[Escenario] Rabia en Argentina

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Alexander Weiss
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[Escenario] Rabia en Argentina

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 12:58

Imagen Rabia en Argentina Por Magus iuvens@hotmail.com Advertencia preliminar sobre las ediciones de Hombre Lobo
El siguiente suplemento para Hombre Lobo: El Apocalipsis está creado y pensado como un escenario ambientado en Argentina y centrado en los defensores de Gaia. Se trata en gran parte de información de trasfondo, y ha sido diseñado deliberadamente con una visión ambigua que permita por una parte que cada Narrador lo complete y personalice, y de la misma manera que encaje en las diversas ediciones de Hombre Lobo. De alguna manera se encuentra en un espacio intermedio entre los cambios que llevaron a la reciente 5ª edición y se anima a los Narradores que quieran utilizarlo para que tomen todo, parte, o nada, como inspiración o complemento para sus propias Crónicas
Asimismo, se trata de un suplemento para un juego de rol, no un ensayo histórico ni académico, por lo que me he tomado ciertas libertades y cambios, siempre procurando buscar una mejor jugabilidad y disfrutar de las posibilidades que ofrece el juego.
Y ahora, disfrutad con la lectura.

Hombre Lobo: el Apocalipsis, Mundo de Tinieblas y todo el material relacionado y registrado pertenece a White Wolf Publishing Inc. Todos los derechos reservados. Quienes violen estos derechos serán perseguidos y recibirán una buena colleja.
No se pretende atentar contra la propiedad intelectual o contra las marcas registradas del juego. Se proporciona permiso para imprimir o reproducir este documento sólo para uso personal.
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Índice de contenidos
Capítulo Uno: Leyendas de plata
Capítulo Dos: Territorios de las Razas Cambiantes
Capítulo Tres: Fragmentos de la Nación Garou
Capítulo Cuatro: Las Razas Cambiantes de Argentina
Capítulo Cinco: Los Otros
Apéndice: Los Perdidos

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Alexander Weiss
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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:00

Capítulo Uno: Leyendas de plata En Argentina no nos une la alegría, sino el espanto.
-Jorge Luis Borges
Gaia sueña.
Los sueños de Gaia se miden en eras, en edades, millones de años. Durante su sueño las tierras se agrietaron, se quebraron, se movieron, y las Américas se separaron del resto de continentes. Terremotos, volcanes, clima, y el paso del tiempo dieron forma a la tierra, las montañas se alzaron y cayeron, y en un rincón meridional nacieron los territorios que mucho tiempo después recibirían el nombre de Argentina.
Pero pasaron muchos millones de años antes de que eso ocurriera. Millones de años antes de que la humanidad pisara esas tierras, pero tras su llegada bastó con un parpadeo de tiempo para que los primeros cazadores y recolectores comenzaran a vivir en ciudades de hormigón y acero.
Las Razas Cambiantes han observado la evolución de la humanidad con fascinación y recelo, que ha dejado paso a la sorpresa y la preocupación con la llegada del Apocalipsis. La última batalla por el corazón de Gaia está a punto de comenzar...o quizás sea demasiado tarde y ha pasado el momento de luchar.
Imagen Mitos y leyendas
La humanidad llegó al continente americano hace al menos 30.000 años, durante la última glaciación, extendiéndose de norte a sur, pero los Garou tienen sus propias leyendas, que hablan de un viaje épico y peligroso, a través de la tierra y el hielo acudiendo a la llamada de Gaia para defenderla. Sin embargo, a medida que seguían a humanos y lobos por las Tierras Puras, los hombres lobo descubrieron que no estaban solos, y que había otras criaturas que podían tomar la forma de las bestias que habitaban aquel mundo nuevo para ellos.
Hubo desencuentros y conflictos, y hubo quienes invocaron antiguos agravios, pero la guerra terminó pronto porque no había necesidad de continuarla. Los Garou respetaron los territorios de las demás Fera, o simplemente la fuerza impuso el respeto. Los conflictos continuaron estallando de manera ocasional en un lugar u otro, pero la situación no llegó a degenerar hasta el punto del genocidio que la Guerra de la Rabia había provocado en el Viejo Mundo.
Entre los hombres y lobos de América surgieron tres tribus de Garou, los Uktena, los Croatanos, y los Wendigo, que pronto dominaron el norte, pero cuando llegaron al centro del continente los lobos se detuvieron, y los Garou decidieron que no seguirían más allá y prefirieron no aventurarse en las selvas impenetrables y las elevadas montañas que se extendían hacia el sur formando una colosal serpiente de piedra con el aliento de fuego de los volcanes.
Al margen de que sea cierto que los hombres lobo se detuvieron voluntariamente o no, las Razas Cambiantes dominaron durante mucho tiempo las tierras del sur de América, pero muchas tienen sus propias leyendas de cómo Gaia las creó y las puso allí al principio de los tiempos, uniendo los espíritus de la tierra y las bestias con los de los humanos que habían afrontado múltiples peligros y que habían llegado desde el norte, extendiéndose por selvas, montañas, llanuras, y desiertos hasta llegar al mar.
Las montañas de los Andes y las tierras que las rodeaban fueron reclamadas por los Gurahl, extendidos entre los osos de la zona, los Pumonca, que reclamaban la sangre de los pumas, y los Camazotz, que volaban en la noche acompañando a las bandadas de murciélagos. Las selvas se convirtieron en el refugio de los Balam, que rugían con los jaguares de la espesura, y de los Mokolé, los hombres caimán que recordaban el sueño de los antiguos saurios, y de las Nagah, que se escurrían siseantes con el veneno de las serpientes en sus labios. Aislándose del resto, las Ananasi se dedicaban a sus asuntos, tejiendo sus telarañas por todas partes, mientras los Rokea cazaban como tiburones en las profundidades del océano, y sólo muy de tarde en tarde mostraban interés por los asuntos de quienes caminaban sobre la tierra.
Hombres y mujeres de las primeras tribus americanas compartieron su sangre con las Razas Cambiantes, y la tierra permanecía en equilibrio la mayor parte del tiempo. Pero el mundo no era inocente y a veces estallaban los conflictos, y correspondía a los guardianes de Gaia corregir los tumultos y restaurar el orden natural de las cosas. Los excesos del Kaos eran apaciguados, y la corrupción manifiesta del Wyrm era combatida, y sus esbirros eran destruidos y perseguidos, o encadenados en prisiones de tierra y espíritu.
Los primeros humanos atravesaron la cordillera de los Andes, primero cazadores y recolectores, pero con el tiempo formaron culturas sedentarias, que desarrollaron la agricultura. La extinción de especies prehistóricas como los smilodones, los gliptodontes, y los hippidiones, preocupó a las Fera que habitaban en el sur, provocando tensiones, pero varios cambiaformas, especialmente los que habían nacido entre los humanos, comenzaron a enseñarles a vivir en armonía con la naturaleza, colaborando con los chamanes para mantener el equilibrio -aunque no siempre lo conseguían. Muchas Fera veían en la humanidad las señales de la Tejedora, pero su presencia era tan débil frente a amenazas más acuciantes, que con frecuencia preferían ignorar a los humanos. Por otra parte, algunos hombres y mujeres también comprendían y podían comunicarse con los espíritus, y a menudo vigilaban que sus propios congéneres no rompieran las leyes de Gaia, por lo que las Fera les dejaban hacer, ocupándose de sus propios asuntos.
Esta situación se mantuvo durante miles de años.

