
CLANES VAMPÍRICOS
A continuación se expone una visión general sobre la presencia de los distintos clanes vampíricos, junto con su denominación local entre paréntesis.
Assamitas (Banu Haqim)- El segundo clan más numeroso de Afganistán, la mayoría de los Asesinos Abrazados en el país pertenecen a la casta de los guerreros, y durante mucho tiempo la facción más poderosa estaba constituida por los antitribu de la Tal’mahe’Ra, varios de ellos auténticas máquinas de matar cuidadosamente forjadas en la ciudad de Enoch en el inframundo. Los Asesinos leales a Alamut los respetaban, y por lo general procuraban mantenerse en sus territorios, aunque a lo largo del tiempo se produjeron varios choques.
Tras la destrucción de Enoch y la caída de la Tal’mahe’Ra, muchos Assamitas de la secta encontraron un nuevo propósito ante el cambio de poder en Alamut y el final de la maldición Tremere. No obstante, unos pocos siguen siendo leales a su antigua secta, mientras que otros han optado por adoptar una existencia mercenaria, dedicándose a sus propios asuntos o sirviendo a otras facciones a cambio de un pago en sangre o favores. En cualquier caso, actualmente la facción de los Lealistas a Alamut es mayoritaria en Afganistán.
Por último los Assamitas musulmanes que pertenecen a la secta Ashirra se encuentran divididos y descontentos con el cambio de poder en Alamut. Una minoría está decidida a dar la espalda a su clan, integrándose por completo entre los Ashirra, y algunos incluso están dispuestos a encontrar su camino en las filas de la Camarilla.
Brujah (Mushakis)- Aunque muchos vampiros identifican la presencia del clan Brujah con la invasión soviética de hace unas décadas, lo cierto es que el linaje puede remontar su presencia en las montañas afganas hasta la época de Alejandro Magno, cuando varios viajeros del clan acompañaron a las tropas macedonias en la conquista del desconocido Oriente. Sin embargo, actualmente no sobrevive ningún testigo de esta antigua migración.
En estos momentos la facción más importante de los Brujah de Afganistán está constituida por un grupo de Mushakis de origen árabe, que son la principal facción vampírica que apoya a los talibanes. Aunque son una facción relativamente reciente, disfrutan de una considerable influencia, y disponen de recursos y buenos estrategas.
Gangrel (Wah’Sheen)- El clan más numeroso de Afganistán, los Gangrel han sido el linaje que mejor ha sabido adaptarse a las peculiaridades de la situación del país, tomando la estructura tribal de los clanes pastunes y creando varias proles no sólo unidas por la sangre de un mismo sire, sino también por lazos culturales e incluso familiares. Las manadas Gangrel son una visión habitual entre la Estirpe del país.
A pesar de estar nominalmente aliados con una u otra facción, en última instancia los Gangrel son leales a sí mismos y a sus compañeros. La excepción la constituyen los antiguos afganos que fueron reclutados por la Tal’mahe’Ra, y que en la actualidad constituyen el principal poder de la secta, tras las divisiones y pérdidas sufridas recientemente. Sin embargo, son muchos más los que recorren las noches afganas a su antojo, atendiendo únicamente a sus propios intereses, enfrentándose no sólo a otros vampiros, sino incluso a sus propios hermanos de clan para demostrar su superioridad.
Giovanni- Salvo algún viajero excepcional de la familia Giovanni que en algún momento siguió la Ruta de la Seda, en conjunto Afganistán es un lugar demasiado inhóspito para los Nigromantes, considerados impíos, y la riqueza potencial del país conlleva demasiados riesgos. Algunos miembros de la familia están involucrados en el tráfico internacional de drogas que fluye desde Afganistán, pero prefieren manejar sus negocios de forma indirecta mediante intermediarios antes que verse arrastrados por los conflictos locales.
Lasombra (Qabilat al-Khayal)- Existen unos pocos Guardianes de origen persa en Afganistán, pero la desarticulada estructura del país no resulta de su agrado. En conjunto el clan carece de una influencia efectiva más allá de la presencia de estos individuos, cuyo principal objetivo parece ser la supervivencia, lo que ha llevado a algunos a unirse a las filas de la Tal’mahe’Ra. En el pasado algunos Lasombra afganos intentaron crear algunos dominios estables aprovechando las sucesivas invasiones, pero fracasaron en su empeño.
