[Recurso] Celebrando la oscuridad

[Alexander Weiss]

DÍA VEINTICINCO: JUSTICIA
Veronique sonreía triunfante. Por fin se había hecho justicia. Tras la muerte del Príncipe Longueville, su sire, a ella le correspondía como su chiquilla superviviente de más edad ocupar su lugar como gobernante de la ciudad y líder del clan Ventrue. El Sabbat había intentado sembrar la confusión con el asesinato de su sire para apoderarse de la ciudad, y Veronique había dirigido a la Camarilla en la purga de los Cainitas.
Por fin, después de varias décadas bajo la sombra de su sire, en las que era tratada como una mera consorte decorativa, ocupaba el lugar y el poder que realmente le correspondía.
Sonrió sutilmente a los Vástagos reunidos, su corte. Percibía cierto recelo, miedo y envidia, pero eso no era nada. Debían tratarla como la nueva Príncipe, ¿O por qué no, reina? Las filas de los Ventrue de la ciudad habían sido diezmadas y sólo quedaba ella con suficiente autoridad.
Se dirigió para ocupar el elaborado trono barroco que sólo hacía unas noches había ocupado el Príncipe Veronique, cuando una voz fría interrumpió su ensoñanción.
-Un momento.
Veronique dudó, especialmente cuando una extraña se adelantó entre las filas de los Vástagos reunidos.
-Soy Henriette Soissons, de la Casa y Clan Tremere, y arconte enviado del Justicar Baylor.
La duda y cierta preocupación comenzó a rodear a Veronique, pero no permitió que enturbiaran aquel momento. Con calma se dirigió a la arconte.
-¿Y a qué debemos la presencia de una enviada del Justicar en mi ciudad?
Henriette se adelantó con mirada gélida.
-Todavía no habéis sido reconocida como Príncipe, y por la autoridad que me acompaña invalido esta ceremonia.
Una serie de susurros se extendieron entre los presentes, elevándose en cuchicheos y preguntas.
-Os acuso a vos, Veronique de Longueville, chiquilla de Armand de Longueville, de haber confabulado con el Sabbat para asesinar a vuestro sire y ocupar su lugar. Después de su muerte os asegurasteis de acabar con vuestros aliados para que no quedaran testigos.
Veronique se alzó, desafiante.
-¡Exijo pruebas, no infundios!
-La prueba está ante mí. Participasteis en los ritos del Sabbat para romper el Vínculo que os unía a vuestro sire. Lleváis la marca de la traición en vuestra sangre.
La arconte Tremere realizó un gesto. Veronique gritó cuando sintió cómo ardía su sangre. En su frente se mostró la marca de la traición. El pánico la llevó a tambalearse y pensó en huir, pero sintió un dolor en el pecho que paralizaba sus miembros y vio cómo el arconte la atravesaba con una estaca.
-Y por la autoridad del Justicar respaldada por la Camarilla, os condeno a muerte por asesinato y confraternización con el enemigo. Que se haga justicia.

[Voivoda]

25. Justice

[Alexander Weiss]