El Devorador de Huesos
Una de las leyendas que conservan las Razas Cambiantes de Sudamérica de la época prehistórica trata sobre el Devorador de Huesos. Se cuenta que cuando los primeros humanos atravesaron las montañas y comenzaron a cazar a las criaturas que encontraron, derramaron tanta sangre que provocaron el deshielo de un glaciar. La sangre dio forma y poder a Kruul’thax, el Devorador de Huesos, que se alimentaba de la sangre y corrompió a varios cazadores, incitándolos a matar y cazar más y más.
Un espíritu de Puma fue el primero en advertir de la amenaza, y las Fera de la zona se reunieron para enfrentarse a ella. La identidad de sus integrantes cambia según las diferentes versiones, pero habitualmente las canciones hablan de un puma, un murciélago, y un oso, que unieron fuerzas para detener al Devorador de Huesos.
Los Tres emprendieron un viaje, remontando un río hasta las montañas y se encontraron con humanos que no sólo habían engordado con el exceso de presas, sino que habían descubierto el sabor de la carne humana y disfrutaban del canibalismo.
Tras purificar la tierra de aquellas criaturas corruptas, los Tres dieron caza al Devorador de Huesos, en una cueva de hielo llena de restos espeluznantes. Acorralado, el espíritu tomó la forma de un enorme felino de dientes de sable con colmillos sangrientos y un aura de podredumbre. Los Tres lucharon valientemente, y al final se sacrificaron para derrumbar la cueva de hielo, aprisionando a su enemigo con ellos.
Se dice que los espíritus de los Tres todavía siguen conteniendo al espíritu en su prisión. Entre los cambiaformas se rumorea que el Devorador de Huesos podría no tanto ser un espíritu del Wyrm como una antigua Sanguijuela que se abrió paso desde la oscuridad.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#3

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:01

Imagen Las caras de la humanidad
Los paisajes del territorio sobre el que se extendería Argentina eran muy diversos, y allí habitaron culturas muy diferentes: pueblos cazadores y recolectores vivieron en las tierras de la Patagonia y el Gran Chaco (como los yaganes, hauts, hets y chonks), mientras que en el noroeste y las montañas andinas surgieron pueblos agricultores (como los guaraníes, diaguitas, calchaquíes y huarpes), aunque ningún asentamiento creció más allá de unos pocos miles de habitantes. Hacia el 7000 a.C. la mayor parte del territorio se encontraba habitado por la población humana.
Con el tiempo los distintos pueblos y tribus desarrollaron redes comerciales que se extendían sobre la mayor parte de Sudamérica. Los pueblos sedentarios comenzaron a extenderse y convertirse en señoríos gobernados por jefes locales, influidos especialmente por las culturas andinas, desarrollando agricultura y ganadería y adaptándola a las llanuras y serranías.
El desarrollo de las culturas humanas, ya fuera de forma natural o mediante la influencia sobrenatural, también sirvió para que las Fera delimitaran sus áreas de influencia. Los territorios de determinados pueblos se consideraban territorios de ciertos cambiaformas, acuerdos informales que se respetaban habitualmente, aunque los defensores de Gaia no eran inmunes a las rivalidades y conflictos. A veces seguían los conflictos de los humanos, y a veces también iniciaban sus propias guerras.
Durante esta época en las comunidades humanas también surgieron hombres y mujeres dotados con dones propios, que a veces entraban en conflicto con las Fera, especialmente cuando interferían en sus asuntos. Los chamanes podían hablar y pactar con los espíritus, y algunos guerreros o personas destacadas eran en ocasiones recompensados con la inmortalidad, para que pudieran con el tiempo regresar desde el más allá y ayudar a sus descendientes.
Los Pumonca, los pumas cambiantes, mostraban atracción por los pueblos nómadas, especialmente por los que habitaban en torno a la cordillera de los Andes, curioseando y vigilando los primeros asentamientos y ciudades, vigilando los territorios y acabando con las ocasionales amenazas. Sus parientes Balam, los jaguares, aunque no tan numerosos, acechaban en las selvas, y de vez en cuando tomaban la sangre de los guerreros y cazadores más valientes.
Las Ananasi, las arañas cambiantes, preferían las culturas más sedentarias que otros cambiaformas evitaban, pero eran muy pocas. No obstante, las arañas más inclinadas a la influencia de la Tejedora enseñaron a varias comunidades sus dones, ayudándolas a crear comunidades más complejas y elaboradas.
Los cocodrilos y serpientes de los Mokolé y las Nagah también acechaban a los pueblos nómadas que habitaban en sus territorios en las selvas y ríos, pero de todas las Fera fueron las que menos se interesaron por las comunidades humanas, prefiriendo proteger a sus parientes animales, aunque en algunas ocasiones también tomaban elegidos para concederles el don de su sangre.