Malkavian (Majnoon)- Los miembros del Clan de los Locos son considerados aves de mal agüero, porque a menudo aparecen de improviso para lanzar avisos premonitorios que anteceden una catástrofe o invasión. Aunque no parecen demasiado organizados, en momentos de crisis suelen actuar al unísono, presentándose en pequeños grupos o procesiones que despiertan la preocupación entre los demás clanes. El resto del tiempo la mayoría viven en lugares apartados como ermitaños o videntes, controlando pequeños grupos o aldeas.
La Tal’mahe’Ra consiguió reclutar a algunos Malkavian entre sus filas, pero su afiliación a la secta nunca fue demasiado segura, y la mayor parte del tiempo solían actuar siguiendo sus enigmáticos impulsos. Curiosamente con la caída de Enoch y de la Tal’mahe’Ra los Locos desaparecieron inesperadamente. Poco a poco han comenzado a reaparecer, lanzando siniestras profecías sobre el fin del gobierno de los talibanes “cuando dos antorchas ardan en el Oeste.” Estos augurios suelen atraerles el rechazo de los vampiros que apoyan a los fundamentalistas islámicos.
Nosferatu (Mutasharid)- Desde hace milenios las montañas de Afganistán fueron el refugio de una prole de Nosferatu que se instaló en las cuevas naturales de la región y las amplió con sus propios túneles. Estos Nosferatu afganos se dividieron con la llegada de un misionero del clan procedente de Arabia. Los Nosferatu musulmanes o Hajj destruyeron a los “Mutasharid” que se negaron a convertirse, y que se vieron obligados a buscar ayuda en la Tal’mahe’Ra. Desde el siglo VIII estas dos facciones se han enfrentado, con períodos de tregua y relativa paz. Desde la llegada de los talibanes, los Nosferatu musulmanes se han aliado con los Brujah, atacando a sus hermanos “paganos,” muy debilitados tras la caída de la secta. Actualmente los que quedan son muy pocos, pero muy antiguos y poderosos.
Ravnos (Mujrim)- La presencia del clan Ravnos en Afganistán es muy antigua, remontándose a la expansión del budismo e incluso antes. Desde hace milenios muchos Embusteros exiliados y refugiados de a India han encontrado refugio en el país. Su rivalidad con los Gangrel es legendaria, a menudo utilizando a las tribus afganas en sus enfrentamientos, y prolongando su enfrentamiento a través de sus descendientes.
Los Ravnos afganos también son conocidos por su carácter volátil, a menudo adaptándose con facilidad a los cambios de poder a lo largo de los siglos. En el siglo VII abrazaron el Islam con entusiasmo y crearon los primeros reinos afganos, pero no han dudado en aliarse con las oleadas de sucesivos invasores, Abrazando entre sus filas y utilizándolos contra sus enemigos, consolidando su poder.
Muy pocos Ravnos se unieron a la Tal’mahe’Ra, donde sus enemigos Gangrel tenían gran influencia, y en general mantuvieron una política de enfrentamientos con la secta, lo que los llevó a atraer a nuevos invasores a Afganistán. Recientemente muchos de ellos se aliaron con los Brujah talibanes y apoyaron la creación del actual gobierno fundamentalista islámico. Esta alianza les permitió destruir a varios de sus enemigos vampíricos y se encontraban en el proceso de recuperar su hegemonía en el país cuando el Antediluviano Ravnos despertó y comenzó la Semana de las Pesadillas. Muchos Embusteros resultaron destruidos y los escasos supervivientes huyeron o se han ocultado para evitar las represalias de sus enemigos. Actualmente sólo cuatro permanecen en el país.
Seguidores de Set (Daitya)- En un momento indeterminado, un grupo de Setitas herejes se abrió paso hasta Afganistán, expulsados por sus compañeros de la India. Crearon un templo en las profundidades de los valles de Bamiyán, que atravesaría sucesivas vicisitudes, siendo arrasado por diferentes facciones, tanto por los Ashirra como la Tal’mahe’Ra.
Los supervivientes se reconciliaron con sus compañeros indios en el siglo XIX, cuando la ocupación británica les dio enemigos comunes, y a cambio de su ayuda renovaron sus ritos en honor a Shiva y los oscuros dioses de la tormenta.
