[Recurso] Celebrando la oscuridad
- Voivoda
- Fundador
- Mensajes: 7449
- Registrado: 13 Jul 2019, 17:50
- Ubicación: Madrid
- Mensajes miarroba: 27.018
- Antigüedad: 7 de Agosto de 2004
- Contactar:
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Texto de Alexander Weiss
DÍA TREINTA: HERENCIA
Will Hampton no pudo evitar un gruñido de desánimo cuando la puerta de la casa de su padre se abrió con un chirrido. Las sombras retrocedieron, y minúsculas alimañas huyeron a la oscuridad. El interior olía a humedad y a cerrado, y le llevaría buena parte del día deshacerse de todos los tratos y hacer algo parecido a un inventario si quería sacar algo de provecho de lo que podía haber dentro.
Desde la muerte de su madre, Will y su padre se habían distanciado. Le había dicho que necesitaba viajar, seguir los pasos de ella, y Will aceptó que quizás necesitara algo de tiempo de duelo.
Sin embargo, la ausencia del padre de Will se prolongó durante semanas, después, meses y después años. Cuando regresó, había cambiado. Él le echó en cara que los había abandonado, discutieron y su padre había vuelto a marcharse.
De vez en cuando recibía una postal desde un lugar lejano, en un hotel de carretera. Un amago de disculpa y perdón, pero después de nuevo la ausencia.
Y finalmente, un día Will había recibido una carta llena de documentación. Su padre había muerto y quería dejarle algo. Will pensó en renunciar, ya que no quería nada de aquel hombre que se había convertido en un desconocido. Había hecho una vida sin él, y no le había ido nada mal, pero al mismo tiempo quería echar un vistazo para encontrar respuestas sobre su pasado.
Rebuscó en la casa llena de trastos, a la caza de fotos viejas de sus padres y sus abuelos, y finalmente encontró un maletín escondido en un rincón, lleno de armas y libros viejos, y una especie de diario lleno de lo que parecían delirios sobre vampiros, hombres lobo y demonios. El padre de Will los responsabilizaba de la muerte de su madre.
Y eso era le herencia de Will: una serie de delirios de alguien que se consideraba un cruzado contra las fuerzas del mal. Aquel diario era producto de las fantasías de un viejo loco, tenía que serlo.
En cierto modo, sentía cierta compasión por él, de alguien que había desperdiciado su vida a la caza de "monstruos."
Will alzó la vista, sintiendo como si algo la mirada. Y su corazón se lleno de una mezcla de sorpresa, dudas y terror. Porque en la pared del desván, crucificada con estacas, había una criatura que parecía un murciélago gigante disecado.
Muerto. Tenía que estarlo.
No quería heredar la locura de su padre.
Y mi imagen de IA
DÍA TREINTA: HERENCIA
Will Hampton no pudo evitar un gruñido de desánimo cuando la puerta de la casa de su padre se abrió con un chirrido. Las sombras retrocedieron, y minúsculas alimañas huyeron a la oscuridad. El interior olía a humedad y a cerrado, y le llevaría buena parte del día deshacerse de todos los tratos y hacer algo parecido a un inventario si quería sacar algo de provecho de lo que podía haber dentro.
Desde la muerte de su madre, Will y su padre se habían distanciado. Le había dicho que necesitaba viajar, seguir los pasos de ella, y Will aceptó que quizás necesitara algo de tiempo de duelo.
Sin embargo, la ausencia del padre de Will se prolongó durante semanas, después, meses y después años. Cuando regresó, había cambiado. Él le echó en cara que los había abandonado, discutieron y su padre había vuelto a marcharse.
De vez en cuando recibía una postal desde un lugar lejano, en un hotel de carretera. Un amago de disculpa y perdón, pero después de nuevo la ausencia.
Y finalmente, un día Will había recibido una carta llena de documentación. Su padre había muerto y quería dejarle algo. Will pensó en renunciar, ya que no quería nada de aquel hombre que se había convertido en un desconocido. Había hecho una vida sin él, y no le había ido nada mal, pero al mismo tiempo quería echar un vistazo para encontrar respuestas sobre su pasado.