La Cueva de los Vientos
En la Patagonia prehistórica se encontraba un lugar donde los espíritus de la tierra y el viento se unían. Ese lugar sagrado era la Cueva de las Manos, donde habitaba la Guardiana de los Vientos, un poderoso y sabio espíritu que mantenía el equilibrio en el mundo espiritual de la zona. Sin embargo, otro espíritu llamado Susurrador, sintió envidia de la Guardiana de los Vientos y trató de usurpar su lugar.
Los Pumonca descubrieron el conflicto entre ambos espíritus y dividieron su apoyo entre uno y otro. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el conflicto dañaba aquel lugar sagrado y finalmente, aconsejados por una sabia chamán llamada Garra de la Tierra, los Pumonca recorrieron el mundo espiritual y apaciguaron a la Guardiana de los Vientos y al Susurrador. De hecho, según la leyenda, ambos espíritus se convirtieron en aliados e incluso contrajeron una especie de pacto o matrimonio para sellar su alianza.
Por su parte, los pumas cambiantes fueron recompensados con un poderoso lugar sagrado que todavía se mantiene hoy, aunque debido a la actividad humana hace tiempo lo han trasladado y ocultado de miradas indiscretas.
El cañón de la Cueva de los Vientos sigue siendo un poderoso Túmulo en la actualidad, y espíritus de los vientos son sus protectores y Tótems. La Guardiana de los Vientos (Viento del Sur) y Susurrador (Viento del Norte) fortalecen el lugar, y con el tiempo han atraído a otros espíritus similares.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#4

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:02

Imagen La invasión de los incas
Más allá de los Andes, los incas formaron un imperio y comenzaron a conquistar a los pueblos vecinos. En 1479, siguiendo las órdenes de Túpac Yupanqui atravesaron las montañas y ocuparon territorios en el noroeste y el oeste del territorio argentino, incorporándolos a la provincia inca de Collasuyo. Los pueblos omaguacas, diaguitas, huarpes y otros, intentaron resistir a los invasores, pero fueron derrotados y en su territorio se instalaron mitimaes o colonos andinos. Los conquistadores construyeron caminos, centros agrícolas y textiles, asentamientos (collcas y tambos), fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios donde realizaban sacrificios humanos, especialmente niños y niñas.
La llegada de los invasores incas provocó el desconcierto de las Razas Cambiantes. Aunque algunas Fera participaban en la sociedad inca, su civilización amenazaba con destruir a sus vecinos. Hubo algunos encuentros diplomáticos, y algunos cambiaformas se reunieron con chamanes y sacerdotes incas, y especialmente la orden de las Capacocha, sugiriendo que debían retirarse más allá de las montañas de las que habían venido. Los “sacrificios humanos” tensaron las relaciones, y se hablaba de dioses bebedores de sangre y de hechiceros inmortales que prolongaban su vida robando almas.
Los magos e inmortales incas se negaban a detenerse, afirmando que estaban construyendo un hogar próspero para la humanidad como no se había visto antes. Los desencuentros terminaron rompiendo las relaciones, y las Fera se apartaron de los hechiceros y sacerdotes, y finalmente estalló la guerra.
Los Pumonca, especialmente numerosos en los Andes, se mostraron especialmente beligerantes, pero no fueron las únicas Fera que participaron en la guerra. Las Ananasi también participaron, enfrentadas con sus congéneres incas, más numerosas y mejor organizadas. De las selvas del norte también acudieron jaguares cambiantes en ayuda de los pumas. La guerra entre hechiceros y cambiaformas se prolongaría durante los siglos siguientes, a caballo entre los siglos XV y XVI.

El Falso Sol
Entre los nombres que han llegado de las leyendas de la época de la invasión de Túpac Yuanqui y los incas, se habla de un hechicero conocido El Falso Sol o K’araq. Las descripciones sobre su naturaleza difieren, pero parece que se trataba de un sacerdote corrupto que había sido poseído por un espíritu del Wyrm que lo enloqueció al tiempo que le prestaba su poder.
El Falso Sol creó un culto secreto a la sombra de la adoración de Inti, el dios solar de los incas, y aprovechó la expansión del imperio para extender su propia influencia. Los cambiaformas, que debían enfrentarse a otros hechiceros y criaturas sobrenaturales que acompañaban a los incas, no consiguieron descubrir su naturaleza insidiosa, hasta que Viticara, “Cazador de Espíritus”, un guerrero puma de origen quechua, recibió una visión.
K’araq y sus seguidores habían construido un templo en un lugar sagrado que corrompieron con su influencia. Viticara se dejó capturar por los hechiceros, que querían sacrificarlo para robarle su capacidad de cambiar de forma y fortalecer a sus propios guerreros.
No tuvieron éxito. El sacrificio de Viticara sólo sirvió para abrir la puerta del mundo de los espíritus, y los cambiaformas atravesaron en masa la Umbra y cayeron sobre los hechiceros desprevenidos. Ninguno sobrevivió, y K’araq, que había obtenido una corrupta inmortalidad, fue desmembrado y los pedazos de su cuerpo fueron llevados lejos y arrojados al mar.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#5

