[Recursos] Libro de Linaje: Korred

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Alexander Weiss
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[Recursos] Libro de Linaje: Korred

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 13:10

Imagen LOS KORRED (Sing. Korr) Ellos son los guardianes de los secretos, los protectores de la tradición feérica de la que son a la vez la memoria y la encarnación. Un Korr posee numerosas facetas, puede ser un hábil conversador, un bromista itinerante o el garante de un antiguo pacto. Pero a pesar de su particular
despreocupación, un Korr siempre inspira confianza. Nada es más importante para un Korr que su discurso, raros son los que han sido capaces de pillar a uno en una mentira flagrante. De todas formas nadie está tan loco como para creerse todo lo que dice un Korr. Mienten por omisión, sus informaciones dependen del contexto, quidproquo, pues en efecto, los Korred han elevado la técnica de la manipulación de la verdad al nivel de
arte, pues consideran que todo vale para engañar a una víctima si es necesario. Una leyenda asegura que los Jesuitas fueron aconsejados por un
viejo Gruñón Korr que había sido expulsado de entre los suyos debido a una mentira insignificante.
Debido a su naturaleza, los Korred son el sueño ideal de los Sidhe. Estos últimos inspiran respeto natural y a nadie se le ocurriría la idea de un Korr que apoye ideas reformistas. Esta postura hace a los Korred el blanco de las chanzas y sarcasmos de otros Linajes, que afirman que estos changeling no pueden vivir más que en una situación de servidumbre, algo que no preocupa a los Korred… al menos mientras sus detractores sean más numerosos y mejor armados que ellos. Además, entre los secretos conocidos por los Korred, se habla de una maldición de efectos poco gratos para quien los dañe, de modo que es preferible aceptar a los Korred tal como son y no tomarse demasiado en serio sus críticas. Su saber y su
memoria son remarcables y a menudo se les encuentra en las cortes nobles en el papel de chambelanes, jueces o magistrados. El consejo de un Korr, apoyado por el recuerdo de numerosos precedentes, a menudo influye en el reglamento, normas y litigios de una corte.
Fieles a costumbres ancestrales olvidadas por todos, a veces los Korred son difíciles de entender. Son constantes tanto en la amistad como en el amor, pero es perfectamente posible ofenderlos o hacerse un enemigo mortal al violar una prohibición cuya existencia se ignora.
Sin duda es por esta razón que los Korred se han ganado la reputación de ser individuos inestables, aunque en contraste son seguramente los más equilibrados de los Kithain, hasta el punto de no tomar ninguna decisión, salvo en raras circunstancias, sin haber previamente sopesado las consecuencias e implicaciones. Sinceros y honestos, procuran que sus interlocutores hagan gala de las mismas virtudes, y ¡ay de quien engaña a un Korr! porque la venganza será imprevista e implacable y a menudo mucho más dura que la ofensa inflingida.
Al igual que los Boggans, los Korred son incapaces de resistir la atracción de un secreto, tienen que conocerlo cueste lo que cueste. Asimismo los Korred han emprendido largas búsquedas generación tras generación con el fin de descubrir conocimientos ocultos o solucionar misterios insondables. Por la misma razón, un detective de este Linaje conseguirá siempre solucionar un caso, aunque deba invertir todas sus energías y recursos en el proceso.
Entre los Korred, los secretos constituyen una moneda de cambio mucho más valiosa que los favores, y debido a que han sufrido tantos abusos en el pasado, no confían en las promesas de los demás Kithain.
Como ya se ha dicho, la imagen e identidad de los Korred a menudo están ligados a su ascendencia feérica, que es particularmente sensible a los asaltos de la Banalidad. Esto explica por lo que son reacios a aventurarse lejos del Ensueño sino es estrictamente necesario, y a menudo sólo se los encuentra en compañía de los Sidhe, que también son afectados por la misma vulnerabilidad. Sin embargo, a diferencia de estos últimos su pragmatismo y honestidad les protegen un poco mejor de los efectos de la Confusión, y a menudo permanecen más cuerdos después de una larga estancia en el Ensueño.

APARIENCIA
Los Korred son de pequeño tamaño y tienen vientres abultados. Son aficionados a los trajes de color ocre o verde y a menudo llevan sombreros puntiagudos de ala ancha que disimulan sus largas orejas puntiagudas así como sus cabellos espesos y oscuros. Su abundante vellosidad facial les proporciona un gran complejo y los que no se afeitan con frecuencia a menudo llevan su barba y mostacho trenzados con pequeñas flores. Las mujeres Korred sufren esta misma aflicción (aunque en una proporción menor), lo que para nada provoca el rechazo de sus contrapartidas masculinas. Sus mejillas coloradas y las arrugas de sus ojos y labios les dan un aire risueño, incluso aunque estén lanzando la peor de las maldiciones.

ASPECTOS
Infantiles- En su aspecto Infantil es cuando un Korr es más bromista. Les encanta jugar con las palabras para engatusar a sus interlocutores diciéndoles la verdad, u obligándoles a repasar sus palabras. Estos Korred son los más peligrosos e irritables.
Rebeldes- En esta edad, el Korr viaja a la busca de respuesta a sus preguntas y curiosidad, intentando conocer un secreto o encontrar un tesoro perdido. En este aspecto los Korred son más sociables y es el momento en que más busca la compañía de sus semejantes.
Gruñones- En este aspecto el Korr es un pozo de sabiduría y el depósito de numerosos secretos, y también es muy sedentario. Generalmente su reputación basta para atraer a quienes buscan información confidencial, que pueden contar con que un Korr siempre recompensará generosamente cualquier servicio, en proporción a su valor. Los Gruñones nunca se afeitan.

ESTILOS DE VIDA
Notario, jurista, juez, arqueólogo, detective, archivista, biógrafo, espía…

AFINIDAD
Hada

PRIVILEGIOS
Testamento:Desde su Crisálida el joven Korr hereda los secretos de sus ancestros. Se puede tratar del emplazamiento de un tesoro, del nombre verdadero de una criatura poderosa, la identidad de algunos hechizos, el punto débil de un monstruo quimérico o de un señor, un Encantamiento olvidado, la existencia de un pacto, un juramento o una deuda, etc. El jugador y el Narrador deben determinar el tipo de información de modo que la Crónica sea más interesante. Una vez por escena, el Korr puede hacer una tirada de Inteligencia + Gremayre con una dificultad mínima de 8. Si la tirada tiene éxito, el Korr adquiere indicios confidenciales sobre la situación en la que se encuentra.
Equilibrio: Aunque respetuosos con la Tradición, los Korred tienen el suficiente buen sentido como para no arriesgarse con los peligros del Ensueño y en consecuencia, su resistencia a la Confusión es superior a la de otros Kithains. Pueden permanecer durante largo tiempo en el Ensueño, sin que afecte a su equilibrio. El Narrador debe determinar con precisión las demás consecuencias de este don.

