[CA] 8pm, primer piso

[Magda Dalmau]

Las palabras de Roxanna despiertan la duda en Block. “¿y si tiene razón? Quizás intentar regirme por las reglas sociales de nuestro mundo no sea lo más acertado aquí pero debería traicionarme a mi mismo para alcanzar mi objetivo…” Block no suele equivocarse, o eso creé él, y menos aún suele dudar de sus acciones, pero esta noche es diferente. De todas formas, siempre ha sido una persona resolutiva, y prefiere centrarse en las soluciones que en los problemas. Aprovecha la pausa de Roxxana para contestarle.

-Quizás tengas razón Roxxane, igualmente ya está hecho. Observa a Lagard y a Fenoll y continua.

-Lagard no ha mostrado interés en mí. Y Fenoll ha encontrado rápidamente otro... interés así que solo me queda esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos.

La pregunta sorprende un poco a block, pero más le sorprende que Roxanne vea posible que él y Grifols puedan llegar a conectar.

-¿Por qué lo preguntas? ¿No podemos abandonar la sala o es por los que la ha abandonado?

[Magda Dalmau]

- Sólo como un conejito en medio de la carretera - Contestó a la pregunta de Fenoll. Aquel tipo ejercía una especie de magnetismo muy similar a la de Llátzer. Cómo si fuera el protagonista de una novela, cuya condición no se revela hasta el epílogo. - La sugerencia de una relación provechosa para ambos, me agrada en demasía Señor Fenoll - dijo de una manera casi autómata. Sin apenas darse cuenta su boca siguió a las cuerdas vocales. - No creo que tenga mucho que contarle, pero sin duda, estoy a su servicio. - Dudaba si ofrecerle la mano, que ahora sudorosa, guardaba en el bolsillo.

No se arrepentía de nada. Llátzer le había decepcionado dejándolo allí con todos aquellos desconocidos. Se sentía la chica fea de un baile donde todos llevaban pareja y luchaban por un trono ficticio de popularidad. ¿O ácaso sería algún tipo de prueba del propio Llátzer? ¿Y si la historia estaba ahí, frente a sus ojos y no la estaba sabiendo interpretar?.

La idea iba y venía en su cabeza, como un mar resacoso, mientrás se sorprendía absorto, afirmando a todo lo que decía Fenoll.

[Magda Dalmau]

- Oh, yo no haría presunciones con Marta. Siempre pone cara de desinterés -dice Níobe, sin darse cuenta que habla más de la cuenta, dejándose llevar por la conversación- Claro que espera ser espectadora de las guerrillas, pero es que yo diría que ya han empezado. Las dos chicas con Santiago y... -ella gira la cabeza, como mirando a ver dónde está Marga pero pierde el hilo- En fin, que no creo que ella se quede toda la noche de brazos cruzados. Algo hará con Wang.

La vampira arquea una ceja escuchando el resto del discurso de Julián, definitivamente la viva imagen de la adolescente prestando atención a un profesor experimentado que la advierte de peligros que ella cree ya dominar. Parece que va a decirle algo, pero se guarda sus opiniones para si tras unos segundos de reflexión.

- No conozco mucho a Oscar. Pero es igual de tímido que tu, diría que sois almas gemelas. Todos te dirán que te acerques directamente a a hablar con sus acompañantes, pero yo te recomiendo o bien que te ganes a su ghoul o bien que vayas a él de una manera...poco incómoda. Supongo que sabrás a qué me refiero.

Níobe sonríe y sin buscarlo, deja ver una dentadura perfecta...con dos colmillos que si bien ahora no llaman la atención, están inusualmente afilados.

- Si al final tienes éxito, me deberás un favor -dice, alegre, aunque hay cierto tono de amenaza futurible sin que ella se de cuenta- ¿Qué te parece?
- Nadie mostrará interés en ti de manera directa cielo - Dice Roxanna, apoyándo su cabeza en el hombro de Block cariñosamente- Si vinieran a ti, como si tu fueras importante, perderían prestigio aquí dentro. Quizás tengas más valor que gente como Anna, pero con Marta o el Príncipe...

Ella lanza una risilla por lo bajo, como si estuviese disfrutando de la noche. Quizás efectivamente sea así y vea a Antonio como una pieza de un tablero al que juega por aburrimiento, no por pasión, amor o lealtad. Por ahora, las apariencias muestran que le interesa que su protegido siga siendo una pieza esencial, ¿pero durará para siempre?

