"Countdown" 3

[Dava]

…Es una trampa…
La voz interior me susurra al oído y un escalofrió recorre mi espalda a mod de alerta.. Demasiadas coincidencia buenas en tiempo récord para una jodida noche en la que había llovido mierda para una vida entera. Niego levemente con la cabeza de una manera que creo casi imperceptible mientras doy un pequeño paso atrás de manera instintiva.
…sois el premio perfecto para que alguien asegure su posición con los mandamases…
Las palabras de MIKI resuenan en mi cabeza. Un recuerdo vago de cuando me enseñaba cómo funcionaba la política de ese nuevo mundo en el que había entrado por accidente. Eran tiempos mejores, vivía drogada y dependiente de él, pero era más … ¿feliz? Retrocedo el otro pie y miro al cielo fugazmente viendo como el Azul negruzco que nos ampara, da paso a un color que presagia nuestra destrucción.
¡Huye!
Ese video concreto mostrado por una desconocida sin temor alguno a su protagonista no puede ser una jodida coincidencia, ¿Cómo es que Nicole no lo ve? ¡Será estúpida! Las sombras bailan sobre el rostro de Naomi jugando con sus facciones y dándole una mirada mas aviesa y una sonrisas macabra. Vástago o Cazador no es de fiar, tanto ella como el refugio que nos ofrece.
-Louise… No deberíamos quedarnos aquí -miro en todas direcciones sintiéndome hostigada y acechada-. Algo no huele demasiado bien.

Fijo la mirada en Naomi y aprieto ligeramente el ceño mientras ladeo ligeramente el rostro y camino hacia Nicole para tomarla de la mano y sacarla de allí. Si da un solo paso… solo uno… será lo ultimo que haga.

[Nyxe]

Cuando por fin pensaba que podía respirar caminar aliviada, el -"No"- de Tindalos me hace dar un respingo.

Le miro a los ojos y veo su expresión de alarma. La manera en la que mira a Naomi... No se fía de ella. Y es verdad, toda la situación resulta extraña. No sé que ha hecho que le salten las alarmas, pero no seré yo quien ignore una corazonada. Si quiero que confíe en mí, yo también tengo que confiar en él.

-Disculpa Naomi, muchas gracias pero creo que es mejor que nos vayamos. Perdon por molestaros.

Estoy a punto de volverme con Tindalos cuando recuerdo una cosa más que me hace falta antes de que amanezca.

-¿Puedo pedirte un último favor? -le pregunto a Naomi -No tendrás un papel y un lápiz o un boli que me puedas dejar, ¿verdad? -No tengo ni idea de lo que hay en ese almacén, así que añado -Me vale con una hoja arrancada de cuaderno.

Cuando nos separamos de Naomi le digo a Tindalos en voz baja.

-Tienes razón, no debería haber flores por aquí.

No es que las rosas olieran mal pero a mí también me daban mala espina. Miro el cielo. No quedaba tanto tiempo para que saliese el Sol.

-No vamos a llegar corriendo. -Necesito entregar la carta en el buzón, es casi la única baza que tenemos ahora mismo. -¿Y si pedimos un taxi?

[Nyxe]

*** Acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad del W. L. V.

Había estado dándole vueltas durante el viaje en taxi que había pedido Tindalos, mientras intentaba al mismo tiempo no pensar en lo que podría ocurrir si la policía me veía a través de la ventanilla, y mantenerme agachada detrás del asiento para que eso no sucediera. Era lo único que se me había ocurrido. Con un poco de suerte, podríamos averiguar más cosas sobre las entregas que había hecho el Sistema Circulatorio en el hotel -por ejemplo, los implicados-. Con mucha, quizá Hope pudiese aprovechar ese acceso para colarse en los servidores y descubrir algún trapo sucio de Chang con el que poder chantajearla.

Saco de mi bolsillo un diente de ajo y comienzo a frotarlo sobre la hoja arrancada de cuaderno de dibujo que ha dado Naomi, sobre la que he escrito el mensaje apoyada contra la pared. Había temido que pudiese molestarse por haber terminado rechazando su Refugio, pero supongo que en el fondo se habría quedado más tranquila de que nos fuéramos. He cubierto como un cuarto de la hoja cuando me doy cuenta de algo.

El olor no es lo bastante fuerte.

Sigo reconociendo el olor del ajo. Tras mi Abrazo, no es que la comida empezase a oler "a otra cosa". Pero sí que dejó de hacerlo como siempre. Anna me explicó que como ya no éramos omnívoras, nuestro olfato y nuestro gusto se volvían más sensibles a otras sustancias, y eran otros olores los que nos resultaban atrayentes. No iba a poder seguir el olor a la noche siguiente. Si quería tener la oportunidad de rastrear a quien recogiese la carta, iba a necesitar otro olor. Uno que para mí fuera más fuerte.