FLAQUEZA
Verdad: Los Korred no pueden mentir. Esto no significa que deban contar siempre obligatoriamente la verdad o que no puedan engañar a su interlocutor de alguna otra manera. Si desea mentir de forma indirecta, generalmente por omisión, un Korr debe realizar una tirada de Fuerza de
Voluntad (dificultad 8). Incluso si supera la tirada, el Korr no mentirá directamente o será víctima del ostracismo de los suyos. En contrapartida a esta desventaja, obtienen con facilidad la confianza de los demás Kithains.

CITA
“¡Si hubieras prestado más atención a mis palabras, te habrías dado cuenta de que jamás dije eso!”

OPINIONES
Boggans- Una desgracia para los Kithains. Me vuelven loco cuando limpian el polvo…
Eshu- Una fuente de conocimientos en apariencia inagotables. También tienden a meterse en cosas que no les incumben, aunque prestan más importancia a las palabras que a la verdad.
Nockers- Si su ingenio se dirigiera hacia cosas menos materiales, podrían hacer maravillas.
Pooka- ¡Mentirosos y perjuros! ¡Que los cuelguen a todos!
Sátiros- Demasiado inconstantes e inconscientes como para que se les pueda otorgar credibilidad.
Redcaps-
Brutos vulgares sin ningún tipo de interés…pero mantienen a raya la población de Pooka.
Sidhe –Nuestros maestros y guías hacia la meta de la excelencia.
Sluagh- Nuestros primos lejanos y rivales en la búsqueda de conocimientos. Son casi tan buenos como nosotros encontrando secretos. Recuerda: “Casi”.
Trolls- Protegen a las personas igual de bien que protegemos nuestros secretos, por lo que son nobles y dignos de confianza.
Imagen
Última edición por Alexander Weiss el 03 Oct 2025, 13:18, editado 2 veces en total.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 13:13

Imagen Libro de Linaje: Korred Por Magus iuvens@hotmail.com Contenidos
Una visita inesperada
Capítulo Uno: Una historia de verdad
Capítulo Dos: La llamada de los Korred
Capítulo Tres: Verdades que se cuentan
Capítulo Cuatro: Barbiluengos
Apéndice: Magia, tesoros y secretos

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#3

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 18:53

Imagen Una visita inesperada David Le Brun era una persona muy peculiar, y durante muchos años había vivido en su pequeña casita de Montroulez, en la costa de Bretaña. Vivía con relativa comodidad, sin derroches, ostentaciones ni gastos innecesarios, pero tampoco con una sencillez espartana. Entre sus vecinos circulaban rumores sobre supuestas riquezas y tesoros que había traído de sus frecuentes viajes, pero a David los rumores y murmuraciones parecían mas bien importarle poco, antes bien, refunfuñaba y se mostraba irritable ante los chismes y bulos sin fundamento. Si algo valoraba, sin duda era la honestidad.
Aquel día David terminó de comer, recogió la mesa, lavó los platos, se sacudió las migas de la barba, se lavó la cara, los dientes y las manos y se dirigió a su escritorio, una estancia amplia e iluminada, llena de libros cuya lectura tanto apreciaba, y tras comprobar que el papel era liso y blanco, que el tintero estaba lleno y la pluma bien preparada, se dispuso a disfrutar de la escritura.

Los Korred son guardianes de los secretos y tradiciones de las hadas, pues son su recuerdo y su encarnación a la vez. Un Korr posee numerosas facetas, pues pueden ser oradores de talento, bromistas errantes o los garantes de un antiguo pacto. Al margen de su aspecto, jóvenes o ancianos, ricos o pobres, siempre inspiran confianza.
Nada es más importante para un Korr que su palabra, y quienes afirman haber pillado a alguno mintiendo, o bien son ellos quienes mienten o se trata de una auténtica rareza, como los dientes en una gallina. Sin embargo, aunque valoran la verdad, eso no quiere decir que salga con facilidad de ellos. Un Korr puede omitir la verdad, interpretarla según el contexto, añadir letra pequeña. Algunos Korred especialmente malintencionados han elevado la manipulación de la verdad a una forma de arte, y pueden engañar a alguien cuando resulta necesario, lo cual ocurre de vez en cuando, sobre todo con quienes quieren amedrentarlos, imponerse por la fuerza, o simplemente dar una lección a los necios arrogantes.


David escribía con ritmo firme y pausado, con una letra inclinada y fina, como oscuras patas de araña, y con un estilo personal y elegante. Siempre había estado muy orgulloso de su letra desde que era pequeño, y la había perfeccionado con el paso de los años. Que otros se quedaran con sus ordenadores y máquinas para escribir. Para David un buen libro era el que estaba escrito a mano, preferiblemente por uno mismo.
En ese momento llamaron a la puerta, y David tuvo que hacer gala de su firmeza para no desviar la pluma de su escritura. Si hubiera sido más joven y descuidado posiblemente hubiera cometido un error o hubiese dejado caer una mancha de tinta, pero en aquel momento simplemente emitió un sonoro suspiro de paciencia y se detuvo, levantando la pluma.
De mala gana, se dirigió a la puerta. Dependiendo de su humor, simplemente hubiera seguido a lo suyo, pero una segunda e insistente llamada le llevó a apresurarse, convencido de que no le dejarían en paz hasta que hubiera acudido.

Por su misma naturaleza, los Korred son los súbditos ideales. Los nobles les inspiran respeto...al menos mientras sepan mantener su nobleza. Otras hadas y duendes los consideran conformistas y los tratan con sarcasmo y desprecio, afirmando que los Korred sólo existen para servir, pero a los Korred no les importa, por lo menos no mientras sus detractores sean más numerosos o se encuentren mejor armados. Entre los secretos que guardan se encuentra más de una maldición con efectos desagradables, lo mejor para que los demás los acepten como son o por lo menos sepan medir sus palabras.

