La reunión con la Obispo ha sido instructiva. Aún hay muchas cosas que no entiendo, y aún más que anhelo. Mi familia... no... ya no tengo... la pesadez en el corazón por la pérdida es tan insoportable que a veces actúo de forma imprudente; importándome más bien poco las consecuencias. Donde antes era callado y expectante, ahora me he vuelto rebelde, revoltoso. Dentro de mi alberga una sed de sangre, una ira, una frustración que hacen entender la locura y el salvajismo de la Edad Media. La paciencia me escasea con cada día que paso en este nuevo mundo.
Ya no quiero regresar a España. Por mucho que eche de menos mi vida; por mucho que me duela el saber el dolor que les voy a provocar. ¿El por qué consigo mantenerme firme en mi propósito de alejarlos? porque intuyo que el día que lo hiciera, terminaría con la sangre de todos ellos en mis labios, o en mis manos, o a manos de mis enemigos. No los enemigos habituales, no. Aquellos que, como Sebastián, se deleitan de la tortura y el dolor; de la dominación y el juego macabro. Eso es lo único que me ayuda a mantenerme firme en ves de coger la puerta y escaparme de toda esta panda de tarados con los que estoy. La compañía de póker también me tranquiliza; tener a un amigo cerca, en medio de tanto dolor, es un oasis dentro de tanta arena y tanto calor.
Parece que esa tal Obispo es una persona muy poderosa. Todos la temen, todos la respetan. Bueno, menos el tarado de mi sire. No entiendo como aún no está muerto con sus formas de proceder y su temperamento; aunque he de reconocer que el que me haya defendido ante ese idiota perteneciente al clan de "Las Gallinas" (el apodo que le pone Craig a Los Bravos) me ha gustado. ¿Tal vez sea el único que merezca confianza? al menos sabes de antemano lo que piensa, ya que primera actúa y luego lo hace.
En cambio, Sebastián, no creo que pueda aguantarlo. Es un chivato, cobarde y desalmado. Capaz de aniquilar una familia inocente entera por puro placer. Bravucón y fanfarrón como la copa de un pino. Es una mierdecilla, y se atreve a enfrentarse a todo el mundo... no lo entiendo... es curioso que empiece a echar de menos ese mentiroso de Jack... tenía sus defectos, y era bastante molesto, pero sabía que no me dejaría tirado; sabía que podría contar con él para protegerme las espaldas. Al menos mientras fuera parte de la misión, pues para él el fin justificaba los medios.
Ya parece que hemos llegado al refugio, nuevamente. Algunos de ellos callados, Adrián cagándose en todos Los Gallinas. Fanfarroneando de lo poco que le ha faltado al calvo tatuado de morder el polvo. Todos están en el mismo sitio, pero haciendo cosas distintas. Son "familia" pero no parece que les guste su propia compañía. Realmente son un grupo muy raro.
Me acerco a Adrián mientras está haciendo... ¿Qué coño está haciendo? Oye, Adrián. Si tienes tiempo me gustaría que me explicaras algunas cosas que aún se me escapan. Como el motivo de que Las Gallinas os tienen tanta rabia. O el como puede ser que cuando miro a las personas vea auras a su alrededor de distintos colores y tonalidades. O el motivo por el que la Obispo quiere reunirse con nosotros. Pauso antes de terminar. Necesito adaptarme rápido a este nuevo mundo que me toca vivir, y parece que tengo que aprender demasiadas cosas en tan poco tiempo.