
EL SABBAT DE BARCELONA (primer borrador)
Durante los dos últimos siglos dos manadas de La espada de Caín han convertido la ciudad condal en su campo de batalla, lanzando ataques a la Camarilla y enfrentándose entre sí en escaramuzas que han teñido de rojo las calles de la ciudad. Els cavallers de Sant Jordi eran un grupo de seguidores de la senda del acuerdo honorable que trataban de respetar el código de Milán y devolverle la antigua nobleza a la Mano negra, mientras que Els dracs eran un culto salvaje de animales que ensalzaba la figura de la bestia y el dragón como una representación del diablo y el pecado.
Durante décadas los dos ejércitos de cainitas pusieron en jaque la ciudad, pero el albor del siglo XXI puso fin a la antigua vendetta que las enfrentaba. La mayoría de Els cavallers de Sant Jordi respondieron a la llamada a las armas y partió a la cruzada de la Gehenna, otros fueron barridos por la inquisición. Els dracs también sufrieron el golpe, pero se retiraron a los túneles y sus guaridas en los barrios más socialmente deprimidos para lamerse las heridas y, desde entonces, han estado reclutando y reponiendo sus filas, espoleados por su victoria final sobre su rival histórico.
Los pocos cavallers que quedan, menos de media docena, saben que han perdido la guerra, pero están decididos a morir con honor y no dejar que la antigua gloria del Sabbat se desvanezca sin una última batalla. Malheridos y bajo mínimos, llevan semanas peinando Barcelona en busca de un objetivo adecuado, un antiguo sobre el que arrojarse en busca de la muerte en combate. Sin embargo, es igualmente posible que giren sus espadas hacia los supervivientes dels Dracs y encuentren su final enfrentándose a su histórico enemigo.
Si Els cavallers representan al antiguo Sabbat, Els dracs reflejan la nueva Mano negra, muerta y renacida en la Cruzada, en un nuevo siglo que ha dado a luz a los mayores monstruos de la historia de la Mano negra, cainitas bestiales armados y adoctrinados para llevar la violencia a las calles. Els dracs son algo más de una docena de chupasangres jóvenes e inexpertos, su actual líder es el único superviviente de una manada purgada por los 12, un grupo inquisitorial. Actualmente, ha adoptado el hábito de sacerdote y dirige a una nueva generación de reclutas en la senda de los cátaros.
Para Els dracs es cuestión de principios acabar con Els cavallers, el último vestigio de una Espada de Caín oxidada, vetusta y polvorienta que debe morir con los tiempos que han dejado atrás. Además, Els dracs promueven una senda de monstruosidad y metamorfosis bestial con la figura del dragón como referencia, adoptando formas escamosas, alienígenas y demoníacas que reflejan su alma corrupta. Valoran, por encima de cualquier otra habilidad, el dominio del Protean, el poder de convertir sus garras y ojos en los de un saurio.