Abrió la puerta y en el umbral apareció su vecino, Gaël. Era un buen jardinero, honesto y hábil, del linaje de los Boggans, y entre él y David había surgido una amistad que había perdurado con los años, cuando los dos ya peinaban canas y eran una pareja de respetables Gruñones. Aquel día Gaël se había puesto su mejor traje, de color gris verdoso, y llevaba un pequeño ramito de flores blancas en la mano, que temblaban con su ligero nerviosismo. Conociendo a su vecino y amigo, David supuso que iba a asistir a una cita.
-¡Buenos días, David! -Gaël saludó de forma directa y repentina, intentando aparentar una firmeza exageradamente cortés.
-Buenos días, mi buen amigo. ¿Qué te trae por aquí?
-No sabría como decirlo, pero… -sus palabras quedaron en el aire.
-¿Quieres pedirme consejo?
-¡Oh, sí! Tengo hoy una cita con Mabel Morvan, una buena dama de carácter, y me preguntaba si podrías ayudarme con algún poema.
David suspiró con paciencia. Había quienes le habían consultado para buscar antiguos tesoros, sobre el origen de un oscuro y desconocido linaje, pero no todos sus conocidos tenían necesidades tan elevadas.
-En cuestiones como la de socializar con una buena dama de carácter, amigo mío, no hay consejos infalibles. Conozco a Mabel desde hace años, y puedo decirte que no es aficionada a la poesía, ni a recibir halagos exagerados. El único consejo que puedo darte es que seas amable y honesto, y sobre todo, que seas tú mismo. Eres una buena persona, Gaël, y eso debería ser suficiente. Procura disfrutar de tu cita, y si el encuentro entre ambos termina ahí, no pasa nada. Los caminos siguen, juntos o separados.
Gaël se quedó pensando en lo que su vecino le había dicho, sopesando sus palabras. Sonrió tranquilo. Por lo menos el Korr había conseguido tranquilizarlo y darle seguridad.
-¡Muchas gracias por tu consejo, David! ¡Te debo una cerveza!
-No me debes nada, amigo mío, pero acepto igualmente tu invitación. ¡Buena suerte!
Y Gaël se marchó a su cita con la dama Mabel Morvan, para no hacerla esperar. David regresó a su estudio, tomó de nuevo la pluma entre sus manos y continuó escribiendo.

El saber y la memoria de los Korred son notables, y a menudo son requeridos como chambelanes, jueces o magistrados, o simplemente se busca su consejo sobre todo tipo de asuntos. El consejo de un Korr no sólo procede de su propia experiencia, sino del recuerdo de los precedentes, reglas, normas y tradiciones. A veces simplemente se trata de un buen consejo.
Debido a su conocimiento de las tradiciones y del pasado que muchos han olvidado, no siempre es fácil comprender a los Korred. Son leales y constantes en la amistad y el amor, pero también es posible ofenderlos por romper una regla desconocida. Suelen ser comprensivos con la ignorancia, aunque entre ellos también hay individuos realmente inflexibles hasta el punto de la locura y la inestabilidad.
En contraste, los Korred suelen mostrar más juicio y sensatez que otras hadas y duendes, hasta el punto de que rara vez actúan precipitadamente sin tener en cuenta precedentes, consecuencias e implicaciones. Valoran la sinceridad y la honestidad, y procuran rodearse de quienes muestran esas mismas virtudes. De la misma manera, les enfurecen la mentira y el engaño, que a menudo son respondidas con una venganza imprevista e implacable, a menudo más dura que la ofensa que la causó.


De nuevo llamaron a la puerta. David se sintió molesto. Parecía que Gaël buscaba de nuevo su consejo, así que haciendo acopio de paciencia se encaminó para abrir, pero se quedó con el saludo en los labios cuando vio a Mabel Morvan, que llegaba para la ocasión con un vestido de paseo primaveral azul y blanco y un bolso turquesa. Era la dama Mabel una mujer reconocida entre los Boggans locales, no sólo por su habilidad laboriosa como sombrerera, sino porque siempre estaba disponible para echar una mano o apoyar a sus congéneres, lo que le había dado una aureola de líder informal, a la que se consultaba sobre múltiples asuntos. Que hubiera venido a la casa de David le extrañaba, porque salvo encuentros corteses, no tenían una amistad fluida, como ocurría entre David y Gaël.
-¡Buenos días, señor Le Brun!
-¡Muy buenos días, dama Morvan! ¿Qué se le ofrece?
-Me encaminaba a una cita personal, pasaba por aquí y me pregunté si podría solventarme una duda.
-Consejos doy, que luego sean bien o mal utilizados, es otra cosa -respondió David con una sonrisa.
-Pues bien, en el día de hoy tengo una cita con un amigo suyo, Gaël Gwiseni.
-Algo había oído, sí.
-Querría saber si por casualidad sabría su talla de sombrero.
David enarcó sus cejas.
-Quiero hacerle un regalo y he pensado en un sombrero, pero quería que fuera algo inesperado y sorpresivo…
-Comprendo. Habitualmente utiliza una talla 58. Y su color favorito es el verde.
-¡Oh, muchísimas gracias, señor Le Brun! ¡Con eso tengo suficiente para empezar. ¡Buenos días!
-¡Y buena suerte, dama Morvan!
Y con una inclinación, la dama Mabel Morvan siguió su camino, apresurándose para llegar a su cita con Gaël.
Con un suspiro de alivio, mientras pensaba en el encuentro entre los dos Boggans, David se dirigió de vuelta a su estudio, sopló sobre las letras frescas de tinta y se dispuso a seguir escribiendo. Por fortuna, su paciencia seguía en su lugar.

Los secretos resultan especialmente atractivos para los Korred, y para algunos constituyen toda una tentación, debiendo conocerlos cueste lo que cueste. En cada generación del Linaje son muchos los aventureros que en algún momento u otro emprenden largas búsquedas con el propósito de descubrir conocimientos ocultos o solucionar misterios insondables. Por esta misma razón, los Korred suelen ser individuos tenaces y persistentes, aunque deban invertir todas sus energías y recursos, lo cual no siempre tiene un final feliz.
Entre los Korred los secretos constituyen una moneda de cambio mucho más valiosa que los favores, y debido a los numerosos abusos y traiciones que sufrieron en el pasado, no confían en las promesas de los extraños si no están debidamente respaldadas. Cuando ofrecen su confianza, se trata para ellos de un pacto sagrado.


David estaba redondeando elegantemente una “o” cuando volvieron a llamar a la puerta. Apretó los dientes de forma instintiva y maldijo en silencio. Lo que iba a ser una tarde tranquila y serena, dedicada a la escritura estaba siendo entorpecida de forma inesperada...o quizás no. David intuía que había puesto en marcha un proceso que no iba a detenerse.
No le sorprendió encontrar en el umbral de la puerta a Gaël y Mabel, agarrados de la mano, y con una sonrisa.
-Buenos días otra vez, señor Le Brun -rompió el silencio Mabel.
-Buenos días. Veo que en esta ocasión viene bien acompañada -contestó David con una sonrisa.
-Oh, sí. Perdone que le moleste de nuevo, pero hemos tenido una agradable charla y nos hemos dado cuenta de que los dos hemos recibido su consejo...y queríamos darle las gracias.
-No se merecen. Si he contribuido a su felicidad, para mí es suficiente.
Los dos Boggans se deshicieron en agradecimientos y se pusieron al servicio de David. Le consultaron sobre un lugar agradable para cenar, y tras sopesar sus gustos culinarios, David les recomendó una pequeña crepería bretona cerca de la estación de autobuses, regentada por un amigo suyo. Tras inclinarse espontáneamente en una reverencia, Gaël y Mabel se despidieron.
David suspiró de nuevo y volvió a sentarse ante el escritorio, frente a la hoja de papel escrita con delicadas letras de patas de araña y que aguardaba una conclusión. Tomando de nuevo la pluma entre sus manos, el Korr continuó con un trazo firme y oscuro:

La imagen e identidad de los Korred se encuentran estrechamente ligadas al Ensueño, por lo que son especialmente sensibles a los estragos de la Banalidad. Por esta razón, cuando no es estrictamente necesario, son reticentes a alejarse demasiado del Ensueño o adentrarse en territorios dominados por el frío banal. Sin embargo, si la ocasión merece el riesgo, actuarán a pesar de ser conscientes de su vulnerabilidad.
Aunque pasan mucho tiempo en los Feudos y dominios del Ensueño, los Korred se desenvuelven bien, escudados con su pragmatismo y honestidad, que les permiten evitar la locura durante más tiempo. También saben afrontar la derrota y el paso inevitable del tiempo, preparados para pasar el testigo y dejar que sus almas feéricas regresen al lugar del que vinieron. Mientras otras hadas y duendes se aferran al Ensueño hasta que su existencia se convierte en una pesadilla aterradora e insoportable, envuelta en el miedo a desaparecer o morir, los Korred simplemente asumen que llegará un momento en el que tengan que marcharse.


Volvieron a llamar a la puerta.
En esta ocasión el suspiro de David se convirtió en un resoplido que escapó forzadamente de entre sus dientes apretados, y resonó en la habitación. Las palabras, que hasta ese momento, bailaban en su mente, se desvanecían como la niebla bajo el sol. Esperaba que no se trataran otra vez de Gaël y Mabel, lo esperaba, mientras se incorporaba de mala gana y se dirigía de nuevo a la entrada.
Y en esta ocasión volvieron a insistir. Aún iban a terminar marcándole la puerta.
Abrió con energía y trató de mantener la compostura, aunque en esta ocasión quizás su sonrisa fuese un poco forzada. En cualquier caso, ahí se encontraban los dos.
-¡Buenos días, otra vez! -Gaël fue el primero en hablar-. Sentimos molestarlo de nuevo, pero hemos pensado que a lo mejor quería acompañarnos durante la cena.
La verdad es que David estaba tan ensimismado en la escritura que no había pensado en cenar. Quizás picaría algo de la despensa cuando el hambre fuese acuciante, pero ante la mención, se dio cuenta de que a su estómago parecía interesarle la idea. Pensó en su escrito, donde las patas de araña de tinta le tentaban para que regresara, pero quizás una pausa no le vendría mal, y quizás le vendría bien para inspirarse y seguir escribiendo. Finalmente suspiró de nuevo, pero esta vez con resignación.
-Bueno. Esperad un momento, que tome mi abrigo y el sombrero. David se acercó al perchero de la entrada, se puso su gabán verde, un sombrero castaño y puntiagudo, y unos zapatos marrones y gastados de caminar, y en un momento ya estaba preparado para salir.

Los Korred son de pequeño tamaño y suelen tener vientres abultados. Son aficionados a los trajes de color ocre o verde y a menudo llevan sombreros puntiagudos de ala ancha que disimulan sus largas orejas puntiagudas así como sus cabellos espesos y oscuros. Su abundante vellosidad facial les proporciona un gran complejo y los que no se afeitan con frecuencia a menudo llevan su barba y mostacho trenzados con pequeñas flores. Las mujeres Korred sufren esta misma aflicción (aunque en una proporción menor), lo que para nada provoca el rechazo de sus contrapartidas masculinas.

La crepería Lune d’Argent se encontraba en un rincón escondido de Montroulez, y bajo la luz del Ensueño, sus paredes de piedra gris parecían recubiertas de enredaderas que parecían susurrar entre ellas. Había varias mesas dispuestas en el exterior con sus correspondientes sillas, de madera rojiza gastada, y el aroma de la mantequilla derretida y la sidra artesana llenaba el aire. Un brillo apagado parecía filtrarse desde el interior.
Gaël y Mavel se sentaron frente a David, sonriendo, y en un momento el dueño del establecimiento, otro Korr llamado Thim, salió para tomar nota. Thim era más joven que David, pero ambos habían compartido varios viajes en el pasado.
-¡David, mi buen amigo! -saludó alborozado- ¡Y hoy traes compañía!
Los dos Korred se abrazaron efusivamente. Thim pasó un paño sobre la mesa, procurando dejarla como una patena.
-¿Y qué vais a tomar?
Gaël pidió una crepe de trigo sarraceno con relleno de jamón, queso, y huevo, y Mabel una crepe de champiñones. David, más reservado, prefirió una sencilla crepe de queso y tomate. Desde que había dejado de pensar en su manuscrito, y mientras se dirigían a la Lune d’Argent, había algo que le estaba rondando por la cabeza.
Charlaron mientras llegaba la cena. Gaël se encontraba radiante de felicidad y con ánimo festivo, mientras que Mabel se mostraba más reflexiva, aunque el brillo de sus ojos hablaba por sí solo y expresaba la alegría que no conseguía imbuir en sus palabras. Mientras tanto, David asentía, sonriente pero a la vez pensativo. Había algo que no encajaba, algo en lo que no dejaba de pensar. Y la charla lo estaba distrayendo.
De repente, de la crepería salió un pequeño Sátiro, que vestía con un traje gris y una bufanda roja. Llevaba un violín al hombro, y David pronto lo reconoció. Se trataba de Chanticler, el violinista.
-¡David, mi buen amigo! ¿Te acuerdas de mí?
¡Vaya si se acordaba! Hacía unos años David había intervenido para apartar al joven de las garras de la Banalidad en un empleo gris como ayudante de contable, y lo había animado a seguir su pasión: la música. Aunque no era el mejor violinista del mundo, Chanticler era feliz estudiando en el conservatorio, y ganando algún dinero como maestro particular de música. También era una presencia frecuente en las fiestas y celebraciones, especialmente cuando los Kithain estaban de por medio.
-¡Cómo no me voy a acordar, Chanticler! ¡Te veo bien!
Resultó que Chanticler había venido para dar un pequeño concierto improvisado en la Lune d’Argent, y estaba esperando a unos amigos que lo acompañaran en el concierto. Dedicó una desenfadada tonadilla a David y sus amigos, antes de retirarse para seguir ensayando, y dejarlos a los tres con su conversación.
-Bueno, ¿por dónde íbamos? Creo que se trataba de…
-Me parece que deberíamos dejarlo para después de la cena. ¡Aquí vienen las crepes!
Thim el camarero, manejó la bandeja con la experiencia de la profesionalidad, y de manera limpia y en un momento dejó las crepes y sus correspondientes bebidas ante cada comensal.
-¡Buen provecho! -terminó con una ligera inclinación y una sonrisa antes de retirarse.