Rebuscó en la casa llena de trastos, a la caza de fotos viejas de sus padres y sus abuelos, y finalmente encontró un maletín escondido en un rincón, lleno de armas y libros viejos, y una especie de diario lleno de lo que parecían delirios sobre vampiros, hombres lobo y demonios. El padre de Will los responsabilizaba de la muerte de su madre.
Y eso era le herencia de Will: una serie de delirios de alguien que se consideraba un cruzado contra las fuerzas del mal. Aquel diario era producto de las fantasías de un viejo loco, tenía que serlo.
En cierto modo, sentía cierta compasión por él, de alguien que había desperdiciado su vida a la caza de "monstruos."
Will alzó la vista, sintiendo como si algo la mirada. Y su corazón se lleno de una mezcla de sorpresa, dudas y terror. Porque en la pared del desván, crucificada con estacas, había una criatura que parecía un murciélago gigante disecado.
Muerto. Tenía que estarlo.
No quería heredar la locura de su padre.
Y mi imagen de IA

- Voivoda
- Fundador
- Mensajes: 7449
- Registrado: 13 Jul 2019, 17:50
- Ubicación: Madrid
- Mensajes miarroba: 27.018
- Antigüedad: 7 de Agosto de 2004
- Contactar:
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Y aquí terminamos
Texto de Alexander Weiss
DÍA TREINTA Y UNO: REDENCIÓN
Por primera vez en milenios, Qori volvió a ver la luz del sol. Su sueño había sido largo, quizás demasiado. El mundo había cambiado, más allá de las visiones confusas de la mortaja de la muerte.
Porque Qori había muerto, una y otra vez, desde que por primera vez había resucitado junto a las aguas del vasto océano del oeste. Su padre la amaba tanto que había suplicado a las sacerdotisas que la resucitaran, con la ayuda de la arcilla salada de la playa, y los espíritus del más allá.
Como elegida de su pueblo, Qori los había servido lo mejor que había podido, oficiando las ceremonias, aceptando los tributos y siendo tratada como una princesa.
Y sin embargo, les había fallado. Cuando llegaron los europeos había huido aterrorizada de sus extraños animales y armas, había dejado a su pueblo atrás, había sentido miedo. Cuando vio que su pueblo había sido arrasado por la guerra y la enfermedad, la vergüenza la había llevado a ocultarse en las montañas, donde cerró los ojos y se dejó morir de hambre, ocupando su lugar en las estancias del más allá.
Pero ahora las estancias de los muertos estaban convulsas. Una tormenta se extendía por el inframundo, y una vez más, los vivos la llamaban. Otros habían regresado para acudir a la llamada de auxilio de los vivos, y algunos recordaban su nombre. La llamaron una y otra vez, y Qori, llena de vergüenza, se había resistido a la llamada.
Finalmente pensó que aquélla era una oportunidad de redención, de servir de nuevo a los descendientes de quienes había abandonado, así que desde las estancias de los muertos, Qori emprendió el camino de regreso, y la magia de la resurrección le abrió las puertas del nuevo mundo.
Todavía tenía miedo, pero la invadía una nueva determinación. Su nuevo cuerpo tenía sus propios recuerdos que la ayudarían a vencer el miedo y a seguir adelante en la nueva vida que había recibido.
Que los ancestros la guiaran.
Y mi imagen por IA
Texto de Alexander Weiss
DÍA TREINTA Y UNO: REDENCIÓN
Por primera vez en milenios, Qori volvió a ver la luz del sol. Su sueño había sido largo, quizás demasiado. El mundo había cambiado, más allá de las visiones confusas de la mortaja de la muerte.
Porque Qori había muerto, una y otra vez, desde que por primera vez había resucitado junto a las aguas del vasto océano del oeste. Su padre la amaba tanto que había suplicado a las sacerdotisas que la resucitaran, con la ayuda de la arcilla salada de la playa, y los espíritus del más allá.