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:04

Imagen La llegada de los europeos
Los primeros europeos que llegaron al territorio argentino buscaban un paso para llegar a Asia. A principios del siglo XVI varios exploradores llegaron a la desembocadura del Río de la Plata y a las costas de la Patagonia, siguiendo el litoral americano. Juan Díaz de Solís desembarcó en el estuario del Río de La Plata y murió en un enfrentamiento con los indígenas locales, iniciando una serie de encuentros y conflictos que continuarían durante los siglos siguientes. Hernando de Magallanes también siguió la costa americana hasta encontrar el ansiado paso marítimo en dirección a Asia en 1520 en el estrecho que lleva su nombre.
Los primeros asentamientos europeos que surgieron en la costa y a lo largo de los ríos se encontraban en condiciones muy precarias, amenazados por los indígenas y también por los conflictos entre españoles y portugueses, pues las fronteras de exploración establecidas en los mapas no estaban claras o eran ignoradas deliberadamente, al margen de los tratados y acuerdos.
Estos primeros exploradores recibieron noticias sobre la existencia de un rey blanco que gobernaba tierras ricas en plata, lo que avivó el interés por aquellas tierras recién descubiertas. Sin embargo, los ricos reinos legendarios nunca llegaron a aparecer, y las riquezas minerales nunca pudieron compararse con las de otros lugares como México o Perú.
Pedro de Mendoza llegó al Río de la Plata en 1536 y fundó el Real Puerto de Nuestra Señora del Buen Ayre, asentamiento que tuvo que ser abandonado unos años después por los ataques de los guaraníes locales. Remontando el río, en 1541 se fundó la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción, desde donde partirían la mayoría de expediciones de conquista.
Por lo que se refiere a las Razas Cambiantes, comenzaron a circular rumores sobre la llegada de extraños extranjeros, y los cambiaformas que vivían en la costa fueron los primeros en contactar con los exploradores europeos. Su reacción fue similar a la de los indígenas, y muchos recién llegados terminaron en las fauces de las Fera cuando irrumpían en sus territorios o ls ofendían por error. Más preocupante era el hedor a corrupción que traían con ellos. Aunque hacía tiempo que las Razas Cambiante no luchaban a gran escala contra los servidores del Wyrm, los esbirros de su enemigo no les resultaban desconocidos.
Destruir asentamientos o engañar a los exploradores para llevarlos a su perdición resultaba sencillo, pues además los españoles y portugueses no ponían mucho empeño en asentarse en tierras que consideraban improductivas en comparación con los reinos andinos y mesoamericanos, pero terminaban regresando, y llegó un momento en que sus asentamientos se hicieron demasiado fuertes. La propagación de plagas contra las que se desconocía la cura llevó a muchos cambiaformas a evitar a los europeos, por temor a contagiarse y extender epidemias entre sus conocidos humanos.
Se desconoce cuándo llegaron los primeros hombres lobo europeos, pero se sabe que entre los exploradores españoles y portugueses viajaron algunos Garou, principalmente de las tribus de Fianna y Roehuesos. Estas primeras manadas no buscaban asentarse, moviéndose a menudo por curiosidad. Como sus parientes humanos, a veces entraron en conflicto con las Feras indígenas, pero eran demasiado pocos y con más frecuencia viajaban acompañando y protegiendo a sus amigos y familias antes de regresar al Viejo Mundo.

Las historias de Plumas Negras sobre el Mar
Aunque una u otra tribu Garou tiene sus propias leyendas sobre el descubrimiento de América, y varios Garou argentinos afirman que su tribu fue la “primera” en llegar al Nuevo Mundo, lo cierto es que el primer cambiaformas europeo que llegó al Río de la Plata posiblemente fuera un Corax, un hombre cuervo llamado Rodrigo Díaz, conocido como “Plumas Negras sobre el Mar.”
Según el relato del propio Rodrigo, habría llegado a la desembocadura del Río de la Plata en algún momento de principios del siglo XVI, posiblemente en torno a 1502, con una expedición que fue desviada por una tormenta y que encontró su rumbo hacia el continente gracias al propio Rodrigo. El barco en el que viajaba se encontraba en tan mal estado que los tripulantes tuvieron que abandonarlo, y comenzaron una larga travesía siguiendo el gran río.
Sólo Rodrigo sobrevivió, reapareciendo, ya muy anciano, en la ciudad de Caracas poco después de su fundación, desde donde viajó a la isla de Puerto Rico, desde donde encontró un barco que lo llevó de regreso a España, para contar su larga odisea a otros cuervos cambiantes poco antes de morir. Su relato habla de encuentros con tribus de hostiles caníbales, ciudades fabulosas con guerreros que de poder daban muestras, así como de su amor con una mujer cimarrona, huida de la esclavitud.
El relato de Plumas Negras sobre el Mar parece en gran parte exagerado, y se ha transmitido como una canción cómica entre los cuervos, pero hay quienes dicen que en medio de la fantasía guarda semillas de verdad. Otros dicen que Rodrigo era un embaucador, y que simplemente trató de adornar su infortunio, tras ser expulsado del barco en el que viajaba, con una fantasía elaborada.
En cualquier caso, las historias del “adelantado” Plumas Negras sobre el Mar constituyen un testimonio transmitido oralmente entre las Razas Cambiantes sobre los primeros tiempos de la colonización. O por lo menos, una historia entretenida...

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#6

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:06

Imagen El período colonial
Las expediciones de exploradores dejaron paso a la conquista, fundándose (o refundándose) varios asentamientos que contribuyeron a establecer la colonia española, como Asunción, Santiago del Estero, Córdoba, y Buenos Aires, que se encontraba bajo la administración del virreinato de Perú. La expansión de los conquistadores se centró en el norte y el oeste, provocando una gran debacle entre los indígenas, diezmados por las guerras y las enfermedades, por lo que los conquistadores introdujeron esclavos negros como mano de obra.
En las décadas siguientes la orden de los jesuitas establecieron misiones evangelizadoras entre los guaraníes y otros pueblos indígenas, con la intención de evitar su esclavización y los abusos de los conquistadores. Sin embargo, durante el siglo XVIII los jesuitas terminarían entrando en conflicto con el gobierno, y finalmente en el año 1768 el rey Carlos III de España ordenó su expulsión. En 1776 este mismo monarca creaba el virreinato del Río de la Plata, con Buenos Aires como su capital, para mejorar la administración y fomentar el comercio, así como hacer frente a la expansión colonialista de otras potencias europeas, y especialmente Portugal.
Sin embargo, más allá de la colonia, gran parte del territorio actual de Argentina y los pueblos indígenas que lo habitaban jamás cayó bajo el dominio de los españoles, especialmente las regiones del Chaco, la Pampa, y la Patagonia, que hasta mediados del siglo XIX fueron en gran parte hogar de muchos pueblos indígenas, que se beneficiaron de la introducción de los caballos, desarrollando culturas ecuestres que competían con los campesinos gauchos por los recursos ganaderos de las amplias llanuras y pampas.
La colonia española del Río de la Plata, donde se asentaron los españoles, mezclándose con los nativos, pronto comenzó a recibir la influencia de la Tejedora y el Wyrm. Durante esta época algunos Garou se asentaron en la colonia, principalmente de las tribus de Fianna, y Roehuesos. Aunque a veces se formaban manadas para protegerse mutuamente, la presencia de los hombres lobo era débil, recibiendo sobre todo descastados y parias que huían de Europa. Algunos de ellos terminaban enloqueciendo y sucumbiendo al Harano o la influencia del Wyrm, lo que producía ocasionales conflictos. La ausencia de lobos y la presencia de espíritus desconocidos y adversos los situaban en desventaja.
Más allá de la colonia, las Razas Cambiantes acechaban, y no estaban dispuestas a permitir que los Garou interfirieran en sus dominios. Los Pumonca y los Balam se mostraban especialmente beligerantes contra los hombres lobo más atrevidos, y los guaraníes de las misiones a menudo contaban con sus propios protectores. Sólo excepcionalmente los hombres lobo establecían contacto con las Fera, y a menudo era para definir territorios y evitar conflictos graves. La desconfianza no sólo estaba asentada debido al recuerdo de la Guerra de la Rabia, sino a las consecuencias recientes de la conquista española. El mestizaje social y cultural también afectaba a los cambiaformas, y varias Fera consideraban que quienes nacían en las ciudades quedaban corrompidos sin remedio.