Tampoco pasa desapercibido esa frase sutil, ese "como si fueras importante" educado, pero que esconde un desprecio endémico del que Andic no se va a librar así como así.

- Ah, porque no sé dónde está Damià -dice ella, separándose un poco y retocándose el pelo- Supongo que ha ido a cuidar de Santiago. Es su mentor, aunque no sé si eso le alegra o le disgusta. Supongo que de todo un poco, la familia acaba pesando.

Roxanna se queda pensativa mirando a las dos chicas con la Nosferatu y una sonrisa acaba apareciendo en su rostro.

- ¿Sabes qué? ¿Por qué no te acercas a ella? -dice señalando a Tangerine- Sé que es fea, pero....

Y le susurra algo en el oído, protegido a oídos indiscretos (off: estará en tu subforo)
Fenoll sonríe como el empresario que acaba de cerrar un trato beneficioso con una compañía mucho más pequeña. Aparentemente ambos ganan, pero a la larga, él sabe que uno devorará al otro y no será él.

- Me alegra pues que haya parado el coche a tiempo -dice, con una sonrisa diplomática. Chasquea los dedos y como aparecido de la nada, llega un camarero con una bandeja de copas de cava, ofreciendo una al escritor- Ya que está a mi servicio, podría hablarme antes un poco de usted. ¿Es usted artista? O algo así había escuchado...

El camarero se retira a los segundos, pero con él no se va la sensación que de pronto, el escritor es el chico mimado de la fiesta, que el individuo más importante quiere toda su atención y le dedicará tiempo. Para bien o para mal.

Isabel, por su lado, se queda al lado de Eduard, un paso por detrás. Pero no deja de mirar a Gonçal fijamente, sin parpadear, incomodando a cualquiera que la observe.

[Magda Dalmau]

Blanca entrecerró un poco los ojos. Una cosa era prestarse a morir a la vida que llevaba hasta entonces ofreciéndose como un corderito al que chuparle la sangre y otra muy distinta es que al corderito lo tomasen por ingenuo. "Vale, sé que me estás dejando el anzuelo para que pique...pero..."

- ¿Cuál es el precio de esos secretos jugosos que hay en su contra? Iba a disculparme por ser tan directa pero creo, por lo que me has dicho, que no es el idioma adecuado para entenderse contigo, Tangerine. O mejor dicho...¿qué es lo que esperas de nosotras? porque estoy segura de que frenar las intenciones de Santiago para con nosotras responde a parte de tus planes. No me malinterpretes mal, te lo tengo que agradecer porque me ha parecido un niñato gilipollas, pero además de incordiarle, por lo cual te tengo que aplaudir, tendrás intenciones que te han llevado a venir aquí....¿no?

Ahora sus labios sonríen, pero sonríen sin dientes, sus ojos están más atentos que nunca y su mano izquierda se ha posado sobre el hombro del de Rebeca. Siente su propia piel erizarse porque acaba de extender un pergamino para que se lo firme otro demonio y ni siquiera ella misma está segura de cuál es el valor de lo que ofrece.

[Magda Dalmau]

Tangerine:

-Bueno Rebby, a ver si mueves el culo, que se supone que ya deberías saber controlar a babosos y chavalines creciditos. ¿Cuál es tu plan de ligue de esta noche? -sonríe cuando menciona el modelito- ¿Mola eh? Lo saqué ayer de un container. Me queda estupendo, pero me sobra un poco por la parte de las tetas. Mierda de distribución de grasa post-mortem.

Oh, maldita sea. Eso sí que le pareció un golpe bajo-porque después de todo, Tangerine tenía razón. Pero bueno...Santiago ya era problema de otra.

"Y vaya problema" pensó.

-Me estoy quitando de esas manías, te lo prometo- dijo ella, dando un sobro a su copa-. Y creo que he tenido suficientes tíos por esta noche. Viendo el panorama, por un momento me sentí como en casa. -añadió, con un deje más ácido para sí misma que para otros.

Lo que había hecho nada más llegar había sido tropezar torpemente en el suelo delante de todos-aunque para la atención de pocos.

-Quizás soy demasiado amable con ellos-comentó. No quiso decir nada más, ni de lo que debería hacer o atreverse. En otra situación quizás se hubiese animado a hacer ese comentario, pero ¿ahí?