Como elegida de su pueblo, Qori los había servido lo mejor que había podido, oficiando las ceremonias, aceptando los tributos y siendo tratada como una princesa.
Y sin embargo, les había fallado. Cuando llegaron los europeos había huido aterrorizada de sus extraños animales y armas, había dejado a su pueblo atrás, había sentido miedo. Cuando vio que su pueblo había sido arrasado por la guerra y la enfermedad, la vergüenza la había llevado a ocultarse en las montañas, donde cerró los ojos y se dejó morir de hambre, ocupando su lugar en las estancias del más allá.
Pero ahora las estancias de los muertos estaban convulsas. Una tormenta se extendía por el inframundo, y una vez más, los vivos la llamaban. Otros habían regresado para acudir a la llamada de auxilio de los vivos, y algunos recordaban su nombre. La llamaron una y otra vez, y Qori, llena de vergüenza, se había resistido a la llamada.
Finalmente pensó que aquélla era una oportunidad de redención, de servir de nuevo a los descendientes de quienes había abandonado, así que desde las estancias de los muertos, Qori emprendió el camino de regreso, y la magia de la resurrección le abrió las puertas del nuevo mundo.
Todavía tenía miedo, pero la invadía una nueva determinación. Su nuevo cuerpo tenía sus propios recuerdos que la ayudarían a vencer el miedo y a seguir adelante en la nueva vida que había recibido.
Que los ancestros la guiaran.
Y mi imagen por IA

- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Para celebrar este Mes de la Oscuridad, voy a presentar una serie de breves relatos inspirados en las distintas líneas del Mundo de Tinieblas.
DÍA UNO: EL FAVORITO
No podía evitar odiarlo. Camil era demasiado perfecto. Criado entre lujos, descendiente de un prestigioso linaje del clan Ventrue, tanto en la vida como en la muerte, y además con un físico atractivo y un intelecto envidiable. Su peor defecto: Era consciente de lo que valía, y por lo tanto la humildad no se encontraba en su vocabulario. Quienes no se encontraban a su altura, que eran prácticamente todos los que se cruzaban, terminaban sintiendo su mordacidad hiriente, o su condescendencia altiva.
Porque además era el chiquillo del Príncipe, el primero de su prole, y por lo tanto tenía que ser respetado.
En contraste, Pepón era todo lo contrario. Su vida había sido un desastre desde el principio, por mucho que se había esforzado, y hasta cierto punto el Abrazo había sido una liberación, aunque hubiera sido con la sangre de un clan vampírico tan despreciado como el Nosferatu. Si Camil despertaba admiración y cierto respeto, a pesar de los odios que suscitaba en privado, Pepón, con su mandíbula torcida ya antes del Abrazo, su joroba y caminar contrahecho despertaba a partes iguales desprecio y desagrado. Lo que peor sentía Pepón era la falsa lástima, por no hablar de las risas calladas ante su contrahecha figura.
Pepón se comportaba de manera resignada, al menos en apariencia. En secreto se regocijaba y tomaba notas, para cuando llegara la hora de ajustar cuentas. Que alabasen falsamente al favorito con sus sonrisas vacías y muertas, que lo envidiasen y odiasen. Pepón sabía que cuando se desenvainaran los cuchillos, lo que no tardaría en ocurrir, pues el Príncipe acababa de desaparecer, Camil recibiría todos los ataques, todos los odios acallados, y toda la sangre derramada. Nadie sabía que Camil era su marioneta, Vinculada por Sangre, y actuaría exactamente como le dijera. Todavía no estaba seguro de si ayudaría al favorito a situarse en el trono, con Pepón como auténtico poder en la sombra, o si lo sacrificaría llegado el caso para acabar con sus enemigos y poner a otro de sus títeres en una posición expuesta que realmente no quería. Su maestro, desaparecido hacía tiempo, le había enseñado bien.
Ser el favorito a la vista de todos tenía sus riesgos.

