Y ya después de tanto tiempo, algunos ya me preguntan:
Karam
¿Por qué
No
NARRAS?
Me sobran excusas, todo sea dicho. Lectura de tesis, dobles turnos de trabajo, clases por un lado y clases por otro, trámites y trámites y, en general, pocas ganas de hacer algo mal y corriendo-por muy habitual que sea una primera partida mal hecha.
Estamos muchos igual por aquí. Mudanzas, oposiciones, arriba y abajo. Incluso fuera del foro, con clases y labores, muchas veces no contamos con el tiempo ni los medios para preparar algo.
Pero hey-muchas veces el tiempo está de nuestra parte y tenemos los medios. Son vacaciones y nuestros colegas están de vacaciones también, hay muchas ganas de jugar pero…
Nadie hace nada.
Y hoy de hecho me lo estaba preguntando. Una vez acabo un lío, pensando que tendré tiempo para jugar, encuentro otro-pero en ocasiones, me pregunto si no lo creo yo misma, o si hay algo más que me impida dedicarme a este hobby. Y es algo que en parte de apena, porque al fin y al cabo, es algo que me gusta, pero muchas veces nos ponemos trabas nosotros mismos.
Así pues, me ha surgido esa duda. ¿Qué excusas o motivos os surgen a la hora de poneros a narrar? A bote pronto, se me ocurren unas cuantas razones:
Tiempo
Esta es la vieja confiable. Cuando salimos del trabajo o de clases, muchas veces nos llevamos las labores a casa, y nos toca estudiar y seguir currando en casa. A veces, la presión mental es tan grande que nos da para pensar en nuestras cábalas, pero no para unirlo todo en forma de partida o de conceptos, o al menos no para llevarlo todo a cabo, sobre todo por miedo a no poder dedicarle sus horas necesarias. Tanto el agotamiento como la imposibilidad de dedicarle el tiempo suficiente muchas veces echa para atrás según que fechas.
Rol veo, rol quiero
El rol nos gusta porque nos permite una acción de disociación de personalidad, vivir otra situación, divertirnos en actividades de resolución de conflictos…. Y tontos que somos, le decimos que “sí” a cualquier partida o, mejor dicho, no sabemos decir que no. Lunes, VtM por Discord, miércoles sí miércoles no jugamos Changeling, por foro tenemos la de D&D y aún hay sitio para un rol de Harry Potter por foro.
Y lo cierto es que al final es tanto que no da para más. Todos estos pecadores de este grupo queremos jugar y narrar a la vez, y eso no deja espacio para nada, acabando así en un batiburrillo extraño en donde o nos faltan jugadores, o nos falta tiempo, o este día no puedo porque me coincide con una quedada para Ctulhu por Halloween… Total, que estamos en todas partes y no nos podemos desdoblar para narrar-quizás ni para jugar tampoco.
Ratón de biblioteca rolera
No lo podemos evitar. Vemos un manual rebajado, en pdf o de un amigo, y nos lanzamos sobre él. Yo me declaro culpable. No lo puedo evitar. Veo un juego y si además está a buen precio o el pdf mirándome sensualmente, me lanzo. Al final, es como tener mil ingredientes pero, sabiamente, te dices que no por ello vas a hacer una pizza con todos ellos…y tampoco hay mucha gente que le vaya eso. Hay quienes no toleran la pizza con piña, así que sabes que no le vas a decir que tienes una lata de piña. Y para cuando crees que por fin vas a dedicarle tiempo a ese libro… sale una nueva edición, o encuentras un módulo hecho por fans, o un juego similar pero diferente y…el nunca acabar.
Productor, no director
Como doctoranda, una cosa a la que me he hartao’ es a leer. Leer a conciencia, leer de pasada, leer de aquí, leer de allá, en inglés, francés, ruso, chino, español si hay suerte. Y se aprenden muchas cosas. Y al final, en lugar de simplemente tirar de una página de la Wikipedia para montar una partidita de Matalascañas Noctura, acabamos indagando en su historia, quién era el Rey del momento, cuál es la fauna local, las incursiones piratas habidas y por haber, hasta acabar analizando el contexto socio-político de toda Europa, rebuscando algún efecto mariposa porque Todo Está Hilado™. El trabajo de rebuscar información para añadir detallitos tan concretos como el oficio más estrafalario pero cierto de la Edad Victoriana, la migración de las aves de la región (que a su vez pudieran afectar a la actividad de criaturas mayores y así, a las tropas de los Gangrel) o de qué piedra se realizó ese castillo para ver de qué manera tal PNJ logró abrir un boquete es, en mi opinión, apasionante, porque no deja hueco; pero al final, es como intentar rellenar uno por uno los recuadros de un folio de cuadrículas, con la incesante paranoia de que no queden huecos en blanco.