El padre Lorenzo
La labor de los jesuitas atrajo a una manada Garou dirigida por el padre Lorenzo“Palabra Firme” López, un hombre lobo de los Hijos de Gaia, que había sufrido su Primer Cambio cuando todavía era un seminarista en Salamanca. Lorenzo reunió a un grupo de miembros de su tribu, y siguiendo el ideario jesuita estableció su propia comunidad para proteger a los guaraníes hacia 1730. Tras varias décadas regresó un día de un viaje a la selva habiendo conseguido ganarse la confianza de varios Balam y Mokolé.
El éxito del padre Lorenzo a la hora de conseguir la alianza con las Fera no habría sido posible de no haber salvado a un espíritu de la selva, Yvirá “El árbol vivo”, que se encontraba inquieto por la violencia de los bandeirantes portugueses. No se trataba sólo de la violencia humana, entre los bandeirantes había varios Fomori, que acompañaban a las expediciones portuguesas con el objetivo de profanar lugares sagrados y abrirlos a la influencia del Wyrm.
Lorenzo y su manada Garou ayudaron a las Fera a encontrar y destruir a los emisarios del Wyrm, y a cambio recibieron cierta aceptación entre las comunidades guaraníes. En las décadas siguientes incluso consiguieron establecer un Túmulo, que se encontraba abierto a todos los defensores de Gaia.
Desgraciadamente, gran parte de la labor del padre Lorenzo fue destruida durante la guerra guaranítica, que enfrentó a los guaraníes con españoles y portugueses cuando sus tierras fueron cedidas a la colonia portuguesa de Brasil como parte del Tratado de Madrid de 1750. Las misiones jesuitas quedaron arruinadas. No obstante, algunos Garou sobrevivieron refugiándose con los guaraníes en las selvas, donde fueron ayudados por Balam y Mokolé.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#7

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:07

Imagen La independencia de Argentina
A lo largo del siglo XVIII los reyes de España convirtieron los virreinatos autónomos de América en colonias dependientes, generando cierto descontento entre las élites criollas, que a menudo quedaban subordinadas frente a los españoles peninsulares. Cuando en 1806, durante la guerra contra España, los británicos atacaron Buenos Aires, el virrey se retiró, pero los milicianos y soldados bonaerenses consiguieron rechazarlos. Un nuevo ataque británico sería igualmente rechazado. Estos ataques y victorias cuestionaron la autoridad del virrey y el gobierno impuesto desde España.
En 1808 el ejército francés de Napoleón Bonaparte invadió España, y puso como monarca a su hermano José. En 1810 llegaron noticias a Buenos Aires sobre la completa derrota española y la disolución de la Junta Central que había asumido el gobierno español frente al monarca usurpador. El cabildo bonaerense depuso al virrey Cisneros, y se creó una Junta de Gobierno, formada sobre todo por criollos, que pusieron en cuestión la autoridad de los reyes de España. Por todo el Virreinato de La Plata se extendió la revolución, aunque también hubo quienes rechazaron el gobierno surgido en Buenos Aires el 25 de mayo, que no obstante, consiguió progresivamente conseguir más partidarios en las distintas ciudades del virreinato. El gobierno de Buenos Aires comenzó a adoptar reformas cada vez más radicales, creando un nuevo estado, y atacando a los realistas en las provincias del virreinato. Por su parte, los realistas defendían la legitimidad del rey Fernando VII de España, que había regresado de su exilio en 1814, tras ser liberado por Napoleón.
Finalmente, la independencia de las provincias del Río de la Plata fue proclamada el 24 de marzo de 1816, comenzando entonces un enfrentamiento entre quienes defendían un gobierno federal y quienes defendían un gobierno centralista.
Las Razas Cambiantes permanecieron en gran parte al margen de los conflictos y guerras por la independencia. Muchos de ellos se limitaron a proteger sus territorios y a los pueblos nativos entre los que habitaban En contraste, , los hombres lobo adquirieron cierto protagonismo en la guerra de independencia, especialmente Fianna y Roehuesos, que lucharon en ambos bandos. Fue también durante este período que una manada de Colmillos Plateados españoles y franceses llegó a Buenos Aires, un grupo de guerreros ambiciosos que pretendían crear un nuevo reino. Derrotaron a los debilitados Garou del Río de la Plata, que se encontraban divididos, y los unieron con un nuevo propósito. La independencia de Argentina también abrió el país a otras tribus, que comenzaron a llegar durante este período.