No podía evitar odiarlo. Camil era demasiado perfecto. Criado entre lujos, descendiente de un prestigioso linaje del clan Ventrue, tanto en la vida como en la muerte, y además con un físico atractivo y un intelecto envidiable. Su peor defecto: Era consciente de lo que valía, y por lo tanto la humildad no se encontraba en su vocabulario. Quienes no se encontraban a su altura, que eran prácticamente todos los que se cruzaban, terminaban sintiendo su mordacidad hiriente, o su condescendencia altiva.
Porque además era el chiquillo del Príncipe, el primero de su prole, y por lo tanto tenía que ser respetado.
En contraste, Pepón era todo lo contrario. Su vida había sido un desastre desde el principio, por mucho que se había esforzado, y hasta cierto punto el Abrazo había sido una liberación, aunque hubiera sido con la sangre de un clan vampírico tan despreciado como el Nosferatu. Si Camil despertaba admiración y cierto respeto, a pesar de los odios que suscitaba en privado, Pepón, con su mandíbula torcida ya antes del Abrazo, su joroba y caminar contrahecho despertaba a partes iguales desprecio y desagrado. Lo que peor sentía Pepón era la falsa lástima, por no hablar de las risas calladas ante su contrahecha figura.
Pepón se comportaba de manera resignada, al menos en apariencia. En secreto se regocijaba y tomaba notas, para cuando llegara la hora de ajustar cuentas. Que alabasen falsamente al favorito con sus sonrisas vacías y muertas, que lo envidiasen y odiasen. Pepón sabía que cuando se desenvainaran los cuchillos, lo que no tardaría en ocurrir, pues el Príncipe acababa de desaparecer, Camil recibiría todos los ataques, todos los odios acallados, y toda la sangre derramada. Nadie sabía que Camil era su marioneta, Vinculada por Sangre, y actuaría exactamente como le dijera. Todavía no estaba seguro de si ayudaría al favorito a situarse en el trono, con Pepón como auténtico poder en la sombra, o si lo sacrificaría llegado el caso para acabar con sus enemigos y poner a otro de sus títeres en una posición expuesta que realmente no quería. Su maestro, desaparecido hacía tiempo, le había enseñado bien.
Ser el favorito a la vista de todos tenía sus riesgos.
- Voivoda
- Fundador
- Mensajes: 7449
- Registrado: 13 Jul 2019, 17:50
- Ubicación: Madrid
- Mensajes miarroba: 27.018
- Antigüedad: 7 de Agosto de 2004
- Contactar:
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Hoy he recordado a mi primer PJ, Zoran Feiersinger, a quien siempre le he tenido un cariño especial. Empezó siendo un Malkavian bastante típico con una sutil manía persecutoria y un fetichismo algo menos sutil, y según jugué con él y después le he usado de PNJ pues ha ido teniendo más historia. Abrazado en plena guerra de Yugoslavia (alguna vez lo he usado como Zoran Milinkovic, aunque nunca definí del todo su pasado), quedó bastante traumatizado tanto por el conflicto como por el Abrazo, convertido con los años en un Vástago solitario que nunca ha logrado estar en una Coterie demasiado tiempo (lo que le frustra constantemente).
Difícil en el trato, pero muy apegado a su Humanidad, es un tipo complicado de entender en el día a día, pero leal a aquellas personas en quienes confía. Jugué mucho tiempo con él en una ambientación en Denver en la que acabó casi matando a una muy querida compañera de Clan, lo que también le atormenta. Se alejó de ella para no dañarla y ha terminado vagando por medio Estados Unidos, estableciéndose como conductor de taxi, después de Uber, para servicios cotidianos, pero también para algunos especiales relacionados con Vástagos.

- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

Aullido Muerto caminaba sobre la nieve, a veces a cuatro patas y a veces sobre dos. Su forma lobuna fluía para adaptarse a los cambios en el relieve. El viento frío recorría su pelaje gris, templando su ira latente mientras buscaba a sus presas.