Los Korred no pueden mentir. Eso no significa que deban contar obligatoriamente la verdad o que no puedan engañar a sus interlocutores de otras maneras, por lo general utilizando omisiones, generalidades, o complejidades que suelen provocar confusión en quienes los escuchan. En cualquier caso, un Korr no mentirá directamente, o el propio Ensueño será testigo de su mentira y sus propios compañeros Korred le darán la espalda.

El olor y la presentación de aquellas deliciosas crepes interrumpieron la conversación. De hecho, Gaël parecía especialmente entusiasmado, y no dejó de alabar los ingredientes, la composición, y sobre todo, la habilidad de Thim, el cocinero.
De repente una sombra se deslizó sobre los comensales. Una figura alta y delgada, con un sencillo vestido de negro se acercó al establecimiento. David no tardó en reconocerla. Al fin y al cabo, habían sido rivales durante muchos años, hasta que una ayuda inesperada en un momento de necesidad había establecido algo parecido, sino a la amistad, sí a un respeto mutuo debido al pasado compartido.
Doña Urraca era una mujer Redcap, con pálida piel arrugada, enorme nariz aguileña y unos anteojos que le daban un aire de malhumor al margen de su estado de ánimo. Llevaba el cabello teñido de negro recogido en un moño con una cinta de un vivo color rojo. Hiciera sol, o lloviera, siempre la acompañaba un gastado paraguas negro.
Sonrió, y el silencio se hizo bajo su sonrisa. Ni siquiera tuvo que enseñar sus dientes de aguja.
-Buen provecho.
David asintió cortésmente. Desde que las hadas y duendes del Feudo de Montroulez habían tenido a bien convertir a Doña Urraca en su jefa de seguridad -después de que David respondiera personalmente por ella-, la mala señora, con una reputación más que merecida de hechicera y carácter implacable, se encargaba de las defensas del Feudo, servida por una compañía de duendes especialmente preparados y prestos para la acción, no sólo para mantener la paz, sino defenderla de las amenazas externas.
Doña Urraca caminó altiva hasta desaparecer dentro de la crepería, y de la misma forma que en el exterior, por unos momentos el silencio se hizo en el interior, antes de que el bullicio de los parroquianos comenzara a elevarse de nuevo, tímidamente.
Gaël y Mabel sonrieron forzadamente, pero seguían callados, sin saber qué decir, así que David decidió actuar con naturalidad y cambiar de tema para devolver un poco de ánimo a la mesa.
-Una mujer impresionante, sin duda. Más de un vecino le debe su pellejo. Eso me recuerda…
Y David contó una anécdota sobre Doña Urraca, de cómo ella había salvado a un niño de ahogarse en el río, y el niño había crecido para convertirse en un conde la Casa Fiona, y agradecido, la había nombrado caballero ante la sorpresa de muchos nobles, que desconocían que el conde le debía su vida a una mujer de tan terrible reputación.

Además de guardar secretos, los Korred también piensan en el momento adecuado para compartirlos, una vez más, pensando en las consecuencias. De la misma forma, no dejan de recordar a las demás hadas y duendes las tradiciones, leyendas, y en general conocimientos que podrían correr el riesgo de ser olvidados. Muchos miembros del Linaje se convierten en cuentacuentos, pero sus historias siempre se encuentran enraizadas en la verdad, o si son ficticias, guardan una moraleja importante. En otras ocasiones, como si se tratara de un tesoro oculto, la verdad se encuentra escondida dentro de la narración, al alcance de quienes posean el ingenio suficiente como para descifrarla.

Entre la conversación y la cena, las primeras estrellas comenzaron a aparecer en el cielo oscurecido, y las farolas de Montroulez comenzaron a encenderse, como si quisieran responder a su luz. La noche caía sin prisa, y una leve brisa nocturna sopló sobre los adoquines de la plaza donde se encontraba la Lune d’Argent, arrastrando algunas hojas anaranjadas por el otoño.
Thim salió de su establecimiento para levantar la mesa, y sonrió con aprobación a sus comensales. No le gustaba que ninguno de sus clientes se marchara a disgusto, y mucho menos con el estómago descontento, así que mientras recogía los platos y los cubiertos, preguntó:
-¿A alguien le apetece postre? Hoy tengo un far bretón con ciruelas.
-Pues no se diga más -dijo Gaël-. Hagámosle honores.
David asintió, pues además le gustaba mucho el far.
Y en un santiamén, Thim terminó de levantar la mesa, y regresó con tres porciones de far, acompañadas de tres pequeños vasos de cristal y una botella de chouchenn, un licor de miel y zumo de manzana. Dejó el postre encima de la mesa y sirvió generosamente los vasos.
-Esto va por cuenta de la casa.
Lo que había sido una visita inesperada se había convertido en una agradable velada. Una cena compartida con buenos amigos, una charla amistosa y una noche no menos agradable. Aunque al principio se había sentido un poco fastidiado por las sucesivas interrupciones, finalmente David se había dejado llevar, y no lo lamentaba. Siempre tendría tiempo de escribir y leer un rato antes de dormir. Al fin y al cabo al día siguiente ya no tenía que trabajar.
En ese momento en la plaza resonó un coro de voces suaves y alegres. Un grupo de personas se acercaban.

En nuestro camino siempre estás,
un amigo fiel, sin igual.
Risas, sueños, todo a compartir,
contigo en el mundo es más fácil vivir.

Cuando llega la tormenta, nos das tu mano,
juntos crucemos cualquier océano.
Con tu abrazo, todo es verdad,
eres amigo y fraternidad.

Por los momentos que no olvidamos,
amigo nuestro, por ti cantamos,
en cada paso nuestro siempre estarás,
compañero, maestro, en nuestro hogar.


