
Tras la independencia, el emir Ahmad Al Thani comenzó a pasar cada vez más tiempo en el extranjero, y muchos cataríes creían que era necesario un cambio de liderazgo. En 1972 el primo del emir, Khalifa bin Hamad Al Thani depuso a Ahmad mientras se encontraba en una cacería en Irán. El nuevo emir contaba con el apoyo de la familia Al Thani y Gran Bretaña, así como el apoyo político, financiero y militar de Arabia Saudí.
Khalifa Al Thani recortó los ingresos de su familia e incrementó los gastos en programas sociales, incluyendo construcción, sanidad, educación y pensiones. También sustituyó muchos puestos del gobierno catarí con parientes próximos.
En 1991 Catar jugó un papel importante en la Guerra del Golfo, y su ejército invadió Iraq junto a las tropas aliadas de Arabia Saudí, los Estados Unidos, y otros países. El gobierno catarí también permitió el uso del territorio de su país como base aérea.
En 1995 Hamad bin Khalifa Al Thani depuso a su padre Khalifa en un golpe incruento, aunque hubo cierta resistencia por los partidarios de Khalifa. El nuevo emir de Catar manifestó su intención de avanzar hacia la democratización del país, permitiendo una prensa más liberal y elecciones municipales como avance de unas elecciones parlamentarias. En 2003 se aprobó una nueva constitución mediante referéndum, que avanzaba en la libertad de expresión y culto, y nuevos cambios sociales, económicos y democráticos se aprobaron con el comienzo del siglo XXI.
El golpe de estado de Khalifa Al Thani desagradó al Jeque Farad, pero no obstante sus chiquillos le convencieron que era necesario para aplacar el descontento de la población. El Jeque comenzó a delegar cada vez más los asuntos de estado en sus descendientes y en los visires de otros clanes, dedicándose a visitar a varias tribus árabes que mantenían su estilo tradicional de vida. Durante estos años también viajó a Arabia Saudí y a otros países de Oriente Medio, contactando con varios Mushakis, entre ellos Mahmoud bin Khalid, fundador de los Pastores del Islam.
El jeque Farad adoptó una actitud cada vez más conservadora y cuando Hamad Al Thani derrocó a su padre en 1995, reunió a la corte Ashirra de Catar y anunció que abandonaba el trono, cediéndolo a uno de sus chiquillos, el joven Abdulaziz Al Thani, aunque se reservó para sí el liderazgo de los Mushakis cataríes y del Golfo Pérsico.
El nuevo jeque Abdulaziz impulsó las reformas democráticas del gobierno de Catar. También apoyó la creación de la cadena de televisión Al Jazeera, y se mostró más receptivo al consejo de los visires Bisr y Saad, que mantuvieron su posición en la corte.
Sin embargo, las Noches Finales estaban llegando. En 1999 el visir Saad y su chiquillo fueron asesinados por unos cazadores de vampiros durante un viaje a Londres. El jeque Abdulaziz nombró a Mana, la chiquilla más antigua de Saad, como su sucesora en la corte. Por primera vez una mujer obtenía el cargo de visir en el dominio de Catar.