Jorge Toscana “Gloria del Alba”, el Primer Rey de la Plata
Apenas un adolescente que había sufrido el Primer Cambio como Ahroun en España durante una batalla contra los franceses, Jorge Toscana se convirtió en escudero de un guerrero de los Colmillos Plateados. Su manada resultó casi destruida en un enfrentamiento contra los Danzantes de la Espiral Negra, y durante un tiempo viajó como un caballero errante.
Llegó a Buenos Aires en 1814, acompañado de una manada de Colmillos Plateados, jóvenes idealistas que veían en América un lugar donde prosperar, tras un intento fallido de crear su propio reino en España y ser expulsados por miembros de su tribu más veteranos y que se consideraban con más autoridad para gobernar.
Estos jóvenes Colmillos Plateados se encontraron en el virreinato de La Plata una situación convulsa pero también llena de oportunidades. Jorge consiguió derrotar a los líderes locales de Fianna y Roehuesos, y al mismo tiempo viendo en la independencia de la colonia la oportunidad para crear su propio reino lejos de la autoridad de los ancianos de Europa.
Jorge consiguió por primera vez unificar a los Garou argentinos, o por lo menos a la mayoría, creando un consejo donde estaban representadas las tribus presentes en aquella época. Al mismo tiempo envió mensajeros y diplomáticos a Europa, en especial su lugarteniente Justina Gómez “Ley de los Ancestros”, una habilidosa Philodox que contribuyó enormemente a consolidar su gobierno. Gracias a su mediación, los Colmillos Plateados de Argentina se unieron a la Casa del Ojo Brillante. En 1816 asumió el nombre de “Gloria del Alba” y fue coronado primer Rey de la Plata, iniciando la dinastía gobernante de su tribu en Argentina.
Para los Colmillos Plateados, Jorge Toscana fue un héroe que consolidó y dio forma a la Nación Garou en Argentina, y también un guerrero temible. Además de derrotar a sus rivales entre las demás tribus, también comenzó a rechazar la presencia de otras Razas Cambiantes en Buenos Aires. Descubrió la presencia de varias Ananasi que trataban de manipular a los gobernantes mortales, y destruyó sus insidiosas telarañas, llegando a matar en duelo personal a Seda de Cristal, la matriarca de los hombres araña, que muchos Garou consideraban un avatar de la Tejedora.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#8

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:09

Imagen Guerras civiles y guerra en el desierto
Tras la independencia, argentinos unitarios y federales se enfrentaron por la forma del nuevo gobierno del país. En principio triunfaron los federales, iniciando un período de provincias autónomas que se relacionaban mediante una serie de tratados. Los caudillos provinciales dominaron la política durante esta época. Se confiscaron las propiedades de la Iglesia católica, lo que generó varios levantamientos y hubo guerras limítrofes con Brasil. El Reino Unido de Gran Bretaña ocupó las islas Malvinas en 1833. Una manada de hombres lobo de la tribu de los Señores de la Sombra acompañaba a los colonos británicos, estableciéndose discretamente sin que otros Garou los descubrieran hasta tiempo después.
En 1833 el presidente Juan Manuel de Rosas también dio inicio a “La campaña del desierto” con la intención de extender el territorio nacional conquistando las tierras de los indígenas y someterlos a la autoridad del gobierno argentino, haciendo efectiva la soberanía, y poner fin a las incursiones de los nativos en la frontera. Poco a poco y en sucesivas campañas militares la frontera comenzó a extenderse hacia el sur.
Algunos pueblos indígenas aceptaron la autoridad del gobierno, mientras que otros la rechazaron, y fueron exterminados. Miles de indígenas murieron debido a la guerra, así como los efectos del hambre y las enfermedades que siguieron la estela de los militares. El éxito de la campaña también llevó al reparto de tierras como premio entre los participantes en la campaña.
Pero la campaña de Rosas no terminó con la guerra. Nuevas campañas militares se llevarían a cabo en las décadas posteriores, y muy especialmente la campaña del desierto entre 1879 y 1885, que incorporó a Argentina grandes extensiones de terreno en las Pampas y la Patagonia. En esta ocasión los militares argentinos, dirigidos por el general Julio Argentino Roca, se mostraron implacables, con la intención de expulsar o exterminar a los nativos, sin respetar tratados previos.
Las víctimas fueron numerosas y millones de hectáreas de terreno fueron incorporadas a Argentina, que aseguró su presencia en la zona frente a los intereses de otros países extranjeros que previamente la habían considerado terra nullius. Miles de indígenas fueron desplazados a la fuerza a los territorios periféricos o sometidos a una situación de servidumbre, separando familias, y llegando al extremo del asesinato, la mutilación, y la castración. Los niños indígenas fueron entregados a familias ricas para su “educación”, siendo tratados como esclavos.
Bajo el estandarte de los Colmillos Plateados, las tribus Garou emprendieron su propia guerra de conquista. Mientras los humanos se justificaban bajo la excusa de llevar la “civilización” a todo el territorio argentino, los hombres lobo consideraban que tenían que “proteger” aquel territorio de la influencia del Wyrm, y que las Razas Cambiantes habían fracasado a la hora de defenderlo. Era necesario tomar el control de Túmulos y lugares sagrados, antes de que cayeran en manos de los colonos. El hecho de que los intereses de los Garou europeos a menudo acompañaran a los colonos no fue considerado importante.
Los Garou lanzaron ataques coordinados, a menudo siguiendo la estela de los ejércitos conquistadores. En el norte, Balam y Mokolé resultaron especialmente afectados, mientras que en el sur fueron los Pumonca quienes sufrieron las peores consecuencias de la guerra.
Pero los cambiaformas nativos no se encontraban solos, las tribus de Hijos de Gaia y Uktena intentaron ayudar a las Razas Cambiantes, pero tuvieron dificultades para superar su rechazo generalizado a todos los Garou, y cuando lo conseguían, a menudo terminaban cayendo con ellas. Hacia finales del siglo XIX, estas dos tribus habían perdido casi toda su presencia en Argentina. De hecho, a los Uktena se los consideraba exterminados junto a las Fera y comenzaron a recibir el nombre de “Tribu Fantasma.”