Saco mi navaja y con la punta me hago una pequeña herida en la yema del dedo, dejando que fluya una gota de sangre. Mojo el mismo trozo de ajo en ella y continúo frotando por la cara en la que no he escrito, tratando de extenderlo con el suficiente cuidado como para que no se note que las líneas rojizas son sangre y no un garabato hecho con alguna pintura. Cuando termino, me llevo el dedo a la boca para cerrar la herida, doblo la carta y la meto en el buzón. Si no se disipa demasiado rápido, quizá este sí pueda ser un olor que sea capaz de seguir cuando vuelva a anochecer.

Salgo a la calle subiéndome la mascarilla de nuevo y me dirijo al lugar que me ha indicado Tindalos. Me encuentro con él en la puerta de la lavandería, con las manos todavía oliéndome a ajo.

-Espero que de verdad nos responda para cuando anochezca.

[Dava]

La vuelta de Nole trae consigo un aroma familiar. La verdad es que esta chica esta llena de sorpresas y no puedo hacer otra cosa que sonreir satisfecha con mi elección de compañera, tanto que por unos miseros instantes me olvido de lo jodida que estamos ambas y de lo inútil que me siento sin poder usas mi equipo o mis contactos. Puta Mierda de Segunda inquisición.

- Estaría genial, la verdad es que así podríamos tener algo con lo que seguir avanzando y unas migas para la serpiente de Yahaira… -niego con los ojos cerrados y sonriendo-. Por cierto, Muchas gracias por seguirme la bola con el tema de Naomi. Mi instinto me decía que no era trigo limpio…
aunque llevo un par de noches que parece que lo tengo atrofiado. Debe de ser cosa de la abstinencia.

Miro a Nicole por primera vez con la confianza a la que miraba a los míos cuando aun disfrutaba del sol. Por un momento recuerdo como he perdido uno de los cabos que me mantenían cuerda en este mundo de locos y veo el permanecer a su lado una alternativa para no caer en una espiral de sangre y autodestrucción. Es irónico. Ver en el apoyo de una Malkavian una opción para mantenerme cuerda en este mundo de locos. Pero también es sorprendente que de todos los vástagos con los que he tratado en las ultimas noches, ella ha sido la más estable y Humana de todos. Quizá mantenerme a su lado pueda compensar la perdida de la doctora, pues pese a los últimos tropezones que hemos tenido ambas, ninguna hemos dado la espalda a la otra.

- Quizá deberíamos aprovechar para acordar puntos de encuentro si la cosa se pone demasiado jodida las próximas noches, Louise -saco un mapa de la mochila y lo despliego mostrándole los “refugios” de los que dispongo y las zonas seguras que he descubierto durante el tiempo que llevo aquí-. Ya sabes por si nos separamos saber donde poder encontrarnos de nuevo…

[Nyxe]

-No hay por qué darlas -le respondo a Tindalos cuando menciona lo ocurrido con Naomi, haciendo con la mano un gesto de quitarle importancia que airea el olor del ajo. -Dicen que nuestra maldición es que podemos ver lo que ocurrirá pero que nadie nos creerá cuando lo digamos. Sé lo que es estar convencida de algo y no ser capaz de explicarlo o de que te hagan caso. -no creo que haya un Malkavian que no lo haya sufrido alguna vez-. Así que si tú me dices que estás seguro de algo, a mí me basta con eso -le aseguro, intentando esbozar una sonrisa.

Es absurdo si lo piensas. Si sabes que alguien tendrá razón aunque no le creas, ¿no pasas directamente a creerle? ¿No es más difícil seguir convenciéndote de lo contrario? Se me escapa un suspiro de resignación. No pretendo entender a la gente neurotípica.

Bajo la vista hacia el mapa de Nueva York extendido sobre la lavadora. Por un momento, me sorprende lo preparado que va siempre Tindalos y la cantidad de cosas que le he visto sacar de esa mochila tan discreta. Luego pienso que si a mí me gustan los abrigos con muchos bolsillos es precisamente por el mismo motivo.

-Buena idea -le digo mientras pienso en qué lugares nos podríamos encontrar. No conozco tantos lugares en Nueva York, y en la mayoría de ellos llamaremos demasiado la atención si nos quedamos rondando esperando al otro, o son demasiado públicos como para aparecer si escapamos de algún problema. -A ver, no creo que Ho... que Esperanza nos cierre la puerta, pero preferiría no abusar.

Trato de pensar en un lugar en el que no llamaría la atención que alguien esté esperando, y se me ocurre que en cualquier lugar que tenga sala espera. Por ejemplo un hospital. Intento recordar en cuál me había dicho Leah que estaba trabajando. Sé que estaba en Manhattan, ¿pero cómo se llamaba? Trato de ubicar mentalmente dónde estábamos cuando me lo dijo, y entonces caigo en que quizá no sea la mejor idea. Precisamente el personal sanitario, que está acostumbrado a buscar en la gente los signos de enfermedad, suele fijarse rápido en nuestra palidez y falta de respiración. Anna me había advertido desde el principio que no me acercase al hospital sin forzar a latir a mi corazón, y no me he atrevido encontrarme con Leah con él detenido, por mucho frío que hiciera fuera.