Había crecido como un guerrero, había destacado en todo lo que se esperaba de él, aunque tuviera que esforzarse más que los demás. Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que no importaba cuanto se esforzara, no importaba que fuera mejor que otros muchos guerreros mejor situados, el pasado de su linaje le perseguía como un pecado original. Él no tenía culpa alguna de lo que habían hecho sus padres. Con el tiempo aprendió a atesorar su rabia, su furia, su frustración, y prepararla para arrojarla contra sus enemigos. Ya no le importaba el reconocimiento de los demás. Se bastaba consigo mismo. Llegaría el día en que les daría la espalda y se marcharía.
Pero fue la tribu quien le dio la espalda a él. Con la llegada de los Últimos Tiempos, los Fenrir desesperaron porque la batalla gloriosa en la que derrotarían a sus enemigos no llegaba. Había quienes decían que habían fracasado, que la Madre Gaia ya había muerto por culpa de los inútiles, débiles, y corruptos de las demás tribus. Así que enloquecidos por el odio, la furia y la frustración, y alentados por el propio Gran Fenris decidieron emprender su propia guerra contra la humanidad.
Pero Aullido Muerto no estaba dispuesto a seguir a su tribu hacia la locura. La llamada del Gran Fenris a la guerra se le antojaba más el orgullo ciego de unos ancianos que se negaban a admitir su derrota. Había aguantado demasiado, y un día simplemente, se fue. Durante un tiempo viajó solo, pero un lobo solitario es un lobo muerto, hasta que finalmente encontró un lugar entre el frío y el hielo con el Viento del Norte y sus hijos.
Sus antiguos compañeros de tribu le llamaron traidor y cobarde, y ahora tenían una buena excusa para perseguir al bastardo mestizo con su odio. Aullido Muerto había aprendido bien, y la ira que atesoraba se desató una y otra vez, y los cazadores se convirtieron en cazados. Uno tras otro, los miembros de la manada que le perseguía cayeron bajo sus garras y dientes. Y después fue el resto del clan.
Aullido Muerto había guardado bien años de malos tratos, de abusos, de odios, de menosprecios e injusticia, y los arrojó contra los Fenrir. Si querían un enemigo contra el que luchar, ahora lo tenían. Se aferró a sus recuerdos como la empuñadura de un klaive mientras se detenía y aspiraba el gélido viento del norte. Su presa estaba cerca, a unas decenas de metros ante él, de espaldas, y sin sospechar lo que se le venía encima. Aullido Muerto sería rápido e implacable, disfrutar de la venganza y del odio sólo lo convertiría en un Fenrir.
- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

-Dejadme sola y marchaos, por favor.
Pero sus padres no querían dejarla sola. Amina era su orgullo, su única hija, y estaban decididos a defenderla como pudieran. Amina sabía que había tenido hermanos, pero apenas se hablaba de ellos en casa. Una atmósfera de tristeza y miedo se cernía cuando se mencionaba el tema.
En aquella pequeña aldea somalí la paz era interrumpida de forma brusca cuando llegaban los paramilitares en busca de carne. Los niños eran su prioridad, pero las niñas no estaban a salvo, y se los llevaban a todos para servir a los crueles señores de la guerra. Sí, Amina había tenido hermanos, pero ni ella ni sus padres sabían si seguían vivos o habían muerto en la cruel guerra que sacudía el país.
Habían intentado atrapar a Amina, pero ella había escapado tras descalabrar a un chico soldado de una pedrada. Ahora la buscaban como perros rabiosos, y ya no la iban a hacer desaparecer. Ahora querían matarla, y tendría suerte si su muerte era rápida.
Sus padres la habían protegido, y escondido, pero sus perseguidores se acercaban y en medio del peligro ella se mostraba serena. No iba a permitir que sus padres sufrieran con ella.
Las balas llegaron sin avisar, atravesando la puerta. Una alcanzó al padre de Amina, en el hombro, y aunque apretó los dientes, emitió un grito de dolor que los delató. Una nueva rafaga de balas comenzó a convertir la precaria puerta de madera en un colador, mientras las balas rebotaban en las paredes. Blasfemias e insultos resonaban. Otra bala alcanzó a la madre de Amina, que se encogió sobre sí misma, asustada.