DÍA VEINTISÉIS: QUE LAS CALLES SE VUELVAN ROJAS
Colmillo Poderoso avivó la ira que sentía en su interior. Era una furia primaria, instintiva, y a la vez mezclada con el sentimiento demasiado humano de la venganza. Para alguien que había nacido entre los lobos como él, todavía no se sentía del todo cómodo con esos sentimientos, aunque ya habían pasado años desde que se había unido a la tribu de las Garras Rojas y a la Nación Garou.
Los Garou humanos hablaban una y otra vez de esperar, de pensar, de analizar, de comprender. Pero esperar durante años no había servido de nada. El bosque donde Colmillo Poderoso había nacido y crecido había sido devastado y en su lugar había crecido una pequeña urbanización que vendía "el contacto con la naturaleza" como uno de sus principales alicientes. ¿Qué naturaleza? Una telaraña de casas idénticas entrelazadas con venas de asfalto, tuberías y cables eléctricos donde correteaban los malditos espíritus de la Tejedora.
Y la cosa no había terminado ahí. Para los humanos, convivir con los lobos no era una opción. Eran bestias "peligrosas." Recordaba cuando uno de sus hermanos, más curioso de lo que le convenía, acudió a alimentarse de los cubos de basura de una de las casas y había sido abatido con un disparo desde una de las casas. Hubo batidas "por el bien de los lobos," para alejarlos y que no interfirieran en la comodidad de los humanos.
Aquel día era un día de celebración para los humanos. Los propietarios de la urbanización se habían reunido por el primer aniversario de la urbanización de Oak View.
Y Colmillo Poderoso estaba cansado de esperar. Había reunido a su manada, atraído a los descontentos de su clan y estaban preparados. Los espíritus estaban inquietos y furiosos, el viento soplaba entre los árboles.
Colmillo Poderoso fue el primer en lanzarse al ataque, un lobo enorme de pelaje castaño rojizo, seguido por un ejército de furia primaria. Los humanos estaban distraídos riendo, charlando, bebiendo y comiendo, pero pronto se escucharon los primeros gritos de terror, terror ante una amenaza que había sido olvidada, pero de alguna forma permanecía oculta en el inconsciente humano.
Aquella noche, las calles de Pine View se volvieron rojas.

[Voivoda]

26. Let the streets run red

[Alexander Weiss]

DÍA VEINTISIETE: BESO DE MEDIANOCHE
La fiesta había sido magnífica. Un festín lleno de manjares, música y entretenimiento de primera, en una mansión en la campiña toscana. Sin embargo, todos los presentes estaban fascinados y a la vez intrigados por la presencia de la hermosa extranjera que había encantado a todos con su belleza personal y el diseño de su vestido, de marca desconocida y que hizo debatir sobre si su autor era tal o cual modisto famoso.
A medida que transcurrían las horas, la misteriosa desconocida se mostró cada vez más inquieta, bailaba y bebía de forma cada vez más frenética, encandilando al joven Marco, que aquel día a medianoche entraba en su mayoría de edad. Espejos y brillos rodeaban la escena como si se tratara de un cuento de hadas.
Y entonces sonaron los cuartos de la medianoche. En cuestión de segundos, el día se acabaría para dar lugar a otro nuevo. La desconocida se sintió asustada, y tras mirar su móvil, una mirada de sorpresa dio lugar a una de miedo. Ante todos los presentes, trató de abrirse paso hacia la salida.
Marco corrió detrás de ella. Aunque no le había dicho su nombre, era una chica fantástica.
-¡Espera! ¡Quiero...!
La desconocida se giró para mirarle, y de repente lo besó, callando sus palabras. Marco sintió las proverbiales mariposas en el estómago y se derrumbó sobre las escaleras de la entrada.
Cuando despertó, ayudado por uno de los mayordomos, sólo encontró una bota gastada y vieja en lo alto de la escalera.

Lidia se apresuró para tomar un taxi. Se había descuidado, pero no podía negar que el hechizo era eficaz. Lástima que sólo durase hasta la última campanada de la medianoche. Pero mientras duraba, podía colarse en todas las fiestas que quisiera, la gente sólo veía lo que quería ver, una hermosa desconocida atractiva para todos, con un vestido adaptado a la ocasión.
Se arrebujó en su chaqueta negra y gastada, de vuelta a la realidad. Llegaría a su pequeño cuartucho desordenado, lleno de libros de magia, se tomaría un café caliente y se iría a dormir. Al día siguiente posiblemente tendría resaca, pero para una joven aprendiz de bruja su maestra tendría que reconocer que no había estado nada mal.