Al final, algunos acabamos tan encandilados en la búsqueda de esos datos y documentación (que parece más que vamos a escribir una novela (otra tesis no, Caín nos libre)) que somos más los guionistas, los productores, o los diseñadores de exteriores, pero al final, nunca los directores. Siempre está esa espinita clavada (muy clavada) de que falta algo y podemos encontrar más. Una suerte de “5 minutitos más” de investigación que se puede alargar como un chicle hasta no narrar nunca.
All by myself, don’t wanna be all by myself….
Sencilla. Fácil. Triste.
No tenemos con quién jugar.
No tanto porque no tengamos a gente en la ciudad, que puede pasar, sino por causas ya mencionadas u otras mayores. Carencia de tiempo, de ganas, o situaciones más importantes nos llevan a que quedar con algunos amigos sea difícil, así que imaginad para jugar al rol.
En internet tenemos a nuestros colegas, claro (de hecho, muchas amistades surgen precisamente porque hay que buscarse con quién tirar los dados) pero eso no significa que no tengan vida, y somos selectivos, después de todo. No nos vamos al tablero virtual con el primero que pase, por favor.
Así que sí, a veces estar más solo que la una (y dejar nosotros a otros solos, también sea dicho) afecta a la hora no de narrar, pero también jugar en general.
Miedo al fracaso
Esta es seria. Esta es habitual.
Esta es inevitable.
Esta es aterradora.
Hay gente, como yo, que somos muy cautos. Yo tengo el lema: “no apuesto en un juego donde no pueda ganar”. A veces me dejo llevar y participo y pierdo, pero la mayoría de veces seré más bien cautelosa.
Pongámonos serios.
El rol ya no es como antes. Ha cambiado. Ya no es simplemente un juego de números, dados y sumas o restas. Ya no es únicamente un videojuego de mesa. Con los años, hemos ido añadiendo factores psicológicos y emocionales. Vampiro es un genial ejemplo, donde tus puntos son importantes, sí, pero también lo es tu Naturaleza y tu Conducta, el cómo te comportas y qué es lo que te hace humano. Es un factor que se ha extendido a todos los juegos. Tan importante puede ser en una partida de Cthulhu el conservar la cordura como salvar a ese amigo de la infancia que te ha acompañado en esa aventura sin quererlo. Tan importantes son los puntos de Maná, Ki y demás en ANIMA como el vínculo que has forjado con tus compañeros, o la misión de fe de tu personaje que has puesto en común con el narrador.
Lo hemos ido puliendo y hay miles de teorías roleras, añadidos, aderezos, especias para hacerlo más aterrador, más tenso, más inmersivo, más divertido, hemos aprendido a que jugadores y narradores aprendan mejor a comunicarse entre ellos y hacer de este juego una simbiosis de alguien que cuenta una historia y alguien que la desarrolla. Uno que construye el molino y otro que hace de agua que lo mueve.
Y chicos, eso es muy bonito.
Y por eso da tanto miedo, a veces, como nos daría miedo intentar hacer un pastel de tres pisos por primera vez o escribir una pentalogía. Y hey, de todas maneras, antes hay que empezar, aprendiendo a hacer sándwiches de queso o relatos cortos, pero la idea de fallar en ese proyecto tan a largo plazo paraliza en muchas ocasiones.
Además, no falta ahora ese llamado “efecto Mercer”, que es de toda la vida el compararnos con alguien que es mejor a nosotros. Quizás por talento o simplemente por tener más tiempo para hacer más errores y ergo más aprendizaje, pero nos puede asustar eso también.
¿Qué más quiero excusar? El miedo a fracasar, a hacerlo mal, a que los jugadores se aburran, se enfaden, lo consideren loco o estúpido, a que se rían...esos temores son inevitables porque el miedo no atiende a razones.
Muchos de estas excusas, yo misma he visto, son cosas que podría arreglar por mí misma. Otros, no son espaciotemporalmente posibles. Pero estoy segura de que en algún momento nos hemos visto en esa situación, de preguntarnos:
"Ey, ¿por qué no narro una partida de rol yo?"
Para después, sacudiendo la cabeza, pensar:
"Nah, mejor no. Podría pasar que...."
¿Cuáles fueron vuestras excusas? ¿Cuáles son? ¿Cuáles creéis que podéis superar con un poco de confianza y esfuerzo, cuáles veis insalvables?
![Doh! :doh:](https://webvampiro.com/foro/images/smilies/eusa/doh.gif)
Un saludete
Karam