocar porque ahora mismo es una de las cosas que más reconocimiento da a una editorial. Sólo quedan el cuarto y el quinto.
Me gustaría equivocarme, pero a día de hoy cuando ves un Verkami que es un must por bueno, bonito y barato, ya puedes calcular quién lo está pagando.