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Mensaje
por Pagliacci » 26 Mar 2021, 12:25
Leído el libro fan de las Arhimanes para Vampiro La Mascarada tercera edición. Tiene ideas interesantes, como el vínculo con los Lhiannan o Yaryan, con los que comparten el concepto de chamanes y brujos de lo salvaje. Sin embargo, estos vínculos creo que nacen de la coincidencia, de la repetición un arquetipo hasta la saciedad, que está presente también en los Koldun o los Telyavos. Cuando surgieron en segunda edición, parece que lo hicieron con la intención de crear un vínculo con la Umbra. La Umbra siempre ha sido uno de los elementos principales de mundo de tinieblas, transversal a todas las líneas de juego y, sin embargo, ausente en su línea principal, La Mascarada. Personalmente, es uno de mis elementos favoritos de la ambientación y me gustan mucho los hechiceros que pueden ver más allá, a través del velo, como los Giovanni.
Sin embargo, más allá de la nigromancia, los escritores tuvieron una tendencia insistente a relacionar la umbra y el mundo espiritual con lo salvaje, quizás por influencia directa de El apocalipsis y de ahí surgen las Arhimanes, como un acercamiento a la cosmología de este otro juego. El problema de tanta redundancia entorno al mismo concepto es que alguno acaba por desaparecer. Las Lhiannan y los Telyavos parece que quedan como ecos de siglos pasados, aunque los segundos son absorbidos por los antitribu. Las Ahrimanes y los Koldun, lejos del concepto principal de sus clanes de orígen, quedan como variantes muy especializadas de brujo, para los jugadores más fantasiosos y aficionados al crossover entre líneas de juego.
Tal y como están las cosas en 5ª edición, creo que esta línea de sangre se ha ido para no volver. La Casa Carna de los Tremere y los antitribu de la Casa Goratrix recogen los conceptos de mago salvaje y no-hermético que pudieran derivarse de los druidas, los Telyavos o los viajeros umbrales. En todo caso, dejan en manos de los nigromantes Hécata la conexión con el más allá.