
El propósito original de la Jerarquía era doble: asistir el paso de las almas a través del Inframundo y protegerlas contra el Olvido. Fue a razón de esto que Estigia se desarrolló como una estructura militar, para lograr más fácilmente dichos objetivos. Los Sin Descanso necesitaban ser guiados en sus intentos de dejar atrás el mundo de los Vivos.
Al mismo tiempo, estas almas necesitaban ser monitoreadas y protegidas para que sus intentos no fueran contraproducentes y las condujeran al Olvido. Pequeños grupos bien disciplinados conformaban grupos más grandes, de esta manera era posible luchar contra el Olvido y lograr la Trascendencia.
A pesar de los cambios que han ocurrido a lo largo de los siglos en la Tierra de las Sombras, los títulos por lo cual son conocidos los Wraiths de la Jerarquía han persistido, aunque en la mayoría de Necrópolis solo hay vestigios del viejo sistema.
La mayoría de wraiths que pertenecen a la Jerarquía no se consideran a sí mismos soldados, excepto en el sentido más amplio del término (“Todos somos soldados en la batalla contra el Olvido.”). Aunque podrían tener un “rango” como Legionario o Centurión y podrían pertenecer a una Cohorte, esto simplemente significa que han sido reclutados, reclamados o capturados por agentes de uno de los Señores de la Muerte, marcados con el símbolo del Señor de la legión y dejados para que se dediquen a sus propios asuntos.
Representan al ciudadano típico. En tiempos de necesidad, pueden ser llamados a servir a su Señor, de la misma manera que una nación puede llamar a sus ejércitos. Adicionalmente, a lo largo de los siglos, la Jerarquía ha desarrollado un ala administrativa, donde aquellos miembros que no están sujetos a la disciplina militar de las Legiones, puede mantener una estricta progresión de autoridad la cual es paralela a los rangos de los ejércitos de Estigia.
Los wraiths que activamente sirven a la Jerarquía como soldados toman su rango más seriamente. La Jerarquía está estrictamente más vinculada a la noción de rango que cualquier otro grupo en el Inframundo, y como resultado, hay una especie de sistema de castas que se ha desarrollado en la Tierra de las Sombras incluso hasta el día de hoy.
Los líderes lideran, y los seguidores siguen; pero la mayoría de los funcionarios de Estigia (al menos los que están en los rangos medios) han aprendido a escuchar las ideas de sus subordinados. Las amargas lecciones de las Tierras de la Piel han enseñado incluso al más duro de los veteranos de la Jerarquía que obedecer la sabiduría de un líder es mucho mejor cuando se tiene alguna voz sobre el propio destino.
Ver a la Jerarquía como una masa sin rostro de soldados regimentados es verla a través de lentes distorsionados de presuposición. En realidad, las Legiones de cada Señor de la Muerte tienen su propia estructura única que refleja la naturaleza de los wraiths que caen bajo su control. La disciplina varía entre cada uno de los Señores, así como también dentro de cada patrulla de Centuriones.
Aunque la imagen estereotípica de unidades de soldados sin personalidad aún puede ser encontrada en la Jerarquía (particularmente en Estigia, donde las sombras del mundo moderno difícilmente llegan) la mayoría de las patrullas de la Jerarquía reflejan la naturaleza y talentos únicos de los individuos que las componen. El tono general de la Necrópolis en la cual reside un wraith de la Jerarquía también afecta su actitud. Una Necrópolis que está constantemente bajo asedio tiende a producir un brazo más militarista en lugar de uno que simplemente obedece nominalmente a Estigia.
La mayoría de patrullas de la Jerarquía contienen una variedad de individuos que sirven como reclutadores, educadores, expertos en relaciones públicas, oficiales de inteligencia, directores sociales, oficiales de intendencia, directores sociales, escoltas, espías y por supuesto especialistas de combate. Las patrullas especializadas existen, pero estas se crean con propósitos muy específicos (espiar un supuesto bastión Renegado o infiltrar una secta Herética).