Amina sabía que los tres morirían si no hacía algo. Sentía miedo, pero también rabia por sentirse indefensa.
Y de repente comprendió. Las balas sólo eran pequeñas bolas de metal que volaban por el aire. Deseó poder pararlas y clavarlas en la carne de sus enemigos. Lo deseó. Con Fuerza. Lo deseó. Primero fue una oración callada a Dios. y después fue la fuerza de su deseo.
Y de repente las detonaciones de las armas dieron lugar a gritos de sorpresa, sonidos de impacto, y dolor.
Amina lo sentía. Veía el tejido de las cosas, como una telaraña brillante. Las balas eran pequeños puntos atrapados en ella. Extendió la mano, tocó uno de los hilos, y como la cuerda de un arco, envió las balas de vuelta.
Cuando hubo terminado. Los paramilitares estaban muertos, acribillados por sus propias manos. La piel oscura de Amina brillaba, con sus venas latiendo como hilos de una telaraña brillante, y su cabello se agitaba, como un nido de serpientes. Estaba asustada y maravillada por aquello, pero entonces contempló los rostros asustados de sus padres y de los aldeanos y comprendió.
Era una bruja y ya no tenía lugar entre ellos. Debía marcharse o la matarían.
- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
No se podía decir que Margaret estuviera nerviosa, pero sí estaba ansiosa. Le encantaba ser el centro de atención, y recibir elogios de quienes le rodeaban. "Es para compensar," pensaba. Y en verdad, en vida había pasado desapercibida, ignorada por todos, resignada a recoger las migajas que otros dejaban. Entre sus tres hermanas había sido la última en casarse, después de que aceptara que sus hermanas le arrebataran potenciales esposos que sin duda la hubieran hecho feliz.
El día en que entró a trabajar para la condesa de Enghien como costurera, para Margaret fue como entrar en un cuento de hadas. Seguía pasando desapercibida, pero entrar en un mundo de lujos y hermosos príncipes y princesas era todo un regalo para ella.
Un día su señora, la condesa, la hizo llamar bien entrada la noche, y la hizo participar en una conspiración. Desde hacía tiempo los revolucionarios estaban arrestando a los nobles y ejecutándolos sin juicio. La condesa pensaba huir a Inglaterra con ayuda de unos amigos, pero Margaret se disfrazaría y ocuparía su lugar unos días, hasta que se pudiese anunciar su huida.
Margaret aceptó, tanto por la generosidad con la que le pagaron como por la emoción de vivir como su señora, aunque fuera durante unos días. La vistieron como una noble y la trataron como la condesa. Todo el día Margaret vivió como un sueño, pero cuando llegó la noche, las puertas se abrieron y una turba sedienta de sangre entró en la mansión de la condesa de Enghien. Ni siquiera le dieron tiempo a protestar. La turba la linchó de camino a la prisión revolucionaria, y unas horas después había muerto.
Despertó en las sombras de la ciudad de París, junto a otras víctimas de la violencia. La encadenaron y la llevaron a una ciudad gris, donde había entrado a formar parte de la Jerarquía.
Pero la condesa de Enghien recibió en la muerte el respeto y la admiración que no había tenido en vida. Margaret asumió su lugar entre la nobleza de los Sin Reposo y ascendió en las filas de la Jerarquía. Con el tiempo había acumulado tanto poder que ni siquiera su linaje importaba, y tenía suficientes riquezas para mostrarse como una reina en la Necrópolis.
Ahora sus súbditos aguardaban. Su largo vestido marfileño y su peluca francesa resplandecían con las pequeñas joyas y reliquias que la adornaban.
- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

A Amanda le preocupaba Lili. No era fácil ser una madre soltera, especialmente cuando se trataba de llegar a fin de mes, pero tener una hija de once años...siempre había pensado que sería más difícil. Había anticipado una infancia llena de berrinches, problemas, pero de alguna manera Lili era muy madura para su edad. Había que enseñarle cosas, por supuesto, para ser una personita decente, pero una vez aprendidas y asimiladas, Lili demostraba ser muy espabilada y no daba problemas. De hecho, muchas veces Amanda pensaba que estaba compartiendo la casa con una pequeña adulta. No sólo había aprendido a cocinar, sino que a veces tenía preparada la cena para cuando llegara del trabajo. No le preocupaba estar sola. De hecho, cuando regresaba de trabajar se la encontraba en pijama, con los deberes hechos y su mirada metida en uno de los innumerables libros que se traía de la biblioteca y devoraba ávidamente.
Pero Amanda echaba en falta algo de juegos, emociones. Y Lili se daba cuenta, y entonces parecía convertirse en una niña normal y quería que jugara con ella, pero a veces a su madre le parecía que Lili sólo jugaba con ella para que no se sintiera mal. Su madurez resultaba inquietante.
Por eso fue toda una sorpresa para Amanda cuando Lili le preguntó si podía organizar una noche de pijamas con sus amigas. Y aceptó al momento. Y con Lili organizó todo. Y ahora por su puerta entraban tres niñas que apenas conocía. De hecho, se dio cuenta que nunca había conocido a los amigos de Lili, pero allí estaban.
Eran tres niñas de pelo negro y liso, vestidas de negro, púrpura, y rojo, y se dio cuenta de que tenían la misma mirada observadora, el mismo aire maduro y la seriedad silenciosa de Lili. Sintió un escalofrío.
Dejó a las niñas en la habitación de Lili, hablando entre ellas. Las voces infantiles y risas la tranquilizaron un poco, pero pensó en lo mismo de siempre. "Ella es así y es feliz. Tengo mucha suerte."
Cuando la puerta de la habitación se cerró, Lili, Minerva, Quira, y Basilisa se pusieron manos a la obra. No había tiempo que perder. El Feudo estaba amenazado, y había que aprovechar el poder de la noche de luna llena. Abrieron con reverencia la pequeña caja de plástico agujereada que había traído Minerva, y siguiendo sus órdenes las arañas comenzaron a tejer, mientras ellas añadían al hilo su magia y luz de luna. La red sería fuerte como el acero, y atraparían al asesino que amenazaba al Príncipe.
- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

Como cada fin de semana, el Estilo se llenaba de la gente de la noche. Al contrario de lo que su nombre indicaba, el local carecía de ningún tipo de estilo. Un pub barato, que a pesar de sus escasos años ya acusaba decadencia. Gente entrando y saliendo, moviéndose de forma necia al ritmo de la música pegadiza de moda, bebiendo cerveza y licores baratos, charlando entre ellos, realizando apresurados trapicheos y cambiendo dinero de manos, encontrándose furtivamente en los baños... De vez en cuando un grito o una discusión ocasional alteraba el ambiente, antes de disiparse en medio del barullo de la multitud, un ambiente cargado de sudor, alcohol, y una calidez somnolienta y aturdidora.
¿Y por qué la gente seguía acudiendo a un local como el Estilo? Porque tenía sus encantos. Tras un acuerdo con la policía, el pub se había convertido en uno de los centros de distribución de droga más o menos aceptado. Se había convertido en un vertedero donde acudían los adictos y ansiosos, donde eran más o menos tolerados, y donde podían ser controlados y apartados lejos de locales más respetables. Que los vecinos protestaran lo que quisieran por culpa de los ruidos y peleas, lo cierto es que el Estilo cumplía su propia función social en la ciudad.
Como camarero del Estilo, Marcos había aprendido a tener ingenio y ojo avizor. Sabía muchas cosas y sabía lo suficiente para callarse otras tantas. Y sabía que entre la gente de la noche había depredadores de todo tipo. No sólo abusadores potenciales en busca de sexo y presas fáciles utilizando la carnada del dinero y las drogas. No , había cosas muchas peores: vampiros, sanguijuelas, chupasangres.