-De todas formas, sobre tu vestido, creo que así está estupendo, en serio. En cualquier otra quedaría aburrido y tan normal...


Nota la mano de Blanca sobre su hombro y la contempla unos instantes. Durante un segundo se le encoge el estómago. Si está ahí es por su invitado y debe de suponer que debería ser ese quien se encargara de eso, ¿no? Basta con ver a Tangerine para saber que esa opción precisamente no es la más fácil. Rebeca lo tiene claro-ha estado a punto de permitir que Santiago la camelara, aunque sabía que tras eso no habría nada. No tiene miedo a lo que pueda venir si Tangerine accediera-de hecho, es el menor de sus problemas. Quizás en el fondo Santiago nunca fue opción, y hasta se le pasa el leve enfado que podía haber tenido contra Tangerine.

Ahora, ¿y si a Blanca sí y a ella no? ¿Y si a ambas en el mismo lugar? Ya empezaba a oscurecer y sabía de alguna manera que eso complicaría las cosas, como si eso, de manera natural, enredara los acontecimientos.

- ¿Cuál es el precio de esos secretos jugosos que hay en su contra? Iba a disculparme por ser tan directa pero creo, por lo que me has dicho, que no es el idioma adecuado para entenderse contigo, Tangerine. O mejor dicho...¿qué es lo que esperas de nosotras? porque estoy segura de que frenar las intenciones de Santiago para con nosotras responde a parte de tus planes. No me malinterpretes mal, te lo tengo que agradecer porque me ha parecido un niñato gilipollas, pero además de incordiarle, por lo cual te tengo que aplaudir, tendrás intenciones que te han llevado a venir aquí....¿no?

Había que joderse. Blanca de verdad tenía un talento natural para adaptarse.

-Ten cuidado en cómo te expresas, Blanca-dice Rebeca con sincera cautela cuando menciona a Santiago, como si temiese que pudiera escucharla tan oculto como una sombra, como si siguiera allí. Luego se dirige a Tangerine-. Solo espero que no vinieras para verme pasar un mal rato con ese...¿prepuber? Vamos, quier saber si llevas mucho rato...

[Magda Dalmau]

Niobe cerciora una información que tenía más o menos contemplada. Somos los peones de una guerra entre monstruos. Pero en ves de pistolas y sangre, hay puñales verbales y abanderados humanos, manipulados, e ignorantes de la nueva realidad.

"Ay, que transparente eres, Niobe" pienso para mi mismo al darme cuenta de las intenciones de entrar en el juego que tiene la rubia. "¿Que parte de su juego entro yo? ¿y que querrá de ese tal Oscar?" Y de pronto un flash pasa nuevamente por mi cerebro "claro, que son monstruos... a veces se me olvida cuando los analizo como lo haría con cualquiera de la calle, tendré que ser más precavido al sacar conclusiones precipitadas"

-Vaya- digo con una sonrisa divertida en el rostro, con la mirada perspicaz aunque resignada de tener claro que era lo que esperaba -y yo que pensaba que estábamos formando una cierta amistad...- sarcásticamente añado con una pequeña carcajada que amenice la situación.

Dejo pasar un tiempo precavido antes de ponerme un poco más serio, aunque sin dejar el aura de resignación y cierta diversión que me anda acompañando desde hace un rato.

-Claro- digo dejando una buena pausa para darle el placer que está buscando descaradamente. -Un favor de igual importancia espero- vuelvo a pausar intuyendo que la importancia la dicta el que más poder ostente -¿O eres como los bancos que también pide intereses?- digo ya con claro tono bromista intentando en primer lugar fomentar un encariñamiento de su parte para conmigo y en segundo lugar demostrarle a Niobe que tengo una ligera idea de por donde van los tiros.

-Niobe- digo con un semblante más serio y decidido -no me importa hacer favores a la gente que aprecio- pauso antes de continuar -intuyo por la forma que lo has dicho, que no es lo más habiltual entre vuestro mundo, pero suelo ser bastante responsable con mis promesas y leal si la relación es recíproca- pauso dándole énfasi en la palabra lealtad. -Me gusta la gente sincera, aunque no la exprese con palabras- hago una última pausa -¿Quieres pedirme algo?- digo para cerciorarme si en ese tono amenazante ya hay una idea clara de qué es lo que deberé hacer... "será rubia, pero siempre hay una expeción a la regla"

Creo tener una idea bastante clara de la personalidad de Niobe, y es por ello que me decido a venderme y a ir mostrando poco a poco el por qué seguramente Chiara se fijo en mi. ¿Lo verá también Niobe? no lo sé. ¿Me habré ganado su apoyo? Espero que sí, ya que aunque sea la criada, es cercana al príncipe y más accesible que la que lo acompaña ahora mismo.

