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Mensaje
por Leohan » 14 Mar 2021, 03:16
Si, encontré el santuario mientras me paseaba alrededor de la campiña, le comento a mi madre. Creo que es un buen espacio para la oración... Tenemos mucho por lo cual rezar, ¿verdad?
Me pongo a pensar en lo que dice.
Al final del día, la única persona que conoce el plan de la anciana Persefone es ella misma; pero he descubierto que ella, en sus cien años de vida, ha obtenido un entendimiento de las cosas que es difícil de comprender. Y creo que aunque debemos estar listas para cualquier imprevisto, seguir sus planes será la opción más prudente, de momento.
En cuanto a tu primo, aunque no he tenido tanto tiempo para hablar con él, parece tener las mejores intenciones... Y si alguien sabe algo acerca de intriga política, debería ser el doxe, ¿cierto? Elizabeta es astuta, pero cegada por el odio y por la envidia. Creo que ésa será su perdición. De seguro Perséfone también lo puede ver.
Me quedo unos momentos en pensamiento, observando a la virgen, antes de hablar nuevamente.
No es sólo ella, digo. Siento que la providencia me ha hecho ver cosas que jamás había detectado antes. Sabes el motivo por el cuál mi padre y yo terminamos en prisión, ¿cierto? Yo simplemente quería llevar a Museo y a Melpómene a la universidad, para que él pudiera curarles la escarlatina ¡Y los guardias se negaron a dejarnos pasar! ¿Qué clase de monstruo decide impedir que dos niños, de siete y de dos años, puedan recibir ayuda de un físico? También está el asunto de Bouvier, que sin motivo y luego de que mi padre salvase la vida de su nieto, le ha clavado una daga a su cuerpo, sólo para inculparme, y-
Por un momento me trago mis palabras, sin querer poner a la familia en el medio, pero la honestidad me vence.
Recuerda el incendio en la casa del tío Antonio, digo. Tres cocineras murieron entonces, y todos actuaron como si éso no importara. "Un incidente." Reemplazarían la cocina pronto, era hora de limpiar. Los cuerpos de las cocineras terminaron descartados. Más cenizas en la pila. Ningún funeral para ellas ¡Ni siquiera estaban escribiendo cartas a sus familias! Quizás mis tios no sean manipuladores ni malintencionados, como Elizabeta ¿Pero no fue semejante negligencia un acto propio de maldad?
Me cuesta decirlo ya que sé que, en realidad, mi madre estuvo allí y tampoco dijo algo acerca de las mujeres. En vez de éso sólo se preocupó por mi cita con Di Ponti.
Quizás ahora esté más dispuesta a escuchar mi opinión al respecto.