Ilustración de Kassie Fox
LA RETRIBUCIÓN
EL DERECHO A LA HEREDAD
Desde muy antiguo estuvimos cerca del poder, como una forma de proteger nuestros dominios y a nuestros seres queridos, a veces de forma involuntaria, forzados por las circunstancias. Y la verdad es que las tareas de gobierno suelen ser aburridas, y apartarnos de lo que realmente nos interesa: amor y belleza.
Por supuesto, no siempre es así. Nuestros Príncipes Cisne disfrutan con los juegos de los salones de poder, y para varios miembros de nuestro Linaje constituye un apasionado entretenimiento, pero en general creemos que el poder no es importante en sí, salvo como una herramienta para cumplir nuestra voluntad y deseo. Recordad: a menudo hemos sido príncipes, pocas veces reyes. A veces el trono sólo es un obstáculo más en el camino, y no el final del camino que seguimos.
Dicho esto, las Doncellas Cisne solemos acudir a los salones del poder, aunque no por los motivos que muchos creen. Los poderosos a menudo se sienten atraídos por la excelencia, y sin comerlo ni beberlo los cisnes tendemos a vernos envueltos en sus tejemanejes. Una hermosa amante, una celebrada artista o un audaz caballero pueden ser encumbrados para formar parte de la nobleza.
Preferimos los Feudos y Claros donde encontramos la belleza que amamos, o donde podemos estar cerca de nuestros seres queridos. A menudo los Feudos elegidos por las Doncellas Cisne abarcan lagos, ríos o corrientes de agua. También frecuentamos Feudos costeros e isleños, y a menudo aves del Ensueño se reúnen en ellos siguiendo nuestra estela. Hay quienes convierten sus hogares en un jardín, donde cultivan las artes y el amor cortés, labores que a menudo atraen a otras hadas y duendes interesados en esos objetivos.
Guardamos y protegemos con celo las comunidades en que habitamos, llegando incluso a sacrificarnos. Pero para nosotros los Feudos nunca son tan importantes como quienes viven en ellos. Más de una Doncella Cisne ha llegado al sacrificio personal para cubrir la retirada de los habitantes de un Feudo que protegía, e incluso ha llegado a medidas más extremas para garantizar la seguridad de sus seres queridos.
EL DERECHO A SOÑAR
Muchas veces el amor es sueño, y conocemos su importancia, tanto para nosotros como para los humanos, por lo que a menudo nos erigimos en sus guardianes. Sin embargo, proteger el amor no es fácil, la vida da muchos giros, el amor sufre por ello, y a veces tristemente termina cuando los caminos se separan, las personas cambian...o alguien muere. Es triste, pero es así.
Nos esforzamos por comprender el amor y los amantes, y procuramos cultivar relaciones sanas y felices, tanto entre nosotros como entre los demás, y cuando el amor termina, procuramos que la ruptura sea lo menos dolorosa posible, y que la aceptación, la comprensión y la empatía por el otro nos guíen. En lo que se refiere al Ensueño, nuestro pensamiento es similar: lo queremos, tratamos de comprenderlo, lo cultivamos y procuramos protegerlo.
El amor es una de las semillas del sueño, y nosotros la consideramos especialmente importante, una parte de nuestro legado. En los Feudos donde gobernamos y habitamos, quienes abusan del amor, y lo estropean con el miedo o el engaño con sus acciones, no son bienvenidos, y quienes Saquean o practican la Rapsodia sobre los amantes son considerados criminales.
EL DERECHO A LA IGNORANCIA
En los asuntos del amor siempre es prudente actuar con cuidado, y a veces, con discreción, para no estropearlo. Existen personas tímidas, y que se atemorizan ante la pasión desatada, y lo que para unos son buenas intenciones, puede ser malinterpretado, por no hablar de quienes confunden un sentimiento surgido de la obsesión malsana como amor genuino.
Solemos Encantar a nuestros amantes, preparándolos despacio para ese momento, y a veces también hacemos partícipes del secreto a nuestros familiares y amigos, pero siempre teniendo en cuenta la carga que puede suponer el Ensueño. La visión de la maravilla puede provocar temor y rechazo, y a veces también envidia, para quienes no han tenido la suerte de nacer entre las hadas y duendes. Algunos humanos pueden volverse especialmente ansiosos y codiciar lo que tenemos.
Así que el mejor consejo que puedo daros es que seáis discretos, y cuando el corazón os impulse a romper el secreto, tened cuidado.
EL DERECHO AL RESCATE
Cuando los enamorados sufren, acudimos y mostramos nuestra solidaridad y consuelo. No sólo en defensa de nuestros amantes, sino también de los amantes que sufren alguna injusticia, o para ayudar a quienes sufren por culpa de su amor. En otros tiempos, la libertad de los amantes no siempre era respetada por cuestiones de poder, posición y envidia, y ni siquiera hoy en día, sin importar la sinceridad, el amor es debidamente respetado. Por ejemplo, en algunos lugares, el amor de las minorías sexuales está prohibido y perseguido, y hemos convertido en una cuestión de principios ayudarles.
Y aunque apreciamos el amor, existen otros muchos motivos por los que este Derecho puede ser invocado. Desde tiempos antiguos a menudo hemos intervenido para ayudar a los inocentes, los oprimidos, para salvaguardar el arte y la belleza que amamos, o para enfrentarnos a la injusticia. Algunos pagamos el precio definitivo por los demás, llegando a sacrificar nuestras vidas.
EL DERECHO AL REFUGIO SEGURO
La hospitalidad a menudo va pareja con la solidaridad del rescate. Hemos ofrecido refugio a los perseguidos y oprimidos, y también hemos guardado el secreto de los amantes cuando ha sido preciso, o les hemos dado espacios seguros donde poder encontrarse sin correr peligro. De la misma manera que sabemos guardar los secretos del Ensueño, también sabemos comportarnos con discreción para que el amor no encuentre trabas ni impedimentos y pueda disfrutarse en libertad.
Recordad que vosotros mismos podéis necesitar este Derecho llegado el momento. Quizás terminéis siendo perseguidos, y entonces otra Doncella Cisne os ofrecerá su hospitalidad. Sin embargo, siempre tened en cuenta a quién comprometéis con vuestra presencia, y sobre todo, procurad ser agradecidos.
EL DERECHO A LA VIDA
Qué pacífica sería la vida sin amor. Qué segura, qué tranquila...y qué insulsa. Así dijo un sabio, y no puedo menos que estar de acuerdo. Disfrutad de la vida, sed felices y procurad haced felices a quienes os rodean. Sed sinceros en vuestro amor y haced vuestras vidas dignas de ser vividas.
Pero por valiosas que sean nuestras vidas, no dudéis en defender a vuestros seres queridos. A vuestra familia, a vuestros amigos, y por supuesto, a vuestro amor. Ellos son los que hacen que la vida merezca la pena vivirse, y si vuestra acción puede marcar la diferencia, actuad. La huida no siempre es deshonrosa, si con ella se salvan vidas, pero si tenéis que arriesgaros para salvar a quienes guardáis en vuestro corazón, no dudéis.
Cuando llega el momento de luchar, luchad con pasión, y haced que vuestros enemigos teman vuestra furia. Demostradles que los cisnes además de belleza, tienen un corazón que puede quemar. Cuando se trata de otros Kithain, rechazadlos o hacedles temer, pero nunca jamás utilicéis el hierro. Matar el Ensueño sólo sirve a la Banalidad.