[Voivoda]

27. Midnight kiss

[Alexander Weiss]

DÍA VEINTIOCHO: DESVELADO
Hiroshi había invitado a Fujita a cenar a su casa. Fujita no solía alejarse mucho de la suya, un bloque de apartamentos cerca de Fukuoka, pero Hiroshi era un buen amigo, de hecho el único que tenía. Los padres de Fujita lo trataban como si no existiera, y de hecho en una ocasión su madre le había gritado, cuando había dejado caer un vaso que ojalá nunca hubiera nacido.
En cambio Hiroshi vivía en una casa mejor que la suya, tenía unos juguetes chulísimos, una consola...y su habitación estaba pulcramente ordenada. Los dos niños jugaron entre risas, mientras aguardaban la hora de la cena.
Cuando bajaron al comedor, todo era silencio. Los padres de Hiroshi estaban sentados a la mesa, dos figuras pálidas, con enormes ojeras. Cuando vieron a los dos niños sonrieron con tristeza y la madre de Hiroshi pronunció con voz lúgubre:
-No nos has dicho que ibas a traer a un amiguito, cariño.
La mujer fue hasta la cocina y trajo un cuenco de sopa con dibujos de Doraemon, y una cuchara. Fujita sonrió. La madre de Hiroshi le parecía un poco rara, pero parecía amable.
Los dos adultos comían sopa de fideos en silencio, y de vez en cuando sonreían tristemente a los niños. Hiroshi y Fujita les devolvían la sonrisa, mientras sentían la añoranza, la tristeza y la extraña alegría de los adultos.
Dos niños habían venido a la casa de la familia Nakamura. Su hijo fallecido hacía unos meses y otro espíritu infantil, pero de alguna forma aquellos niños fantasmales constituían un alivio sobrenatural para un matrimonio destrozado por la pérdida. Aunque pasaban las noches desvelados, temiendo y a la vez anhelando su llegada, habían alcanzado una especie de entendimiento.

[Voivoda]

28. Unveiled

[Alexander Weiss]

DÍA VEINTINUEVE: ANTES DE LA OSCURIDAD
Los niños jugaban en el parque. Era un día feliz y de fiesta, más allá del trabajo cotidiano. Padres y madres disfrutaban de un tiempo libre en compañía de sus hijos que cada vez era más valioso. La visión de los columpios y juegos, el sonido de los gritos y las risas, el olor de los puestos de comida. Era un ambiente de felicidad, y Celeste disfrutaba con ello.
Como maestra de primaria, había organizado las actividades del día de fiesta, los lugares de esparcimiento y sobre todo procurando que todos lo pasaran bien en compañía. Sin embargo, más allá de su labor como organizadora también ejercía como vigilante.
Celeste era una Guardiana del Feudo del Lago Zafiro, con el título de Caballero otorgado por el Conde Febo de casa Fiona. Observaba los juegos de los niños, pero también de los Infantiles a su cargo, hijos de varias hadas y duendes del Feudo, que había regresado a la paz hacía caso, tras un complejo tratado.
Quienes hubieran vistoel semblante feérico de aquella maestra de primaria se sorprenderían de ver a una mujer sátiro con una armadura de anillos tejidos en forma de hojas rojizas, con largas y robustas piernas caprinas. Su carpeta de actividades se convertía en un escudo cuadrado con el emblema de la Casa Fiona, y su bastón de caminar en una larga lanza. Su mirada pacífica estaba muy atenta a los movimientos a su alrededor.
La paz había vuelto, pero hasta cuando...
El cielo comenzó a teñirse con el velo rojizo del crepúsculo, las farolas comenzaban a encenderse y padres e hijos comenzaron a recoger para emprender el regreso a casa, a pesar de la remolonería de algunos que sólo querían jugar un poco más.
Celeste también reunió a los niños a su cargo, mientras no dejaba de contemplar las figuras que comenzaban a agitarse en las sombras. Figuras aviesas y de aspecto peligroso. Cuando cayera la oscuridad, la Corte Oscura tomaría el control del parque.

[Voivoda]

29. Before the darkness