No solo de éter viven los sueños
No solo de sangre vive el vampiro
Aún siendo un país tan inhóspito, la vida se ha abierto camino en sus nieves y sus duras condiciones. Así, más duros son los propios rusos…pero eso únicamente porque los enemigos son también duros de roer. Ya sea el clima del invierno o los enemigos, los fríos corazones de los gobernantes o las propias rencillas familiares, Rusia carece en parte de esa nobleza y finura a la hora de afrentar los problemas. Sus Cortes no se parecen a aquellas entre los muros de Inglaterra, Francia o de Austria. Mientras que el resto de Europa ha salido ya de la Edad Media para comenzar la bella época del Renacimiento, Rusia aún tiene que salir de un periodo complicado y oscuro.
Rusia con una sociedad con luces y sombras dadas con un pincel de manera muy tosca. Las buenas gentes son de una gran resiliencia y resistencia, porque no hay lugar para el débil. Todos acaban aprendiendo a la fuerza una lección o dos: algunos, porque el invierno les recuerda que deben de trabajar más duro para tener provisiones; otros, porque las puñaladas traperas han arrebatado la vida de un ser querido en pos de una meta política. Incluso el zar Iván IV se vio envuelto en tales situaciones: siendo poco más que un niño, él y su hermano menor mendigaban en el Kremlin mientras los boyardos lo maltrataban y se reían de él. Los más sabios recuerdan algo: que Rusia es cruel con todos.
Sin embargo, esto no quita que haya gente más cruel que otros. Muchos de los que se endurecen con las experiencias en su vida se vuelven firmes y fuertes como robles; otros en pos de evitar semejantes situaciones, vierten venenos en las copas de sus propias familias.
Esa parte más oscura de la sociedad rusa es más grotesca y visceral que la de otras sociedades. Los campesinos lo saben: hay que hacer cuanto sea para sobrevivir otro invierno. Los burgueses lo saben: hay que hacer cuanto sea para conseguir mayor crecimiento económico. Y los nobles lo saben: al igual que los vampiros…desean que Rusia sea una pieza de poder en el tablero que presenta Europa. Y tras años de pillaje de los tártaros, guerras internas, destituciones de poder y otras problemáticas, es hora de que poco a poco Rusia crezca.
Y algunos de los que habitan en Moscú son las piezas perfectas para el uso de los cainitas, en pos de una misma meta…o quizás, no son sino el obstáculo del que deshacerse.

Iván IV es el Zar de Todas las Rusias y primero en nombrar tal título, mediante el cual unificaba todos los diferentes territorios y principados bajo una sola corona: la suya. Su juventud no fue fácil, también manchada de sangre (su madre fue asesinada cuando él tenía tres años y su padre había fallecido algo antes) y prácticamente fue mendigo con su hermano pequeño en su propio palacio, hasta que tomó las riendas de su corona asesinando a los hombres que le arrebataron el trono. Cuando lo hizo, no tenía más de trece años.
Su carácter se volvió más con los años, y no sin motivo. Su primera esposa, a quien tenía gran devoción (Anastasia Romanov) fue al parecer envenenada, e Iván hizo asesinar a todos los sospechosos. Sus siguientes matrimonios fueron complicados también, y su justificado rechazo a la clase boyarda (quienes primero asesinaron a su madre, luego tomaron su trono y después asesinaron a su esposa) hace que, a menudo vea fantasmas donde no los haya. Así, es un monarca que a menudo es presa de sus pasiones y cóleras y lleva a tomar acciones crueles, las cuales se deben de acatar, no por lealtad…sino por miedo.
Así pues, el Zar Iván es la Autoridad, en mayúsculas. Tiene un poder casi divino y el respaldo de muchos que saben que es el árbol que mayor sombra da, además de ser la espada contra la herejía católica. Sin embargo, la mente del Zar es un misterio incluso para muchos cainitas. Una noche, las palabras aduladoras de alguien podrían ganarse sus simpatías, solo para ser azotado al día siguiente o estacado y quemado…y no tiene por que ser precisamente un vampiro quien espere una estaca en su pecho.
De manera indirecta, que los vástagos más poderosos de Rusia sigan siendo poderosos, depende de que sepan guiar y manipular bien a sus sanguijuelas, en especial para cuidarse de posibles furias del zar.
* * * IVÁN IVANOVICH

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FIODOR IVANOV

* * * MARIA NAGAYA La última esposa del Zar Iván, no aceptada por la Iglesia Ortodoxa. Una mujer pasiva y asustadiza, mucho más joven que su marido y casi de la edad de sus hijastros, tiene motivos para estar preocupada, pues ya varias esposas han sido asesinadas.
* * * YELENA SHEREMÉTEVA

* * * BORIS GODUNOV

Boris Godunov es uno de los hombres más cercanos al Zar. De origen humilde de una antigua familia caída en desgracia, el Zar Iván le devolvió el cargo de boyardo, alzándolo y convirtiéndolo en una figura de poder e influencia, así como un leal ayuda de cámara y consejero del Zar y los zarévichs. Obviamente, despierta opiniones encontradas por parte de otros boyardos y antiguos príncipes, que no entienden cómo Boris ha podido ascender tan rápido y a ganarse las simpatías del Zar…
* * * MARIA SKURATOVA

María Skuratova es la esposa de Boris Godunov, pero no solo eso: es la hija del ya fallecido Maliuta Skuratov, antiguo favorito del Zar…y jefe de la Oprichnina, por la cual tantos boyardos y personas padecieron sus crueles métodos.
* * * IRINA GODUNOV

La hermana menor de Boris Godonuv, y esposa de Fiodor Ivánovich (el hijo menor del Zar Iván IV). Aunque parece que el matrimonio se quiere y se lleva bien, no faltan rumores y palabrerías de que ha sido un movimiento de Boris para tener más poder en la Corte, siendo ahora cuñado del zarevich. * * * LUDOMIR DARGOV

El Boyardo Servidor, asistente personal del Zar Iván y de su familia, así como secretario del mismo, sabe que baila en el filo de la navaja. Por un lado, goza de los mayores lujos y estos puede compartirlos con su hija. Por otro, sabe que el chollo puede durar tanto como Iván lo permita. Parece un hombre, sin embargo, agradable y sensato; pero cuando se está tanto tiempo cerca de Iván, las apariencias son una habilidad que debe de adquirirse por el bien de la supervivencia.
* * * LUDMILA DARGOVOVNA

* * * LA FAMILIA RAJMANOV
Una familia de nobles boyardos. El padre y cabeza de la familia, Piotr Rajmanov, boyardo Mariscal, está casado con Olga Rajmanov y tienen dos hijos: Dragan, Darko y una hija, Rada.