Tras un encuentro que casi le había costado la vida cuando era un chico recién llegado a la mayoría de edad, Marcos había sobrevivido y había aprendido a contraatacar. Junto con otros de sus compañeros se dedicaba a perseguir a las sanguijuelas, una caza peligrosa y no exenta de riesgos, pero alguien tenía que hacerlo. Todos tenían sus motivos, y el de Marcos era la venganza.
Ahí estaba uno de los monstruos, un chico alto y delgado que emitía un aura irresistible, y que en pocos minutos ya había conseguido hacerse con un harén de seguidores, que lo acompañaba a un rincón del Estilo. Mientras sus compañeros bebían, Marcos se había dado cuenta de que el chico apenas había tocado su bebida, y que su comportamiento era...irregular.
Fue un momento a la trastienda y con su móvil envió una foto discretamente, con la descripción del extraño. Cuando saliera del Estilo, otros lo seguirían, y darían los siguientes pasos. ¿Tenía coches? ¿Dónde dormía durante el día? Y entonces comenzaría el peligroso juego de la caza.
- Alexander Weiss
- Bibliotecario de Webvampiro
- Mensajes: 19811
- Registrado: 14 Jul 2019, 01:15
Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

Despierta.
La "casa verde" en el barrio de El Callao, era una antigua mansión del siglo XIX, que había quedado en ruinas desde hacia décadas. La hiedra y los marginados poco a poco habían tomado posesión del lugar, el refugio para los desesperados y para quienes no tenían un techo seguro en el que cobijarse.
Y finalmente el tiempo, que había erosionado poco a poco el lugar, había terminado por poner fin a aquel edificio. En una noche, la casa verde se había derrumbado sobre sí misma y había dejado de existir. Los vecinos suspiraron aliviados, pues hacía ya tiempo que aquella ruina de edificio constituía un problema para la convivencia. Durante décadas habían mirado hacia otro lado, habían evitado aquelloss muros tambaleantes y finalmente el problema había desaparecido solo.
Nadie había resultado herido por el derrumbe de la casa, o por lo menos nadie que importara. Por supuesto, todo el mundo sabía que en aquella casa dormían muchos "nadies." Ahora el ayuntamiento había enviado a sus servicios de desescombro y había reclamado el terreno. Quizás terminara construyendo un parque o un edificio público en el lugar, o lo más probable es que terminara malvendiéndolo de forma corrupta a alguien ansioso de aprovechar el lugar.
Despierta.
Los obreros se dedicaron a retirar los escombros. Algunos tenían miedo de encontrar algún cadáver de sus antiguos habitantes, pero tenían un trabajo que cumplir, y los escrúpulos no daban dinero.
Alberto fue el primero en notar que había algo bajo las viejas vigas carcomidas por el tiempo. Era un cuerpo delgado y flácido. Tenía miedo de acercarse. Ya habían pasado varios días y era imposible que alguien hubiera sobrevivido bajo aquellas ruinas.
Y de repente, el cuerpo recubierto de tierra y escombros se alzó con un respingo, apartando las vigas como si nada pesaran. Un gemido gutural, como de alguien que quisiera seguir durmiendo, brotó de su garganta, y Juan salió corriendo sin mirar atrás.
Y aquella figura cubierta de tierra se irguió confusa, contemplando el sol de mediodía entre sus ojos medio cerrados, mientras su cuerpo chasqueaba sus huesos, colocándose en las posiciones correctas.
Juan sabía que debía de haber muerto. Había permanecido atrapado en la oscuridad hasta que alguien acudió a él. Atoc, un guerrero de otro tiempo le había ofrecido salvarle y darle sentido a una vida en la que Juan hacía poco más que sobrevivir. Y después...
Despierta.
Ya había despertado, pero no del todo. Debía salir de allí y llegar al antiguo santuario donde los sacerdotes que recordaban la antigua sabiduría de los incas le darían el Hechizo de la Vida.
Sin mirar atrás se dirigió hacia el este, hacia donde nacía el sol, mientras su cuerpo y sus recuerdos buscaban el lugar correcto.