Un coro de niños apareció por la esquina e irrumpió en la plaza. Los alumnos de la escuela feérica de Barnenez, grandes y pequeños, e incluso algún viejo alumno que no quería perderse la ocasión, habían acudido para homenajear a su viejo maestro David Le Brun, que se había jubilado aquella semana. Y junto a ellos se encontraban la mayoría de las hadas y duendes de Montroulez y los alrededores, y algunos llegados de todavía más lejos. David había llevado una vida activa y altruista, y los allí reunidos eran un buen resumen del legado que había dejado a su paso. No sólo alumnos instruidos en las tradiciones de las hadas, sino también vidas rescatadas de hundirse en el océano gris de la Banalidad, y proyectos construidos con amor.
David se encontraba sorprendido y su corazón comenzó a latir con más fuerza. Aquella calidez de sus amigos y vecinos lo llenó de fuerza, y sonrió, y su sonrisa de felicidad fue mejor que cualquier discurso.
Del interior de la Lune d’Argent salieron Thim, Chanticler, y Doña Urraca. Chanticler se unió al coro con la música de su violín, poniendo todo el énfasis y el talento que pudo. Doña Urraca, con una suave y enigmática sonrisa, dejó sobre la mesa una caja envuelta primorosamente en papel de regalo verde con un lazo negro, y Thim se acercó para palmear efusivamente a su viejo amigo.
-¡Enhorabuena! ¡Nadie había conseguido reunir a tanta gente en mucho tiempo!
-Y no resulta nada fácil distraer a un Korr -intervino Mabel-. Hemos estado planeando esta celebración durante mucho tiempo.
-Pues lo habéis conseguido, mis buenos amigos -dijo David.
Cuando la canción concluyó, los alumnos de David saludaron a su maestro por orden, y después, los amigos y vecinos. Finalmente tuvo tiempo de abrir el regalo que le habían hecho, y se encontró con un elegante y lustroso sombrero verde con una cinta negra y una hebilla dorada que irradiaba poder. David intercambió una mirada sin palabras con Doña Urraca, y supo que la mujer Redcap había tenido un papel destacado en su creación. Era todo un Tesoro de gran poder.
-Me he asegurado de que sea de tu talla -dijo Mabel-. Por suerte tú y Gaël compartís las mismas medidas. Todos hemos puesto un poquito aquí y allá. Es artesanía de primera. Te lo mereces.
-Muchas, muchas gracias. De todo corazón.
Y como eran las palabras sinceras y directas desde el corazón de un Korr, nadie podía dudar de que eran verdad. Y así, las hadas y duendes allí reunidos en Montroulez celebraron y se divirtieron hasta bien entrada la noche en alegría y compañerismo, dejando de lado las preocupaciones, y al menos por un tiempo, aquel rincón del Mundo del Otoño fue un poco menos frío.

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Alexander Weiss
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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#4

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 18:55

Imagen Capítulo Uno: Una historia de verdad “Los viejos cuentacuentos de Bretaña, esos humildes maestros de la palabra, llevan en sí la luz de los siglos, reavivando en nuestras almas la chispa de los antiguos misterios.”
-Anatole Le Braz, “El teatro céltico”

No había sido fácil planificar aquella reunión, pero habían afrontado dificultades peores a lo largo del tiempo. Se consultaron unos a otros, hicieron los preparativos y encontraron la fecha más adecuada para que la mayoría pudieran acudir. En cuanto al lugar, las proximidades del cairn de Barnenez, en Bretaña, se consideraba propicia. Con su espíritu trabajador y pragmático, en aquel día una serie de coincidencias debidamente provocadas, les permitieron despejar la zona de ojos curiosos y potenciales intrusos. Cuando el sol comenzó a ponerse, simplemente no había nadie en aquellos campos a varios kilómetros a la redonda.
En silencio y ordenadamente, comenzaron a llegar desde distintos lugares. Primero apareció un gorro puntiagudo de color verde, y después otro. Y poco a poco los Korred comenzaron a saludarse, con abrazos, besos, frotándose las narices o siguiendo costumbres y protocolos de los que ya nadie se acordaba. Había Korred y Korrigan de Bretaña, Korrik de Cornualles, Kabouters de Holanda, Nisses de Dinamarca, Tomtes de Suecia, Spiridus de Rumanía, Heinzelmänchenn y Klabauters de Alemania, Gnomos de España y Portugal, Aluches de México y Guatemala, e incluso algunos Tudigong de la lejana China. Y también de otros lugares y con otros muchos nombres, pero a pesar de sus diferencias todos se consideraban hermanos en el Ensueño.
Los campos que rodeaban el cairn de Barnenez nunca habían tenido tanta actividad en mucho tiempo, pero todos estaban de acuerdo en que aquella reunión era necesaria, o por lo menos, permitía que amigos y conocidos volvieran a verse, que no era poco.
Hubo risas, cuchicheos, y se contaron muchas historias que necesitaban ser compartidas, y también se compartieron noticias de lugares lejanos. Un manto de magia protegía la reunión discretamente, y la vigilancia no había sido descuidada, aunque a medida que pasaba el tiempo la confianza se iba imponiendo.
De repente, entre los reunidos, se adelantaron varios individuos y formaron un círculo, donde comenzaron a danzar. Uno de ellos, un hombrecillo vestido de verde, con una larga barba marrón salpicada de canas, y con un elevado sombrero verde con una hebilla dorada se adelantó hasta situarse en el centro y habló. Su voz se extendió mediante el arte de la magia de las hadas, y todos los presentes la escucharon como si lo tuvieran al lado, sin que el ruido de los congregados estorbara la comprensión.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#5

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 18:57

-Saludos a todos. El mundo ha cambiado mucho en los últimos años, hemos presenciado muchas cosas, se han producido muchos cambios, y debemos estar preparados para el Invierno que se avecina, o que quizás, ya ha comenzado. Somos los Korred, los guardianes de la tradición, custodios de las antiguas historias y secretos, y nuestro deber es recordar el pasado, para decidir en el presente y cambiar el futuro.
Todos tenemos algo que compartir, y en la reunión de hoy todos hablaremos y compartiremos, encajando las piezas que faltan, rellenando lagunas, y arrojando algo de luz sobre las tinieblas de la incertidumbre. Como toda historia debe comenzar por algún lugar, humildemente me presento. Me llamo David Le Brun.
Érase una vez...