La movilidad también es posible (y en muchos casos alentada) dentro de la Jerarquía. Los Lémures (recién muertos) reclutados como Legionarios pueden eventualmente hacer su camino a altos cargos. Ganar la posición de Centuriones, o líderes de patrullas, ocupa el tiempo de muchos Legionarios que buscan cada oportunidad para brillar allí donde la excelencia va a ser notada.
De igual manera, en la estructura administrativa de la Jerarquía, recursivos y emprendedores Oficinistas (el rango más bajo de la burocracia de Estigia) buscan llamar la atención de sus supervisores. Sin embargo, la mayoría de Legionarios y Oficinistas están destinados a mantener como perpetuos subordinados, de la misma manera que muchos Animados (vivos) están destinados a mantener una posición que no destaca en sus carreras profesionales.
Para aquellos lo suficientemente afortunados para lograr un ascenso, un nuevo mundo de maniobras sociales y políticas se abre. En teoría los Centuriones ganan su posición a través de un excelente servicio a Estigia (o simplemente por saber a quién lamer las botas). Por lo tanto, mantenerse a cargo de las patrullas se convierte en una lucha interminable por mantener la cabeza a flote mientras otros quieren hundirte.
Unos pocos wraiths se contentan con sus cargos como líderes de patrulla, contentos en su servicio a Estigia sin necesidad de mayores ambiciones. Sin embargo, la mayoría de Centuriones y Clérigos trabajan por conseguir una mejor posición y por encontrar una forma conveniente de llamar la atención de sus superiores (muchas veces sin importar si eso implica pasar por encima del resto). En los cargos administrativos de la Jerarquía, los Operarios ven sus roles solamente como el primer paso para ganar poder real dentro de la Jerarquía.
En términos de corporaciones (y la Jerarquía puede ser vista como una corporación), los Centuriones y Operarios son el grupo de talentos del cual unos pocos individuos son elegidos para llenar cargos más altos en la compañía.
Los centuriones que logran reconocimiento por sus habilidades o maniobras exitosas, pueden ser promovidos al rango de Mariscal y ganar control sobre varias patrullas y sus Centuriones. A este nivel de autoridad, el verdadero talento gana sobre la apariencia y el encanto, y los más exitosos Mariscales deben llevar un registro ejemplar para soportar sus aspiraciones de poder. En el ala administrativa, los Operarios pueden ser promovidos a Inspectores si han demostrado gran capacidad de gerencia y de manejo de aquellos que están bajo su supervisión.
En el marco casi-feudal de la Jerarquía, los Mariscales ocupan el puesto de los pequeños señores. Muchos wraiths que se han elevado al rango de Mariscal caen presas de la complacencia asociada a ser un pez grande en un estanque pequeño. Otros disfrutan la idea de tener poder sobre un área definida (Usualmente, una Morada, que es el término que se usa para los sancta sanctorum de los wraiths, las cuales muchas veces tienen complejas políticas y líderes, ejemplos de moradas abarcan: mansiones embrujadas, pequeños pueblos malditos, trenes embrujados, etc.) y usan su pequeña influencia para implementar su filosofía particular de liderazgo.
Los mariscales a menudo tienen a encontrarse con presión tanto de arriba como de abajo. Están demasiado cerca de las “tropas en el campo” como para ser conscientes de sus necesidades, y están sujetos a órdenes de superiores (las cuales muchas veces desconocen las realidades de los wraiths en el campo de batalla).
Los Inspectores comparten las dificultades de sus contrapartes militares, con los cuales esperan establecer una relación cooperativa. Sin embargo, cuando las necesidades militares y civiles entran en conflicto, ambos entran en encarnizadas luchas de poder. Como protectores de las políticas locales, los Mariscales y los Inspectores están sujetos a la crítica de todo el mundo cuando las cosas salen mal, y además sus éxitos suelen ser vistos como una muestra de la “sabiduría” de sus superiores.
Sin embargo, los funcionarios o militares hábiles son capaces de cambiar dicha percepción. Los fallos pueden parecer el resultado de la pobre conceptualización de aquellos que están al mando, mientras que el éxito puede verse como el resultado de esfuerzos propios. De esta manera, Mariscales que logran mantener una relación favorable (o desprestigiar a sus superiores, mostrándose como más eficaces) pueden ser promovidos a Regentes.
