Os juntáis como lobos nerviosos de una misma manada. Percibís de modo instintivo los nervios de los otros, las Bestias de cada uno de los tres se retuercen inquietas, temerosas de verse encerradas por triplicado: en un lugar que transmite el desagradable calor afilado de la Fe, en un pueblo que no conocéis y en un tiempo que no parece cuadrar con vuestra propia línea cronológica. Efectos todos que sirven para poneros nerviosos y para que solo vuestra fuerza de voluntad sobrehumana pueda mantener el miedo a raya. A ninguno os pasa desapercibido que los parroquianos, que en su conjunto generan un hedor dulzón y desagradable al mezclarse su sudor con la cera de las velas y el incienso del templo, parecen rehuiros, sobre todo a Gudrun, a quien miran con una mezcla de recelo cuando no de puro terror. Birgitte y Bent se miran el uno al otro, comprendiendo que la falta de humanidad de su nueva compañera es percibida de un modo ancestral y primitivo por esas gentes, como las presas que intuyen la presencia de un depredador.
Finalmente, cuando el espacio sagrado se llena de fieles, un grupo de ellos cierra los portones de la iglesia, cruzando los tablones por el interior para convertir el lugar en una fortaleza. Comprobáis que al menos la estructura no es de madera, sino de piedra, lo que la hace más segura ante un posible incendio. Al estar las puertas cerradas, y las vidrieras situarse a notable altura, escapar del lugar se antoja especialmente difícil.
Poco después, el peculiar fraile que os miraba comienza una oración en latín y los fieles contestan al unísono. Percibís de inmediato que son los tradicionales rezos propios de una misa, una sucesión de una letanía de palabras del fraile y la contestación automática de la gente. Gudrun y Bent poco más pueden hacer que controlar sus propios impulsos de salir de allí cuanto antes. Notan el temor en la voz temblorosa de los parroquianos, un temor que sin embargo se convierte en una especie de arma poderosa que agita vuestras Bestias. Birgitte tiene la misma sensación, pero agudiza el oído agradeciendo al mismo tiempo las nociones de lenguas clásicas que su hermano le enseñó en largas noches de aburrimiento y lluvia en las que decidían no salir de la Capilla. Nunca pensó que esas clases pudieran serle útiles.
Y lo eran lo suficiente para comprender que el rezo imploraba a Dios que les defendiera de los "enemigos adoradores de dioses paganos e infieles, manifestaciones del poder de Satanás". En la retahíla de peticiones, el fraile pide la protección de "Absalón, obispo de Roskilde y primado de Dinamarca", así como de "Swen, padre protector de nuestras almas y la de nuestros hermanos, hermanas y seres queridos". Termina el fraile con una frase del libro de los Proverbios: "Entended, simples, la prudencia; y vosotros, locos, tomad entendimiento"
Justo en ese momento se oye el sonido de un cuerno de guerra fuera de la iglesia. Un sonido profundo, sin matices, que directamente conecta el espíritu con la misma madre tierra, el mismo sonido que escuchan las huestes de Odín en el Ragnarok. Junto a esa nota grave que se va desvaneciendo, los golpes de armas metálicas contra los escudos y los alaridos de guerreros que hielan la sangre de los fieles y a duras penas impide que os entreguéis a un terror primigenio.
Las ancianas siguen rezando junto al fraile, las madres abrazan a los pequeños que sollozan. Segundos después, un hombre al que no habíais visto antes, un soldado ya anciano, pero de complexión fuerte, avanza hacia los portones repartiendo miradas de consuelo y gestos de compasión. Mira al fraile, que asiente al verle, y desenvaina lentamente su espada hasta situarse justo enfrente de la puerta. Cara a cara con la muerte cuyo rostro no puede verse por las puertas de madera y los muros de piedra, pero que amenaza con el sonido del cuerno del Más Allá que suena al otro lado.
El cuerno resuena y se escuchan decenas de pasos que retroceden... segundos antes de embestir contra la puerta de la iglesia en lo que parece el preludio de un ritual de sangre.
OFF:
Birgitte: -5 puntos de Sangre. -1 FV
Bent y Gudrun: -2 puntos de Sangre. -1 FV