Imagen En un tiempo muy lejano
Luz y oscuridad. Frío y calor. Yin y Yang. Big Bang.
Cuanto más nos acercamos al inicio de los tiempos, más simples se vuelven las cosas. Quizás hubo una era de orden absoluto, o un ciclo de eras, pero cuando el tiempo, o al menos nuestro tiempo comenzó, las cosas eran más simples, más sencillas, menos complejas. Los primeros elementos, los primeros extremos, los primeros opuestos se enfrentaron entre sí, y de su conflicto surgieron miles, millones de cosas, diversas y diferentes, pero de alguna forma todavía ligadas a a los inicios, y así el conflicto continuó, extendiéndose por el universo, y generando la materia inerte, y después la vida.
¿Cuándo surgieron los primeros sueños? Resulta difícil determinarlo. ¿Es posible que la primera materia inerte se reflejara a sí misma en el mundo de las ideas? No es muy probable, aunque los Inanimae así lo creen. El Sueño que nos dio forma llegaría asociado a la vida, pero de nuevo, como ocurría con la materia, de manera simple y sencilla. Los primeros animales pensaban en sí mismos, en sueños de instinto, de garra, diente, y cuerno, en cosas que les daban miedo y cosas que les proporcionaban alegría. Esos sueños eran reflejos, quizás mejorados e idealizados, pero simples reflejos. A medida que la inteligencia aumentaba, los reflejos se volvían más perfectos, y los sueños comenzaban a formarse como nieblas difusas, todavía producto del instinto, sin un propósito claro.
Y finalmente el Sueño nació. Asociado a la humanidad.
¿Cuándo soñó la humanidad por primera vez? De nuevo, resulta difícil decirlo. ¿Cuándo el sueño del instinto pasó a ser sueño de la inteligencia creativa? Con su imaginación la humanidad creó cosas que no existían en la materia, les dio forma y propósito. Oh, sí, hay quienes dicen que los dioses y diosas crearon a la humanidad, pero al mismo tiempo la humanidad dio forma a las divinidades buscando explicar la realidad que le rodeaba. Creó dioses terribles a partir del miedo que sentía a lo desconocido, y creó dioses bondadosos a partir de sus deseos y las cosas que le proporcionaban alegría. Y al mismo tiempo que los creaba, la realidad cambiaba, y los sueños se hicieron intemporales, recordando cosas y tiempos anteriores a la propia humanidad, pues así era la propia imaginación. En cualquier caso, fueron estos sueños de la humanidad los que dieron lugar al Ensueño.
Y el conflicto de los inicios del tiempo también se extendió a los sueños. Los reflejos y sueños perfectos cambiaron y lucharon entre sí. Una vez más, luz y oscuridad, calor y frío, y de nuevo cada vez eran más complejos que una simple lucha de opuestos.
En el Ensueño surgieron dos fuerzas enfrentadas. En este lugar los llamamos Fomorianos y Tuatha de Danaan, pero su conflicto adoptó muchas formas y nombres distintos por todo el mundo. Los primeros encarnaban los miedos y terrores de la humanidad, mientras los segundos habían surgido de sus deseos y aspiraciones de algo mejor. Su lucha se convirtió en la materia de muchos mitos y leyendas, y de la sangre que derramaron y de las criaturas que crearon a partir de los sueños nacieron las hadas y duendes, que se vieron arrastradas a la guerra, a favor de un bando o de otro, o que simplemente trataron de sobrevivir.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#6

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 18:58

Imagen Ymir
Una vez más, me veo obligado a señalar que adoptamos los nombres que mejor conocemos, pero que el conflicto adoptó muchas formas y muchos nombres, así como sus protagonistas, simplemente los uso para facilitar la comprensión, pero no pretendo que mis palabras sean definitivas en una época tan incierta como aquellos tiempos lejanos. Como ocurrió con otros Linajes de hadas y duendes, el origen de los Korred se encuentra en estos tiempos de conflictos, y en una figura que llamaremos Ymir. Igualmente podríamos llamarlo el Primero, o el Gigante, pero para esta historia que estoy contando, usaremos el nombre de Ymir.
Era Ymir un gigante primordial que había nacido del conflicto entre los elementos. Formado por hielo y fuego, por opuestos. Tan terrible que él y su prole arrasaban con todo lo que encontraban. Podríamos decir que era una encarnación de cataclismos, terremotos, y glaciares, y que posiblemente se encontraba en el bando de los Fomorianos, o las fuerzas de oscuridad, o como las llaméis.
Finalmente tres dioses se enfrentaron a Ymir, lo derrotaron y destrozaron. Se dice que con su carne crearon todo un mundo, pero lo que nos interesa es que al morir, liberó numerosas criaturas, que recibieron diversos nombres.
¿Y los Korred? Todavía no habíamos aparecido, pero estábamos cerca.
La prole de Ymir era un pueblo de gigantes, pero los que nacieron de su muerte eran más pequeños, y parecidos a su padre, criaturas simiescas, grotescas, y malhumoradas, que vivían salvajes en la naturaleza y no toleraban la presencia de nadie. En ocasiones los poderes oscuros los convocaban y los obligaban a servirles mediante la fuerza y el miedo. Todavía quedan algunas de ellas, especialmente en los lugares más apartados que la humanidad todavía no ha conseguido tocar. También reciben muchos nombres, y aunque hay quienes todavía los llaman Trolls, para no ofender injustamente a un pueblo conocido por su nobleza y sentido del deber, utilizaré el nombre de Merodeadores.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#7

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 19:01

Imagen Korr
En un rincón de un bosque olvidado, lleno de antiguos secretos, vivía un Merodeador llamado Korr. Era pequeño para su especie, con la piel áspera como la corteza de un árbol, y unos ojos grandes que brillaban en la oscuridad de la espesura. En una ocasión, en mitad del crudo invierno, Korr se encontraba débil y hambriento, y su estómago rugía como un río desbocado, y no encontraba nada para comer. Finalmente, en una noche estrellada, se arrastró entre la nieve y se acercó hasta las luces lejanas de una granja. Escondido entre las sombras, Korr observó con asombro, mientras un aroma cálido y dulce inundaba su nariz.
Dentro de la granja, los humanos celebraban una fiesta: había música, risas, y un banquete que desbordaba las mesas. Bailaban en círculos, y sus sombras bailaban con ellos, y por primera vez, Korr sintió algo más que hambre: una chispa de maravilla. Nunca había visto tanta vida, tanta alegría, ni siquiera cuando el bosque florecía en primavera.
Cuando la música cesó y los humanos se despidieron para irse a dormir, las luces se apagaron y la granja quedó en silencio. Korr se deslizó entre las sombras hasta las mesas abandonadas y allí encontró sobras: migajas de pan, trozos de pastel, un cuenco de sopa fría. Devoró todo con avidez, pero no era sólo el sabor lo que lo atraída, sino también el recuerdo de la fiesta, la calidez que parecía extenderse sobre todo.
A la noche siguiente, Korr regresó, y a la siguiente también. Los humanos no siempre hacían fiesta, a veces simplemente charlaban y contaban cuentos y anécdotas de lo que habían vivido junto al fuego, y Korr observaba y escuchaba asombrado. Las sobras se convirtieron en su sustento, pero también una excusa para regresar. Ya no sólo lo empujaba el hambre, sino también la curiosidad. Y así conoció a los humanos, sus alegrías y sus pesares, sus miedos y sus orgullos...y también sus secretos. Vio a los humanos sembrar y cosechar, cazar y cuidar de sus bestias, tejer telas y forjar metal, y aprendió de ellos. Con el tiempo se convirtió en un sabio, despojándose de la ignorancia de sus semejantes, y se dio cuenta de que ya no podía vivir entre ellos.
La humanidad cambió a Korr y entró en él, cambiándolo. Su cuerpo menguó, su piel se suavizó, y se hizo más semejante a los humanos, aunque todavía seguía siendo distinto. Con el tiempo comenzó a ayudarles desde las sombras, y los humanos a cambio, comenzaron a dejar comida para aquel desconocido que se preocupaba de traerles leña recogida en el bosque y de cuidar a los animales.
Hay quienes dicen que la humanidad cambió a Korr, y otros dicen que fueron los Tuatha de Danaan quienes lo encontraron y le dieron alimento en su necesidad, ofreciéndole un pacto por el se convertiría en un custodio de secretos y sueños, vigilando, observando, y aprendiendo a través del Ensueño. Ah, y también le hicieron jurar que sólo diría la verdad y rechazaría la mentira.
Si hacemos caso a esta leyenda, Korr fue el primero de los nuestros. Sí, lo sé, es un nombre tan bueno como cualquiera. Llamadlo el Primero, o Niss, o Tom, o como queráis.
Tampoco fuimos los únicos. En otros lugares los salvajes Merodeadores se vestían con los deseos de la humanidad: deseos del hogar caliente, deseos de creatividad, deseos de pasión, y en fin, deseos de lo que no tenían y que dieron lugar a otros Linajes, varios de los cuales todavía sobreviven hoy, y a los que consideramos parientes cercanos.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#8