El llanto del desierto
Jorge Toscana “Gloria del Alba” había unido a los Garou argentinos por la diplomacia y la fuerza, quisieran o no, pero para él no era suficiente. Las Provincias del Río de la Plata no eran un reino lo bastante grandioso para sus planes, y cuando los humanos organizaron la conquista del desierto no dudó en aprovechar la oportunidad, uniendo a varios Parientes Garou a los militares, especialmente de los Colmillos Plateados.
Y todavía fue más allá. Su lugarteniente Justina “Ley de los Ancestros” viajó a Europa, y reclutó varias manadas de hombres lobo, ofreciéndoles territorios en Argentina. Justina tuvo bastante éxito en Alemania e Italia, de donde llegaron la Camada de Fenris, Fianna, y Moradores del Cristal.. Ulrich “Mordisco de Garm” Burmeister, era un conquistador si cabe tan ansioso como el Rey de la Plata.
Todas las tribus participaron en mayor o menor medida en la conquista del desierto, acompañando a militares y colonos. Sólo los Hijos de Gaia y Uktena se negaron a participar, y pagaron un elevado precio. Carlos “Defiende la Paz de Gaia” Mendoza, de los Hijos de Gaia, se enfrentó en combate singular con el Rey Jorge, y murió, aunque no sin arrancar la mano del monarca. Por su parte, los Uktena, liderados por la anciana loba “Mira-Nubes-de-Tormenta”, resistieron, y cayeron hasta el último, ayudando a las Razas Cambiantes, pero cuando la derrota se vio inevitable, los últimos miembros de la tribu terminaron abandonando Argentina.
Balam, Pumonca, y Mokolé fueron las Fera más afectadas por la conquista de los Garou, que los consideraban débiles, que los consideraban indignos, y que consideraban que su territorio estaría en mejores manos después de la conquista. Mejor que se hicieran a un lado o murieran. Hubo actos de valentía y crueldad, pero la derrota de las Razas Cambiantes de Argentina recordó los momentos de la Guerra de la Rabia.
El Rey Jorge“Gloria del Alba” repartió los territorios entre sus aliados, reservándose los mejores para su tribu. Nadie discutió su autoridad, pues en verdad había suficiente para todos. Ya anciano, siguió los pasos de los militares argentinos en la última campaña del desierto, y cuando regresó, sacrificó sus últimas fuerzas participando en la construcción de un Túmulo para su tribu cerca de la población de la Plata en 1888. Los Colmillos Plateados lo convirtieron en un héroe y una leyenda, ignorando las matanzas y la sangre que había derramado en la construcción de su reino.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#9

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:11

Imagen La formación de la Nación Garou de Argentina
Tras una serie de enfrentamientos, el Acuerdo de San Nicolás convocó un congreso para crear un gobierno federal en 1853, sancionando una constitución para la República Argentina, conocida hasta 1860 como Confederación Argentina, sobre la base de principios federales y liberales. Buenos Aires se resistiría a unirse a la Confederación y la unión bajo el liderazgo de Bartolomé Mitre no se produciría hasta 1861. No se contempló la representación de los pueblos originarios que habitaban la Patagonia y el Gran Chaco, y que fueron conquistados progresivamente mediante una serie de guerras. Estos territorios conquistados no tendría representación ni serían convertidos en provincias hasta mediados del siglo XX en adelante.
Tras Bartolomé Mitre se sucedieron tres presidentes que poco a poco estabilizaron el país. Con la llegada de Nicolás Avellaneda al poder, comenzaría la hegemonía del Partido Autonomista Radical durante más de cuarenta años sin alternancia.
Hacia finales del siglo XIX, Argentina contaba con una de las mayores poblaciones de hombres lobo de Sudamérica, gracias en parte a la creciente inmigración de Europa y otros lugares, aunque como ocurría en todo el continente, los Garou nacidos de lobos eran muy escasos y de origen extranjero. Aunque la población indígena había sido asimilada principalmente mediante la fuerza, los hombres lobo preferían tomar como parientes a los inmigrantes europeos, especialmente de España, Alemania, e Italia.
Los Colmillos Plateados eran los monarcas indiscutibles de la Nación Garou de Argentina. Muchos de ellos habían surgido entre los militares argentinos, y se enorgullecían de haber hecho carreras en el ejército, especialmente durante las guerras para conquistar y pacificar los territorios indígenas. También buscaban enlazar con otras Casas de la tribu, ofreciendo territorios a los recién llegados.
La Camada de Fenris y los Fianna también habían crecido a la sombra de los Colmillos Plateados, especialmente los Fianna, que desde finales del siglo XIX continuaron incrementando su número gracias a la inmigración europea. Moradores del Cristal y Roehuesos, aunque de manera discreta, y sin tanto poder, también comenzaron a extenderse entre los clanes de hombres lobo.
Otras tribus se unieron al nuevo orden, aunque en una posición subordinada y más reducida. Los Señores de la Sombra, que habían creado un clan en las islas Malvinas, comenzaron a extenderse en el continente, aunque a menudo debían evitar el rechazo de los Colmillos Plateados, por lo que evitaban sus clanes y Túmulos. No obstante, hacia finales de siglo mostraron su lealtad, aunque fuera nominal, al Rey de la Plata y a la Nación Garou.
En contraste, los territorios de las Razas Cambiantes fueron menguando, tanto por el avance de la civilización y la reducción de los pueblos nativos, como por la beligerancia de los hombres lobo. Muchos Pumonca se refugiaron en lugares recónditos de los Andes, uniéndose a sus congéneres chilenos, mientras que otras Fera buscaban asimismo lugares seguros en la periferia, cada vez más escasos y disputados.
Y mientras tanto, Argentina seguía creciendo y prosperando, convirtiéndose en uno de los países más prósperos del hemisferio sur.