Pero hay otro sitio donde llamaríamos menos la atención. Busco las calle donde estaba el centro de acogida en el que empecé a cazar trabajar cuando llegué a Nueva York. En cuento lo ubico le señalo a Tindalos un punto de Queens no muy lejos de Brooklyn.

-Aquí hay un centro social en el que me conocen. Si necesitas dejarme un mensaje me lo darán, aunque tiene que ser con mi nombre. -Me da rabia que no se me hubiera ocurrido darles uno diferente. En aquel momento no me había parado a pensar que los móviles nos podían escuchar. -No es un lugar donde nos podamos quedar durante el día -demasiada actividad y poco espacio-, pero si te haces pasar por una persona sin hogar no te harán demasiadas preguntas.

Creo que es mejor avisarle, ya que si se queda demasiado tiempo alrededor probablemente mis compañeras asumirán que es un adicto y le dirán que si no busca ayuda es mejor que se vaya. Y pensándolo, no se estarían equivocando. Él lo ha mencionado hace un momento.

-Oye, ¿cómo estás llevando la... desintoxicación? -le pregunto mirándole a los ojos. Romper un vínculo de sangre requiere muchísima fuerza de voluntad. Y aunque se nota que le está pasando factura, he visto tanto a mortales como a Vástagos muchísimo más rotos a estas alturas. Lo que no tengo claro es si es porque Tindalos realmente tiene la templanza... o porque la abstinencia aún no le ha golpeado realmente en serio. -Sabes que es normal si sientes que te supera, ¿verdad?

[Dava]

Me sorprendo a mí misma golpeándole el hombro con el puño de manera cómplice, pero no tanto como cuando me percato que le he pasado el brazo por el hombro y estoy mirando donde señala en el mapa. Me estoy planteando apartar el brazo, que me he pasado de vueltas, cuando menciona a Hope.

- Creo que es mejor mantenerla al margen… que sea nuestra bala en la recamara por si falla todo lo demás. No quiero que esto salpique a nadie mas, salvo que sea del todo necesario.

Suspiro con cierto alivio al ver que aun conservo esos retazos de integridad que me mantienen ligada a lo que fui antaño pese a lo ocurrido en las últimas noches. Carraspeo escuchando sus argumentaciones y elucubraciones. Entonces me doy cuenta de que no me he explicado bien. No me refería a un refugio al que acudir ambas en caso de separarnos. Eso sería demasiado peligroso, sobre todo estando en el radar de la policía y con la SI Husmando por Manhattan.

- Vale, creo que no me he explicado del todo bien, Louise. Me refiero a un punto de encuentro, como el que acordamos en el hotel W antes de separarnos y entrar. Un sitio donde simplemente poder reunirnos de nuevo o poder dejarnos un mensaje en caso de ser necesario. No seria bueno exponerse demasiado a un refugio en el que lo rondan mortales si hemos tenido que separarnos y nos están persiguiendo -la aprieto contra mi hombro cual camarada para que vea que no ha sido una mala idea, sino un simple malentendido-. Pero esta bien que sepamos por donde buscarnos llegado el momento.

Al escucharla mentar la desintoxicación puede notar que me pongo algo tensa y quiebro ligeramente el cuello antes de separarme de ella y contestarla evadiéndola la mirada. Como un adolescente que tiene que hablar de algo personal ante una persona que aprecia pero no sabe por dónde empezar.

- La verdad es que te diría que lo llevo bien, pero… -miro al techo rascándome la nuca y me encojo de hombros- no te estaría diciendo toda la verdad. Yo me encuentro mejor que nunca y no siento la necesidad de buscarle para mi dosis. Pero también es cierto que, la Bestia está tomando el control más a menudo, como me paso con Naomi. Siento que cuando debería sentir el mono, ella entra en el control de la situación automáticamente sin que pueda resistirme. Como me paso cuando me encare con Bobby, yo jamás habría sido tan directa contra un Barón en su dominio, pero al sentirme arrinconada por su presencia, ella tomo el control y me revolví como un animal enjaulado -sonrio con cierta tristeza que me es ajena-. Es una puta mierda.

Golpeo suavemente la mesa mientras intento recomponerme. Haber perdido a Akiva ha sido un duro golpe que junto a la abstinencia me está pasando factura y, hasta el momento, al menos estaba ocupada preocupándome por Nicole, peor ahora que estamos relajadas y salvo, todo se esta derrumbando cual castillo de naipes. La gata callejera dispuesta a todo estaba bajando la guardia por primera vez en mucho tiempo.