Mientras que los Inspectores se pueden elevar al cargo de Ministros. Regentes y Ministros son representantes de la más alta autoridad que no está directamente asentada en una ciudadela de la Necrópolis. Lograr estas posiciones honoríficas implica que un wraith ha demostrado su lealtad al establecimiento de Estigia, mientras al mismo tiempo ha logrado atraer la suficiente atención favorable como para solicitar una recompensa sustancial.
La Jerarquía depende de sus Regentes para coordinar las actividades de un numero de los Mariscales. Mientras que los Ministros, deben supervisar a los Inspectores del área, y tienen también la responsabilidad de equipar y mantener aprovisionadas las Legiones locales mientras mantienen un ojo atento a la economía de la región y a la asignación de recursos.
Regentes y Ministros deben estar dispuestos a trabajar dentro de su propia Legión mientras a su vez mantienen relaciones laborales con sus contrapartes al servicio de otros Señores de la Muerte. Ellos reciben sus instrucciones directamente de la Ciudadela, y su responsabilidad es verificar que los Sectores de una Necrópolis bajo su control permanezcan estables.
Dado el estado actual de Estigia, esto no es una tarea para nada fácil. Si logran salir vivos de las redes de conspiración que se tejen a su alrededor, de los enemigos políticos y los miembros de otras facciones que los quieren muertos, los Regentes pueden aspirar al cargo de Señores (Overlords, no confundir con Señores de la Muerte), y con ello convertirse en los consejeros del Anacreonte de su Legión. A su vez, los Ministros que muestran suficiente talento pueden convertirse en Cancilleres.
Algunos dicen que el poder real en cualquier Necrópolis no descansa en las manos de los Anacreontes, sino en quienes los asesoran. Estos son los wraiths que tienen acceso directo a los Anacreontes a los que sirven, y cuyos consejos se convierten en políticas de la Necrópolis.
Estas voces a veces pueden llegar a los salones de la misma Estigia, y los wraiths verdaderamente ambiciosos pueden verse nombrados como Cancilleres o Señores dentro de los niveles más altos de la política de Estigia o si tienen suerte, dentro de Estigia misma. Estos Cancilleres y Señores forman parte del Gabinete del Anacreonte, y es su trabajo lidiar con las mejores soluciones para una situación (como puede ser un Maelstrom, es decir una tormenta del mundo de los muertos, o una invasión de Espectros). Usualmente el consejo de un Señor toma más importancia que el consejo de un Canciller, si el asunto que se trata es sobre la guerra, mientras que en situaciones de tipo más civil la palabra del Canciller cobra más importancia.
Aunque todos los cargos de la Jerarquía por encima del de Centurión y Operario son teóricamente nombramientos directos realizados por un Anacreonte, en realidad, la mayoría de candidatos son llevados ante el Anacreonte por los consejeros. De esta manera se refuerza la lealtad y el intercambio de favores (y obviamente la corrupción).
Los Anacreontes poco pueden hacer ante nocivas prácticas que conduzcan al tráfico de influencias, esperando elegir bien a sus asesores. El objetivo de la mayoría de wraiths de la Jerarquía es lograr el rango de Anacreonte, el grado de disciplina ejercida en una región depende de qué tanto un Anacreonte se adhiera a las reglas. Es lógico, además, que para el momento en el que un wraith haya logrado este cargo, habrá también logrado una perspectiva respecto a la sociedad wraith, los Heréticos y los Renegados (y si no la tiene, pronto verá cómo su poder se viene abajo).
La misma orientación de la Necrópolis obviamente depende de si el Anacreonte proviene de una casta militar o administrativa. Sin embargo, una vez ya se está en el poder, los Anacreontes tienden a revelar su verdadero rostro (para bien o para mal) y Estigia está demasiado lejos como para intervenir en las políticas internas de la Necrópolis.
Siempre y cuando un Anacreonte mantenga las relaciones comerciales con Estigia estables, no se le suele incomodar. De hecho, ciertas necrópolis distantes son una versión en miniatura de la propia Estigia con el Concilio de Anacreontes (una Necrópolis es gobernada generalmente por un Concilio de Anacreontes de cada Legión) bajo el control absoluto.