Aurelio “Mirada de Realeza” Toscana, el Segundo Rey de la Plata
Ninguno de los hijos del rey Jorge manifestó su Primer Cambio, por lo que a la muerte del monarca, aunque los Colmillos Plateados estuvieron a punto de caer en una guerra civil, finalmente alcanzaron una solución de consenso, temiendo con razón que sin un liderazgo fuerte, las demás tribus se desentenderían de su autoridad. Finalmente Aurelio Toscana, sobrino de Jorge, y que había sido su senescal y Galliard personal, fue elegido Segundo Rey de los Colmillos Plateados.
Aurelio había sido herido en batalla, y sus capacidades guerreras no podían compararse a las de su ancestro, pero tenía una mente administrativa mucho más capaz. Ya durante el reinado de su antecesor había comenzado a organizar los linajes de los Colmillos Plateados argentinos, mediante una política de matrimonios concertados. De hecho, mediante la diplomacia y el matrimonio, la familia Toscana y la mayoría de los Colmillos argentinos consiguieron unirse a la Casa del Ojo Brillante. Él mismo contrajo matrimonio con Ana, una de sus primas, hija de su tío Jorge.
El reinado de Aurelio fue de consolidación de las conquistas de los Colmillos Plateados. Continuó reclutando mercenarios entre los Garou europeos, y disponía de muchos territorios que conceder, especialmente en la Patagonia y el Chaco. La autoridad de los Colmillos Plateados se concentraba sobre los Garou de las provincias del Río de la Plata, pero se difuminaba en la periferia.
El rey Aurelio tuvo la fortuna de que su primogénito, Jorge Toscana, manifestara su Primer Cambio, pero en el proceso mató accidentalmente a su madre. El monarca cayó en una profunda melancolía y rechazó a su hijo, y sólo a regañadientes, hacia el final de su vida, le cedió su autoridad, presionado por sus cortesanos.

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Re: [Escenario] Rabia en Argentina

#10

Mensaje por Alexander Weiss » 31 Ago 2025, 13:12

Imagen Conservadores y radicales
Hasta 1916 el Partido Autonomista Radical mantuvo el poder político mediante un fraude electoral sistemático. El gobierno conservador creó un modelo agrícola exportador que convirtió a Argentina en “el granero del mundo,” concentrando la riqueza en manos de los terratenientes y excluyendo a las clases trabajadoras. Millones de europeos, principalmente españoles e italianos acudieron atraídos por el crecimiento económico.
Pero la aparente prosperidad económica no pudo evitar las desigualdades sociales y el descontento de las clases medias, hasta que finalmente los conservadores del PAR fueron desplazados del poder por la Unión Cívica Radical. La reacción de las clases dirigentes y los conservadores fueron una serie de golpes de estado que comenzaron en 1930 la llamada “Década infame.” La crisis económica de 1929 provocó el cierre de los mercados internacionales, afectando a Argentina.
Poco a poco dentro de la Nación Garou comenzaron a configurarse dos grandes facciones. Por una parte, el liderazgo de los Colmillos Plateados, aunque indiscutible durante buena parte del siglo XIX, comenzó a ser discutido con la llegada de nuevos Garou europeos. La alianza tradicional de la tribu de los reyes con la Camada de Fenris se mantuvo, pero en el proceso, se alinearon a otras tribus como los Moradores del Cristal y los Roehuesos, muy numerosos en Buenos Aires. Los Señores de la Sombra percibieron esta división, y discretamente comenzaron a apoyar a las tribus urbanas.
Los Fianna, aunque eran otra tribu numerosa, vinculada especialmente a la inmigración española y portuguesa, constituían una especie de “clase media” en la Nación Garou. Algunos consiguieron ganarse el favor de los Colmillos Plateados, mientras que otros compartían suerte con las tribus urbanas. Muchos emigraron a los nuevos asentamientos agrícolas de la Patagonia y el sur de Argentina.
Otras tribus Garou también fueron asentándose durante esta época, aunque ninguna alcanzó la importancia de las mencionadas. Hijos de Gaia y Uktena regresaron discretamente, y de alguna forma trataron de reconstruir los puentes rotos con las Razas Cambiantes argentinas, muy perjudicadas por el ascenso de la Nación Garou.

Tomasa “Rompedora-de-Ilusiones” Pacheco

El ascenso de los Moradores del Cristal se debió en gran parte a la figura de Tomasa Pacheco, una Ahroun, hija ilegítima de un general argentino. Actualmente se rumorea que era una Cachorra Perdida de los Colmillos Plateados, que tras un Primer Cambio doloroso en el que mató a sus padres y hermanos, vagó enloquecida durante un tiempo como una Ronin hasta que se encontró con los Moradores de Cristal, que la ayudaron a curar sus heridas y a aceptar su naturaleza.
Sea cierto o no que el linaje de Tomasa estaba emparentado con el de los Colmillos Plateados, lo cierto es que demostró unas grandes dotes de estratega y liderazgo. Debido a su educación, conocía a varias de las principales familias militares de Argentina, y supo actuar para introducir su influencia entre las élites. Como los Colmillos consideraban “suyo” el ámbito militar, Tomasa dirigió su atención hacia varios políticos argentinos, especialmente de la Unión Cívica Militar. Con su manada de Moradores de Cristal y Rohuesos, los Tejedores de Ilusiones, crearon una telaraña de contactos y aliados, siempre procurando evitar la atención de los Colmillos Plateados.
Tomasa asistió a varias reuniones de los políticos de la Unión Cívica Radical, y de hecho, convenció a su tribu de que les prestaran su apoyo. De esta manera, cuando la UCR alcanzó el poder, los Moradores del Cristal se encontraron en una situación de ventaja. Para cuando los Colmillos Plateados se dieron cuenta, era demasiado tarde, aunque lanzaron advertencias a la tribu urbana de que se estaban metiendo en un territorio que no era el suyo.
Para cubrirse las espaldas, Tomasa buscó el apoyo de otras tribus, especialmente los Hijos de Gaia, los Roehuesos, y los Señores de la Sombra. Se mostró conciliadora con los Colmillos en lo que se llamó el Compromiso de Lobos y Arañas, delimitando sus respectivas influencias para no estorbarse. Un atrevido Ahroun Fenrir llamado Diego “Puño Hambriento” Halbach llegó incluso a desafiar a Tomasa a un duelo personal, pero Tomasa le demostró que no sólo era una mente brillante, sino que era una guerrera hábil por derecho propio.
La victoria le proporcionó a Tomasa un gran renombre entre los Garou argentinos. Continuó gobernando como líder de su tribu hasta que en 1930 cayó con varios hombres lobo en un ataque fallido contra un nido de Sanguijuelas.

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