[Magda Dalmau]

- Ui, que quieres comprarme secretos -dice Tangerine, justo antes de meterse una de las largas uñas entre los dientes, como intentando sacarse algo- No sé, no sé, todavía no estoy segura de lo que puedo pedirte. Pero tomo nota: en cuanto lo sepa, haremos un trato. Por ahora sólo puedo dejarte caer que Ignasi está muy afectado por la pérdida de su elegido para ser chiquillo. El pobre se duerme llorando tooooodas las noches, abrazado a la almohada, dejándola perdida de sangre como una adolescente con regla copiosa...

La Nosferatu se ríe, masticando lo que sea que ha encontrado con la uña. Y justo después, se recoloca el escote.

- Ah, yo estoy aquí asegurándome que las cosas mejoran para mi. O que por lo menos, no empeoran. Si no viniera, creeme que se jodería. - Se ríe con ganas, de manera escandalosa, ante el comentario de Rebecca- Ai nena, os he visto desde el principio ir directas a él como perras en celo. Casi habéis dejado un rastro de humedad en el suelo, pero no os juzgo: yo cada vez que le veo podría acabar plantando arroz en mis bragas. Está bueno el cabrón. Pero es un enfermo. Si es que no hay soltero de oro sin pegas.

Tangerine pone sus manos en la cintura, como meditabunda y echa un vistazo por la sala.

- Cuando llegue EL CAPULLO, avísame. Que no le pienso dejar ni un centímetro a ese imbécil.
Níobe sonríe, creyéndose la chica más lista de la sala. Aún necesita muchos golpes, sobrevivir a varias traiciones y ser castigada por sus atrevimiento para curtirse. Aún le queda mucho para sufrir y aprender.

- Pues en verdad sí puedes hacer algo por mi. -dice, cruzando los brazos tras la espalda con coquetería- No será fácil, ni sencillo. Pero si lo consigues...bueno, tengo unos favores por cobrar de Ignasi, unos valiosos. Puede que te interese más esta opción que la de ir a por Oscar. O puede que debas recurrir a ella cuando ya no tengas opción

Ella se inclina sobre el hombre y le susurra algo en el oído (off: que irá a tu subforo), esperando que nadie escuche lo que dice.

[Magda Dalmau]

Debo admitir que si me hubieran preguntado qué tan nervioso estaba mientras la imponente mujer me observaba en silencio, analizando la situación, de haber respondido algo más ligero que "casi me muero" muy probablemente hubiera mentido como un vellaco. Debía andarme con pies de plomo, y aunque me sentía confiado, sabía que si no iba con cuidado caería en una trama, o algo peor. Del resultado de aquella noche no dependía únicamente yo, no podía arriesgarme a ir demasiado rápido o demasiado confiado. Esperé en silencio, mirándola a los ojos, con la misma sonrisa sutil pero siempre presente.

¿Dio mal rollo que me dijera de acercarme tanto a ella cuando no había nadie cerca? Sí. Mucho. Lo primero que pensé fue que me iba a hacer ver las estrellas por ir de listo. ¿Me negué o di a entender que estaba dudando? Claro que no. Cabezota se nace, así que tras dedicarle una mirada curiosa me incliné hacia ella. Por favor, que no sea nada malo y de verdad hagamos un trago, que no sea nada malo, que no sea nada malo. Por favor.

[Magda Dalmau]

No le sorprenden las palabras de Roxanna, sabe cómo funciona su cerebro y lo esconde su corazón, y aunque no lo comparte ha aprendido a aceptarlo, por lo menos mientras la situación así lo exija.

Cuando ella le susurra al oído Block se sorprende. No Tanto por lo que escucha sino por lo que está detrás de las palabras. Se queda unos segundos sumido en sus pensamientos, cavilando lo que ha escuchado. “En serio Roxanna quizás estas…” Su rostro muestra una determinación clara hacia qué, solo él lo sabe.