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 19:04

ImagenImagen Otros principios
Los hijos sucios: Según una leyenda de los cristianos de Islandia, el origen de muchas hadas y duendes se remonta a Adán y Eva. Dios los visitaba frecuentemente, y en una de sus visitas, Eva no había tenido tiempo de lavar a todos sus hijos, así que ocultó a los que todavía se encontraban sucios, y mintió sobre su existencia. Irritado, Dios le contestó: “Lo que el hombre oculta de Dios, Dios lo ocultará del hombre.” Y así, de los hijos sucios nacieron los Huldufolk, el Pueblo Oculto.
Los Korred forman parte del Pueblo Oculto junto a otros Linajes. Entre todos ellos su labor es custodiar secretos y evitar que se revelen de forma descuidada, temiendo provocar la ira de la divinidad. Muchos creen que si cumplen su función de guardar secretos algún día serán perdonados.
Los hijos mudos: Larunda era una náyade, hija del río Almo. Se dice que en una ocasión Larunda descubrió la relación adúltera del dios Júpiter con Juturna, la diosa de las fuentes, y esposa del dios Jano. Con cierta malicia y disfrute por su parte, Larunda acudió a Juno, la esposa de Júpiter y le contó lo que había visto.
Juno se enfureció con su esposo, y a su vez, Júpiter acudió furioso junto a Larunda por haber revelado su infidelidad y la castigó arrancándole la lengua y dejándola muda. No satisfecho con esto, ordenó al dios Mercurio que la llevara al Averno, la entrada del reino de los muertos. Por el camino, Mercurio se acostó con Larunda contra su voluntad, y con el tiempo daría luz a gemelos, los Lares, custodios del hogar y de sus secretos, y que como su madre, guardan silencio sobre lo que ven. De ellos descienden los Korred.
Los hijos de la tierra: En la antigua China existía una diosa llamada Houtu, una de los cuatro Ministros del Cielo. Cuando el emperador Zhuanxu necesitó ayuda para cuidar de las cosechas de su reino, Houtu le envió a su hijo Gou Long, que se convirtió en el primero de los Tudigong, que la representan en su nombre, cuidando de las aldeas y lugares bajo su jurisdicción.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#9

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 19:06

Imagen Sueños en guerra

David Le Brun regresa a su lugar en el círculo de los Korred, que continúan bailando. Una mujer de piel oscura con un gorro elevado de color ocre, y con ropas que parecen cambiar de color por donde pasa, se adelanta hasta el centro, y entonces saluda a los demás con una reverencia cortés y comienza a hablar.
-Me llamo Jill Seacole, y he visto muchos veranos e inviernos. No sólo el tiempo ha pincelado mi cara, sino también las preocupaciones y la tristeza, pues por desgracia he acudido a muchos campos de batalla para ayudar a los heridos, y en ocasiones para tomar las armas para proteger a quienes no pueden defenderse, pero sobre todo, para recordar y no permitir que el olvido del pasado nos lleva a repetir errores en el presente.


Durante mucho tiempo Fomorianos y Tuatha de Danaan habían recorrido el mundo, buscando aliados para la guerra que se avecinaba. Hadas y duendes se decantaron por uno y otro bando, mientras que las menos decidieron mantenerse neutrales. En lo que se refiere a nosotros, los Korred terminamos decantándonos por el bando de los Tuathan, aunque sólo fuera porque las filas de los Fomorianos estaban llenas de Merodeadores, de los que nos habíamos separado y que se habían convertido en nuestros encarnizados enemigos.
Como ha dicho mi compañero, el mundo estuvo lleno de conflictos desde el principio, pero llegó un momento en que las fuerzas de la luz y de la oscuridad reunieron a sus ejércitos y se lanzaron a una larga guerra que se libró en muchos lugares y de muchas maneras. No voy a mencionar todas las batallas que se libraron, y los héroes que cayeron, pero sí hablaré de algunas de las más conocidas entre hadas y duendes, por lo menos, aquí en el oeste, y que terminarían decidiendo nuestro destino.

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Re: [Recursos] Libro de Linaje: Korred

#10

Mensaje por Alexander Weiss » 03 Oct 2025, 19:08

Imagen La Primera Batalla de Moytura
Finalmente los Tuatha de Danaan llegaron hasta los confines del oeste, donde se encontraba la Isla Esmeralda, frente a los dominios que habitaban los Fomorianos. En aquellos tiempos, el pueblo de los Fir Bolg y otros pueblos aliados, habitaban la isla, y rendían tributo a los Fomorianos, a los que hacían ofrendas de riquezas, cosechas, y esclavos.
Los Tuatha de Danaan, dirigidos por el rey Nuada, llegaron en una flota de barcos, y a su llegada fueron recibidos por el rey Eochaid de los Fir Bolg. Los Tuathan les exigieron la mitad de la isla, pero los Fir Bolg se negaron, y la guerra estalló. La batalla fue encarnizada, y finalmente los Tuathan aceptaron ceder tierras a los Fir Bolg. El rey Nuada había perdido un brazo, por lo que ya no era digno de gobernar.
Pero varios Fir Bolg que habían huido acudieron a la corte de los Fomorianos, y a su rey, Balor, el del Ojo Malvado, contándoles lo que había ocurrido. Los Fomorianos desembarcaron en las costas de la Isla Esmeralda y sometieron a los Tuathan, exigiéndoles un tributo. También consiguieron imponer a Bres, un descendiente de los Tuathan y de los Fomorianos, como rey de los Tuathan. Bres se encargaría de que los pueblos de la isla siguieran pagando el tributo debido.
Los Korred participaron en las negociaciones, a menudo actuando como testigos de lo acordado entre las distintas facciones. No era un pacto perfecto, pero como suele ocurrir, los Tuathan se encontraban demasiado agotados por la guerra, y su rey Nuada ya no podía gobernarlos, así que decidieron aceptar, por el momento. Sin embargo, el rey Bres oprimió a los Tuathan, obligándoles a realizar trabajos serviles, elevando a los tributos, y faltando a su hospitalidad como monarca. El descontento se extendió, y muchos comprendieron que aquella paz simplemente era un tiempo para recuperarse y prepararse de nuevo para la guerra.

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