En la actualidad los Setitas afganos son un culto cerrado y muy unido frente a los enemigos exteriores, que venden sus servicios como mercenarios a las diferentes facciones del país. Son guerreros feroces y muy bien adiestrados, habiendo imitado los métodos de los asesinos persas y de los thuggee indios. Sin embargo, con la llegada al poder de los talibanes y los vampiros que les apoyan, han ofrecido su ayuda a los vampiros que se oponen a ellos, pues los fundamentalistas islámicos, tanto mortales como inmortales, están decididos a acabar con la presencia de las Serpientes de Arena en el país.
Toreador (Ray’een al´Fen)- La presencia de los Toreador en Afganistán resulta toda una sorpresa, pero lo cierto es que se convirtieron en un factor en la política local desde la llegada de Alejandro Magno y el helenismo a Afganistán. Con las tropas macedonias llegó un arquitecto de clan, que creo una progenie en la zona. Sus sucesores sufrieron los avatares a lo largo de los siglos, pero un puñado consiguió sobrevivir.
Aunque escasos, los Toreador afganos todavía existen en la actualidad, a menudo convirtiéndose en heraldos o intermediarios para las diferentes facciones. La mayoría conservan el recuerdo de las antiguas tradiciones orales y folklore, y muchos son excelentes músicos y bailarines, pero a pesar de su aspecto festivo bajo su arte suelen ocultarse guerreros y luchadores formidables. La política de los talibanes y los vampiros que les apoyan, decididos a eliminar la música y el arte afgano bajo la opresiva Sharia no resulta de su agrado, por lo que muchos Toreador han tomado las armas decididos a expulsar a los fundamentalistas islámicos del país.
Tremere (Shaitan)- Los agentes del Clan Tremere llegaron a Afganistán siguiendo la Ruta de la Seda, pero salvo informes exploratorios, no realizaron esfuerzos por instalarse en el país. Sin embargo, con la llegada de los británicos en el siglo XIX y los rumores de que la Mano Negra del Sabbat había creado una fortaleza en las montañas afganas, varios miembros del clan llegaron desde la India en apoyo de la Camarilla. Varios Brujos resultaron destruidos cuando se entrometieron en los asuntos de la Tal’mahe’Ra, y esto fue suficiente para que el clan decidiera investigar. Los esfuerzos posteriores se enfrentaron con continuos rechazos a la presencia del clan.
Actualmente los Tremere no mantienen una presencia estable en Afganistán. Varios de sus espías, mortales e inmortales, se han infiltrado en ocasiones en el país, tanteando las reacciones de la Tal’mah’Ra. Los antiguos del clan en la India sospechan de la presencia de la secta, pero por el momento prefieren mantener una especie de guerra fría, procurando descubrir los secretos de sus adversarios. Si llegasen a descubrir la situación actual de la Tal’mahe’Ra tal vez podrían decidir tomar medidas adicionales, acabando con sus rivales de forma más expeditiva.
Tzimisce (Kshatriya)- Los Tzimisce de la India fueron uno de los primeros enemigos de la Tal’mahe’Ra en el pasado. La secta los consideraba corruptos y poseídos por espíritus diabólicos, por lo que tomó medidas para acabar con su presencia en Afganistán, que nunca fue considerable, y hasta la actualidad los Demonios son una presencia desterrada del país. Sin embargo, en el valle del Indo, algunos antiguos del clan recuerdan las viejas heridas y derrotas del pasado, y si tuvieran alguna oportunidad de vengarse, tal vez decidieran aprovecharla…
Ventrue (El Hijazi)- Algunos antiguos Ventrue de origen persa terminaron uniéndose a la Tal’mahe’Ra durante la expansión del Islam, para protegerse de los vampiros musulmanes que exigían su conversión o destrucción. Tras la caída de la secta encontraron su fin o huyeron en busca de otros refugios, superados por otras facciones como los Assamitas o los Nagaraja.
Durante la invasión británica, algunos Ventrue que llegaron con los invasores reclutaron a algunos afganos nativos en sus filas, intentando utilizarlos para consolidar dominios locales para el linaje. Sin embargo estos “Príncipes” de influencia occidental resultaron eliminados. Para sobrevivir, unos pocos terminaron plegándose ante los poderes locales.