-¡Oh libertad, cuantos crímenes se comenten en tu nombre! Sonrie a Roxanna y hecha un vistazo a la sala, después de unos segundos le hace un ademan con la cabeza a ella y se dirige hacia las tres mujeres.

Cuando llega a la altura de ellas se coloca al lado de Tangerine, pero primero se dirige a las dos mortales.

-Buenas noches espero no interrumpirlas, pero aún no nos han presentado, me llamo Antonio Block, es un placer conocerlas. Entonces dirige su atención a la Nosferatu.

-Buenas noches, debo decirle que desde que ha entrado no he podido parar de mirarla, es usted una criatura fascinante señorita Targerine ¿no?

Realmente Block no puede dejar de mirarla, intenta racionalizar como puede alguien moverse, hablar, pensar en ese estado. Durante un momento olvida lo que son y él solo ve a un paciente accidentando o con alguna enfermedad e intenta descubrir como mejorar su estado.

[Magda Dalmau]

Cita:

-Ten cuidado en cómo te expresas, Blanca-dice Rebeca con sincera cautela cuando menciona a Santiago, como si temiese que pudiera escucharla tan oculto como una sombra, como si siguiera allí. Luego se dirige a Tangerine-. Solo espero que no vinieras para verme pasar un mal rato con ese...¿prepuber? Vamos, quier saber si llevas mucho rato...

Blanca se queda mirando a su amiga sorprendida ya en un grado de más convencimiento al ver que sus pesquisas sobre la relación entre las dos apuntan a que tiene más tiempo del que empezaba a intuir. Parecía mentira que aquella carita de niña buena que tenía Rebe guardase un secreto tan escabroso como conocer a una de las Nosferatus con más influencia en el panorama de la Estirpe de Barcelona. De estas cosas que en el fondo las sabes pero no quieres verlo cara a cara. Pero pronto la voz de Tangerine captó de nuevo su atención.

Cita:

- Ui, que quieres comprarme secretos -dice Tangerine, justo antes de meterse una de las largas uñas entre los dientes, como intentando sacarse algo- No sé, no sé, todavía no estoy segura de lo que puedo pedirte. Pero tomo nota: en cuanto lo sepa, haremos un trato. Por ahora sólo puedo dejarte caer que Ignasi está muy afectado por la pérdida de su elegido para ser chiquillo. El pobre se duerme llorando tooooodas las noches, abrazado a la almohada, dejándola perdida de sangre como una adolescente con regla copiosa...

La ilustradora frunce un poco el ceño.

- Pero...la anterior vez que se hizo una fiesta como esta...¿los ...que....son....como...nosotros...ya tenían en mente que iban a ser seguro Chiquillos de algunos de ellos...y...los perdieron? No lo entiendo...es que....¿la transformación puede fallar?...¿qué pasó exactamente con ellos? - preguntó extrañada - ¿y quién iba a ser el Chiquillo de Ignasi?

De repente, uno de los otros invitados se pone al lado y la vallisoletana gira la cabeza echando otra de sus sonrisas combinada con una mirada que no dejaba lugar a dudas que no le hacía gracia que otro caballo de esta carrera fuera al mismo bebedero. Justo después de su pregunta.

Cita:

Cuando llega a la altura de ellas se coloca al lado de Tangerine, pero primero se dirige a las dos mortales.

-Buenas noches espero no interrumpirlas, pero aún no nos han presentado, me llamo Antonio Block, es un placer conocerlas. Entonces dirige su atención a la Nosferatu.

- Buenas noches, señor Block - responde ella. Y antes de que fuera a corresponder con su nombre, el hombre se dirigió a Tangerine, obviando toda respuesta. Blanca se calló y se dedicó a observar la escena con algo de odio.

Cita:

-Buenas noches, debo decirle que desde que ha entrado no he podido parar de mirarla, es usted una criatura fascinante señorita Targerine ¿no?

Realmente Block no puede dejar de mirarla, intenta racionalizar como puede alguien moverse, hablar, pensar en ese estado. Durante un momento olvida lo que son y él solo ve a un paciente accidentando o con alguna enfermedad e intenta descubrir como mejorar su estado

"¿Le dirá también a él que las palabras dichas con delicadeza sobran? ¿O como es un hombre medianamente atractivo intentará aprovechar el interés?" pensó rápidamente cuando escuchó de él la palabra "mirarla".