Actualmente tres Ventrue permanecen en Afganistán, y su posición es extremadamente débil.
CAITIFF Y LÍNEAS DE SANGRE
Caitiff (Mamluke)- Debido a las sucesivas invasiones que ha sufrido Afganistán, no es del todo infrecuente que algunos vampiros pierdan a sus sires al poco tiempo de recibir el Abrazo o que formen parte de un Abrazo en masa para aplastar a los rivales de sus sires. De vez en cuando algunos de ellos sobreviven sin adquirir los rasgos de la sangre, pero en una sociedad tradicional y tribal a menudo son rechazados por los clanes, cuando no destruidos. Sin embargo, en Kabul y otras grandes ciudades afganas sobreviven unos pocos vampiros sin clan, a menudo llevando a cabo su propia Mascarada y ocultándose del resto de Cainitas.
Nagaraja- Desde hace milenios la ciudad de Kabul fue un santuario para los Nagaraja, que llegaron desde la India expulsados por la orden de místicos y sacerdotes a la que pertenecían tras su conversión en vampiros. En Afganistán encontraron un refugio ideal, y utilizaron las incursiones de las tribus y el comercio de esclavos para ocultar sus depredaciones. Bajo la protección de la Tal’mahe’Ra consolidaron su presencia, y un culto caníbal permitió mantener la unidad del linaje, salvo algún ocasional renegado que era expulsado de los territorios de la secta.
La suerte de los Nagaraja ha ido pareja a la de la Tal’mahe’Ra. Tras la caída de la secta varios antiguos Carnívoros, entre ellos el líder del culto de Afganistán, resultaron destruidos, pero los supervivientes han asumido el liderazgo de los restos de la organización, dispuestos a reasumir el poder en Afganistán, destruyendo el poder de los talibanes y los Ashirra. Actualmente cuatro miembros de la línea de sangre se encuentran en la ciudad de Kabul, y uno de ellos es un poderoso nigromante.
Salubri- En el norte de Afganistán se encuentra la montaña de Koh-i-baba, donde se encuentra un antiguo templo budista protegido por poderosos hechizos, un terreno agreste y difícil y la presencia de las belicosas tribus afganas. En esta aislada montaña reside un antiguo Salubri y sus seguidores. Aunque no está aliado con la Mano Negra, los vampiros de la secta han respetado su neutralidad.
Verdaderos Brujah- De la misma forma que los Nagaraja, un antiguo Verdadero Brujah encontró refugio en las montañas de Afganistán de las persecuciones de los fanáticos Ashirra musulmanes. La Tal’mahe’Ra le ofreció protección, y con el tiempo creó una progenie. Sin embargo, tras la caída de la secta y en las luchas por el poder, sólo dos miembros del linaje han sobrevivido, dos extraños guerreros que creen en el perfeccionamiento de cuerpo y mente.
VAMPIROS ORIENTALES
Afganistán limita con China a través del corredor de Wakhan, y en el mundo sobrenatural se encuentra en las fronteras del Reino Medio y de la Corte de Hueso de Chongqing. En ocasiones la Tal’mahe’Ra ha luchado contra los vampiros orientales, o ha descubierto espías o ha recibido embajadores, pero se trata de hechos muy puntuales y que han quedado registrado en las crónicas de la secta.
Los vampiros orientales que llegan a Afganistán, como tantos otros, son exiliados o herejes que huyen de las persecuciones en el Reino Medio. La Tal’mahe’Ra ha contactado con la secta de los Aks, lo que les ha proporcionado algo de información sobre la política de sus misteriosos vecinos. Sin embargo, más interesante ha resultado el descubrimiento de que la Corte de Hueso se encuentra gobernada por un culto de nigromantes llamado las
Flores de Hueso, una información que resulta muy interesante para los Nagaraja. Hasta el momento los intentos de infiltración o intercambio diplomático se han mostrado infructuosos, aunque fragmentos de información se han filtrado ocasionalmente entre ambas partes.
Para los vampiros orientales la destrucción del Antediluviano Ravnos y gran parte de su clan en la India ha sido como el derrumbe de una muralla. Nuevas posibilidades de exploración se abren hacia el oeste, y los exploradores Kuei-jin han comenzado a avanzar, poniendo sus ojos en Afganistán.